La Familia según el Contexto de Desarrollo
MEDICINA FAMILIAR
EDUCACIÓN CONTINUADA PARA EL MEDICO GENERAL
Dentro de las características que se deben tener en cuenta en el abordaje familiar, los contextos rural y urbano de los que provienen las familias son aspectos relevantes, puesto que demarcan dos contextos de desarrollo familiar diferentes, con características particulares, que si bien es cierto no se pueden generalizar, si es importante tenerlas presentes.
La familia y el campo.
De la población campesina es importante resaltar que la mayoría de las familias, han encontrado su principal fuente de trabajo en la explotación del suelo, conformando grupos ganadero‑agrícolas, sobre los cuales se reflejan los sistemas de tenencia de la tierra.
En Cundinamarca por ejemplo, se presenta la explotación de la tierra mediante su asignación a familias campesinas con un ausentismo parcial por parte del propietario, delegando a estas familias las responsabilidades concernientes al cuidado, el cultivo y la producción de ésta, contribuyendo a fomentar un ambiente cultural en donde una amplia población agricultora se encuentra desarraigada o sin propiedad alguna, estableciendo regímenes de dependencia que conservan aún vestigios de servidumbre colonial, más o menos acentuados dependiendo del desarrollo de la región.
Desde un punto de vista histórico, el aspecto religioso es el que aparece como elemento clave y de trascendencia en la familia, debido a que históricamente la fe católica trasmitida desde la época de la conquista, permitió a través del sacerdocio, la tarea de la aculturación y promoción de una estructura social más discriminativa que la aborigen.
En el contexto interno de la familia, fue el sacerdote quien ejerció un papel decisivo en el proceso de asimilación de los patrones normativos: así, la religión fue y sigue siendo en algunas zonas rurales un elemento de control, por ejemplo en lo referente cc n el desarrollo sexual, reglamentándolo a la exclusividad del matrimonio.
Prevalece en las zonas rurales la familia extensa o conjunta mientras que en la zona urbana la familia nuclear y las de nuevo tipo se identifican de forma más recurrente.
En cuanto al sistema de filiación, en el campo pese a la influencia de la iglesia, el sistema de facto es el más significativo; se presentan porcentajes de madre solterismo, unión libre, concubinato, las cuales generan un núcleo de descendientes de clara filiación materna: el apellido, las normas de herencia, la autoridad y el respaldo, se proyectan del lado uterino.
En cuanto al funcionamiento familiar, prevalece el patriarcalismo; el hombre a la cabeza de la familia y la mujer al lado de sus hijos menores, como encargada de la producción agrícola, la crianza de animales domésticos y las labores del hogar, lo cual le confiere la autoridad principalmente sobre los hijos.
Los ingresos de las mujeres provienen de la cestería, costura, artesanía o pequeños trabajos relacionados con el comercio, lo cual le da cierta independencia.
Respecto a la educación es la madre quien promueve el interés porque los hijos estudien, siendo el padre quien lo subsidia.
(Lea También: Enfoque Familiar en Salud)
Con referencia a la familia extensa, se tienen en cuenta dos clases; una, la que ha sido conformada por el matrimonio y la otra que contribuye un tronco impar.
La abuela agrupa alrededor a sus descendientes, posibilita la integración, solidaridad, y la participación. Las células familiares crean cierta unidad económica cara al exterior, mientras se delinean interiormente derechos privados de los núcleos primarios. Un alto grado de cooperación existe bajo el sistema de unidad habitacional o cercana vecindad y una variedad de obligaciones de derechos casi tan estrechos como los de la familia primaria.
La jerarquización entre las diferentes generaciones, se establece en grados muy variados de intensidad, constituyendo norma básica la protección sobre la inmediata descendencia, en cuanto a deberes y derechos plenos, y ésta sobre la siguiente en la misma intensidad, recibiendo cada estatus de una generación recíprocamente respeto y obediencia de las inmediatas inferiores. Las responsabilidades y los derechos de cada posición se van debilitando y transformando a medida que la relación no es de inmediata contigüidad, por ejemplo de abuelo a nieto.
Sin embargo, en caso de emergencia, conflicto y necesidad de respaldo, un fuerte lazo y sentimiento de solidaridad aprieta las ramas colaterales entre sí, como expresión de pertenencia a un mismo tronco genérico identificado por la sangre común que todos tienen.
En cuanto a las familias pertenecientes a las diferentes zonas litorales, los llanos y el complejo amazónico, en su mayoría están conformadas por colonos, campesinos y/o indígenas; las actividades económicas varían, se encuentra la pesca, la caza, el cultivo, el aserrío de maderas, la elaboración de canoas, botes y la minería.
En torno a éstas se organiza la familia, respondiendo a normas específicas marcadas por una fuerte división por sexos que en ocasiones admite la complementariedad. El hombre por lo general se dedica a la caza y a la pesca, mientras que a la mujer le concierne todo lo relacionado con el hogar.
La cultura de la ciudad.
En referencia a la organización que se presenta en la ciudad, se observa cómo se han venido gestando y enraizando grupos caracterizados por participar en un determinado sector económico; es así como el espacio se encuentra dominado por estratos y vivir en un barrio o en otro, puede significar la participación en una cultura con prácticas sociales diferentes.
La organización específica del grupo familiar, se relaciona estrechamente con la actividad laboral, de la cual sus miembros son partícipes; ésta, usualmente se relaciona con la búsqueda de la satisfacción de las necesidades propias de una sociedad de consumo, en la que se tiene por valor especial, la incorporación de la ciencia y la tecnología, que hace que la vida marche a un ritmo cada vez más acelerado.
Por otra parte, en la ciudad el acceso al mundo laboral, se caracteriza por la dificultad de conseguir una valoración justa, como el caso del trabajo artesanal o incluso el trabajo técnico, siendo más valorado el trabajo profesional.
Es probable, que precisamente este aspecto sea uno de los factores incidentes en la conciencia actual con referencia a la educación como medio para lograr el progreso y la competitividad.
El rol de la mujer cada vez más parece confundirse con el del hombre, el acceso al trabajo y la participación en espacios públicos de construcción cultural, le ha posibilitado ejercer un papel más activo en el cual ya no es simplemente la mujer encargada de criar a los hijos, sino que ha tenido entonces que acceder a un espacio que le posibilita al grupo familiar, obtener una ganancia económica necesaria para lograr mantener una estabilidad económica en el hogar.
Al ejemplificar las diferencias en cuanto a la cultura del campo y la ciudad, se reconoce la interacción que surge en los contextos y que hace que igualmente la composición familiar, el funcionamiento y en general el proyecto de vida citadino, sea distinto al que se construye en el campo. (Ver: Consideraciones Generales sobre la Familia)
Consideraciones finales
El trabajar con el grupo familiar posibilita reconocer la complejidad de los elementos que comprenden la historia de vida personal de quien consulta.
Pensar en el concepto de familia, implica tener en cuenta que la construcción de éste es un proceso continuo, en el que una situación de cambio como puede ser una enfermedad, viene a ser un acontecimiento más en la variedad de sucesos que se presentan a lo largo de la historia de vida familiar.
Cada nueva situación que enfrente el grupo familiar, se caracterizará por movilizar la organización interna de la familia, al demandarle un nuevo repertorio en su comportamiento; así, cada familia cuenta con una particularidad de repertorios, de acuerdo con sus marcos de referencia, sistemas de creencias, etc.
En cuanto a la relación concepto de familia y organización familiar, se puede concluir que en términos generales la actual organización del sistema familiar, da cuenta de la construcción cotidiana que se vive y se construye en la familia en dos direcciones; hacia el exterior en el contexto comunitario y hacia el interior en la interacción de cada uno de los miembros.
En este sentido, la organización de la familia en términos de las reglas construidas, los roles definidos, las formas de afrontar las situaciones de cambio y la satisfacción de necesidades, corresponde a un marco cultural de creencias, en el que los contextos rural y urbano, contrastan en la complejidad de prácticas sociales cotidianas, las cuales tienen que ver con la construcción del significado de familia.
La familia es un contexto de por sí complejo e integrador, que participa en la dinámica iriteraccional de los sistemas biológico, psicosocial y ecológico, dentro de las cuales se movilizan los procesos fundamentales del desarrollo humano; por esto, el estudio de la familia ha estado ligado al progreso de las ciencias, pero sobre todo al desarrollo de la humanidad, debido a que las estructuras, el funcionamiento y el sentido de este grupo primario, son el resultado de la evolución misma de los hombres.
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