Enfoque Integral del Escolar

MEDICINA FAMILIAR
EDUCACIÓN CONTINUADA PARA EL MEDICO GENERAL

CAPITULO 10
MARIA CONSUELO NIETO MD.

Introducción

El periodo escolar comprende las edades entre los 6 y los 10 años, en las que el niño discurre por su infancia intermedia o ” Periodo de Latencia”, que lo enfrenta a nuevos desafíos.

La capacidad cognitiva que se adquiere a esta edad, hace posible que los escolares puedan evaluarse a si mismos y percibir los valores que de ellos hacen los demás, lo que da como resultado que la autoestima se convierta en un aspecto esencial de esta fase.

Igualmente los escolares son evaluados de acuerdo a su capacidad para conseguir resultados que tengan valor para la sociedad, como por ejemplo, ser destacados en algún deporte o ser unos magníficos estudiantes.

Si partimos de las premisas : “La infancia no es un fin sino un medio” ( M. ZIAI. 1975), y “la infancia debe ser el comienzo de una vida adulta sana”, fácilmente comprendemos que la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad, deben ser los horizontes fundamentales del acto médico diario en el consultorio, en esta etapa de la vida, máxime cuando en Colombia el número de personas con edades comprendidas entre los 5 y los 14 años, es de 7’ 657.517, aun cuando en este grupo se incluyen personas que pertenecen al grupo adolescente.

Siendo entonces la promoción de la salud una máxima prioridad, ésta se convierte en la base de la medicina del futuro. De esto se desprende el hecho de que el punto clave en la atención del niño, es el de desarrollar sus potencialidades a partir del conocimiento profundo de sus vulnerabilidades y de la aplicación de los aspectos positivos de él y de su familia.

(Lea También: Desarrollo Intelectual – Cognoscitivo)

Los niños deben recibir una protección especial tanto en los aspectos inherentes a su adaptación armónica a la familia y a la comunidad, como en su guía y preparación para un devenir que les permita participar en forma eficiente en la sociedad.

En el diario transcurrir de la vida de las personas, al igual que en el de las familias, se atraviesa por una serie de etapas que en condiciones normales se suceden en forma armónica. Sin embargo, la transición entre dichas fases cuando ha habido alguna alteración del equilibrio previo, puede conducir a la producción de crisis que al afectar a los individuos y sus familias, configuran verdaderos obstáculos en cuanto a sus expectativas vitales, que de no ser atendidas en forma oportuna y eficiente, en especial en lo que compete a los niños, se tornan en insuperables.

El desarrollo armónico del niño y su adaptación a la vida familiar y comunitaria, dependen de una concurrencia de factores tales como los biológicos, los socioeconómicos y los culturales. Cualquier acontecimiento que ocasione un impacto negativo, puede alterar el transcurrir armónico de la vida infantil, lo que se proyectará posteriormente, a menos que en forma oportuna se pongan en práctica las medidas de prevención, tratamiento, rehabilitación, educación especial y apoyo jurídico tutelar según corresponda.

Desarrollo físico

La ganancia de peso durante este periodo, es en promedio de 3 a 3,5 Kg y en lo relacionado con la estatura, de 6 cm al año. El perímetro cefálico aumenta 2-3 cm durante esta fase, lo que denota una disminución en la velocidad del crecimiento encefálico. La configuración corporal tiende a permanecer estable durante toda la infancia intermedia.

Peso y talla en niños de 6 a 11 añosPeso y talla en niñas de seis a once años

La parte media e inferior de la cara, presenta un crecimiento gradual con ensanchamiento de los senos paranasales y aparición del seno frontal hacia los 7 años. La pérdida de la dentición primaria, refleja un signo de verdadera maduración y se inicia a la edad de 6 años, con la erupción de los primeros molares.

Los dientes definitivos aparecen a un ritmo de 4 por año durante los 7 años siguientes.

Las adenoides aumentan su tamaño en forma importante debido a la hipertrofia del tejido linfoide.

Edad media de erupción de la dentadura permanente
En cuanto al desarrollo motor se nota durante esta etapa un verdadero progreso, en el cual el niño crece en fuerza, velocidad y coordinación que exigen las habilidades motoras gruesas.

Su capacidad física refleja la obsesión por los deportes y los malabarismos. Las habilidades motoras finas que le permiten al niño utilizar sus manos en formas cada vez más complejas, también aparecen en este periodo.

El dominio que el escolar adquiere de su cuerpo durante esta etapa, le refuerza sus sentimientos de capacidad y de autoestima, que son indispensables para una buena salud mental.

Gracias a la maduración de sus sistemas orgánicos, en el periodo escolar los niños logran una visión más aguda y un mejor grado de acomodación.

A los seis años de edad hay un buen desarrollo de su visión binocular, lo que les permite enfocar adecuadamente.

Los órganos sexuales continúan siendo inmaduros a esta edad, pero los niños sienten interés por las diferencias sexuales y por el comportamiento sexual. La masturbación es frecuente.

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