Biografía de un Pensamiento
(Comentarios al Proceso Histórico de la Obra Científica del Académico Guillermo Sánchez Medina)
por ADOLFO DE FRANCISCO ZEA
Miembro Honorario de la Academia Nacional de Medicina y de la
Sociedad Colombiana de Psiquiatría.
Miembro de Número de las Academias de la Lengua y de la Historia.
Miembro Distinguido de la Sociedad Colombiana de Psicoanálisis.
“Todos los seres humanos aspiran por naturaleza al saber”
ARISTÓTELES. Siglo IV a.C.
“CIENCIA Y PENSAMIENTO MAGICO”
Obra del doctor Guillermo Sánchez Medina que hoy tengo el honor de prologar, es el más reciente de los libros que el distinguido médico psiquiatra y psicoanalista, pensador y humanista de valía y Miembro Honorario de la Academia Nacional de Medicina ha venido publicando en los últimos veinte años sobre las ciencias de la mente y los vínculos que las relacionan con otras disciplinas del Conocimiento y la Cultura; vínculos que en el caso del ilustre académico se establecen profusamente como redes que enlazan de modo inteligente los asuntos de que se ocupa, con miras a lograr que sus ideas, plasmadas en palabras, tengan unas con otras relaciones de tal cercanía que sus libros reflejen en el conjunto de su obra una armonía plena en la cual las desigualdades no existen.
Estos libros, a los que ha consagrado lo mejor de su inteligencia y su gran capacidad de trabajo, dan testimonio de su brillante carrera médica ornada por una amplia y selecta cultura que se enriquece y renueva diariamente por su esfuerzo. Los textos del eminente médico, escritos con honestidad intelectual, creatividad y rigor científico, resaltan con meridiana claridad sus condiciones humanas de excelencia.
Hacer el prólogo de cualquiera de sus libros lleva implícita la necesidad de conocer buena parte de su obra científica anterior, porque en ella se encuentra el origen y los comienzos de la secuencia lógica y coherente de sus ideas y el horizonte de sus reflexiones. Estudiar con cuidado sus textos o escribir comentarios sobre ellos, conduce sencillamente a imaginar lo que podría ser un proyecto de biografía de su pensamiento.
El Diccionario de la Lengua Española en su vieja edición de 1956 define la palabra prólogo como:
“Discurso antepuesto al cuerpo de la obra en un libro de cualquier clase para dar noticia al lector del fin de la obra o para hacerle alguna otra advertencia”. En su última edición del año 2001 propone una definición más sencilla, menos circunscrita y más amplia: “Escrito antepuesto al cuerpo de la obra en un libro de cualquier clase”. El sentido de la definición de la palabra prólogo, me autoriza a ocuparme no sólo del libro que se me ha encomendado prologar sino del conjunto de obras que lo han precedido en el tiempo. Esto me permite llegar a una visión más integral del pensamiento del autor.
La obra científica del doctor Sánchez Medina representada por sus libros hoy supera los treinta y cinco volúmenes; se inició hace casi medio siglo con la publicación de “Amor, Odio y Perversión” (1969), un libro de psicoanálisis de corte fundamentalmente freudiano, actualizado al momento en que se publicó, destinado a los estudiosos de la psicología y la psicopatología, a los miembros de la Sociedad Colombiana de Psicoanálisis y a sus discípulos del Instituto Colombiano de Psicoanálisis, instituciones a los que pertenece desde hace largo tiempo.
Desde 1969 hasta el presente, Guillermo ha continuado produciendo con perseverancia y dedicación obras que versan sobre diferentes aspectos del psicoanálisis, desde su orígen ya lejano en el descubrimiento del inconsciente por Sigmund Freud, el psiquiatra vienés cuyo libro “Estudios sobre la Histeria” (1893-1895) y su trascendental obra “La Interpretación de los sueños” (1900) marcaron el comienzo de la psicología profunda y el estudio de la psicopatología desde nuevas perspectivas hasta su desarrollo actual que lo vincula de cerca con las ciencias cognitivas y la filosofía de nuestros días.
Algunas de sus obras iniciales tratan sobre los fundamentos básicos de la teoría y la práctica del psicoanálisis, su organización como especialidad independiente, sus sistemas de enseñanza, la historia de las instituciones y de las escuelas psicoanalíticas posteriores a Freud y la posición que hoy ocupa el psicoanálisis en el concierto de las ciencias humanas. En este escrito, sólo me detendré brevemente cuando sea necesario hacer algún señalamiento a aspectos puntuales de esas primeras obras.
Es preciso comenzar refiriéndome ante todo a tres libros que a mi modo de ver contienen los elementos primordiales que anticipan el rumbo que habrían de tomar sus obras posteriores: “Psicoanálisis ayer, hoy y mañana”, “Historia del psicoanálisis en Colombia” y “Tiempo, Espacio y psicoanálisis”. Una lectura atenta revela la solidez de la estructura mental del académico y atestigua su bien ganado prestigio de atinado investigador de los asuntos de la mente.
En el “Psicoanálisis ayer, hoy, mañana” (1990), estudia la historia del psicoanálisis en Colombia y América Latina y hace una crítica acertada de los hechos históricos.
En la “Historia del psicoanálisis en Colombia”, que en cierta forma complementa la obra anterior, examina los aconteceres del psicoanálisis en la Academia Nacional de Medicina y recuerda las épocas en que el psicoanálisis no era considerado todavía como disciplina científica por buena parte de los círculos médicos, situación que se modificó favorablemente al iniciarse la segunda mitad del siglo XX como resultado del trabajo fecundo y productivo de los psicoanalistas que han sido miembros de la Corporación a lo largo del tiempo.
Sánchez Medina presenta sus hojas de vida y señala cuáles han sido sus contribuciones a la medicina, indicando además que pertenecen a diversas escuelas psicoanalíticas y que su pensamiento filosófico los sitúa entre el agnosticismo a ultranza de los unos y el espiritualismo de los otros.
Por su interés histórico y por su nivel científico de altura, la obra fue incluida como contribución significativa del ilustre académico en el volumen especial de la Academia que tuve el privilegio de editar con motivo de la conmemoración del Segundo Centenario de la Independencia. El volumen lleva por título: “Academia Nacional de Medicina. Páginas de su Historia. Libro del Bicentenario” (2010).
El tercero de los libros que me he permitido escoger entre la producción científica de su primera época, “Tiempo, Espacio y Psicoanálisis” (1987), es una de sus obras más notables y mejor trabajadas cuya lectura permite disfrutar de su valioso contenido filosófico y psicológico, admirar la erudición del autor y su dominio de la temática del psicoanálisis, su facilidad para comunicar adecuadas respuestas a cuestionamientos en ocasiones difíciles y abstrusos y su manera peculiar de plantear con sobriedad las incógnitas todavía no resueltas.
Sánchez Medina se propuso desarrollar en este libro una temática filosófica y psicológica de interés en torno a la temporo-espacialidad vista a la luz del psicoanálisis, dedicando algunos apartes iniciales del libro al estudio del espacio, el tiempo y el movimiento.
En la Introducción expone sucintamente los conceptos relativos a la espacialidad, la temporalidad y el movimiento en las relaciones sujeto-objeto, advirtiendo que las ciencias psicológicas y biológicas, la física, la filosofía, la epistemología y la fenomenología se ocupan de esos temas; expresa su propósito de centrarlos en el modelo psicoanalítico en general y especificamente en la situación analítica y señala que la situación dual que se vive en el binomio analista-analizado establece su propia espacialidad, su temporalidad, su movimiento, el curso evolutivo de su historia y su interpretación.
“De esa manera se comprende el movimiento del proceso y las reconstrucciones que opera la relación transferencia-contratransferencia”.
Guillermo sostiene que la espacialidad, la temporalidad y el movimiento, como elementos que participan en la situación analítica, repite los ritmos, ciclos y controles de la unidad espacio-tiempo que fueron instaurados con anterioridad pero que sólo tienen la posibilidad de modificarse en el “aquí y ahora”.
Explica el pensamiento de Newton sobre el espacio y el tiempo absolutos y el de Berkeley sobre el mismo tema, señalando la posición de esos gigantes del pensamiento frente a la ciencia: “Para Berkeley y para Bacon, dice, la ciencia se reduce a un conjunto de leyes o reglas emanadas de la experiencia sensible en la cual se encuentra de manera directa su verdad.
Para Newton, la ciencia debe tender en su forma acabada a constituirse en un sistema fundamentado en principios universales”. Con esta perspectiva, “la verdad de una proposición reside primordialmente en su vinculación lógica y coherente con los elementos, conceptos, principios y leyes que constituyen el sistema teórico”.
En la situación analítica, continúa, hay que distinguir el espacio desde el punto de vista del analista y del analizado. Los espacios son diferentes para cada uno de ellos, pero ambos se encuentran en el encuadre.
El analista y el analizado se descubren, se acercan pero no con los límites y la actividad del encuadre sino con la funcionalidad de los mecanismos de cada uno de sus aparatos mentales; un mecanismo está representado por la identificación en general; el otro por la identificación proyectiva en particular.
Expone el concepto del Tiempo desde la vertiente del psicoanálísis antes de penetrar en la temática de las senso-percepciones y el funcionamiento del aparato mental.
Para el psicoanálisis existen dos tiempos diferentes: uno es el tiempo interno, múltiple, el tiempo del Yo que imagina, percibe, fantasea y vive internamente; el otro es el externo representado por el tiempo cronológico.
En el tiempo interno se incluye el tiempo de los sueños, el tiempo de la creatividad, el de los mitos, el del proceso analítico en la transferencia-contratransferencia y el concepto de todo lo mágico.
Al tiempo externo le corresponde la temporalidad física, la matemática y la cronológica de acuerdo a los modelos existentes. Al mencionar el tiempo de la psicopatología, trae a manera de ejemplo el tiempo del paciente melancólico y depresivo para el cual “no es posible sentir el futuro cambiante sino el “ahora” doloroso del ayer”.
Considera que la noción de senso-percepción y concepción del espacio en general se realiza en el mundo interno, en el Yo psíquico y en el corporal; allí se producen los descubrimientos, se ordena y analiza, se sintetiza, se inventa, se reduce la figura, se integran los conceptos, se convierten en signos o estos en figuras, antes de llegar a las ecuaciones y las leyes.
La realidad interna y su contraparte la realidad externa, se dan a conocer por medio de nuestras senso-percepciones que instauran la experiencia y la vivencia; la sucesión de la una y la otra da la noción de realidad interna-externa sin desconocer la vivencia inconsciente del espacio, el tiempo y el movimiento.
Al discutir las senso-percepciones anota que presentan tres caras que es preciso tener en consideración: la cara externa presente hacia el afuera, la cara interna que corrresponde al mundo mental representativo conocido, y la tercera que ignora que percibe conscientemente: el inconsciente.
Entre las dos primeras caras, la interna y la externa, existiría otra más que corresponde al estado de senso-percepción y conciencia conocido como el preconsciente en el cual se sitúan las asociaciones libres, la atención flotante, los sueños y los actos creativos, los delirios y algunos otros fenómenos mentales.
“Tiempo, espacio y psicoanálisis” es una obra de mayor complejidad y más difícil comprensión que las anteriormente mencionadas.
El académico estudia en ella algunos elementos del psicoanálisis que pertenecen a la vez a la psicología y a la filosofía y señala la ineludible necesidad de apartarse de los libros que tratan preferentemente sobre el psicoanálisis propiamente dicho para poder internarse en terrenos en donde el psicoanálisis interactúa con la filosofía, la historia y otras disciplinas del Conocimiento.
En la parte final de la obra expone sus ideas sobre las redes de conocimiento, estructuras análogas metafóricamente a las telarañas, que se crean con el fin de interrelacionar entre sí disciplinas diversas, como la biología con las disciplinas de la Cultura, “con la influencia epigenética que la Cultura traza en forma igual a como lo hace la genética en la selección natural”.
En el Epílogo, la psicóloga Diana Patricia Evers hace la síntesis siguiente:
“Esta obra, partiendo de la concepción lógica del Espacio y el Tiempo nos muestra los caminos que estas realidades trazan dentro del aparato mental, nos señala cómo se exteriorizan tanto en su integración como en su patología, nos descubre las consecuencias del movimiento que se engendra, nos conduce por las vertientes del pensamiento mágico a los mitos, para entrar inevitablemernte en una de las realidades más intensas y determinantes del comportamiento del ser humano: la Sociedad.
Finalmente, y como una victoria frente al espacio y el tiempo: la Creación, en la que se plasma la esencia de la vida y se traspasan las fronteras que la muerte intenta fijar a todo cuanto existe”. Termina el Epílogo sosteniendo que la fantasía del lenguaje psicoanalítico y la creación del lenguaje artístico se asemejan: el psicoanálisis y el arte tienen como objetivo fundamental trascender la muerte.
“Tiempo, Espacio y psicoanálisis”, en cuyo examen me he detenido, abre el camino a otra de las obra de sus primeros tiempos: “Historia, Sociedad, Psicoanálisis y Medicina” (1987). En este libro se destaca el papel que desempeña el psicoanálisis en el estudio de las temáticas que guardan relación con areas específicas de la Cultura.
El distinguido académico e historiador Javier Ocampo López afirma en el prólogo que la Historiografía de la segunda mitad del siglo XX se interesa por la dinámica de las Sociedades Humanas en el tiempo y el espacio; por el estudio de los hechos de masas, las mentalidades colectivas, y un extenso grupo de hechos sociales, culturales, religiosos, económicos, institucionales y políticos.
Para realizar en buena forma su cometido de hacer el análisis histórico, la Historiografía se apoya en los métodos científicos y en las contribuciones de otras Ciencias Humanas como el psicoanálisis, la sociología, la antropología, la demografía, la economía, la política y el estudio físico y psicoanalítico de los hombres que han dejado huellas positivas o negativas en el destino de los pueblos.
Con estas palabras, del historiador Académico Ocampo López describe las tendencias actuales de la Historiografía y rubrica las opiniones del científico Sánchez Medina que a lo largo del libro se refiere precisamente al papel del psicoanálisis en el estudio de los hechos y de los personajes de la historia.
Dice así: “Toda sociedad, todo grupo, toda institución, tiene líderes que desarrollan una psicodinamia especial dentro de la masa y en el proceso histórico. El historiador debe analizar los aconteceres de la historia con la perspectiva psicodinámica para entender los hechos que suceden en ella, develando las fuerzas inconscientes como motores que actúan y mueven al hombre a través de la historia”.
Con la aparición de sus obras que tratan sobre las interrelaciones de las ciencias de la mente con las de la Cultura en sus distintas manifestaciones, Sánchez Medina da comienzo a una importante serie de publicaciones sobre asuntos que van más allá del psicoanálisis mismo, y aun del psicoanálisis aplicado, para entrar en otras áreas del Conocimiento.
Explora y profundiza con rigor en los terrenos de la metafísica que investiga la estructura de la realidad, en la ética que se ocupa de las normas que regulan la cultura humana; en la lógica que establece los preceptos del razonamiento válido, en la teoría del conocimiento que descubre lo que está en nuestro poder conocer, en la literatura que nos proporciona el placer de disfrutar con el pensamiento los mundos desconocidos del espíritu; y por último, en la mitología que ofrece explicaciones simbólicas extrañas sobre los hechos más sobresalientes de la historia temprana de la humanidad haciendo uso para ello del pensamiento irracional y del lenguaje mítico.
De paso, e incidentalmente, debo señalar que muchos temas que tratan las disciplinas del Conocimiento, se analizan y difunden en las publicaciones de los escritores científicos de la Tercera Cultura que buscan ponerlas al alcance del público lector.
En el año 2002 publicó su libro “Modelos Psicoanalíticos”, un enjundioso estudio sobre la arquitectura y la dinámica del aparato mental sobre el cual su prologuista, la doctora Inga de Villerreal, se expresa en la siguiente forma: “El libro es un enfoque personal y original de su autor que se ha independizado de las escuelas de psicoanálisis post-freudianas incorporando aspectos importantes de esas teorías que son muy divergentes entre sí, confrontando sus planteamientos teóricos con la experiencia clínica”.
El autor llama la atención sobre la influencia en la vida mental del ser humano de los factores genéticos heredados en las estructuras biológicas y sobre el papel de los factores sociales y económicos en la desorganización de la mente y las conductas. Sostiene que no todas las escuelas dan importancia al impacto de los factores genéticos en el desarrollo evolutivo del aparato mental; de hecho, menos aún a ciertos rasgos como lo instintivo, lo obsesivo, lo fóbico, lo melancólico, lo esquizoparanoide, lo depresivo y lo narcisístico.
Presenta una síntesis comprensiva de la complejidad de la psicodinamia del funcionamiento mental, para entrar después, sin comprometerse con ninguno, en el examen de cada uno de los modelos psicoanalíticos. Estudia en seguida la relación del analista-analizado en la práctica clínica y destaca con imaginación las diferencias que eventualmente podrían encontrarse entre un psicoanalista de la época victoriana de Freud y un psicoanalista del siglo XXI en el que estamos. Considera que un psicoanalista de este siglo tendría que ocuparse de conocer en detalle no solamente los descubrimientos de Freud sino las contribuciones que surgieron después, las que irán apareciendo con el tiempo y los aportes de las ciencias cognitivas. Varios apéndices del libro versan sobre temas de interés permanente: los instintos tanáticos y eróticos, el psicoanálisis y la Cultura y el psicoanálisis y los fenómenos sociales.
A este libro siguió un impactante ensayo titulado “El Psicoanálisis y la teoría de la Complejidad” (2002), publicado en el mismo año de su libro anterior, ensayo destinado a estudiar los vínculos que interrelacionan las disciplinas biológicas del cerebro y la mente a la luz de los conceptos de la teoría de la Complejidad y caos. Presenta también algunas de las postulaciones teóricas más avanzadas de la física cuántica u ondulatoria que habrán de constituirse en los temas centrales de su obra “Cerebro Mente. El pensamiento cuántico”.
En la introducción define algunos de los temas que serán tratados: la relación del psicoanálisis y la teoría de la Complejidad; la teoría de la Complejidad y los modelos psicoanalíticos, los sistemas cognitivos y biológicos; el pensamiento sistémico y la teoria de la información; los conceptos de cognición, inteligencia, lenguaje y pensamiento; las pulsiones tanáticas y eróticas; los puentes comprensivos entre el cuerpo y la mente, y por último las ideas de Freud sobre las “series complementarias” que participan en la causalidad de los desórdenes psicopatológicos.
El académico explica en esta obra algunas ideas de Karl Popper sobre la lógica de la investigación científica que le son útiles para los planteamientos del ensayo, y expone las tesis de Ilya Prigogine sobre las estructuras disipativas tratando de encontrar “nuevas relaciones entre el conocimiento físico-biológico y el psicológico”, como lo señala el académico Patiño Restrepo en su pertinente prólogo a la obra.
Sánchez Medina está interesado en demostrar la existencia de “puntos fijos” en los síntomas psíquicos, que a la manera de los atractores en la teoría de la Complejidad sirven como puntos de organización y ordenamiento de los campos del pensamiento.
El académico José Félix Patiño Restrepo escribe las siguientes palabras: “La teoría de la complejidad plantea, como una nueva forma de pensamiento científico, que en la raíz de la totalidad de los sistemas complejos, desde el comportamiento molecular, los procesos biológicos y psicológicos, la acción de las naciones y los estados y el equilibrio de la naturaleza, se encuentra un cuerpo de reglas que cuando puedan ser identificadas darán lugar a la gran unificación de las ciencias naturales y las ciencias sociales”.
Y agrega, finalmente: “Con profunda erudición y en forma didáctica, Sánchez Medina nos lleva con este libro a comprender y a aceptar, a través de la aplicación de la teoría de caos y complejidad -la que se refiere a la interrelación de los sistemas complejos no lineales-, al psicoanálisis y los modelos psicoanalíticos en el contexto de esta nueva forma de pensamiento. Una proeza de gran envergadura”.
En el curso de la última década el Académico Sánchez Medina ha publicado dos libros que versan sobre temas que atañen a la historia, la antropología, la sociología, el arte, la religión y la mitología en sus relaciones vinculares con la psicología y la psicopatología.
En el prólogo del primero, “Creación, Arte y Psiquis” (2003), me permití destacar su preocupación intelectual por comprender la naturaleza y el mundo tal como se presentan a sus ojos y su propósito de intentar develar algunos fenómenos insondables del Universo con el fin de formarse sobre ellos una opinión personal razonable y valedera.
A su interés científico, presente ya desde su juventud, y a la insaciable curiosidad del investigador que hay en él se refiere el ilustre académico cuando confiesa la inquietud que experimenta al buscar respuesta a sus preguntas sobre los orígenes de la materia y la energía, el surgimiento de la vida en el planeta, el desarrollo de la conciencia en los seres humanos y la Causa Primera de la Creación.
Guillermo Sánchez Medina se ocupa de las estructuras subjetivas del conocimiento que mencioné anteriormente. Entiende, como investigador que es, que nuestro aparato de conocer es un producto de la evolución, que no nacemos como “hojas en blanco” en las que solamente el aprendizaje llega a inscribir algo, y comprende además el papel de la intuición en el funcionamiernto de nuestros mecanismos mentales al decir, por ejemplo, que “el pensamiento científico pasó primero por un pensamiento intuitivo”.
Desde un comienzo incursiona en el terreno de la creatividad en el arte en un intento por penetrar en el esquivo mundo creativo; estudia la forma como el artista maneja el tiempo y el espacio para proyectar sus hechos mentales en realizaciones y transformaciones artísticas e investiga la manera como opera el espíritu (o el alma del artista) en el intrincado proceso de la creatividad.
Un año más tarde, al prologar la segunda obra, “Ciencia, Mitos y Dioses” (2004), dije estas o parecidas palabras: “Este libro es el resultado de un intento por comprender objetivamente, desde su posición de humanista, de buen conocedor de los aconteceres humanos y de experto en psicoanálisis y psiquiatría, algunos aspectos singularmente atractivos de la ciencia, la religión y la mitología.
El autor se pasea con autoridad por áreas de interés que no le son extrañas; revisa los mitos de la historia y las crónicas de las divinidades de antiguas civilizaciones y culturas y al exponerlas, revela y defiende con valor su posición personal, ecléctica y agnóstica a la vez, frente a la Divinidad. Y no se olvida de examinar el papel que desempeña la ciencia actual en la comprensión de los intrincados problemas planteados a la humanidad desde tiempos remotos. La contribución del doctor Sánchez Medina a la Cultura con esta obra meritoria es valiosa y digna de apreciarse y de ser alabada”.
La producción del académico Sánchez Medina se enriqueció notablemente con la aparición de sus obras “Cerebro Mente. El pensamiento cuántico” (2009) y “El azar determinista. El Lazo del destino” (2011).
En la primera, aflora con vigor su pensamiento filosófico y se ponen de relieve sus amplios conocimientos en el campo de la física cuántica. En la segunda, la solidez de su argumentación y su imaginación bien orientada le permiten presentar a la consideración de los estudiosos una hipótesis novedosa y original en torno del azar: la hipótesis del “Azar Determinista”. Tuve el privilegio y la responsabilidad de escribir el prólogo de esos dos excelentes libros.
Guillermo publicó su obra Cerebro Mente.
El pensamiento cuántico” con la colaboración en algunos aspectos del magister Jairo Márquez Díaz, quien se encargó de exponer sus ideas personales y de presentar un detenido estudio técnico y matemático de los textos. Márquez Díaz es un distinguido Ingeniero de sistemas, Master en bioética y Licenciado en matemáticas y física.
El libro consta de aproximadamente 1200 páginas en las cuales trata con diligencia entre otros varios de los siguientes temas: el cerebro desde el punto de vista de las neurociencias; el funcionamiento cerebral y el psiquismo; la mente y la psiquis (el pensar); la conciencia, el pensamiento y la comunicación; la interacción cerebro-mente; la física clásica y la física cuántica; los “puentes” entre el cerebro y la mente; la razón y la lógica en el cerebro-mente; el cerebro, el lenguaje y el psicoanálisis.
Finalmente, concluye su trabajo con una explicación comprensiva de su forma de concebir el pensamiento cuántico y presenta una síntesis y las conclusiones de la obra.
En la segunda parte, Márquez Díaz estudia los aspectos fundamentalmente técnicos, expone los desarrollos matemáticos y se ocupa del análisis de los siguientes temas: los átomos y las moléculas, el cerebro y los cuantos; la complejidad y el cerebro; la dinánica no lineal del pensamiento; la membrana celular; la neurotopología; la física cuántica u ondulatoria del cerebro; los fenómenos cuánticos y la información; la neuroelectrónica; las perturbaciones cuánticas y las neuronas; la acción a distancia de la información mental; las simetrías y la información neuronal y por último la neurología cuántica y la nanotecnología.
El autor de la obra expone sus ideas personales sobre el funcionamiento del cerebro, fruto de sus investigaciones y reflexiones de largos años.
Se ocupa ante todo del análisis de las funciones del cerebro; ésto, a su vez, lo conduce a examinar las funciones del Yo que explica detalladamente desde el punto de vista del psicoanálisis. A partir del análisis de las funciones yoicas, lleva a cabo un estudio pormenorizado de los niveles de conciencia, los mecanismos psicológicos y neurológicos de los sueños y el aprendizaje, las representaciones mentales y la realidad interna y externa.
La mente, en su opinión, es un concepto global y unitario que reúne todas las funciones que animan el cerebro: la inteligencia, la memoria, la razón, la imaginación, la intencionalidad, la decisión, la conciencia, el pensamiento y la voluntad. Las funciones mentales son para Guillermo neuro-cerebrales y en consecuencia forman parte de un mecanismo de funcionar bio-físico-molecular.
Los conceptos de la física clásica y la relatividad no le son suficientes al investigador para entender cómo funciona el cerebro y menos todavia para comprender la naturaleza de los posibles “puentes” entre cerebro y mente.
Se aparta entonces de la física clásica, de la relatividad y las leyes que rigen el comportamiento de los átomos, y acude a la física cuántica u ondulatoria que se ocupa de las características y el comportamiento de las partículas subatómicas del universo que se gobiernan por leyes enteramente diferentes, el Principio de Incertidumbre de Heisenberg y el Principio de Exclusión de Pauli: un campo en el cual las fuerzas a veces se comportan como corpúsculos y otras como ondas de energía carentes de materia.
(Lea También: “Ciencia y Pensamiento Mágico”, Prólogo)
Es en este terreno en el que busca explicaciones razonables acerca de los ”puentes” metafóricos que vinculan la materia constitutiva del cerebro a la mente no-física, que en su opinion es el resultado de las operaciones físico-químicas que se realizan en el cerebro. De la manera como operan la materia y la energía a nivel subatómico y de su comportamiento al pasar de corpúsculos a ondas y viceversa, surge el concepto del pensamiento cuántico cuyo substrato físisico-químico está representado por las fluctuaciones de la materia-energía.
En el año 2011 publica otra obra de máxima importancia por su contenido, originalidad y buena dosis de creatividad; se titula: “El Azar determinista. El lazo del destino”. Esta obra, que es psicológica y filosófica a la vez, incluye la consideración de algunos hechos relacionados con la historia, la literatura y el arte que sirven al autor para ilustrar sus planteamientos y sus deducciones.
El título mismo de la obra contiene palabras sobre las que se formulan desde siempre preguntas del siguiente tenor: existe el azar?, los hechos que acontecen son producto exclusivo del azar?, obedecen acaso al determinismo que establecen las leyes causa-efecto de la naturaleza?, existe algún destino inexorable para los seres humanos como pensó Calvino y parecen sugerirlo algunas religiones de oriente?
Siguiendo los preceptos de Martin Heidegger que dicen así: “La pregunta es la fórmula suprema del saber” y “Todo preguntar es un buscar y todo buscar tiene su dirección previa que viene de lo buscado” y de acuerdo a sus propias convicciones, el autor estudia el sentido y significado de las palabras que dan título al libro e investiga a fondo sobre temas como el azar, el determinismo y el indeterminismo, el principio de causalidad, la racionalidad y la irracionalidad y el destino del hombre, contemplando los temas desde los puntos de vista a veces divergentes de la filosofía, la psicología, las religiones, la literatura y la historia.
El académico se refiere al “principio de intertidumbre” de Heisenberg y al impacto que tuvo en las ciencias exactas al señalar la probabilidad y no la exactitud como principio rector de las ciencias físicas.
Analiza en seguida los planteamientos de Konrad Lorenz para quien la evolución se revela como un proceso determinista en su dirección evolutiva ascendente, que está gobernado por el azar en cada paso de cada una de sus etapas sucesivas. Le faltó a Konrad Lorenz acuñar la expresión del doctor Sánchez Medina, “azar determinista”, para sintetizar en sólo dos palabras el prodigioso mecanismo del proceso evolutivo.
Estudia a Jacques Monod en su clásica obra “El azar y la necesidad” en la cual se define la necesidad como “aquel impulso irresistible que hace que las causas obren indefectiblemente en determinado sentido”.
En los capítulos que siguen, se refiere desde un punto de vista conceptual a la Vida y sus equilibrios dinámicos, para expresar su acuerdo con las ideas de Ilya Prigogine que afirma que en las estructuras disipativas aparecen puntos críticos o bifurcaciones en los cuales la evolución futura del sistema deja de ser única y depende de una perturbación infima, y por ende incierta, y donde sólo una perturbación infima puede convertirse en realidad.
Ocurre esto por el azar?, se pregunta siguiendo a Prigogine, o por la acción de la “chispa del azar” según la expresión de algunos biólogos franceses?
Para el académico el concepto “de chispa del azar” es difíci de aceptar; si se le denomina así, podría tomársele como el momento crítico que produce el paso de lo estable a lo inestable; o de lo inorgánico a lo orgánico-biológico diría yo; paso que se presenta como un cambio de un estado de la materia a otro de un nivel de mayor complejidad.
En una acotación marginal que tiene que ver sin embargo con el tema, recuerda una frase del doctor Luis Zea Uribe que dice así: “Morir es lo natural, vivir es el milagro”.
El lenguaje de las ciencias, la palabra “morir” significa un estado de estabilidad de la materia, en tanto que “vivir” es señal de su inestabilidad.
En torno a estas ideas que tienen que ver con la aparición de la vida en el Universo, surgen interrogantes que a mi modo de ver rozan el sentimiento de lo religioso porque plantean situaciones particulares que en la expresión del lenguaje de los científicos modernos se denominan cambios de paradigma, y en el lenguaje de los teólogos de nuestros días se conocen como procesos de discontinuidad de las apreciaciones religiosas dentro de la continuidad de la religión. Visiones diferentes en el fondo que permiten abordar desde puntos de vista distintos los insondables problemas de la vida y de la muerte.
Un tema de interés actual, por ejemplo, es el del boson de Higgs, partícula virtual que al contacto con otras partículas subatómicas del Universo, les crea su masa propia. Esta creación infinitesimal, pero creación de todos modos, hace que algunos le den el nombre de “bosón de Dios” a la partícula descubierta por el físico inglés Peter W. Higgs en 1964, cuya existencia verdadera ha sido ya confirmada.
Las inquietudes que ineludiblemente surgen en esos campos de estudio de la filosofía, la psicología y la religión son abordadas por el académico con inteligencia, discreción y delicadeza imfiitas, pero con respeto absoluto por los sentimientos de los demás pero con independencia total de los mismos.
Guillermo Sánchez Medina encuentra la presencia del azar determinista en los eventos de la vida cotidiana de las gentes y escribe sobre ellos; y registra con la amplitud debida textos de la literatura universal en los que encuentra claros ejemplos de la realidad de su hipótesis.
Al colocarse en el terreno de la ficción literaria afirma: “Por abundantes que sean las casualidades en el mundo del lector, éste sabe positivamente que el azar no actúa en la “realidad real” con tanta oportunidad y precisión. La coincidencia es una de las formas primordiales como se organiza la vida en la realidad ficticia, la manera preferida por el destino para manifestarse. Más aún que en los incontables ejemplos que se podrían dar de la ley del azar, ésta aparece como el elemento clave del núcleo mismo de la novela”.
Al examinar las grandes producciones de la literatura, encuentra que sus autores plantearon firmemente la vida y la muerte, la tragedia, la vivencia del miedo o de la angustia, la esperanza y la desesperanza, el dolor y el placer, la verdad o la falsedad y la mentira. Al terminar su libro se pregunta: “Todas estas consideraciones surgen acaso por casualidad o coincidencia, y están determinadas?, o provienen algunas del azar?
En la página final de esta espléndida obra, dice el Académico Guillermo Sánchez Medina: “Pasarán siglos o milenios y sólo el que vive en su conciencia plena sabrá aprovechar los minutos o segundos de este maravilloso viaje que es la vida en el bello planeta azul que rueda con velocidad surcando un universo incógnito e imposible de conocer. Tal como reza el título de la obra, pienso que estamos enfrentados al azar determinista y al lazo del incierto destino”.
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