Historia de la Ginecobstetricia en Colombia, Otras Cesáreas
Fernando Sánchez Torres, M.D
La segunda cesárea de que se tenga noticia fue realizada en 1886 por los doctores Tulio Escobar y Juan N. Restrepo, también en el Departamento de Antioquia, ignorándose la localidad. Por algún tiempo esta cesárea fue tenida como la primera operación de tal género, pero gracias al completo estudio que sobre dicha intervención hiciera el doctor Jorge A. Calvo, se le administró justicia a la del bogotano Quevedo24.
Conozcamos detalles de la segunda cesárea, con base en el relato que hiciera el doctor Ramón González.
“Observación (del doctor Tulio Escobar). Virginia V. Mujer de unos veinte años, primeriza, estatura que no excede de un metro y medio. Embarazo a término. Después de estar en trabajo dos días bajo el cuidado de una mujer ignorante fue llamado para verla el señor Juan Restrepo quien a su vez me hizo verla a las 4 p.m. del día 14 de octubre de 1886.
“Bolsa de las aguas rota, presentación cefálica que por lo alta no precisa el dedo explorador, estrechez general de la pelvis, puesto que el dedo recorre fácilmente el contorno óseo de la excavación dando por mensuración manual un diámetro anteroposterior de 5 centímetros más o menos. No es posible para nosotros apreciar el corazón fetal, pero creyendo percibirlo tenuemente el doctor Restrepo, óptase por una operación cesárea, que se practica a las 6 p.m. del mismo día, no con asepsia, poco o nada usual en aquella época, sino con antisepsia, por el ácido fénico. Hemorragia placentaria profusa, feto muerto, por lo demás ningún accidente operatorio. La mujer presenta reacción febril de 39.2, con escalofrío al día siguiente a las 9 p.m.; pero la inserción de un tubo de avenar en el útero y una dosis de 1 gr. de quinina en solución, la reducen a 38.3 en la tarde. Día 16. Loquios normales, pulso 100, temperatura 37.8, meteorismo; no ha evacuado. Ordénasele purgante de 40 gramos de aceite de ricino, que provoca tres deposiciones, y en la tarde toma otro gramo de quinina, porque la temperatura alcanza aún 38. Día 17: temperatura 37.2; ningún accidente. De esta fecha en adelante la convalescencia sigue su curso normal, habiéndose quitado las suturas el día 25.
“Como historia ulterior, supimos que ocho meses después había muerto esta mujer en victoria, de una fiebre cuya naturaleza ignoramos”25
En Bogotá la primera cesárea que se conoce fue llevada a cabo por el profesor Miguel
Rueda Acosta, en asocio de Ramón González, interno que era del Servicio de Maternidad del Hospital de San Juan de Dios, el 28 de noviembre de 1905, en la “sala de Cristo”. Los detalles son estos:
“P. 57. Matilde Ramos, de 26 años, lavandera Servicio el 20 de Noviembre de 1905, y a la sala de partos el 28 del mismo mes.
“Antecedentes personales: A la edad de 3 años se vio obligada a guardar cama, no se sabe por qué causa y a los cinco, habiendo mejorado notablemente, empezó de nuevo a caminar.
(Lea También: El Auge de la Cesárea )
“Embarazo actual: No recuerda la fecha de las últimas reglas; hace cuatro meses y edio aparecieron los movimientos activos del feto. Altura del feto. Altura del útero 35 centímetros.
“Examen general: Altura 1 m. 31 centímetros. Esternón un poco saliente, frente amplia y prominente, pertenece a la clase de las enanas raquíticas. “Examen obstétrico: Senos regularmente desarrollados, vientre voluminoso, pared abdominal tensa. Presentación cefálica no enclavada, posición O.I.I.A.
“Diámetros: Promonto pubiano mínimo, 7 centímetros. Biespinoso 21. Transverso máximo, 24. Interespinoso póstero-superior, 6, de Baudelocque, 17. De espina ilíaca anterior y superior de un lado a la posterior y superior del otro, 17. De la apófisis espinosa de la 5ª lumbar a la espina ilíaca anterior y superior, 18 centímetros. Del gran trocánter de un lado para terminar en espina ilíaca posterior y superior del lado opuesto, 20 centímetros. Del borde inferior de la sínfisis pubiana a la espina ilíaca póstero-superior de uno y otro hueso ilíaco, 17 centímetros.
“La bolsa de las aguas se rompió antes de empezar la operación. La incisión del útero no cayó sobre la placenta. Para extraer la cabeza hubo necesidad de practicar la maniobra de Mauriceau. Después de la operación sobrevinieron ligeros vómitos que Se suspendieron espontáneamente. Quitados los puntos de sutura a los 9 días, y siendo el puerperio fisiológico, la mujer se levantó a los 17 días, para salir del Servicio a los 24. Él niño, varón, pesaba 3.000 gramos”26.
La técnica que siguió el doctor Rueda Acosta para esta intervención fue la preconizada por el argentino Eliseo Cantón, con incisión transversa en el fondo del útero. En tres ocasiones más el doctor Rueda repitió la intervención, también por estrechez pélvica. Por la duración del tiempo operatorio entre 25 y 30 minutos la habilidad quirúrgica del doctor Rueda tenía que ser admirable, considerando que eran estas sus primeras cesáreas. Hasta 1920, es decir, en el lapso de 15 años había practicado 25 intervenciones de ese tipó27, pudiéndose afirmar que él era, en ese momento, quien más experiencia poseía.
En Bogotá desde entonces, tanto en el Hospital de San Juan de Dios como en clientela privada, fueron muchas las intervenciones que se hicieron; unas con incisión transversal y otras con incisión vertical en el cuerpo, de acuerdo con la técnica clásica, promulgada por Sanger en 1882. Dicha técnica consistía en abrir el útero con una incisión mediana anterior corporal; una vez extraído el niño se practicaba una resección subperitoneal de una faja marginal de la capa muscular, con lo cual se procuraba una mejor adaptación de los bordes y, por lo tanto, alejar la posibilidad de una peritonitis. Como material de sutura se empleaba la seda fenicada o yodoformada, y alambre de plata.
Sin que sepamos el año exacto, tal vez pasada la primera década del presente siglo ya que fueron dadas a conocer en el Segundo Congreso Médico Nacional reunido en Medellín en 1913, los doctores Manuel Mejía y Delfin Cano ejecutaron una cesárea en Pereira, obteniendo una niña viva; se ignora la evolución materna. Y los doctores Alejandro y Santiago Londoño practicaron otra en Armenia, con muerte maternofetal28.
En 1914 el doctor M. J. Mosquera hizo la primera cesárea en Popayán y el doctor Jorge E. Calvo en Barranquilla. En Mompox la llevó a cabo el notable cirujano Emiliano L. Ferreira, en 191629.
Corresponde al profesor José del Carmen Acosta villaveces la prioridad en Colombia de haber ejecutado la cesárea segmentaria, que relegó la corporal. Dejemos que sea él mismo quien nos refiera este hecho: “En el año de 1920, el día 1°. de julio, siendo jefe de Clínica en el Servicio del Profesor Rueda Acosta, practiqué, acompañado por el Interno del Servicio, hoy doctor Luis F. Buenaventura, la primera cesárea segmentaria efectuada en Bogotá, en una mujer de pelvis estrecha y con una gran infección amniótica; en ella se empleó la técnica de Schikelé, de Estrasburgo; en el mismo año se repitió en un caso análogo, pero ambos tuvieron una terminación fatal para la madre; sin embargo, en el año siguiente se practicó de nuevo, en otro caso de infección amniótica, con resultado completamente satisfactorio”30.
Por los libros de estadística de aquella época que reposan en el Instituto Materno Infantil, elaborados por el profesor Acosta con sin iguales diligencia y preciosismo, sabemos que esa cesárea segmentaria se hizo a la paciente Carolina Hernández de Rodríguez y que el niño pesó 3.800 gramos.
En 1921 se ejecutó, también en el Servicio del doctor Rueda Acta, la primera cesárea vaginal, propuesta desde 1895 por Alfred Dhurssen. A pesar de que indagamos por los detalles de dicha operación, particularmente por el nombre del cirujano y la fecha exacta, no nos fue posible encontrarlos. Es de presumir que el autor fuera el profesor del Servicio, o su jefe de clínica, el doctor Acosta Villaveces.
La primera cesárea segmentaria que se practicó en Medellín la hizo el profesor Gil J. Gil, en 1923, en tanto que en Cartagena fue el profesor Rafael Calvo en 192631.
La primera cesárea extraperitoneal segmentaria fue hecha el 28 de junio de 1927 en el Hospital San Juan de Dios por los doctores Miguel Rueda Acosta y José del Carmen Acosta. Aunque algunos afirman que la técnica seguida fue la de Latzko, el doctor Joaquín Sarmiento sostiene que se utilizó la de Doderlein, es decir, por vía paravesical izquierda. La enferma recibió cloroformo de manos del anestesista señor J. Bernal Jiménez y la operación tuvo un éxito completo32.
El 18 de agosto del año siguiente el profesor Nicolás Buendia, a instancias del doctor Miguel Canales, que acababa de llegar de Europa, practicó, también en el Hospital de San Juan de Dios de Bogotá, la primera cesárea con exteriorización temporal del útero, de acuerdo con la técnica del berlinés Sigmun Gottschalk, pero que más tarde recibió el nombre de “operación de Portes”. El útero fue rehabilitado dos meses después, el 15 de octubre, y la enferma abandonó el hospital el 20 de diciembre. El doctor Víctor Rodríguez Aponte elaboró su tesis de grado basado en este tipo de operación, con algunas observaciones propías33.
En cambio, la operación de Porro, es decir, la cesárea seguida de histerectomía supracervical por amputación, propuesta en 1876 por el italiano Eduardo Porro para obviar la altísima mortalidad de la intervención cesárea clásica, no tuvo ninguna acogida entre nosotros.
El doctor Carlos Julio Mojica, entonces jefe de clínica del Servicio del profesor Rueda Acosta, practicó el 24 de mayo de 1929 la primera cesárea segmentaria transperitoneal con aislamiento, según técnica de Hirst (apertura vertical de todos los planos). Su ayudante fue el doctor Luis María Ferro. El feto nació muerto pero la madre evolucionó favorablemente34.
A partir de 1931 se sistematizó la cesárea Segmentaria transperitoneal sin aislamiento en aquellos casos llamados “puros”, siguiendo una técnica semejante a la de Frank (apertura transversal de todos 108 planos) pero que, al decir del profesor Acosta, se diferencia de ella por la supresión de las suturas aislantes35.
En 1936, por iniciativa del doctor Acosta, se abandonó la incisión del segmento a cambio de la disociación transversa, “procedimiento más anatómico y mucho menos cruento que la incisión”. La primera cesárea siguiendo esta técnica se hizo en la Maternidad de San Juan de Dios, el 8 de enero de 1936, con éxito materno fetal. Los cirujanos fueron el profesor Acosta y el doctor Rafael Manotas36.
Queremos consignar que no solo en Bogotá el profesor José del C. Acosta se preocupó por renovar las técnicas quirúrgicas; también en Medellín en 1939 y en Cúcuta en 1941, hizo las primeras cesáreas con aislamiento.
Finalmente, en enero de 1956 los doctores Saulo Muñoz Delgado y Edgar Cobo, de Cali, dieron a conocer las primeras cesáreas transperitoneales con incisión vertical del segmento, técnica propuesta por Opitz desde 191437.
Antes de cerrar este capítulo sobre la operación cesárea en Colombia, vamos a transmitir dos anécdotas curiosas. La una relatada a Jorge A. Calvo por el profesor José María Montoya, y la otra copiada del acta de la Academia Nacional de Medicina, correspondiente a la sesión del 15 de octubre de 1910.
“A fines del año 1897 o a principios de 1898, tuve ocasión de ver en una posada situada cerca de la población cundinamarquesa de El Ocaso a una enana sordomuda, hija de unos vendedores de carne y de “chicha” quienes vivían en una venta no lejos de la casa que en ese entonces edificaba el doctor Salvador Camacho Roldán. Dicha enana fue operada por su propia madre, quien le practicó una operación cesárea extrayéndole el feto por vía abdominal con el más completo éxito. Cuando vi a la muchacha, estaba ya en convalecencia y presentaba una cicatriz abdominal perfecta, sin fístula alguna.
Admirado del caso, tuve ocasión de retratar a la operada. Desgraciadamente esa fotografía se me ha extraviado entre mis papeles. Espero hallarla, pero puedo manifestar que aún viven algunos campesinos que fueron testigos de la intervención y que pueden también testificar sobre la veracidad de mi relato.
La enana en cuestión resultó embarazada y no se supo a ciencia cierta la identidad del padre, por ser la muchacha sordomuda. Al llegar al alumbramiento no pudo dar a luz y a pesar de haberla suspendido por medio de sogas o lazos a una viga de la ventana y de haberle practicado una especie de sucusión hipocrática violenta -fue mecida con entusiasmo por vigorosos peones de los alrededores- no fue posible lograr que expulsara el feto. Fue entonces cuando su madre, experta en cortar la carne de la “chichería”, tomó un afilado cuchillo, abrió el vientre y el útero, extrajo el feto ejecutando una cesárea corporal. Luego suturó la matriz y la pared con aguja de coser y fibras vegetales. El resultado final fue satisfactorio para la madre. Ignoro si el feto fue extraído vivo o muerto”38.
La segunda anécdota, referida en la Academia Nacional de Medicina por el doctor Guillermo Gómez Cuéllar, vino a cuento luego que el doctor Pompilio Martínez presentara un caso de embarazo abdominal a término, operado por él. En lo que nos interesa dice así el acta: “No trataré más del caso del doctor Martínez, por suponer a la Academia suficientemente ilustrada sobre este punto; pero quiero completar la historia de la para mí primera operación cesárea practicada entre nosotros, con buen éxito para la madre. Hace unos diez años, estando de paseo en Choachí, fui consultado por una mujer -que se hallaba encinta y sufría de una eventración-, sobre si creía que fuera necesaria una operación quirúrgica para evitar complicaciones en el momento del parto. Por el momento solo pude aconsejarle que se trasladara a Bogotá, donde podía seguírsele de cerca y aplicarle el tratamiento que las circunstancias fueran indicando; pero sorprendido por la relación de su traumatismo, le pregunté algunos detalles, que bien merecen referirlos, ya que se presenta la ocasión. Fue un toro y no una vaca el operador. Cuando las cosas pasaron había fiestas de toros en Choachí; uno de 106 toros que no habían dado juego, se dejo atado en la plaza; esta mujer, con varios meses de embarazo, salió en busca de su marido, y fue sorprendida por el animal, que sin ninguna asepsia resolvió desembarazarla, practicando la operación en un solo tiempo. El feto hizo hernia a través de las heridas uterina y cutánea, la mujer fue trasladada a su habitación, sufriendo de alguna hemorragia, y allí tuvo que esperar algunas horas a un tegua que vivía en Ubaque, y que fue llamado con urgencia. Este completó la extracción del muchacho ya muerto, y cerró la herida con cabuya y una aguja de arria. La cicatriz que presentaba la enferma cuando yo la vi, podría envidiarla cualquier cirujano para sus operadas; tanto era pequeña y disimulada. Las consecuencias de la operación -diría el toro- no pudieron ser mejores: ese útero volvió a concebir. Quizá el feto, haciendo las veces de tapón por algunas horas y la sutura explican el que la mujer no pereciera por hemorragiá” 39.
Referencias
24.”Apuntes historicos sobre la operación cesárea en Colombia”. Rev. Obst. Glnec. Venezuela Tomo V (No.2) p. l, 1945.
25.”Indicaciones actuales de la operación cesárea”. Tesis de grado, Universidad Nacional, Bogotá, 1907.
26. Ibíd
27.Ortega, H. “0peración cesárea y sus ventajas sobre el fórceps y la versión, usados en los bacinetes estrecho.”. Tesis de grado, Universidad Nacional, Tipografía Minerva, Bogotá, 1920.
28.Bonilla.Naar, A. Precursores de la cirugía., p. 116.
29.Calvo, JÁ. Apuntes históricos…, p. 21.
30.”Indicaciones de las operaciones cesáreas corporal y segmentaria”. Boletín anual de clínica obstétrica, Edit. Centro, Bogotá, 1936.
31.Calvo, J.A. “Apuntes históricos…, p. 22.
33.”La cesárea con exteriorización temporal del útero”. Tesis de grado, Universidad Nacional, Bogotá, 1929.
34.Ferro, L.M.. “La operaci6n cesárea transperitoneal Segmentaria”, Tesis de grado, universidad Nacional, Bogotá, 1930
35.Acosta, J. del C. Indicaciones de la operación., 1936.
36.Manotas, Re “La disociacion arciforme en la cesárea segmentarja”. Tesis de grado, Universidad Nacional, Bogotá, 1936.
37.”Indicaciones selectivas de la cesárea segmentaría longitudinal. Rev. Col. Obst. G¡nec. 11:359, 1960.
38.Calvo, J.Á. Apuntes históricos…, p. 17.
39. Acta de la Academia Nacional de Medicina. Rev. Méd. Bogotá. Año 28, No. 336,1910
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