Métodos de Control de la Tuberculosis
Los procesos comunicables se controlan a base de tres recursos fundamentales: Prevención; Descubrimiento de casos; Tratamiento efectivo de los casos activos.
En TBC la prevención se hace difícil debido a que no existe, como en el caso de la fiebre amarilla o de la viruela, una vacuna que impida la propagación del mal; existe el BCG producto eficaz que modifica el desarrollo del proceso, pero que no lo erradica por su base.
En Colombia, de acuerdo al Boletín Epidemiológico Nacional (5 y 6 Oct./Dic./77 VoL 3) la aplicación de BCG llega globalmente al 78% de los niños pero en los menores de 1 año solamente alcanza al 30%,y en los menores de 4 años al 430/0; esto manifiesta una falla radical en el concepto de prevención que debe cubrir más del 80% en estos grupos etáreos.
La disponibilidad de vacuna BCG a base de elemento líquido poco conservable especialmente en climas cálidos –aproximadamente las 3/4 partes del territorio colombiano-, debiendo importarse a altos costos vacuna liofilizada para complementar la precaria e insegura administración de este producto fundamental.
La falta de obligatoriedad de la aplicación de BCG en una u otra forma a los recién nacidos así como la falta de control y revacunación en etapas posteriores, hacen muy discutible la prevención antituberculosa que se realiza hoy en Colombia.
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Descubrimiento de Casos Nuevos
Se hace en Colombia a base del estudio de los sintomáticos respiratorios (método preconizado por la OMS) vale decir de los tosedores crónicos, utilizando el recurso del estudio bacteriológico del esputo para detectar el Bacilo de Koch.
Este método descubre los casos abiertos positivos de la enfermedad, por ende contaminantes y propagadores de la TBC.
Descarta los casos de enfermedad en desarrollo, v.gr. meningitis, TBC ósea, renal, digestiva y sobre todo la primo-infección tuberculosa sin focos abiertos, que no pueden ser detectados por este procedimiento.
Lo anterior manifiesta en sí mismo que para poder basarse únicamente en el sistema bacteriológico de detección del mal, un país debe contar con una infraestructura bacteriológica impecable que en la práctica no permita errores en cuanto al diagnóstico positivo o negativo de la enfermedad.
No es pues este recurso, utilizado como único parámetro, fácil de llevar a cabo en países que como el nuestro, carecen de recursos financieros, culturales y humanos para efectuarlo, y por ende puede volverse en un momento dado, de no ser técnicamente planificado y sobre todo estrictamente supervisado, en arma contraproducente para el efecto buscado.
No obstante, el método bacteriológico bien llevado, descubre la mayoría de los casos verdaderamente peligrosos en cuanto se refiere a la propagación de la enfermedad y sirve como excelente guía en el curso del tratamiento como índice de negativización y a la larga de curación.
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