El Psicoanálisis dentro de un Contexto Científico

DR. GUILLERMO SÁNCHEZ MEDINA

Con respecto a las expectativas y exigencias que se hacen al psicoanálisis, Freud se expresa de la siguiente manera:

“Una vez más mi objetivo ha sido no hacer ningún sacrificio para aparecer simple, completo o terminado, no disimular problemas y no negar la existencia de brechas o incertidumbres. En ningún otro campo del trabajo científico sería necesario jactarse de tales modestas intenciones.

Ellas son consideradas universalmente evidente; el público no espera otra cosa. Ningún lector de un trabajo de astronomía se sentirá frustrado y despreciativo de la ciencia si se le muestran las fronteras en las cuales nuestro conocimiento del universo se fundó en las oscuridades. Sólo en psicología es de otra manera. Allí la ineptitud constitucional del hombre para la investigación científica queda completamente al descubierto.

Lo que la gente parece exigir de la psicología no es progreso en el conocimiento sino satisfacciones de otra especie; todo problema irresuelto, toda incertidumbre admitida, es convertido en reproche contra la psicología”. (Freud, 1932) (1).

En otra obra (Totem y Tabú 1912) Freud deja planteado  tres sistemas que controlarían al hombre en su relación con el conocimiento de la realidad objetiva extrema y la subjetiva interna; en estos sistemas participaría el espacio virtual del inconsciente y de tal manera el pensamiento mágico-omnipotente.

Es así como lo expresa: “La humanidad, si damos crédito a las autoridades, ha desarrollado a través de los tiempos tres sistemas de pensamiento, tres grandes representaciones del universo: animista (o mitológico), religioso y científico”, y más adelante: “La primitiva creencia en la omnipotencia aún sobreviven en la fe que el hombre posee acerca de la mente humana, la cual lucha contra las leyes de la realidad” (2).

El objetivo del psicoanálisis es precisamente descubrir y desenmascarar esa lucha ubicada en la relación sujeto-objeto, entre lo interno y externo, lo inconsciente y lo consciente:

Esa misma relación se realiza en el laboratorio analítico entre analista y analizado, entre los cuales ocurren una serie de fenómenos como es el de la transferencia–contratransferencia y el de la interpretación, entre otros.

A todo esto se oponen, en ocasiones, en cuanto es conocimiento, aquellos sistemas para impedir conocer en verdad al ser en su profundidad, en la cual se encuentran las fuerzas de la vida y de la muerte. De todo esto surge la dificultad de ubicar las disciplinas y teorías psicoanalíticas dentro de la ciencia.

Si bien cada disciplina científica tiene métodos de observación, experimentación  y conceptos teóricos propios, sería verdaderamente insólito  que la escritura lógica básica de una teoría adecuada para el psicoanálisis fuera totalmente diferente…”. “El fin último de la ciencia es idear teorías o descubrir leyes que expliquen los hechos de la experiencia.

Estas teorías o leyes en psicoanálisis son generalizaciones de creciente amplitud y abarcan los fenómenos empíricos que interesan especialmente a la ciencia natural (y a las ciencias conceptuales). Lo que observamos de todo esto es que pueden ser hipótesis o proposiciones acerca de propiedades o atributos de cosas y hechos o fenómenos, y de sus observaciones, descripciones, relaciones, clasificaciones y nuevas hipótesis, todas las cuales a la vez forman un sistema ordenado o estructural (Peterfreud, E. 1976) (3).

Por su parte, la confiabilidad en una teoría se consigue“cuando las pruebas repetidas no revelan contradicciones”. Y la ciencia misma no tiene como fin descubrir verdades absolutas; en cambio “busca marcos de referencia que hagan posibles el entendimiento y pronósticos más amplios…” (opcit) que pueden llegar a una interpretación o a una explicación significativa.

(Lea También: Introducción a la Teoría de la Ciencia Psicoanalítica)

El psicoanálisis no ha podido encontrar su total explicación lógica dentro del contexto biológico y evolutivo:

Sin embargo trata de ubicar en el centro de sus investigaciones la mente del hombre, y hacerla objeto de su propio cuestionamiento en cuanto a sus funciones, procesos y desarrollos, los cuales pueden ser estudiados desde distintos ángulos con diferentes modelos.

Es de observar cómo las ciencias conceptuales por ejemplo, las Matemáticas, la Lógica y la misma Historia, ayudan a explicar y entender los fenómenos de las ciencias energéticas, y no siempre lo contrario.

El punto de unión y/o conexión entre unas y otras podría plantearse en las ciencias que estudian la programación de los sistemas de información-comunicación, de lo conceptual en lo biológico, llegando a conocer no sólo los potenciales genéticamente heredados, sino los lenguajes de las señales codificadas y decodificadas, en las estructuras moleculares de los nucleótidos que forman el DNA y RNA, como principio del sistema vivo y que se desarrollan en el transcurso de la vida.

Si aceptamos estos puntos de vista, de tal forma, no se puede considerar la mente humana como un sistema separado de la estructura orgánica.

En el complejo sistema nervioso, es donde se programan y procesan e interpretan las informaciones de los órganos de los sentidos y percepción para integrar los sentimientos, los pensamientos, los juicios (el razonamiento y las decisiones)  y la actuación.

La perturbación de cualquier función, sistema y/o relación, produce el desorden en cualquiera de las áreas, conscientes e inconscientes.

Como es bien conocido los niveles de comunicación y de información son divididos en tres fundamentales:

La Pragmática (relación entre signos y el sujeto que los produce –transmisor– y los que los recibe –receptor–); aquí se presenta la palabra hablada y su estudio lo hace la fonética. La Sintaxis(relación de signos entre sí, la estudia la Gramática) y la Semántica que estudia los signos y sus significados, puede ser sincrónica o diacrónica. Las tres (Semántica, Pragmática y Sintaxis) constituyen la Lingüística.

Todas estas disciplinas en parte se tienen en cuenta en la teoría y en la teoría de la técnica psicoanalítica, pues se requiere saber de ellas para conocer su estructura y funcionalidad dentro del proceso analítico, ya que gracias a la palabra, a la significación y al sentido y construcción gramatical, podemos también comunicarnos y tener los datos de comunicación.

Un organismo procesa información filogenética (código-genético) y la ontogenética (memoria, experiencias) a más de los estímulos internos y externos. Las funciones cerebrales a la vez permiten seleccionar la información para luego trasmitirla y comunicarla.

La teoría psicoanalítica habla de representaciones; al hacerlo,, está aceptando tácticamente los mecanismos neurofisiológicos de la percepción y al referirse ala prueba y principio de realidad nos encontramos con los controles y reguladores psíquicos  que tienen su base somática (neurona); los conceptos de adaptación de por sí tienen su base biológica que lleva a los órganos y sistemas a cambiar y aprender, lo que no es otra cosa que un nuevo ordenamiento, un aprendizaje que implica a la vez la integración de sistemas que producen un cambio en el organismo.

El proceso de cambio puede revertirse en uno creador o científico, uno y otro nunca terminan, más cuando siempre se están creando nuevas asociaciones e informaciones.

De todo lo expuesto podemos plantear cómo es necesario tener en cuenta esta serie de aspectos de distintas disciplinas que participan no sólo en la práctica  psicoanalítica sino en las conceptualizaciones teóricas y las técnicas, así como en la investigación del psicoanálisis.

El psicoanálisis mismo es, podríamos decirlo, una proposición de un sistema deductivo  que puede considerarse en diferentes ordenamientos y niveles.

De tal manera las leyes o las reglas surgidas de la teoría, no son otra cosa que la correspondencia a los hechos de la experiencia directamente observables.

De esto podemos también deducir, cómo un sistema propiamente dicho no es lo mismo que un modelo, el cual supone toda una construcción lógica.

El hecho del que el psicoanálisis tome aspectos conceptuales de hipótesis de otras ciencias, no invalida la suya propia; por el contrario, quizás la refuerce o le dé más consistencia en el conocimiento de los fenómenos y procesos mentales. Quizás algo muy importante es la diferencia con todas las otras ciencias, y es que el psicoanálisis toca íntimamente con la subjetividad y la objetividad así como con la intersubjetividad, la cual sirve como laboratorio y campo de investigación de una de las partes subjetivas que es el analizado.

Es mi deseo insistir una vez más cómo la validez del mismo psicoanálisis es cuestión, como en otras ciencias, de cierta probabilidad e incertidumbre en un continuo descubrimiento.

El proceso analítico descubre nuevas posibilidades, nuevas dimensiones; no crea nada nuevo como estructura pero sí como nuevo campo en esa repetición de hechos internos y externos que pueden cambiar a cada momento.

En realidad la situación analítica crea de por sí algo nuevo entre la díada (paciente-analista), eso nuevo se refiere a algo específico y es la misma relación y su lenguaje que busca la verdad interna es un proceso de descubrimiento en donde son dos los buscadores y uno el buscado. Con respecto al descubrimiento, es lo que siempre ha estado dentro de la mente del sujeto analizado; es quizás un redescubrimiento o un despertar lo que estaba cubierto o reprimido.

Para realizar esta tarea, repitámoslo una vez más, se requiere de varios instrumentos técnicos, entre los cuales se encuentran la interpretación  y todas las funciones y mecanismos que llevan a la pareja analítica  a pensar y conocer. De ahí la importancia de conocer todas estas funciones y mecanismos para poder saber con qué y cómo la mente funciona en un trabajo analítico y así mismo poder, con sus límites, comprender mejor la ciencia psicoanalítica.

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