Música Culta en el Celuloide

Por estas fechas se está proyectando en las pantallas grandes occidentales una película del productor pekinés Chen Kaige, llamada Soñando Juntos (Together). Si dicho film hubiese sido realizado en cualquiera de nuestras culturas donde se vive bajo regimenes democráticos, podría resultar una linda película, que aunque filmada en el continente chino, parecería de corte europeo. Pues transcurre en un ambiente de alto contenido musical clásico –Vivaldi, Tchaikovsky, y otros más- enfocado a un instrumento de cuerdas –el violín- que es tocado con mucho sentimiento por un humilde muchacho campesino cuyo padre –convencido de las geniales cualidades musicales de su hijo- hace hasta lo imposible para llevarlo a perfeccionar su arte con alguno de los extraordinarios profesores de música de Beijín. Las peripecias de estos chinos provincianos destacan los valores humanos y muestran la sencillez de los orientales, su afabilidad, gusto por la cultura y las tradiciones, y su enorme capacidad de trabajo, midiéndosele sin reparo a los trabajos más humildes. Es una película que devela aspectos sentimentales, en donde se contraponen claramente el afán de lucro y fama, –por lo demás legítimo- versus el deseo de tocar música con un afán vocacional y romántico, con total desprendimiento de las cosas materiales.

Chen Kaige es un productor recordado por algunas producciones de resonancia internacional como Adiós a mi concubina, que recrea la historia de la famosa Ópera de Pekín, donde ingresar era considerado el mejor logro para un ciudadano chino, que debió pasar por cuatro regímenes gubernamentales diferentes como el de la república de la época de Sun Yat Sen, la invasión de los japoneses, la república de Chiang Kai Chek y la Revolución Cultural de Mao Zedong. A pesar de que el régimen chino actual se puede considerar aperturista en los aspectos comerciales y económicos, no lo es en los aspectos políticos y culturales, por lo que las películas de Kaige –ampliamente conocidas en occidente- sólo pueden ser vistas en la China por estudiantes e intelectuales.

Hijo de un productor de cine de la primera generación del realismo socialista chino, Chen representa la Quinta Generación de los que estudiaron en el Instituto de Películas de Pekín después de la Revolución Cultural. El grupo de Chen –graduado en 1982- originó la nueva ola del énfasis en las cualidades visuales y auditivas más que en los elementos dramáticos y literarios tradicionales, además de su fuerte contenido político. Este productor ha ganado premios en Tokio, Cannes y Berlín, y es casado con una de las más lindas actrices de la China.

En años recientes hemos podido ver películas de alto nivel relacionadas con la música culta –entre las que recordamos El Piano (que le dio el Óscar a la directora neocelandesa Jane Campion), La Profesora de Piano, El Pianista, de Roman Polanski (que habla de un dotado fugitivo judío y de su melómano captor nazi)- además de otras que tienen que ver con la gastronomía, como Agua para el Chocolate –mexicana, de Laura Esquivel- y otras de origen francés – Fresas y Chocolate con la actriz Juliette Binoche – y la de Gerard De Pardieu sobre el gran chef Vatel , de la época del Rey Sol Luis XIV.

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