Trastornos de la Conducta Alimentaría

Capítulo 9

Dr. Rafael Gómez – Cuevas

El apetito en los trastornos de la conducta alimentaría

Historia

Era por el año 800 D.C: en una lujosa estancia de un castillo portugués, la hija del rey, rechazaba los alimentos que le ofrecían, ayunaba y si la forzaban a comer vomitaba. Enflaquecía a ojos vistas, y prácticamente se estaba dejando morir de hambre. Todo, antes de romper su voto de castidad y de servir a Dios, todo antes que la casaran con un príncipe portugués. Un caso típico de anorexia nerviosa que la convirtió en Santa Wilgefortis (del latín virgo fortis) y que en Francia y España es conocida como Santa Liberata, como Libertadora.

Por el Siglo XIII, abundan los casos de anorexia: 260 santas o beatas de la Iglesia Católica, que tomaron el ayuno como una muestra de ascetismo y religiosidad. Un caso célebre es Catalina de Siena, (1347-1380) típico ejemplo de anorexia, con desnutrición severa que la llevó a la muerte a los 32 años.

El claro componente psicosomático de la anorexia fue descrito por Freud como una forma de melancolía prepuberal causada por conflictos sexuales reprimidos, donde la comida representaba impulsos sexuales.

Trastornos de la conducta alimentaríaLos médicos vemos cada cierto tiempo, como aparecen o “reaparecen” algunas enfermedades. Seguramente porque aprendemos a diagnosticarlas, porque se ponen “de moda”, o bien porque el normal desarrollo de nuestra civilización occidental así lo determina.

Ahora -en Colombia- estamos viendo en nuestras consultas, un incremento de casos relacionados con trastornos en la regulación del apetito, una patología de causa fundamentalmente psicosomática, tales como: anorexia nerviosa, bulimia, bulimarexia, así como -con mayor frecuencia- trastornos menores de regulación de la saciedad, (disorexias), pero que por su incidencia en el pronóstico final de la la terapia de la obesidad precisan control y tratamiento adecuados.

Mecanismos fisiológicos de control del apetito

Juan la miraba a través de la mesa.

Aquella tarde estabas particularmente hermosa, con tu traje blanco de verano. Veíamos fondear los yates de recreo que regresaban, estábamos en una terraza de Puerto Aventuras, cerca de Cancun, la música lejanamente agradable nos hacía soñar. Se oía a Gloria Estefan cantando “Los años que me quedan por vivir, los voy a dedicar a ti”.

Nos jurábamos amor eterno, hacíamos planes para cuando definitivamente estuviésemos juntos, nuestras copas de Margarita se suicidaban entre el sol y nuestros brindis, el camarero ponía sobre la mesa platillos y platillos, seguíamos absortos, como en otro mundo, No probamos la comida, el camarero se llevaba intactos platillos y platillos..pero se atrevió a preguntar.. ¿disculpen, qué les ha quitado el apetito?

A mayor apetito, a mayor ingesta: mas posibilidades de sobrepeso u obesidad. Existe un claro componente psicológico. Por eso cuando estamos ocupados o embebidos en algo importante (como le pasaba a Juan en Cancun) nos “olvidamos” de comer, en otras ocasiones ocurre lo contrario : que nos “refugiamos” en la comida para “ahogar nuestras penas” como en el corrido mejicano.

Si la situación se agrava se llega a la Anorexia (ver capitulo) o a la Bulimia (ver Capitulo respectivo), pero hay ocasiones en que el problema no es tan grave, nosotros lo vemos a diario en la consulta: son personas que alteran su sensación de apetito o saciedad por mínimos problemas de la vida diaria. Nosotros lo denominamos “pequeñas perversiones de la conducta alimentaria”.

No es anorexia, no es bulimia, es simplemente una persona que cuando está alegre quiere comer mas de la cuenta, y un tipo especial de comidas (dulce, frío y liquido por ejemplo) y cuando tiene depresión (lo veo todo gris) quiere consumir mas bien cosas calientes, saladas, sólidas por ejemplo. Estas observaciones están comentadas en el capitulo de Educación.

Pues bien, se trata precisamente de “reeducar” los hábitos de alimentación. Los pasos a seguir son en nuestra experiencia:

*Explicación detallada al paciente sobre su diagnóstico y sobre el plan a seguir. No es posible que uno comience a cambiar sus hábitos sin estar previamente convencido de las razones para hacerlo.

*Fraccionamiento de la comidas: es decir “repartir” la alimentación diaria en cinco o seis tomas. El hecho de hacerlo tiene muchas ventajas: disminuye la “saciedad o voracidad” con que muchos obesos esperan la hora del almuerzo o la comida.

Por otro lado al disminuir las cantidades de comida ingeridas se logra también que no haya una brusca elevación de las cifras de glicemia ,con la consecuente hiperinsulinemia reactiva. Ya sabemos que la insulina es una hormona ahorradora de grasa, por tanto al rebajarla, o mejor, al impedir que se eleve disminuyen las posibilidades de “ahorro” de grasa y que esta se deposite incrementando la obesidad.

*Regulación del apetito. Ya sabemos que se trata de un instinto natural, que puede ser educado con decisión y perseverancia. Tenemos en nuestra practica ejemplos de personas que son obsesivas en el cumplimiento del plan nutricional, y que hacen verdaderos esfuerzos, a veces dramáticos para no “salirse” del régimen.

Merecen nuestra felicitación. Han cumplido como héroes.

Sin embargo estos pacientes deben ser vigilados, en particular desde el punto de vista psicológico, ya que en muchas ocasiones esta obsesión por cumplir a rajatabla las indicaciones dietarias, puede conducirlos a cuadros de anorexia: un día , por alguna razón comen mas de la cuenta, lo que les provoca una enorme sensación de culpa, sienten que se han traicionado a sí mismos, la solución entonces es autocastigarse, lo hacen vomitando, o tomando laxantes fuertes, o medicinas para sacar agua del cuerpo, están a un paso de la anorexia.

Pero hay más: una persona haciendo un enorme y a veces desproporcionado esfuerzo por controlar su apetito, está generando coincidentemente un alto grado de stress, que se traduce inicialmente en irritabilidad, mal humor…nadie tiene “buen genio” si está pasando hambre. Si esta situación persiste se incrementa por el mismo stress, la secreción de cortisol *, que es una hormona “ahorradora” de grasa con lo cual se pierde totalmente el efecto beneficioso de la dieta y al contrario se está generando un nuevo agente patológico.

Así pues, que el control del apetito merece desde el comienzo, desde la primera entrevista con el o la paciente, toda nuestra atención. Actualmente ya disponemos de medicamentos que pueden ayudar a controlar el exceso de apetito o facilitar la sensación de saciedad. (Ver capitulo “Medicinas que ayudan a rebajar de peso“)

¿Se precisa ayuda psicológica?

Precisa ayuda psicológica“Fíjate cómo Margot vigila la comida que se sirve Julián,..yo no haría eso nunca contigo “gordis”, yo si te dejo libertad para que comas y bebas lo que quieras, ¡que tal! …si adelgazas mis amigas van a decir que no te cuido, que te estoy matando de hambre, o peor.. que no sé cocinar… No, no voy a convertirme en un policía vigila-calorías…Ven, mira que postres.. ummmm, se ven “de ataque”, espera traigo un plato mas grande..ven mi gordis lindo.”

Pero Margot tenía razón. Se ha comprobado (Black, Therelfall: Partners weight status and subject weight loss. Addictive behaviours.1989.14: 279-289) que se logran mayores reducciones de peso en aquellos pacientes que tienen esposo o esposa delgados, que si el o ella son obesos. Y mejor aún si su cónyuge fue obeso u obesa y ahora tiene un peso normal.

Anorexia

La cruzada por la silueta estilizada: la idea de la figura esbelta, como una “sílfide”, tal vez puesta en escena por los modistos de moda, con “modelos” escuálidas, que según el estudio antropométrico, presentan verdadera desnutrición, -Twiggy como paradigma-, ha conducido a verdaderas catástrofes como la anorexia nerviosa, antes enfermedad exótica,- hoy desgraciadamente común- que ha sido aireada en la prensa frívola a través de Lady Dy y de las hermanas que hicieron un pacto suicida, y también ha ocasionado que se multipliquen las consultas sobre posible obesidad en mujeres que presentan I.M.C. de 20 !La idea de ser ultradelgada como sinónimo de belleza física es finalmente algo maquiavélico, una especie de marketing, para aumentar las ventas de la industria del adelgazamiento que mueve millones de dólares.

El cambio estético a lo largo de la historia es dramático

En la época del Renacimiento -Siglo XV- la figura femenina ideal para Botticelli tenia una talla de 1.58 cms. Pesaba 52 kilos y su índice de masa corporal era de 20.

En la Época del Barroco – Siglo XVI, Tiziano consagraba en sus lienzos a una mujer con talla de 1,63 cms, peso de 72 kilos y un I.M.C. de 27.

En nuestros días -Siglo XX- una típica modelo tiene una estatura de 1,79 cms, con un peso de 59 kilos y un índice masa corporal de 18.

La explotación del cuerpo femenino como señuelo propagandístico es descarada por decir lo menos: nos han convencido que los calendarios son mas exactos si en cada mes aparece una chica desnuda- recordemos el famoso y mil veces reproducido de Marilyn Monroe debemos creer, que otra chica en bikini significa que se deben utilizar neumáticos de una marca comercial que ella anuncia.

Obesidad en androide -de la mitad superior del cuerpo- y ginoideEs algo que se impone: tenemos a la vista el anuncio de lanzamiento de la Coca-cola en EE UU,: una apacible escena con señoritas puritanamente vestidas, degustando la famosa bebida. Pues bien, 30 o 40 años después, para el lanzamiento de esa bebida en los países de la antigua Rusia, la modelo escogida inicia un strip tease, que no sabemos que tiene que ver con ese brebaje inductor de obesidad.

Los reinados de belleza son otro filón: su reconocida parafernalia los hace muy atractivos al gran publico, y ahora por su influencia todos sabemos que la tierra es redonda y que las medidas de las señoritas “deben” ser 90-60-90. Nos han impuesto una norma de belleza, han logrado que se incrementen las ventas de cintas métricas, y que los cirujanos plásticos -colegas afortunados- puedan estrenar anualmente un Mercedes Benz modelo 90-60-90.

Bulimia

“De pronto me voy a la nevera, y empiezo a comer lo que encuentro, sigo y sigo comiendo sin parar, como si no tuviera control…Ya llevo varios meses en que esto me ocurre con frecuencia… Qué me está pasando, qué me hizo cambiar?

Comencé a hacer la “dieta” que leí en la revista, era de 800 calorías y prometía que se rebajaban cinco kilos en la primera semana. Con mucho esfuerzo la seguí, pero luego… tenía tanta hambre, me sentía tan débil y deprimida… En otra revista leí que los mejicanos descubrieron que el chocolate tiene un sustancia que estimula la función del cerebro y que quita la depresión.

Justo lo que yo necesitaba Entonces pensé:

Ahhh un helado de chocolate con crema no me vendría mal, me hará sentir mejor, al fin y al cabo era algo para ayudar a mi sistema nervioso, no era nada malo… compré uno, por si me daba la “depre”, y otro para tenerlo a mano y otro por si las moscas, y otro, y otro…Todos esos fueron los que encontré una vez en la nevera.

Solo mucho tiempo después supe que no se debe pasar hambre para rebajar de peso, que es mejor comer varias veces al día en pequeñas cantidades, que la “dieta” debe ser balanceada, que hay que tener en la nevera alimentos sin azucares, ni grasas; además si hubiese ido a un médico, seguramente me habrá formulado alguna medicina para regular mi apetito…He leído en otra revista que ya existen… Afortunadamente mis padres me han entendido, saben que tengo bulimia, me han dicho que me van a ayudar, y que no debo estar avergonzada por esto.

El diagnóstico de la bulimia, que significa etimológicamente “comer como un buey… o comerse un buey‘’ es prácticamente de dominio psicológico:

Sus principales características:

  • Alteraciones en el control del apetitoEpisodios de comer compulsivamente, en un periodo limitado (una a dos horas) una cantidad de comida, exagerada, de forma que no se puede parar, porque en alguna forma se ha perdido el control de la sensación de saciedad
  • Actitud inadecuada de compensación por el “error cometido”, para evitar el aumento de peso. Se induce al vomito, a los laxantes, enemas y diuréticos (medicamentos que aumentan la eliminación de líquidos). En otras ocasiones se hacen ayunos severos, o se exagera el ejercicio físico como actitudes compensadoras.
  • Estos episodios ocurren mínimo dos veces por semana, y repetidamente en los últimos tres meses.
  • La imagen, y el peso corporal están íntimamente relacionados con el peso.

El tratamiento de estas enfermedades debe ser instaurado lo mas pronto posible – antes que se presenten lesiones orgánicas – y debe ser efectuado por personal especializado, que incluya a endocrinólogo, psiquiatra, nutricionista-dietista-y soporte psicológico. En estos casos la colaboración por parte de la familia es importantísima.

El nefasto papel de la televisión

Lamento decirlo- dijo el especialista en Obesología, cuando sus pacientes lo encontraron en una “Hamburguesería”,- he venido aquí, lo juro, porque mi hijo menor me tenía loco hablándome del “Combo especial” de la “Doble porción, de la salsa barbiquiu”, lo siento… no tengo la culpa… insistió tanto, que al final-….y el pobre médico compungido agachó su venerable cabeza.

Anuncios, anuncios , mas anuncios sobre comidas rápidas, Fast food en lenguaje exótico, Burger, Wings, etc. Parece un bombardeo… Son las modernas leyes del “Marketing” que a todos nos ataca por igual. Y hay que admitirlo: es difícil sustraerse a tanta propaganda, ¿verdad?

Pero tal vez el peor enemigo que debemos afrontar en la lucha contra la obesidad , es la nefasta influencia de la T.V. cada día mas destacable y que actúa patológicamente, en particular sobre nuestros hijos, quienes son sus principales consumidores. Esta “caja de Pandora“ lo hace de manera sutil o subliminal, pero con gran eficacia.

En efecto: la T.V. posee un tremendo poder de convicción: en un estudio hecho por Lewis se solicitó a niños de 5o y 6o. grados que observaran los mensajes que veían en la televisión y los describieran luego. Pues bien: más del 85% de los mensajes eran anuncios comerciales, y un 70 % de esos mensajes eran creídos absolutamente por los niños, que instaban a sus padres a creerlos. Pero, al estudiar esos mensajes se comprobó que la mayoría eran totalmente incorrectos desde el punto de vista nutricional.

En otro estudio, se analizaron 388 comerciales de T.V. y se comprobó que el 82% estaban relacionados con aspectos nutricionales: eran anuncios sobre alimentos, bebidas, chicles, vitaminas, etc. No hubo ninguno sobre el uso de verduras, carne o pescado.

Un experto en nutrición sabe que llevan un mensaje errado, pero los niños no lo saben Es posible que olviden cual es el río mas caudaloso del mundo, pero nunca olvidarán las marcas de los chocolatines anunciados profusamente en la T.V. Por ello -justamente- la educación nutricional adecuada, frente a este monstruo se torna entonces muy difícil.

Utópicamente debería existir una entidad defensora de los derechos humanos de los niños que impidiera en alguna forma que fuesen engañados.

Pero es que los adultos también caemos en la trampa, ya nos han “vendido” con todo éxito los “Fast Food”, con el señuelo de comida rápida, variada, de fácil digestión. Nuestras calles se han visto desbordadas de anuncios de esos “Restaurantes” que solo restauran a sus dueños.

Son expendios autorizados de grasas supersaturadas y de hidratos de carbono de fácil absorción, son “factorías de la Obesidad” y de las hiperlipidemias. Pero nos dicen que estar allí es estar “inn” y nuestros hijos y nosotros ya lo creemos.

Nefasto papel de la televisión, ObesidadComo anécdota -en una conferencia nuestra en Montevideo- comentábamos que un país del norte nos envía y nos convence de comprar y comer hamburguesas, Hot dogs, patatas fritas, para ser “pasado “todo con un monstruoso vaso de una bebida cola, saturada de hielo, al mejor estilo Western.

Como esto aumenta los lípidos, ellos nos venden entonces los reactivos para el diagnostico, luego las medicinas para intentar detener la enfermedad, mas tarde los catéteres para que nuestros hemodinamistas nos digan que es preciso operar, ellos nos cotizan entonces los aparatos idóneos para los quirófanos y nuevos antibióticos.

En el epílogo, que muchísimas veces no es feliz, lo único que no nos venden son los servicios funerarios que por lo visto son excelentes en nuestros países.

El Importante papel de la educación

No se le puede exigir a un paciente que sepa todo sobre calorías, composición de la dieta, comidas que aumentan de peso, etc.

Importante papel de la educaciónEn ASCOM * nos hemos ocupado de este aspecto y periódicamente organizamos reuniones con pacientes que presentan Obesidad, sobrepeso o simplemente que creen tener problemas para mantenerlo.

En esas reuniones se hacen charlas con expertos y se dispone de una larga sesión de preguntas y respuestas Estos encuentros que desafortunadamente -por falta de financiación para alquiler de local y difusión- , no podemos hacer con mas frecuencia, incluyen también encuestas para que los médicos sepamos algo mas de los pacientes y cuales son las principales fallas en su educación nutricional.

Una de las ultimas encuestas preguntábamos: ¿Considera Ud, que tiene algún problema para escoger el tipo o cantidad de alimentos en sus comidas habituales?.

El 39 % de las mujeres y el 37 % de los hombres contestaron afirmativamente. Las respuestas mas frecuentes fueron: “No puedo controlar comer dulces” “No puedo controlar la cantidad que como” “Me gustan mucho las harinas, las grasas” “Como lo que me pongan por delante”.
Pensamos, ¿Cuantas respuestas de estas pueden volverse negativas simplemente con un programa de educación?

Otras preguntas fueron:

¿Considera Ud que tiene peso excesivo?
R: Sí, el 77 % de las mujeres, Sí el 70 % de los hombres.

Cree Ud que sus estados de ánimo (alegría, tristeza, depresión influyen en el tipo de comida que escoge para satisfacer el apetito?
R: En el sexo femenino Sí, el 52 %, en el masculino Sí, el 50 %.

Si está deprimido (a) (lo veo todo gris). ¿Qué tipo de comida prefiere (dulce, salado, caliente, frio, sólido, líquida.
R: Caliente el 24 % de las mujeres y el 25 % de los hombres. Dulce el 20 % de las mujeres y el 18 % de los hombres.

Cuando está alegre y optimista, que tipo de comida prefiere?
R: Dulce el 22 % de las mujeres y el 19 % de los hombres Salado el 12 % de las mujeres y el 14 % de los hombres.

Si tiene una larga jornada de trabajo, cual prefiere
R: Líquido el 24 % de las mujeres, y el 27 % de los hombres.

A la pregunta ¿Considera que tiene algún problema para escoger el tipo o cantidad de alimentos en sus comidas habituales? las principales respuestas sobre el tipo de problema fueron no sabe como balancear el tipo de alimentos que consume, come por costumbre, consume alimentos con alto valor calórico y come harinas en exceso.

Como es fácil observar el estado de ánimo influye en la escogencia de las comidas, (nuestros pacientes comían cosas calientes cuando estaban deprimidos, y cosas dulces cuando estaban contentos) por eso es importante conocer, indagar, saber cuales son los problemas emocionales que usted pueda tener, bien sean leves, medianos o severos para relacionarlos con las posibles dificultades para seguir el plan nutricional aconsejado.

Consideramos que es una pérdida de tiempo decir al paciente simplemente: “tenga este plan nutricional, y hágalo”. No absolutamente no es necesario hablar un poco con el paciente, conocerlo, saber algo de su situación actual de sus posibles problemas afectivos o sociales.

Y por otro lado es bien importante también que el paciente confíe en su medico, le comente sus dudas, lo haga partícipe de sus dificultades y le sea sincero.

Nuestro Proyecto sobre educación al paciente obeso:

Ante los avatares que la farmacoterapia de la obesidad ha padecido en estas ultimas calendas, y como anticipada respuesta a la estrategia a seguir en lo venidero, nosotros con sobrado optimismo queremos hacer resaltar el verdaderamente importante papel, que en el tratamiento de la obesidad -tema que a todos nos reúne- tiene la EDUCACIÓN (así con mayúsculas) en el manejo del paciente obeso.

Al igual que en el campo de la diabetes mellitus, donde el avance mas importante en los últimos años ha sido la introducción de los conceptos de autocontrol y educación al diabético, así también en la obesidad, enfermedad de los mismos perfiles, la educación debe ser una estrategia a utilizar. A qué nivel, y en qué forma, es lo que queremos ahora definir.

Sugerimos actuar en tres frentes principales:
  • A nivel del paciente:Aunque es una recomendación que parece obvia, debe dedicarse suficiente tiempo a cada paciente para lograr explicarle los alcances del diagnóstico, el plan general de tratamiento, las metas alcanzables o deseables y aclarar las dudas sobre los programas de reeducación de hábitos de vida y ejercicio.Desafortunadamente la “socialización” del quehacer medico, deja cada vez menos tiempo para dedicar a cada paciente en particular. Esto es doloroso, es inaceptable, pero es algo que debemos admitir.

    Una buena idea es incentivar la creación o consolidación de “Clubes” de pacientes obesos, en los que la docencia dirigida a grupos escogidos se hace en forma mas completa, mas productiva, y mas “rentable” en términos de eficiencia, al impartir una buena porción de conocimientos útiles y prácticos, a un mayor numero de pacientes, en un tiempo razonable y con el concurso de nuestros colaboradores.

    Esto último merece ser subrayado, esta labor debe hacerse “en equipo”, debemos cohesionar un grupo de trabajo identificado en los mismos lineamientos científicos y en los propósitos.

    Lo anterior debe ser complementado con la entrega al paciente de material didáctico, de consulta, que sea conciso, preciso y de fácil lectura También es una buena idea hacer encuestas rápidas de conocimientos sobre obesidad antes y después de las charlas; sabremos así, donde están los errores de concepto, y localizar nuestras fallas en docencia. Esta retroalimentación es utilísima para la marcha de nuestro proyecto.

  • A nivel del público en general:

    Hay que luchar denodadamente- creemos que esa es la expresión- denodadamente decimos, contra la perversa propaganda comercial que nos abruma a través de la prensa hablada, escrita y televisada.

    No hay día en el que no se anuncie descaradamente una nueva y “milagrosa” manera de reducir de peso: “sin dieta, sin ejercicio, sin cambiar sus hábitos de vida “ No hay un día en que no se inaugure con pompa sensacionalista un nuevo centro – nosotros los definimos “antro” de adelgazamiento. No hay día en que un paciente no se haga “cliente” de uno de estos centros comerciales, que trafican inmisericordemente con la angustia del paciente obeso.

    Nosotros y esto ya no es una sugerencia, sino la enunciación de un mandato ético, debemos, si, debemos, denunciar a los cuatro vientos esta improcedente y muchas veces peligrosa conducta terapéutica no médica de la obesidad, debemos aprovechar cualquier oportunidad para que el gran público se entere que lo están engañando, que no hay “curación mágica” de la obesidad.

    Aquí, en este empeño debemos ser constantes, aquí no se debe transigir, aquí es preciso utilizar nuestra mayor o menor influencia – siempre tendremos algún amigo- entre los medios, para que se nos permita dejar oír nuestra Educación al paciente obesovoz, mesurada pero firme, nuestra voz que es ortodoxa, que es un mensaje científico, responsable, honesto y bien intencionado, que merece ser conocido por todos los pacientes: La obesidad es una enfermedad, es un factor de riesgo coronario, su tratamiento debe incluir necesariamente: consejo dietético, plan de ejercicio físico, corrección de errores metabólicos y reeducación de los hábitos de vida.

  • A nivel del cuerpo médico:

    Es preciso también hacer una campaña de concientización cuerpo médico para que recuerde que la Obesidad es una enfermedad, que es grave, y que es una verdadera epidemia. Afortunadamente en los Congresos de Medicina Interna y Endocrinología, en los últimos diez años, se ha dedicado una sesión especial al estudio de la Obesidad.

(Lea También: Medicinas que Ayudan a Rebajar de Peso)

Mi niño es el más gordo de todos

Trabaja en un Hospital, debe entrar a las 7 de la mañana. Vive al otro lado de la ciudad.

4 a.m. Ella calculaba mientras preparaba el “tinto” del amanecer que duraría dos horas en llegar a su oficina. Antes había que alistar la ropa… anoche Juan con el último beso en el portal de la casa la tuvo sin dormir un buen rato, Dios!

5.09 a.m. Si le faltan botones a la blusa, y es el uniforme que hoy tengo que llevar… donde diablos… perdón Dios.. donde diablos estarán las agujas,

5.17 a.m. ¿Ya estará el agua caliente?…

5.28 a.m. Mi pelo…. maldito pelo, tan negro azul como dice Juan que es, tan brillante como los azabaches dice Juan, pero para secarlo.. si supiera Juan…

5.48 a.m. Es hora de llamar al niño, debe estar en la parada del bus a las “y media”, pero está tan “profundo”, voy a dejarlo dormir aún cinco minutos… está tan hermoso así dormido y merece tanto amor…Qué maravilloso sería que Juan fuese su padre… pero definitivamente Diosito lindo no sabe repartir bien las cosas.

5.59 a.m. Correr..correr.

6.09 a.m. ¡Se me hizo tarde! Tenía que estar lista antes de las seis, no podré darle el desayuno al niño… bueno… pues entonces… le dejaré unos pesos para que compre algo en la tienda del colegio.

10.30 a.m. “Dulces, mentas, besitos, chicharrones, ¡vengan¡ papas fritas, chitos, gaseosa, a la orden..”

Este cambio en la nutrición de los niños derivado del cada día mayor tiempo que la madre precisa para cumplir sus obligaciones laborables- muy loables por cierto- es uno de los factores principales en el incremento que estamos viendo y viviendo de la obesidad infantil.

El segundo elemento a considerar es la televisión (ver Capítulo TV) ya que podemos afirmar que la mejor forma de prevenir la obesidad en los niños es que cambien sus hábitos televisivos por actividad física. Los niños de hoy “vegetan “ frente a la pantalla.. y esto ha cambiado en forma vertiginosa, a lo largo de estos últimos años los índices de gasto calórico. En 1.930 un niño gastaba unas 800 calorías diarias, frente a las 300 actuales, y si los padres son obesos la cifra de gasto de calorías baja a 190. ¿Cómo no van a engordar?

El niño sale de casa sin desayunar. La excusa: !se hizo tarde!, el niño come vorazmente a las 10 y media de la mañana- en el recreo- lo primero que encuentra en la cafetería. Son los nefastos componentes de un tipo de comida que se usa experimentalmente para convertir ratas sanas en animales obesos, diabéticos, ciegos, a los que deben hacer amputaciones.

Los investigadores la denominan “dieta de cafetería”.

El niño no desayuna lo correcto porque la madre tiene que ir a trabajar. Con los dos últimos niños quemados en la cocina… dejarlo solo para que desayune es peligroso..La mínima sensación de remordimiento que apenas comenzaba se está derritiendo… “algo comerá en el colegio… “Unos años después, un médico tendrá un nuevo paciente en su consulta”.

Hay que desayunar… desayunar bien, esto es: que haya una fruta fresca, un componente lácteo descremado, un hidrato de carbono de absorción lenta: pan, ojalá integral. Un buen desayuno, y una sana escogencia de lo que lleva en la lonchera son la mejor prevención de la obesidad infantil.

El mejor tratamiento de la Obesidad infantil, es evitarla. Lo mas adecuado entonces, es un buen ejemplo de plan nutricional. Si la costumbre es comer dos platos de sopa , luego una bandeja “bien llena” de segundo plato y “arequipe” de postre, y esto se está viendo y viviendo durante los años de la infancia, cuando todo queda grabado para la edad adulta, entonces estamos “ ensamblando” un adulto con Obesidad.

No hay que obligar al niño a comer lo que no quiere, ni “premiarlo” con el postre si lo hace.

Cuando se está tratando la Obesidad en un niño, no siempre la meta es rebajar los kilos de exceso. Muchas veces no es necesario: es más adecuado buscar estabilizar el peso, estimulando el crecimiento. Así, la proporción talla/peso se irá normalizando. Además: desde el punto de vista psicológico el niño toma con mas interés la meta de crecer mas, que de pesar menos.

“Mi niño es el más gordo de todos…” es una frase que usted no debería decir con orgullo; al contrario es la mejor señal para que vigile el plan nutricional de la familia . Recuerde que su hijo está ahí sometido a las costumbres en comida de “la casa”. Es el momento de hacer una revisión, justo el momento de buscar ayuda a un médico especializado.


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