Una Perspectiva Actual de la Psiquiatría, el Psicoanálisis y las Nuevas Fronteras, (12)

DR. GUILLERMO SÁNCHEZ MEDINA

Lo que voy a traer aquí son algunos caminos de investigación, aceptando que todo nuestro conocimiento sobre el cerebro y la mente y su funcionamiento todavía, algunos lo conside­ramos precario.

Investigaciones neuropsíquicas

Las investigaciones neuropsíquicas han tenido su desarrollo en diferentes partes de nues­tro planeta en distintos e importantes universidades e institutos y desde diferentes perspecti­vas; aun más, en la actualidad el Presidente de los Estados Unidos B. Obama ha lanzado el proyecto ya intentado años atrás de la construcción del “mapaexacto del cerebro con un pre­supuesto de 3 mil millones de dólares por año durante 10 años, para detectar cómo se alteran las funciones cerebrales y con ello las psíquicas; por ejemplo, el Alzheimer y tantas otras.

Conocemos que el estudio del cerebro y la mente partió de diferentes puntos algunos equidistantes, y ahora, en el Siglo XXI se están haciendo presentes para crear un estado avanzado en el conocimiento científico de la psiquis. Actualmente el concepto de materia y energía se alternan manifestándose como una u otra; fue así como nos lo aclaró Einstein con su ecuación E=mv2. De tal manera se integra la materia y energía y el pensamiento filosófico de la sustancia del ser.

Sigmund Freud en 1938, en su obra “El Esquema del Psicoanálisis” escribió: “… Solo cabe… admitir que existen procesos físicos… concomitantes de lo psíquico, siendo evidente que forman series más complejas que las psíquicas…”.

En el estudio de las neurociencias:

Nos encontramos con los conceptos de glía, redes, sinapsis, citoesqueleto y neurotransmisores; es así como llegamos al estudio de la química molecular, en que los péptidos participan en el control de la dinámica cerebral a través de los neurotransmisores como la serotonina; de ahí parte la psicofarmacología actual.

Es así tam­bién como llegamos a la física y a la mecánica cuántica; es decir, la función de las partículas elementales cuánticas que se miden a través de la función de onda; así también nos hallamos con la geometría y las matemáticas; el algebra, el cálculo y la estadística para calcular y de­mostrar el comportamiento de las ya mencionadas partículas elementales o cuánticas. Para arribar a nuestra meta, es necesario tener muy en cuenta, los conceptos de red y de sistemas de funcionamiento, en especial el sistema neuro-psicosomático.

Dos campos el consciente y el inconsciente

El sistema psíquico comprende dos campos el consciente y el inconsciente para llegar al conocimiento y de éste partir al pensamiento pasando por la sensopercepción, la repre­sentación, la atención, la memoria, el aprendizaje y la inteligencia y otras más; todos ellos provenientes de los ya mencionados funcionamientos sistémicos y el concepto de red y sis­temas.

¿Cómo se realizan todos estos procesos? La respuesta la vamos a ver a través de las ya mencionadas funciones y reacciones psico-físico-químico-cuánticas de las neuronas que forman una red de señales que operan en las distintas áreas cerebrales, empleando mensajeros químicos e impulsos eléctricos neurobiológicos. Vale la pena aclarar que existen en la corteza cerebral cien mil millones de neuronas (entre 1011, 1012) y con 1014 conexiones sinápticas (en­tre 100 a 500 billones de sinapsis); en un niño alcanza los mil billones de sinapsis. El modelo sináptico contempla el área presináptica, la hendidura sináptica y el área post sináptica dentro de la red neuronal en donde opera la sinapsis cuántica.

Pensemos ahora muy superficialmente en la operatividad de la sinapsis cuántica desde una molécula de ADN y el átomo de oxígeno; un núcleo con un neutrón, un protón y dentro de estos últimos los quarks.

Tanto los electrones como las partículas contenidas en los protones y neutrones se denominan partículas elementales que no son divisibles y que tienen sus fuer­zas, movimientos o giros, a la vez, los giros pueden ser positivos o negativos y todos ellos constituyen los “bits cuántico” o “qbit” los cuales en su trayectoria señalizan o codifican la información proveniente de las sensopercepciones y con ello los productos que denominamos representaciones conscientes e inconscientes, fantasías, pensamientos y palabras (verbales y escritas), etc.

Los “bits cuánticos” aparecen un billón por segundo, con grafos de señaliza­ción, y circuitos, en una trayectoria química eléctrico-cuántica; esto opera en los micro y nano túbulos de la tubulina α, β, γ. Todas estas codificaciones conforman conjuntos o elementos del sistema psíquico en relación con el mundo interno y el mundo externo del medio ambiente social. Es así como también podemos entender mejor la psicolingüística.

Recapacitemos cómo el cerebro se organiza y auto-organiza con la genética, manteniendo una dinámica no lineal según el flujo de información que ingresa a las neuronas.

Téngase en cuenta que el cerebro es un sistema complejo altamente dinámico, es el “hardware” íntima­mente ligado a un “software” biológico cuyo código es cuántico, y, suponemos que la señali­zación se realiza sobre los átomos de moléculas de cada neurona, formando circuitos que aun desconocemos.

Se conoce cómo las señales en el cerebro en las redes neuronales presentan un comportamiento dual onda-partícula y éstas últimas pueden operar en dos lugares al mis­mo tiempo con comportamientos distintos; he ahí los conceptos de universos paralelos y/o multi universo.

La forma como el cerebro almacena y procesa información, está a una escala molecular atómica y radica en la configuración de la energía y el movimiento electrónico implicado en el transporte de la información ya sea intra o interneural. Por lo tanto la materia intercambia información y la información es energía.

Las sensopercepciones, la memoria, las representaciones y el pensamiento se hallan almacenados y procesados en moléculas y átomos. La memoria y su relación con el cerebro va más allá de lo fisiológico; existe un vínculo que obedece a los principios de la mecánica cuántica y a la teoría de los sistemas di­

námicos no lineales o complejos. Los estudios científicos nos muestran que todo lo que se procesa en el cerebro se hace a través de cuantos de energía que se mueven entre niveles y subniveles cuánticos en los átomos y moléculas.

En síntesis podemos inferir que existe una interrelación entre la física cuántica y la psiquis; de tal manera, todas las funciones, mecanismos y fenómenos del pensar y del sen­sopercibir son bien estudiados en su interrelación con significados, significantes y sentidos, y pertenece a funcionamientos dinámicos de las organizaciones psíquicas y de la física cuán­tica con sus distintos potenciales.

Es así como podemos comprender cómo a cada proceso psíquico le corresponde una función de onda probabilística y/o densidad de onda cuántica. Actualmente en el Siglo XXI conocemos las áreas, centros y sus conexiones, por ejemplo las “neuronas espejo” que corresponden a la empatía, imitación e identificación de conductas. Lo que no sabemos por ejemplo, es sobre cuáles son las moléculas, partículas y circui­tos responsables de cada una de las funciones psíquicas y de las fantasías conscientes e inconscientes.

Los modelos psicoanalíticos o psicodinámicos representados como órbitas conceptua­les, aparecidos en el Siglo XX siguen vigentes al igual que los conceptos de instinto (libido-tánatos) con sus energías, los conceptos de filo y ontogenia, el modelo estructural (Ello, Yo y Superyó), también con sus energías y espacialidades e idealizaciones, la psicología del “sí mismo” (“self”), lo tópico (consciente, inconsciente, preconsciente), la relación sujeto objeto asociada a los sistemas y procesos o posiciones psíquicas con sus defensas y dinamismos; y, el tan ya nombrado complejo de Edipo y la psicología del narcisismo, y, otros más, esquemas referenciales, entre los que se encuentran los conceptos de desidealización, diferenciación del Yo e identificación consigo mismo y así tener identidad.

Cada uno de los modelos tienen su operatividad en la teoría de la técnica; lo más impor­tante ahora en la práctica clínica, es el manejo de la “transferencia-contratransferencia” (ésta última es la resonancia psíquica en el terapeuta) la cual es útil para detectar los núcleos ope­rantes en la terapia del paciente que revive todas sus etapas incluyendo fantasías de épocas primitivas.

Cada sujeto tiene sus propios mecanismos psíquicos ordenados o desordenados de acuer­do con las circunstancias; cuando existe una continuidad en los síntomas puede ocurrir que se manifieste como una categoría que es factible de ser una defensa. En realidad cada patología es factible de verse como una línea límite de fronteras que se inicia con la ansiedad y termina con la confusión y psicosis; todo depende de cómo el Yo se posicione y defienda.

Téngase en cuenta que en psiquiatría y psicoanálisis se presentan los blancos y negros y todas las tonali­dades de grises y colores, desde los más tenues hasta los fuertes que impresionan; esta es la metáfora que utilizo para no entrar en las diferentes clasificaciones de la clínica psiquiátrica o mecanismos o dinamismos psicoanalíticos. De todo esto es factible concluir que falta mucho por descubrir y es necesario recorrer y traspasar diferentes fronteras para llegar a conceptos reales verdaderos y nuevos.

En conclusión podemos inferir que existe una interrelación entre la física cuántica y la psiquis; de tal manera, todas las funciones, mecanismos y fenómenos del pensar y del senso­percibir son bien estudiados en su interrelación con significados, significantes y sentidos, y pertenecen a funcionamientos dinámicos de las organizaciones psíquicas y de la física cuán­tica con sus distintos potenciales.

Es así también como la nueva psiquiatría, el psicoanálisis y la psicología (cognitiva, conductual, sistémica procesal y psicodinámica) se nutren de estos conocimientos para darle explicación a los mismos y es factible encontrar espacios de con­vergencia y complementariedad.

(Lea También: Las Fronteras en Psicoanálisis)

Los modelos psicoanalíticos siguen siendo válidos; sin embargo, cada uno tiene la po­sibilidad de entenderse mejor en su relación materia-energía (cerebro-mente) y sus relacio­nes con la vida instintivo-afectivo-emocional.

Los tratamientos psicoterapéuticos se guían de acuerdo a sus modelos y lo central en la terapia es la relación dual (paciente-terapeuta) con los mecanismos ya nombrados, de “transferencia-contratransferencia”, la primera se refiere a la que el paciente transfiere al terapeuta y la segunda la resonancia de esta última y la conscien­cia de ésta última y sus vicisitudes, lo cual es básico para el manejo terapéutico.

Podemos concluir que es factible entender el psicoanálisis como una construcción lógica y una comprensión de lo ilógico; el cerebro se contempla dentro de un nuevo contexto en donde actúan los procesos reversibles e irreversibles no lineales, complejos en los cuales opera el desorden, lo irracional y el caos para llegar a un orden, al pensamiento lógico, y al lenguaje con la comunicación verbal, preverbal y extraverbal en que se comunican del inconsciente de uno al inconsciente del otro, y en donde participa la intuición; a la vez, las áreas de conflicto se develan a través de la comunicación y la conducta; y así se abre la posibilidad de reparar o reconstruir lo dañado y/o desordenado en el mundo psíquico. He aquí todo un campo en la frontera psíquica.

Aquí incluimos la teoría de la complejidad o el pensamiento complejo por medio del cual entendemos el funcionamiento cerebro mente; todo lo cual nos lleva al entendimiento de la operatividad de la física cuántica para producir la función psíquica la cual también es estudiada, investigada para implementar métodos técnicos y prácticos en los des­órdenes mentales con modelos cognitivos, sistémicos, conductuales individuales y grupales.

Actualmente los pacientes atendidos en algunas clínicas especializadas en forma ambu­latoria o no, lo hacen con programas y procesos que tienen sus diseños específicos de huma­nización y con una gestión estratégica en la que se contempla la mejoría continua individual y colectiva, a la vez que una misión y visión dentro del enfoque biopsicosocial, psicodiná­mico, cultural, económico, ecológico, con objetivos de calidad de salud física, mental y so­cial, ayudados por la informática y dentro de una planeación individual y colectiva, a la vez de investigación teniendo en cuenta los principios bioéticos.

También se está discutiendo la programación de la creación de “casas de reposo” para sujetos con deseos de “estar” en un ambiente armónico, tranquilo, sin estrés, en el que se pueda reposar” sin exponerse a los altos grados de alerta que requiere el ambiente habitual, y en donde se puede conseguir la atención científica psicoterapéutica, en un ambiente adecuado para ello y sin desconectarse con el mundo externo y menos con la lúdica relajante; a la vez, se desea una buena gastronomía y atención emocional, no conseguida en hoteles, hostales o vacaciones con turistas.

Si bien esta idea se aparta de la atención médico-psiquiátrica especializada para los en­fermos con trastornos mentales, no por ello significa que deje de ser científica, pues se puede realizar una atención médica integral ofreciendo muchos o algunos procedimientos expuestos en los capítulos XVII y XVIII sin menoscabar los principios éticos, científicos; obviamen­te estas ideas no nacieron en el siglo XXI.

Pues ya en siglos pasados en Europa y Estados Unidos funcionaron estos programas los cuales también están sujetos a grandes resistencias por los mismos médicos que los acompaña la estructura cúbica en la cual es imposible lle­nar la esfera completamente con éste juego, o viceversa, pues siempre le quedan espacios vacios; aquí recuérdese que el ser humano está hecho con círculos (las células, moléculas y átomos tienen conformación esférica o cerca de ella) y lo mismo es el universo; el triángulo, el cuadrado, el pentágono, etc. es diseñado por el hombre y raramente por la naturaleza; pro ejemplo las células de Bernard.

En síntesis las funciones de las partículas cuánticas (en sus giros) son las responsables de las codificaciones o señalizaciones que se conectan o asocian con emociones, representa­ciones y conceptos que llevan al pensamiento, al significado y a la palabra en forma concreta o abstracta; se requiere entender que hay pre codificaciones determinísticas (código genéti­co con sus distintos programas biopsíquicos); las vivencias con respecto al medio ambiente también determinan la ordenación cuántica que participa en el consciente e inconsciente con todos los programas y/o modelos codificados.

En síntesis, podemos concluir que en y con las funciones cerebrales, se construye el pen­samiento y la esencia de la psiquis del ser humano. Con los futuros avances de la nanotecno­logía y ciencias afines, es muy probable diseñar, controlar y modificar materiales orgánicos e inorgánicos para implementar sistemas computacionales que emulen el funcionamiento, y en cierta medida el comportamiento de un ser humano.

¿Para qué sirve todo este conocimiento y qué consecuencia práctica tiene? La respuesta no solamente es para entender, sino que conectando o interrelacionando el conocimiento de las diferentes disciplinas ya mencionadas nos encontramos con el “proyecto cerebro azul” de Suiza que pretende reproducir informáticamente el cerebro humano a todos sus niveles y con él aplicar la nanotecnología, la cibernética, construir nano mecanismos, sistemas de inteligen­cia, proyectos de “nano robótica” (nano robots).

En el futuro, en este siglo XXI se espera que habrá modificaciones en el ADN con la programación genética y así intervenir para una mejor ordenación del genoma y prevenir desarrollos patógenos, en la inteligencia, en la memoria, en la eliminación no solamente de células cancerígenas, sino posiblemente en el tratamiento de trastornos psíquicos adaptativos, bipolares, esquizofrenias, estados de ánimo, ansiosos, otras psicosis, desórdenes somatomorfos, disociativos, trastorno del sueño y otras enfermedades en el ser humano que son problemas o perturbaciones que afectan la psiquis. La psicopatología predominante ahora, es la de los trastornos afectivos.

Actualmente ya se realizan las psicoterapias psicoanalíticas por internet, vía sky, teléfonos celulares y/o las llamadas tabletas lo que falta es la investigación de los resultados.

También podemos pensar en la prolongación de la vida sin eliminar la relación dual humana paciente-terapeuta y con ello la psicoterapia en general y en especial el psicoanálisis. Todo es un de­safío y una problemática humana y de bioética para el siglo XXI; sin embargo, tengamos la esperanza de que el ser humano no termine solo en la relación hombre-máquina.

El estado actual del arte en la terapia psíquica y en la comprensión mental se basa en lo establecido en la “relación madre-bebé” y en los programas mentales que se construyen a través de la vida.

Este último concepto (de madre-bebé) es tan antiguo como la naturaleza; cuando apareció la hembra convertida en mujer madre en la cual se anida el ser, la esencia y existencia, para luego salir a la vida y a la consciencia de la misma, con continuos cambios (equilibrios y desequilibrios), órdenes o desórdenes hasta el fin, cuando terminamos en el regazo de la madre tierra, la cual seguirá su marcha hasta otro fin.

No es una sola frontera la que es necesario traspasar en psiquiatría y psicoanálisis, son varias y de distinta índole; por ejemplo, la necesidad de comprobar la participación de la teoría cuántica en las funciones mentales; además es importante y necesario seguir la explo­ración de la genética asociada a los diferentes trastornos psíquicos así como el conocimiento de la química cuántica en los campos conductuales, afectivo-emocionales y del pensamiento y, también de cómo se forman los programas mentales, sus circuitos neuronales y los neu­rotransmisores específicos con sus funciones y/o códigos en las molécualas especializadas.

Recabando, ninguno de las disciplinas que estudian los hechos neuropsíquicos tiene la última palabra, la verdad, puesto que todo se interrelaciona.

El peligro en cada una de las ciencias o métodos y técnicas es caer en el pensamiento mágico omnipotente, el cual se confabula con las interpretaciones; más aún con la premisa de que todo es interpretable y así fácilmente se llega a las interpretaciones equívocas, falsas, con generalizaciones y se entra en la omnipo­tencia del conocimiento o de la “razón”. Esa es otra frontera indispensable de dejar atrás y superar. Llegado a este punto dentro de este contexto de la obra pienso que vale la pena dedi­car unas páginas a las fronteras del psicoanálisis.


11 1 de febr 2014, DNI: 02661393-V, Calle Campanario, 26 – Cájar , Granada

12 Los textos que aquí aparecen fueron elaborados para una presentación en la Academia Nacional de Medi­cina de Colombia en marzo del año 2013.

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