Depresión y Suicidio

MEDICINA FAMILIAR
EDUCACIÓN CONTINUADA PARA EL MEDICO GENERAL

CAPITULO 25
OLGA ALBORNOZ, MAURICIO ESCOBAR

MD., Universidad del Rosario, psiquiatra infantil, Clínica del Niño ISSS. Mauricio Escobar Sánchez, MD, Residente de tercer año de psiquiatría, Universidad Juan N. Corpas, Clínica de Nuestra Señora de la Paz, Bogotá, D. C.

Los criterios diagnósticos para el trastorno depresivo mayor aparecen en la cuarta edición del Manual Estadístico y Diagnóstico de los Trastornos Mentales (DSM – IV), son los mismos para niños y adolescentes que para los adultos con algunas pequeñas modificaciones.

Las modificaciones en los criterios diagnósticos para el trastorno depresivo mayor en la niñez y adolescencia son las siguientes: puede tener estado de ánimo irritable en vez de deprimido y fracasos en los aumentos de peso esperados en lugar de pérdida o aumentos significativos de peso. En términos generales es la expresión de la alteración del estado de ánimo la que varía según la edad del niño o adolescente.

Los síntomas más frecuentes observados en los adolescentes mayores deprimidos son anhedonia generalizada, retraso psicomotor grave, delirios y sensación de desesperanza. Los síntomas que aparecen con la misma frecuencia independientemente de la edad o el grado del desarrollo son: ideación suicida, estado de ánimo deprimido o irritable, insomnio y disminución de la capacidad de concentración.

(Lea También: Depresión y Suicidio, Etiología)

Sin embargo, los aspectos del desarrollo influyen en la expresión de todos los síntomas.

Por ejemplo, los niños tristes que presentan ideación suicida recurrentes son generalmente incapaces de sugerir un plan de suicidio realista o de llevar a la acción sus ideas.

El estado de ánimo de los niños y adolescentes es especialmente vulnerable a las influencias de factores estresantes sociales intensos tales como desacuerdo familiar crónico, abuso o negligencia y fracaso escolar.

La gran mayoría de adolescentes con trastorno depresivo mayor tienen historia de abuso o negligencia. Los adolescentes con trastorno depresivo situados en estos ambientes pueden tener remisiones de algunos o de muchos síntomas cuando los factores de estrés disminuyen o cuando se les aparta del ambiente estresante. El duelo, a menudo se convierte en el foco del tratamiento psiquiátrico cuando los adolescentes han perdido a un ser querido, incluso cuando el trastorno depresivo no está presente.

Los trastornos depresivos suelen ser episódicos, y su inicio puede ser insidioso. Frecuentemente se encuentra en los adolescentes deprimidos antecedentes de trastorno por déficit de atención con hiperactividad, trastorno negativista desafiante y trastorno de conducta en su infancia.

En algunos casos, las alteraciones de conducta o los trastornos completos pueden darse en el contexto de un episodio depresivo mayor y resolverse con la remisión del episodio.

Epidemiología

Estadísticamente los trastornos depresivos aumentan con la edad. La prevalencia en algunos grupos de edad es notablemente más alta en los grupos psiquiátricos de referencia que entre la población general. La depresión es más común en niños que en niñas en edad escolar.

Entre los adolescentes de la población general, aproximadamente un 5% tienen un trastorno depresivo mayor. Entre los niños y adolescentes hospitalizados, las tasas de trastorno depresivo mayor son mucho más altas que en la población general, más de 20% de niños y 40% de adolescentes están deprimidos. En los adolescentes, como en los adultos, el trastorno distímico es menos común que el trastorno depresivo mayor, con una tasa aproximadamente de 3% para el trastorno distímico, comparada con el 5% para el trastorno depresivo mayor.

En cuanto al suicidio, los estudios más juiciosos se encuentran en los EEUU, donde en los últimos 10 años la tasa de suicidio entre los adolescentes ha aumentado notablemente.

En 1997, se presentaron 4186 suicidas entre individuos de 15 y 24 años de edad y 1802 suicidas entre 15 y 19 años de edad. En 1997 casi 13% de todas las muertes en jóvenes de 15 y 24 años de edad se le atribuyó al suicidio. Es posible que que el número real de muertes por suicidio en los adolescentes esté escondido bajo el nombre “accidental”.

La tasa de suicidio se sitúa en 13,6% por 100.000 en varones y 3,6 por 100.000 en las mujeres. Más de 5000 adolescentes se suicidan en EEUU cada año, es decir uno de cada 90.

El incremento de la tasa de suicidio se supone que refleja los cambios en el ámbito social:

Cambios en las actitudes hacia el suicidio y el incremento de medios para suicidarse. Por ejemplo en EEUU 66% de los adolescentes se suicidaron con armas de fuego, frente a 6% de Gran Bretaña. En los EEUU el suicidio es la tercera causa de muerte entre las personas que tienen 15 a 24 años de edad y la 2º entre hombres blancos de este grupo de edad.

La prevalencia de suicidio depende de la edad, aumentando significativamente después de la pubertad. Mientras en los menores de 14 años solo 1 de cada 100000 se suicida, entre los 15 y los 19 años, esta proporción aumenta a 10 de cada 100000. Los intentos de suicidio en edades inferiores a los 14 años son 50 veces más comunes que los suicidios consumados, mientras que entre los 15 y 19 años, solo son 15 veces más comunes las tentativas que los suicidios consumados. El número de adolescentes que se suicidan se ha multiplicado por tres o cuatro veces con relación a las últimas décadas.

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