Observaciones Acerca de los Analistas y su Trabajo Psicoanalítico

Observaciones en general

DR. GUILLERMO SÁNCHEZ MEDINA

Es mi deseo plantear aquí, brevemente, algunas observaciones que sean podido hacer con respecto a los analistas después de su entrenamiento en institutos psicoanalíticos, y que se refieren a sus actuaciones intra y extra-institucionales en relación con su trabajo psicoanalítico. Estas observaciones nos pueden llevar a estudiar las motivaciones que tiene el analista para seguir su carrera docente y/o de didacta, para con ello también tener otro criterio más en la selección de candidatos a analistas, a profesores y a didactas.

Con respecto a los analistas didactas, a los profesores, a los agregados y a los asistentes, puede presentarse en ellos una serie de fenómenos, en su vida institucional, en la práctica clínica o en la derivada de ésta, que repercute no sólo en su vida privada sino en la institucional; es por ello mejor estudiar muy bien las motivaciones que tiene el analista graduado para seguir la carrera docente, y sus deseos manifiestos para conseguir su “status”, considerado superior, como es el de analista didacta y/o el de administrador dentro del Comité Directivo o Didáctico.

Es así como se pueden satisfacer los deseos de control de grupo para afianzarse en su “status” intragrupal societario y extra-grupal profesional; todo esto en parte debido a inseguridad o ansiedades no resueltas de diferente índole, que conllevan las ansiedades de rechazo, necesidades de aceptación, rivalidad, y en último término, de abandono y castración.

En otras palabras, al grupo societario, lo reglamentario y lo institucional en general, le pueden servir de apoyo para sus sistemas defensivos, contra las ansiedades y fantasías correspondientes no bien resueltas.

Un analista bien puede sentirse muy inseguro después de su graduación arguyendo deficiencia teórica-técnica, y desear asegurarse por medio de la “asistencia” a seminarios, o a la llamada educación continuada de post-grado, y así afianzarse, racionalizando sus conflictos con la teoría y la técnica.

Así también se configura uno de los caminos que llevan a la docencia. Todo esto no significa que existan necesidades prácticas para obtener una mejor formación teórico-práctica.

Ocurre en ocasiones que algunos analistas pueden tener aptitudes de maestros con identificaciones integradas (de padre-madre) y desarrollar las capacidades en el medio propicio, aunque a veces sucede también que hay fallas en las identificaciones, que se producen por diferentes causas, entre otras las que se refieren a los análisis no muy preservados y que dentro del Instituto entran en conflicto con los candidatos, creando problemas intragrupales institucionales, los que son difícilmente  manejados por las directivas y en ocasiones también por los analistas personales de los mismos candidatos en conflicto.

También existen entre los analistas profesores, en formación o ya formados, grupos de líderes que se forma o controlan el poder a nivel de entrenamiento o societario con conocimientos psicoanalíticos muy vastos y/o con una gran brillantez intelectual, lo que algunas veces se utiliza para asegurar la vida societaria y la institucional; aunque puede ocurre también que sea para afirmar su “status” y así controlar la rivalidad propia y ajena.

Algunas veces se cree en la falencia, y del mismo modo es sobreentendido que para trabajar mejor y más se debe estar conectado con el profesorado del Instituto o de la administración de la sociedad:

Todo esto no significa que el analista no pueda ayudarse en su mayor preparación analítica por intermedio de la vinculación a la formación de analistas, pues en ella se encuentra la posibilidad de revisar, reestructurar, revalidar y repetir los conocimientos analíticos, para así poder dar una mejor amplitud y profundidad a su conocimiento en la formación analítica global, de la que se conoce su inicio pero nunca su final, como ocurre en cualquier ciencia.

Tantos estos analistas ya graduados que llegan a ser profesores como los ya nombrados, tiempo atrás, como didactas, se ven enfrentados a un fenómeno general o común dentro de la actividad psicoanalítica, que es el derivado del aislamiento en el proceso analítico.

Es observable que algunos analistas imbuidos en su labor analítica se aíslan, no sólo de su trabajo intrapsíquico, sino que también puede quedarse en ese aislamiento en el estudio psicoanalítico (preparación de seminarios, conferencias, trabajos científicos, grupos de discusión o investigación), y así perpetúan, repitámoslo, su aislamiento; pero como esa situación es intolerable por un prolongado tiempo, puede suceder que algunos analistas, inclusive didactas, descarguen de tiempo en tiempo sus tensiones y sus ansiedades en actuaciones, extra o intragrupalmente, cuando no contratransferencialmente en sus candidatos, colegas o personas ajenas al análisis, respectivamente.

(Lea También: El Psicoanálisis y el Psicoanalista)

Actuaciones e intereses de los analistas

No es infrecuente observar las actuaciones contratransferenciales (contra-actuaciones) que emergen por medio de conceptos, ideas establecidas y algunas veces comentadas, de candidatos, de sus analistas o de sus colegas; estas formas de actuación mueven diferentes mecanismos y sistemas defensivos, individual y colectivamente, en los grupo de trabajo intra y extraanalíticamente, entre los cuales se presenta nueva y comúnmente el mecanismo del aislamiento, siendo éste el demás  elección entre los mismos analistas, pues su mismo trabajo les es propicio para actuarlo.

Con respeto a los candidatos y a las actuaciones de los analistas conectados en una u otra forma con ellos, se advierte cómo los primero se pueden sentir “ayudados” por los segundos, quienes con la “ayuda” en el envío de pacientes o nombramientos de cargos fuera del Instituto, actúan o contra-actúan y con ello provocan nuevas actuaciones de “cobro” (de aquella “ayuda”), de parte y parte, produciéndose círculos  viciosos maltratantes entre estudiantes y profesores.

Es mejor ser muy claros y explícitos acerca de que trabajar con la vida intrapsíquica nos lleva no sólo al aislamiento si no a despertar ansiedades, actuaciones y progresos regresivos continuos, que son muy difíciles de manejar sino se tiene una serie de elementos yoícos muy canalizados anteriormente.

Trabajar en análisis es trabajar con pulsiones y fantasías no siempre manejables a nivel sublimatorio o reparatorio, más todavía, no todos los analistas tienen esas mismas capacidades funcionando a la vez, continua y operativamente.

Quizás el mejor de los analistas puede hacer regresiones poco beneficiosa. Pero es mejor ser conscientes de que siempre podemos estar alerta para que cuando se presente, podamos pedir ayuda para salir sanamente de ellas, cuando no somos capaces de sobrepasar las dificultades solos.

Es aquí donde nos enfrentamos también con las tendencias omnipotentes y con el narcisismo de los analistas, independientemente de sus intereses, tendencias y capacidades propias, las que también deben ser estudiadas para una mejor posibilidad de trabajo en forma más creativa.

Observamos en los intereses y capacidades de los analistas tres tendencias, entre otras; una es la que se refiere a que el analista profundiza la técnica quedándose en una actitud de observación científica dentro del micro y macrocosmos del mismo proceso psicoanalítico; si bien en esta forma se halla en parte aislado del mundo externo, en estos casos, pueden permanecer actuando desde el punto de vista científico, en su práctica clínica. En ocasiones las tendencias a la búsqueda, a la investigación, los llevan a la teoría de la técnica y el estudio clínico.

Tendencias de los analistas

Otra de las tendencias observadas es la de que los analistas, motivados en parte por las frustraciones cotidianas en su práctica clínica, Buscan soluciones a ellas, primero en los estudios de la mismas clínica y luego en otros campos técnicos o teóricos, deteniéndose en un estudio a veces cerrado, es decir, en un campo limitado de participantes.

Ocasionalmente rompen con sus limitaciones de modelos teóricos, técnicos, y llevan su pensamiento analítico a las fronteras de otros campos científicos, especialmente al docente, al psicológico, al educativo, al sociológico-cultural, cuando no a técnicos de psicoterapias con orientación “psicoanalítica”.

Una tercera tendencia es observada en un grupo intermedio de analistas que Buscan salidas a su frustración en el trabajo analítico, por medio de la comunicación de sus conocimientos mediante la docencia del psicoanálisis dentro de la sociedad o por fuera de ella; cuando lo primeros, no es muy viable, en estos casos su acción, sus interés, su investigación se realizan a esos niveles.

También puede ocurrir algunas veces que estos analistas, convertidos en profesores, maestros con más experiencia y conocimiento de la teoría, de la técnica y de la clínica, pueden considerarse, por esa razón que implica cierta madurez, aptos para la administración idealizada. Aquí surgen las actuaciones administrativas a nivel intergrupal nacional y/o internacional.

Estas tres clases de tendencias, que terminan acciones en los analistas, no pertenecen a clasificaciones rígidas, sino que pueden combinarse, y presentarse las tres tendencias funcionantes  a la vez, cuando no con otras más.

Todas estas tendencias actuadas pueden o no convertirse en formas de sistemas defensivos y así volverse patológicas o, por el contrario, llegar a conformar satisfacciones legitimas en la formación integral psicoanalítica, aceptando o prohijando cambios progresivos en uno o varios participantes del proceso formativo en el entrenamiento psicoanálisis.

Con respecto a las fuentes de satisfacción, pienso, como lo exponen los doctores Inga de Villarreal y Eduardo Laverde Rubio; “en la medida en que el analista haya podido construir su vida extraprofesional con suficientes fuentes de legítima satisfacción narcisista (en las áreas afectivas, familiar, “status” social y profesional, económica, recreativa, creativa, etc.), pensamos que también podrá desempeñarse como analista sin utilizar a sus pacientes en la insatisfacción de estas necesidades.

Creemos, desde luego, que los pacientes deben proveer algunas satisfacciones en  este sentido: dar la oportunidad al analista para hacer un buen trabajo y recibir las satisfacciones derivadas del mismo, incluyendo la economía” (3).

Además “la disciplina psicoanalítica, por su condición científica, tiene posibilidades inagotables de desarrollo que de hecho brindan satisfacciones innegables a quienes contribuyen originalmente a su progreso”.

De la misma manera” surgen paralelamente genuinas satisfacciones y factores de cambio progresivo en la situación analítica”. “Pocas profesiones como las del analista, brindan a sus ejecutables la posibilidad de desplazar sucesiva o simultáneamente las diferentes dimensiones de su disciplina praxis, teoría y técnica, a las que se agregan la docencia, investigación y administración.

En todos estos aspectos el analista puede expresarse en forma única y personal; es decir, creativa y artística, con todas las retribuciones narcisistas legítimas que traen consigo el acercarse al Ideal del Yo analítico” (4).

La vocación del analista como la de otras profesiones está impregnada de narcisismo, más cuando se está en contacto con el inconsciente y con el pensamiento mágico y omnipotente; esto se suma a la fantasía contratransferencial de que “se tiene y se hace cargo del destino de los analizados”, lo que presupone una gran dosis de deseos de poder por parte del analista.

Lo anterior, hay que resolverlo en el análisis de la contratransferencia; por parte del analizado, cuando estás conformen las idealizaciones (fortalezas, creatividad, sabiduría, prudencia, etc.) tendrá que trabajar esas “ilusiones”, desidealizando las imágenes paulatinamente.

Quizás sea mejor realizar el trabajo comparándose, confrontándose y confirmándose  a nivel interpersonal, de la misma manera que sucede en todo proceso de validación científica, teniendo en cuenta cómo aquellos fenómenos hacen parte del proceso mental, del pensamiento; muchos de estos último actos pertenecen al deseo íntimo de analizar, revalidar y validar los conocimientos y trabajos del pensamiento analítico propios y ajenos, por medio de los mecanismos ya descritos (comparativos, confrontativos y confirmativos), que pueden conllevar el reparativo, que a su vez está siendo posiblemente afectado por los sentimientos de culpa inconscientes presentes en la mayoría de las labores humanes.

Conocer mediante el análisis personal y por fuera de él todas esas motivaciones, tendencias y actuaciones, nos ayuda también a favorecer las tendencias creativas, pudiendo detectar mejor estas últimas, y estimularlas, sin producir frenos a la libre creatividad observable en los analistas. Ocurre, sí, que con frecuencia los analistas en su vida institucional se ven impedidos en su libertad por la institucionalización de su práctica, de sus metas y ubicación profesional. Con esto no se entiende, cómo no es necesario evitar el peligro de caer en una “libertad” improductiva debido a los deseos de democratización institucional, creándose un falso igualitarismo, desvirtuando el valor de lo reglamentario, de lo institucional y de lo científico, o de los científicos, en la ciencia misma.

Todos estos factores, mejor explicitados, pueden observarse en los trabajos del autor:

“Aspectos en la formación de analistas” (1) que contiene las discusiones y conclusiones a que se llegó en el Pre-Congreso para Analistas Didactas efectuado en Jerusalén en apostó de 1977, y en los trabajos sobre “Metodología de la Enseñanza en psicoanálisis” y “Problemas en la Formación de Analistas” (2).

De todo lo expuesto emerge una pregunta: ¿Cuál sería el analista “ideal”? En mi opinión, es mejor no plantearse analistas “ideales” sino con identidad analítica, lo que implica una motivación en la búsqueda e investigación reparadora y creativa en los diferentes campos. De todo esto podemos deducir que los criterios de selección de candidatos para analistas, igual que de profesores y/o analistas “didactas”, pueden también basarse o referirse a las observaciones expuestas.

Biografía

1.

1. ALEXANDER, Franz. (1956). American psychoanalytic Association. Minimal standard of the training of physician in psychoanalysis. JAPA. Vol. 44, No, pag.71.
2. ALEXANDER, Franz. (1965). The dynamic of psychotherapy in the light of learning theory. R.U.P. Vol. 1, No. 2, pág.196.
3. ASTIEY, Roydon. (1962).Group for curriculum and didactic teaching. JAPA, Vol. 10, No. 1, pág. 149.
4. ASOCIACION PSICOANALITICA URUGUAYA. (1973). Informe de la Comisión de Enseñanza, Biblioteca Sociedad Colombiana de Psicoanálisis.
5. BARANGER, M. (1970). Introducción al grupo “B” teoría e institución psicoanalítica (La formación psicoanalítica. RP., Vol. 27, No. 2, pág, 211.
6. BARRANGER, M. y col. (1971). Sobre la enseñanza del psicoanálisis. VIII Congreso Psicoanalítico Latinoamericano, Porto Alegre, Brasil, 1971.
7. BARANGER, Willy. (1957). Interpretación e ideología. R.P. Tomo 24, No. 1-2, pág. 13.
8. BENNASY, Maurice. (1950). L’aspects irrationel de la methode psychoanalytique. R.F.P.. Vol. 14. No. 3, pág. 327.
9. DE GROOT LAMPL, Jeanne. (1954) Problems of psychoanalytic training. I.J.P., Vol. 35, pág.135.
10. EKSTEIN, Rudolf. (1969). Concerning the teaching and learning of psychoanalysis. JAPA, Vol. 12, No. 3, pág. 519.
11. FINE. Bernard. (1964). Some aspects of psychoanalytic methodology. JAPA, Vol.12, No. 3, pág. 519.
12. FINE. Bernard. (1964). Psychoanalysis and learning theory. P.Q., Vol. 33, No. 1, pág. 152.
13. FREUD, Sigmund. (1919). Sobre la enseñanza del psicoanálisis en la Universidad. R.P., Tomo 12, pág. 111, 1955. (S. E. 17/69). 1919.
14. FREUD. Sigmund. (1933). New introductory lectures. S. E. Vol. XXII, 1933.
15. GREENACRE, Phyllis. (1966). Problems of training analysis. P. Q. Vol. 35, No. 4, pág. 1.
16. GARBARINO. Freire de M. (1965). Algunas aportaciones a la técnica psicoanalítica. R.U.P., Vol.17. No.4, pág. 291.
17. GREENSON, Ralph, (1961). The selection of candidates psychoanalytic training. JAPA, Vol. 9. No. 1. Pág. 135.
18. GRINBERG, Leon y GRINBERG, Rebeca. (1966). La adquisición del sentimiento de identidad en el proceso analítico. R. U. P., Tomo 8, No, 3, pag.247.
19. KARDINER, Abraham. (1959). Estudio medológico de la teoría freudiana. The Journal of Neurose and Mental Diseas. Vol. 129, No. 1, pág. 2.
20. LANGER, Marie y cols. (1967), Un enfoque metodológico para la enseñanza del psicoanálisis. R. P., Tomo 24, No. 8, pág. 579.
21. LEHERMAN, Nathaniel. (1961). Psychoanalytic methodology, I.I.P., Vol. 17, No. 11, pág. 1045.
22. LIMENTANI, A. (1973). The Integration on a psychoanalytical association, 5th Pre-Congress on training, Paris.
23. LEWIN, Bertrand. (1965). Teaching and the beginning of theory I. J. P., Vol. 46, Pág. 139.
24. MASSERMAN, Christiana. (1964). Scientific paper, No. 174, pág. 2.
25. MEISSNER, W. (1971). Freud’s methodology. JAPA. Vol. 19, No. 2, pág. 305.
26. NACHT, S. (1960). La enseñanza del psicoanálisis. R. P. TOMO 17, No. 4, pag.519.
27. ROSE, Nathaniel. (1951). Methodology the annual survey of psychoanalysis Frosch. Vol. II, pág. 62.
28. SANCHEZ M., Guillermo. (1970). Identidad del analista en la situación analítica. R. B. P., Vol. 14. No. 2, pág. 150.
29. SANCHEZ M., Guillermo. (1974). Comentario al proceso de enseñanza y aprendizaje del psicoanálisis. Pre-Congreso de Analistas Didactas de Rio de Janeiro.
30. SANCHEZ M., Guillermo. (1976). Programas de enseñanza del Instituto Colombiano de Psicoanálisis. Rev. Latinoamericana de Psicoanálisis. Libro de los Institutos de C.O.P.A.L., p. 345 y Metodología docente en el Instituto Colombiano de Psicoanálisis Colombiano de Psicoanálisis. Biblioteca de la Sociedad Colombiana de Psicoanálisis. VI Pre-Congreso Didáctico. C.O.P.A.L., p. 143.
31. SANCHEZ M., Guillermo. (1975). Reseña histórica del Instituto Colombiano de Psicoanálisis. Para ser publicado en el Libro de los Institutos de C.O.P.A.L. Biblioteca de la Sociedad Colombiana de Psicoanálisis
32. SANCHEZ M., Guillermo. (1978). Problemas en la formación de analistas. Rev. Soc. Col. Psicoan. Vol. 3, No. 2, p. 191, 1978.
33. SANCHEZ M., Guillermo. (1979). Algunas Observaciones con respecto a la supervisión. Rev. Soc. Col. Psicoan. Vol. 4, No. 2, pág. 101.
34. SCHUTT, Eiman. (1970). Comentarios al trabajo de Madeleine Baranger. R.P., Tomo 27, No. 2.
35. SCORNIK, Horacio. (1970). Comentario al trabajo de Madeleine Baranger. R. P. Tomo 27, No. 2, p. 217.
36. SOLNIT, Albert. (1970). Learning from psychoanalytica supervision. I. J. P. Vol. 51, No. 3, pág. 362.
37. STEINER, Ricardo. (1966). The problems underling the tcaching and learning of psychoanalysis at the Institute. Document to the I. P. A. Biblioteca de la Soc. Col. De Psicoa.
38. SPERLING, Otto. (1963). Recompenses for learning. P. Q., Vol. 31, No. 1, pág. 148.

2

BARANGER M. (1970). Introducción al grupo “D” Teoría psicoanalítica e ideología. (La formación psicoanalítica) R. P. A., 27,211.
BARANGER, W. (1970). Introducción al grupo “D” Teoría psicoanalítica e ideología. (Interacción mutua). R. P. A., 27, 227.
CALEF, V. WEINSHEL E. (1973). Reporting, monreporting, and assessment in the trining analysis. JAPA, 21,725.
GREENACRE, P. (1960). Problemas de entrenamiento y selección de candidatos. Biblioteca Sociedad Colombiana de Psicoanálisis, mimeógrafo.
GREENACRE, P. (1966). Problems on training analysis. Q. 35, 540.
KAIRYS, D. (1964). The training analysis, Q. 33, 485.
LAMPL DE GROOT. J. (1954). Problems on psychoanalytic training. I. J. P. 35, 184.
LANGER, M. PUGET. T. (1967). Un enfoque metodológico para la enseñanza del psicoanálisis, R. P. A., 24, 5479.
LIMENTANI, A. (1973). The Interaction in a psychoanalytic Association. 5 here-Congress Conference on training. Paris.
MOM. J. (1970). Introducción al grupo por la psicoanalítica y forma de vida. R. P. A., 27, 241.
Mc LAUGHIN, T. (1973). The monreporting traiñing analyst. The analysis and the Institute. JAPA, 21, 711.
SACHS, M. D. (1974). Comments on teaching psychoanalytic psychotherapy in a residency training programa. P. Q. 43, 75.
SANCHEZ –MEDINA, G. (1974). Comentarios a la enseñanza del psicoanálisis. Pre-Congreso de analistas didactas. Rio de Janeiro.
SANCHEZ-MEDINA, G. (1976). Metodología de la enseñanza del psicoanálisis. Trabajo presentado en el Pre-Congreso de Analistas Didactas en Buenos Aires.
SANCHEZ-MEDINA, G. (1970). Identidad del analista en la situación analítica. R. B. P., 14,150.
SCHUTT, F. (1970). Comentarios al trabajo de Madeleine Baranger, R. P. A., 137, 218.
SCHUTT, P. J. (1970). Comentarios al trabajo de Wylli Baranger. R. P. A., 137, 232.
STEINER, R. (1966)… The problems underlying the teaching and learning of psychoanalysis at the Institute… JAPA, 77.
VAN DER LEEUW, P. J. (1965). Criterios de selección para la formación de estudiantes de psicoanálisis. R. P. A., 22, 253 – 262.
WEIGERT, E. (1955). Special problems in connection with termination of training analysis. JAPA. 3, 639.

3

1. BION, W. 1967. “Second Thonghts”, Heiremann Mc. Books, London, pág. 111-134-135.
2. FERRATER MORA, José. 1951. Diccionario de Filosofía Ed Sudamericana, Bs. As., pág. 492.
3. FREUD, Sigmund. 1931. “The question of a weltanschauung”. S. E., Vol. 22, pág.. 158-60.
4. GRINBERG, León. 1963. “Psicopatología de la identificación y contra identificación proyectivas y de la contratransferencia”, Rev. Psicoan., T. 20, pág. 113.
5. GRINBERG, León. 1957. “Perturbaciones en la interpretación por la contra identificación proyectiva”, Rev. Psicoan., T. 1, No. 1-2, pág. 23.
6. RACKER, H. 1960. “Estudios sobre la técnica psicoanalítica”, Ed. Paidós, Vol. 14, pág. 153.
7. ROSENFELD, H. 1966. “Una investigación sobre la necesidad de ‘acting-out’ en los pacientes neuróticos y psicóticos durante el análisis”, Rev. Psicoan., T. 23, No. 4, pág. 432.
8. SANCHEZ MEDINA, Guillermo. 1975. “El pensamiento intuitivo dentro del proceso del conocimiento”, Manantial, junio, pág. 35.
9. SANCHEZ MEDINA, Guillermo. 1976. “Introducción a la teoría de la ciencia psicoanalítica”, Rev. Soc. Col. De Psicoan., Vol. 1, No. 1, pág. 9.
10. SANCHEZ MEDINA, 1985. “Espacio, tiempo y movimiento en psicoanálisis”, Ed, Tercer Mundo (En prensa).

4.

1. BALINT, M. 1954. Analytic training, and training analysis. I. J. P. Vol. XXV, Part. II, pág. 157.
2. BARANGER, Wetal. 1969. Sobre la Enseñanza del Psicoanálisis R. U. P. Tomo XI, Nros. 3-4, pág. 243.
3. Corona Cuevas, P. 1976. La supervisión desde el punto de vista del candidato. VI Pre-Congreso Didáctico. COPAL Bs. As. Estudio Grafico Huella. pág. 258.
4. EKSTEIN, R. 1960. The Teaching of Psychoanalytic Technique. Jour. Am Psy. Ass. Vol. VIII. No. 1, pág. 168.
5. GITELSON, M. 1954. Therapeutic problems in the analysis of the normal candidate. L. J. P. Vol. XXXV Part. 1, pág. 174.
6. GREENACRE, Ph. 1966. Problems of training analysis. P. Q. Vol. XXXV, No. 4, pág. 54.
7. GREESON, R. 1961. Selection of candidates for psychoanalytic training. Jour. Am. Psy. Asso. Vol. IX, No. 1, pág. 135.
8. GRINBERG, L. 1970. Problemas de la supervisión en la educación psicoanalítica. R. P. Tomo XXVII, No. 3, pág. 433.
9. HEIMANN, P. 1954. Problems of the training analysis. I. J. P., Vol. XXXV, Part. II, pág. 163.
10. KISER, M. 1976. Psicopatología del análisis de formación VI Pre-Congreso Didáctico COPAL, Estudio Grafico Huella Bs. As. pág. 101.
11. LAMPL, DE GROOT, J. 1954. Problems of psychoanalytic training, I. J. P. Vol. XXXV, Part. II, pág. 158.
12. LEBOVICI, S. 1970. Technical remarks on the supervision of psychoanalytic treatment. I. J. P. Vol. 51, Part. 3, pág. 385.
13. LEBOVICI, S. 1961. Training for psychoanalysis. I. J. P. Vol. XLII, Parts. ½, pág. 113.
14. LIMENTANI, A. 1973. The International psychoanalytical association. V Pre-Congreso on training. Paris, Final Report.
15. MASSERMAN, J. 1966. Science and psychoanalysis, Development and research. P. Q. Vol. XXXI, No. 2, pág. 289.
16. NACHT, Set al. 1960. La Enseñanza del Psicoanálisis, R. P. Tomo 17, No. 4, pág. 519.
17. PERROTTA, A. 1978. Cambios en la transferencia y en la contratransferencia, Rev. Soc. Col, de Psicoan., Vol. 3, pág. 69.
18. Pre-Congress on training Report of the 10 the Groups. 1977. The International Psycho-Analytical Association 7 th. Pre-Congress. Jerusalem-Israel.
19. SANCHEZ MEDINA, G. 1976. Psicopatología en el entrenamiento psicoanalítico. Estudio Grafico Huella VII Pre-Congreso Didáctico COPAL Bs. As. Pag.37.
20. SCHREUDER, F. 1970. On individual supervision. I. J. P. Vol. 51, Part. 3, pag.363.
21. SOLNIT, A. 1970. Learning from psychoanalytic supervision I. J. P. Vol. 51, Part. 3, pág. 359.
22. STEINER, R. 1953. The problems underling the teaching and of psychoanalysis of the Institute. Documento for the Pre-Congress. London.

5.

1. ALBY, J.M. “Identidad de los roles sexuales”. Rev. De Psicoanálisis T. 20, No. 1, p. 84. 1963.
2. ALGER, F. “El manejo clínico de las respuestas del analista”. Cuadernos de Psicoanálisis, Vol. III, No. 2, p. 166. 1967.
3. ANGEL, Klaus. “Loss of identity and acting out”. Jour. Ame, Psy. Asso. Vol. 13, No. 1, p. 1965.
4. ARLOW, JACOB. “The annual survey of psychoanalysis”. Frosch J. Int. Univ.Press. N.Y. Vol. III, P. 57, 1952.
5. BARAJAS, CASTRO R. “El padre, la filiación, la identidad”. Cuadernos de Psicoanálisis. Vol. I, No. 2, p. 179, 1965.
6. BLUM, Gerald. “The annual survey of psychoanalysis”. Frosch J. Int. Univ. Press. N. Y. Vol. IV, p. 541, 1953.
7. BRUNER, JEROME. “Myth and identity”. G. Braziler. N. Y. p. 277-228. 1960. “Myth and Mythmaking”. Murray. H. P. 283. 1959.
8. DE LEVITA, D. J. “On the Psycho-analytic concept of identity”. Int. Jour. Of Psy. Vol. 47, No. 2-3, p. 299. 1966.
9. DE LEVITA. D. J. “The concept of identity”. Psycho. Quart. Vol. 37, No. 1, p. 143, 1968.
10. ERIKSON, E. J. “Identity and the life cycle”. Jour. Amer. Psy. Assoc. Vol. 8, No. 3, p. 593, 1960.
11. ERIKSON, E. H. “Annual Survey of Psychoanalysis”. Frosch J. Int. Univ. Press. N. Y. Vol. 1, p. 434-39. 1590.
12. FERRATER, MORA, J. “Diccionario de filosofía”. Ed. Sudamericana. Madrid, p. 461-64. 1951.
13. FIDIAS, Cesio. “Sobre técnica psicoanalítica”. Cuadernos de Psicoanálisis. Vol. III, No. 3, P. 245.1967.
14. FREUD, Sigmund. “La iniciación del tratamiento”. Biblioteca nueva. Ob. Completas. Madrid. T. II, P. 343, 1948.
15. FREUD, Sigmund. “Análisis terminable”. Ed. Santiago Rueda. Ob. Completas. Bs. As. Tomo 21, p. 347, 1955.
16. FREIRE DE CARBARINO, M. “Algunas aportaciones a la técnica psicoanalítica la ambigüedad y la identidad del psicoanalista”. Rev. Uruguaya de Psicoanálisis. Vol. VII, No. 4, P. 291, 300. 1965.
17. GITELSON, Maxwell. “Identity Crisis in American psychoanalysis”. Jour. Ame. Psycho. Asso. Vol. 13, No. 3, p. 454, 1964.
18. GREENNACRE, Philips. “Early physical determinants in the development of the sense of identity”. Jour. Ame. Psy. Asso. Vol. 6, No. 4, p. 612, 1958.
19. GRINBERG, Leon. “Culpa y depression”. Ed. Paidos. Bs. As. P. 134, 1963.
20. GRINBERG, León. “Yo y self, su delimitación conceptual”. Rev. De Psicoanálisis. T. 23, No. 3, p. 239, 1966.
21. GRINBERG, L., LANGER M., RODRIGUE, E. “Psicoanálisis en las Américas”. Ed. Paidos, Bs. As. P. 107-212, 1968.
22. GRINBERG, Rebeca. “Interpretación psicoanalítica de “Las cabezas trocadas”. Contribución al estudio de la patología de la identidad”. Rev. De Psicoanálisis. T. 23, No. 2, p. 177. 1966.
23. GRINBERG, R., GRINBERG, L. “La adquisición del sentimiento de identidad en el proceso analítico”. Rev. Uruguaya de Psicoanálisis. T. 8, No. 3, p. 247-53, 1966.
24. GREENSON, R. “The selection of candidates for psychoanalytic training”. Jour. Ame. Psycho. Asso. Vol. 9, No. 1, p. 135, 1961.
25. GREENSON, R. “The Technique and practice of psychoanalysis”. Int. Univ. Press. N. Y. Vol. 1, p. 358-411, 1967.
26. GREENSON, R. “On Screen defenses, screen hunger and screen identity”. Jour. Amer. Psycho. Asso. Vol. 6, No. 2, p. 242, 1958.
27. HEIMAN, MARCEL. “The annual survey of psychoanalysis”. Frosh. J. Int. Univ. Pres. N. Y. Vol. IV, p. 625, 1963.
28. INTERNATIONAL PSYCHOANALYTICAL ASSOCIATION. “Constitution and belaws of International Psychoanalytical Association”. Int. Jour, of Psycho. Vol. 47, No. 1, p. 105, 1966.
29. JACOBSON, Edith, “Guilt, shame and identity”. Psycho. Quart. Vol. 32, No. 3, p. 476, 1963.
30. KRAMER, Paul. “On discovering one’s identity”. Int. Jour. Of Psycho. Vol. 38, No. 3-4, p. 293, 1957.
31. LOMAS, Peter. “Family role and identity formation”. Int. Jour. Of Psycho. Vol. 42, p. 378, 1961.
32. LICHTENSTEIN, Heinz. “Identity and sexuality. A study of their interrelationship in man”. Jour. Ame. Psycho. Asso. Vol. 9, No. 2, p, 185, 1961.
33. LICHTENSTEIN, Heinz. “The dilemma of human identity”. Jour. Ame. Psycho. Asso. Vol. 11, No. 1, p. 173-219, 1963.
34. MAHLER, Margaret S. “Autism and symbiosis, two extreme disturbances of identity”. Int. Jour. Of Psycho. Vol. 39, p. 77, 1958.
35. MAHLER, Margareth S. “Austismo y simbiosis, dos transtornos extremos de la identidad”. Rev. Psicoanalítica. Tomo 1, No. 1, p. 86, 1959.
36. MARCOLIS, Gerald. “Secrecy and identity”. Int. Jour. Of Psycho. Vol. 47, No. 4, p.517, 1966.
37. MELUK, Tufik. “Psicoanálisis en las Américas”. L. Grinberg; M. Langer, E. Rodrigué, Ed, Paidos, Bs. As., p. 63-67. 1968.
38. MENDILAHARSU, C. “Vinculo simbioticoparasitario e identidad”. Rev. Uruguaya de Psicoanálisis. Tom. 6. No. 2-3, p. 127, 1964.
39. PLATA-MUJICA, C. y MELUK, Tufik. “La situación analítica”. Rev. de Psicología. Vol. 10, No. 1, p. 25, 1965.
40. RODRIGUE, E. y RODRIGUE, G. “El contexto del proceso analítico”. Ed. Paidós, Bs. As. P. 102, 1966.
41. ROSS, Nathaniel. “The Annual survey of psychoanalysis”. Frosch J. Int. Univ. Press. N. Y, p. 392-93 & 431-32, 1952.
42. RUBINFINE, David L. “Problems of identity”. Jour. Ame. Psycho. Asso. Vol. 6, No. 1, p. 131, 1958.
43. SALIN, Charles N. “Femenine identity”. Jour. Ame. Psycho. Asso. Vol. 11, No. 4, p. 800, 1963.
44. SAUL, Leon y WARNER, Silas. “Identidad y un aspecto de la técnica”. Cuadernos de Psicoanálisis. Vol. 4, No. 1, p. 42, 1967.
45. SAUL, Leon y WARNER, Silas, “Identity and a point of technique”. Psycho. Quart. Vol. 36, 4, p. 533, 1967.
46. SCHEIDLINGER, Saul. “The Annual survey of psychoanalysis”. Frosch J. Int. Univ. Press. N. y. Vol. 3, p. 623, 1952.
47. SEARLES, Harold F. “Anxiety concerning change, as seen in the psuchotherapy of schizophrenic patients with particular reference to sense of personal identity”. Int. Jour. Of Psycho. Vol. 42, p. 73, 1961.
48. SHEVIN, Frederick. “Contra transference and Identity”. Phenomena Manifested in the Analysis of a case of “Phallus Girl” Identity. Journ. Ame. Psycho. Asso. Vol. 11, No. 2, p. 342, 1963.
49. STENGEL, F. “Identity introductory study No. 1”. Int. Jour. Of Psycho. Vol. 41, No. 6, p. 644, 1960.
50. WEELIS, Allen. “The quest for identity”. Jour. Ame. Psycho. Asso. Vol. No. 3, p. 601, 1960.

6.

1. ARCILA, Guillermo. 1971. “Uso y abuso de la interpretación extra-transferencial”, Rev. Soc. Col. De Psicoan., Vol. 2, No. 1, pág. 97.
2. GOMEZ, Eduardo. 1977. “Sobre el ‘actingout’ y la participación del analista”, Rev. Soc. Col. De Psicoan., Vol. 2, No. 1, pág. 69.
3. PLATA MUJICA, Carlos. 1976. “Apuntes sobre temas de técnica psicoanalítica”, Rev. Soc. Col. Psicoan., Vol. 1, No. 1, pág. 55.
4. RIVIERE, J. 1949. “Contribución al análisis de la reacción terapéutica negativa”, R. P. T., No. 1, pág. 121-140.
5. ROSENBLATT, E. 1966. “La reacción terapéutica negativa”, Rev. Psicoan., Vol. 23, No. 4, pág. 472-482.
6. SANCHEZ MEDINA, Alfonso. 1970. “Una contribución al conocimiento del ‘insight’”, Soc. Col. De Psicoan.
7. SANCHEZ MEDINA, Guillermo. 1977. “Observaciones en análisis de formación”, Soc. Col. De Psicoan., mayo 25.
8. YAMIN, Luis. 1978. “Los recuerdos en psicoanálisis”, Rev. Soc. Col. De Psicoan., Vol. 3, No. 1, pág. 51.

7.

1. SANCHEZ MEDINA, Guillermo. 1977. “Aspectos en la formación de analistas”, presentado en la IPA, Pre-Congreso Didáctico en Jerusalén.
2. SANCHEZ MEDINA, Guillermo. 1980. “Metodología de la Enseñanza en Psicoanálisis”. Rev. Soc. Col. De Psicoan., Vol. 5, No. 2, pág. 175.
3. VILLAREAL, Inga de y LAVERDE RUBIO, Eduardo. 1981. “El elemento narcisista en la vocación del psicoanalista”, Rev. Col. De Psicoan., Vol. 6, No. 1, pág. 75.
4. Op. Cit., pág. 79.

CLIC AQUÍ Y DÉJANOS TU COMENTARIO

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *