¿Cómo sabemos si nuestro peso es normal, o somos obesos?

Capítulo 4

Dr. Rafael Gómez – Cuevas

Diagnóstico

Cómo sabemos si nuestro peso es normal o si somos obesos?

Para detectar con precisión y confirmar el diagnóstico de obesidad deben tenerse en cuenta diferentes parámetros que abarquen el paciente desde un punto de vista integral, además de ayudarse con la elaboración de una muy buena historia clínica, un minucioso examen físico que contenga el IMC, la solicitud de exámenes paraclínicos de rutina y algunos especiales, si el caso así lo amerita.

Historia clínica

La historia clínica para el estudio de estos pacientes debe hacer énfasis en diversos aspectos como:

– Ocupación

Tienen distinto gasto de energía un obrero o un guerrillero, que una apacible secretaria ejecutiva.

– Inicio de la obesidad

Obesidad a la CartaDesde cuando presenta aumento de peso? niñez, embarazo, cirugías, etc. En efecto hay épocas en que aumenta el riesgo de engordar: en la primera infancia, hacia los 12 meses, es el niño que todas las mamás y las visitas admiran.

Luego a los seis o siete años, coincidiendo con el ingreso al colegio, o mas bien con el uso de la “lonchera”, llena de productos hipercalóricos (papas fritas, chocolatinas, “chitos”, gaseosas), luego una tercera etapa se localiza en la pubertad, esto es mas frecuente en las niñas y crea en esos años muchos problemas de índole psicológica, depresiones, aislamiento, “para que no vean lo gorda que estoy”.

En la mujer los acontecimientos como la primera menstruación, el primer embarazo, la menopausia son momentos característicos para bruscos aumentos de peso.

En los dos sexos el matrimonio se sigue con frecuencia de un claro aumento de peso. Las convalecencias tras una cirugía o un accidente son peligrosas etapas para que aparezca la obesidad, y típicamente, todos sabemos como el peso aumenta con la edad , y sobre todo con la época de la pensión donde coinciden menores desplazamientos, menor actividad física y cierto grado de estabilidad económica que permite disponer de mas comidas preparadas.

– Historia clínica nutricional:

Hábitos, vicios, número de comidas, gustos y apetencias. Es muy importante conocer e indagar ( por eso se llama historia clínica) todo lo posible sobre las costumbres previas del paciente, ya que es preciso en todos los casos adaptar los planes de reducción de peso a ellas, es injusto -decimos nosotros- cambiar de un día para otro una bandeja llena, con dos platos de sopa previos, el postrecito y una gaseosa, por una “dieta” de mil calorías. Esto constituye una frustración y el paciente se siente atropellado en su ritmo de vida, mas aun si considera que debe pagar por la consulta y el laboratorio. No, siempre hay que hacer la transición con cautela, lentamente, buscando no “romper esquemas”.

– Aspectos psicológicos:

Aunque sobre ellos insistiremos mas tarde cabe decir aquí que son fundamentales. Tanto así , que en el estudio médico de la Obesidad, hay ya todo un capítulo sobre trastornos de la alimentación, de claro componente psicológico. El médico entonces debe conocer lo necesario sobre el entorno emocional, familiar, laboral, afectivo del paciente obeso que tiene frente a el. Debe conocer un poco de su alma. (Como debe hacerlo todo buen médico).

(Lea También: Peligro de la Obesidad)

– Actividad física habitual y prácticas deportivas preferidas:

Acostumbra usted a caminar diariamente?, está afiliado a un club deportivo, o tiene un grupo de amigos con los cuales practica los domingos algún deporte ? Le gustaría nadar un rato todos los días ? Son preguntas que deberán ser contestadas.

– Respuesta a tratamientos anteriores:

Es distinto el paciente que consulta por primera vez sobre aumento de peso, que el obeso que ha recorrido ya catorce “centros” “antros” “institutos” de adelgazamiento y que ha venido subiendo y bajando de peso intermitentemente hace años (Obesidad yo-yo),y le ha creado una perdida de credibilidad en nuevos tratamientos. En estos casos hay que explicar cuidadosa y claramente al paciente la necesidad de hacer previamente un diagnóstico de su enfermedad – que no estaba hecho con seguridad-, hay que concientizarlo para que colabore nuevamente y ofrecerle una nueva esperanza esta vez cierta.

– Antecedentes personales y familiares de otros factores de riesgo:

Un padre muerto joven de infarto. Una madre con diagnóstico de diabetes, hermanos padeciendo elevación de grasas en la sangre, abuelos con obesidad severa, son datos imprescindibles para el diagnostico y para orientar la solicitud de exámenes de laboratorio clínico.

– Sintomatología sugestiva de endocrinopatías*:

Apariencia de falla tiroidea, o de exceso de hormonas suparrenales, de fácil diagnóstico por el endocrinólogo merecen ser estudiados y pueden tener valor fundamental para completar un diagnostico correcto.

– Ingesta de fármacos (anovulatorios, corticoides y antisicóticos):

La administración previa o coincidente de hormonas ováricas tiende en general a aumentar el peso corporal, la cortisona utilizada contra alergias, enfermedades inmunológicas, etc, retiene agua y cambia los depósitos de grasa, los tranquilizantes, disminuyen el gasto de calorías y favorecen el deposito de grasa. Todo esto debe ser conocido y quedar consignado.

Examen físico

La exploración física debe ser completa incluyendo la determinación del IMC y la RAG para clasificar el tipo de obesidad y su pronóstico.

Exámenes paraclínicos

La solicitud de exámenes de laboratorio en el paciente obeso debe estar dirigida a confirmar o descartar las patologías sugeridas por la historia clínica y la revisión física, a tratar de buscar causas secundarias y así mismo, analizar los posibles factores de riesgo asociados.

Exámenes generales

  •  Cuadro hemático.*
  •  Glicemia: Hay que saber cuales son los niveles de azucar (glicemia) en sangre. Glicemia antes y despues de una comida de prueba. Si hay sospecha de resistencia insulínica* puede ordenarse una prueba de tolerancia oral a la glucosa con insulinemias simultáneas.
  •  Perfil lipídico completo: Colesterol total, triglicéridos y HDL. Las LDL se pueden medir directamente o calcular con la fórmula de Friedewald así: LDL = Colesterol total – HDL – Triglicéridos/5.
  •  Acido úrico*
  •  Creatinina*
  •  Parcial de orina
  •  Electrocardiograma (E.K.G) ( en pacientes mayores de 45 años o con factores de riesgo* asociados)
  •  De acuerdo al criterio médico: exámenes especiales

Según los resultados preliminares o de acuerdo a alguna sospecha diagnóstica por la historia clínica, podría solicitarse perfil tiroideo (TSH sería suficiente si se quiere descartar un hipotiroidismo primario), cortisol, prolactina, rayos X de silla turca* o de columna lumbar, prueba de esfuerzo, etc. Según los resultados de los exámenes el paciente podrá ser remitido al especialista correspondiente.

Nota: Las muestras de laboratorio se deben tomar con ayuno de 12 horas, sin ingestión previa de bebidas alcohólicas. Se recomienda enviar los pacientes a un laboratorio de referencia en el que exista un adecuado control de calidad.


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