La Intuición, la Subjetividad, la Objetividad y el Proceso del Conocimiento en el Psicoanálisis

El Determinismo e Indeterminismo

DR. GUILLERMO SÁNCHEZ MEDINA

La subjetividad desde el punto de vista del conocimiento, hay que plantearla también en sus diferentes funciones. El pensamiento es, a la vez, la integración de diferentes funciones que en el presente escrito no pretendo desarrollar.

Sin embargo, deseo expresar cómo en­tiendo que en el devenir del desarrollo y en la aparición del hombre en la escala animal, nos encontramos con la fusión de los mundos físico-químico y eléctrico, constituyéndose más allá el biológico; todos estos configuran también niveles de cambio, de integración y de es­tructuración.

El sujeto (ser humano) en su relación e interrelación con lo externo, realiza una serie de actos, en los diferentes niveles antes mencionados, por medio de sus instrumentos de relación, integrados en su morfología.

Es así como, expresándolo simplemente, podríamos decir que aparecen las organizaciones más desarrolladas de las extremidades y de los órga­nos de los sentidos; aquellas que ordenadas y a través del interjuego dialéctico, como resultado del conflicto entre el principio de placer-displacer y el principio de realidad, es como se realiza la organización para constituir una superestructura y un sistema que llamamos psiquis o mente con su base biológica y genética, cuya investigación se encuentra aún poco desarrollada.

El hombre en sus “actos” se relaciona y “prueba” o “ensaya-falla” y vuelve a probar:

Como lo hace el animal; así se establece el “conocimiento por ensayo-error”; el sujeto, de tal manera, va adquiriendo su experiencia en la actividad cotidiana. En este transcurrir de hechos y fenómenos, se van organizado procesos y funciones y, a la vez, se instaura un modo o un método(s) para relacionarse y conocer.

En ese “conocer” y en ese transcurso procesal está implícito un fenómeno o un acto sensoperceptual integrado e integrador, que es el de la “semejanza” , al cual se le suma, entre otros, el de la “simbolización”; es de­cir, el fenómeno por el cual el sujeto encuentra en la prueba ensayo-error, de la ya men­cionada actividad cotidiana de la experiencia, una semejanza de un acto, de un objeto o de una situación con otro y lo simboliza.

De tal manera, “conoce, distingue, diferencia” un objeto de otro, una situación y/o un acto, llegando al conocimiento práctico empírico (primer nivel del conocimiento), el cual es también concreto.

En este proceso de diferencia­ción se pone en función una serie de mecanismos y fenómenos del llamado aparato mental, y se llega por medio de integración de funciones, al pensamiento integrado, gramatizado en un discurso que puede llegar a un concepto lógico formal y/o dialéctico.

(Lea También: Algo más sobre la Intuición y la Subjetividad)

El lenguaje puede a la vez ser mímico, hablado o escrito, simbólico, abstracto o concreto:

Aquí podríamos decir que es cuestión de cómo podemos clasificar el pensamiento de acuerdo con sus funciones, su expresión, su origen, los grados o niveles a que se llega; por ejemplo, uno de ellos, en la actividad cotidiana, nos ubica en el nivel empírico práctico, el que también lo encontramos en el pensamiento mítico, en el artístico, en el ideológico, en el de las creencias; todos estos niveles, no validan o no dan un conocimiento válido.

Por su parte, el puro nivel de los hechos nos da un conocimiento concreto; en cambio, la ordenación de modelos y del conocimiento científico, hasta llegar al semiótico, nos da un co­nocimiento abstracto. El conocimiento válido a la vez estaría dado, por los hechos, las formas y la crítica de los dos.

Tocaría plantear aquí si este último conocimiento sería al que po­dríamos llamar conocimiento objetivo ; pienso que, aunque sí pertenece al conocimiento objetivo en este último, puede incluirse parte de la subjetividad, que participa en todo sujeto en y durante el proceso de conocimiento; esto último no significa que debamos descartar la posibilidad de cierto grado de objetivismo, con alguna probabilidad de corroboración y al mismo tiempo de incertidumbre.

La vida no la podemos dejar solamente al azar o al determinismo únicamente o sólo a la intuición, se requiere pensar, evaluar, reflexionar o replantear los hechos para planear­lo con consciencia objetiva, permitiendo la participación de la subjetividad con nuestras necesidades y deseos, tolerando frustraciones pero no pereciendo en ella, por falta de tiempo, amor, dinero, salud, y seguridad, violencia y desequilibrio emocional con ansiedad, agresión, apatía, sino más bien que impere la paz, la creatividad, la tranquilidad, lo que equivale a que le demos a la vida una pausa más, cuidando de nosotros mismos y de los demás.

En psicoanálisis se utilizan varios niveles del conocimiento; lo fundamental es conocer cómo el método psicoanalítico varía de los conocidos, pero a la vez incluye varios de los métodos y niveles del conocimiento. Lo único que no se ha podido lograr en psicoanálisis es la ubicación cuantificada de los procesos mentales en categorías ma­temáticas.

El método psicoanalítico con que trabajamos para conocer lo no conocido, pero presente y existente no visualizado, no manifiesto, se realiza con instrumentos que aparecen en el mismo aparato mental, tales como la atención flotante, la asociación libre, el proceso de transferencia-contratransferencia y la interpretación del inconsciente de la relación y vínculo establecido en el proceso psicoanalítico que incluye otro proceso del conocimiento.

Algunos científicos han criticado el método psicoanalítico como un derivado del determinismo psicológico. El determinismo, debemos aclarar, no debe ser confundido con el fatalismo, el destino, el azar o el designio mágico. El determinismo se refiere más a la condicionalidad mutua de todos los fenómenos en un sistema.

Desde el punto de vista psicoanalítico existen los conceptos de necesidad, propósito, intención y fin, que mueven y motivan desde el inconsciente los actos humanos y a la vez actúan como principios de causalidad, que a veces se pueden catalogar como indefectibles, por su cualidad filo y ontogenética, que también tienen una determinación biológica.

Freud, intuitivamente primero, y luego por sus conclusiones teóricas derivadas de la com­probación clínica, planteó las instancias psíquicas encargadas de determinar el curso de los sentimientos, los pensamientos y la conducta.

Esto fue comprobado, pues un pensamiento y/o un recuerdo surgía por una serie de asociaciones anteriores; en todos estos fenómenos el concepto de red de interconexiones y de circuitos, en la complejidad de interrelaciones entre una y otras asociaciones, sensopercepciones y así mismo de afectos.

Es importante saber, cómo no existen conclusiones exactas surgidas del principio del indeterminismo de la física en relación con el principio de causalidad o determinismo. Por otra parte, si la mente es un sistema determinado en el sentido matemático, no puede ser decidido o corroborado sólo por el conocimiento actual.

Con respecto al determinismo en general, repetimos, no hay una conclusión absoluta; aún más, existe una confusión entre los criterios filosóficos, los psicoló­gicos y los físicos, que se refieren a lo determinado o indeterminado; lo que sí existe es el concepto de la unidad de contrarios, en donde se puede incluir el concepto de determinismo – indeterminismo funcionando a la vez en hechos, fenómenos y proceso que se investigan; de ahí se pueden obtener conclusiones determinadas o indeterminantes, con cierto grado de probabilidad pero no de certeza. Estos textos en parte ya han sido planteados en los pri­meros capítulos.

Por su parte, las leyes de probabilidad no refutan definitivamente el problema del determinismo; existe, por lo demás, fenómenos psíquicos determinados por factores físicos, pudiéndose disociar lo físico de lo psíquico, pues pertenecen a la unidad de sistemas diversos, abiertos, en que el sujeto y el objeto son partícipes en su subjetividad y objetividad.

Es así como debemos entender el estudio de la subjetividad y de la objetividad desde el punto de vista psicoanalítico.

El principio de indeterminación (indeterminismo) o de incertidumbre descrito por Werner Heisenberg, ya mencionado en varios textos anteriores, se refiere al hecho de que al medir el electrón, éste es del mismo orden de magnitud de la constante de Planck (que lo mide), y hace imposible conocer su posición y determinar su velocidad al mismo tiempo, y a la inversa.

Este principio nos lleva a un sentido realista y a un principio de impo­sibilidad de mediciones al mismo tiempo , posición y velocidad, por la complejidad de la estructura de las partículas sub-atómicas.

El principio de incertidumbre (Heisenberg) no suprime la ley causal455 Este principio también lo podemos analogar, como se alude en otra parte de esta obra, a fenómenos psicodinámicos; por ejemplo, una fantasía inconsciente puede estar operando y ser activa desde su tópica y otra fantasía consciente operar en forma simultánea sin poderse determinar la primera; no se trata de darle velocidad o magnitud a las fantasías inconscientes, sino más bien referirlas a sus posiciones en el espacio mental consciente e inconsciente; sin embargo, sí existen magnitudes psicoafectivo- emocio­nales.

Así mismo, en las asociaciones libres, que se presentan en forma desordenada, diso­ciada, confusionante y en ocasiones caótica en el proceso analítico, observamos que estas son interrumpidas por la aparición en la pantalla de la consciencia de un sueño que con sus asociaciones, es posible de interpretar más no con certidumbre sino todo lo contrario con incertidumbre, puesto que el aparato mental pertenece a un sistema abierto de complejida­des.

Traigo estos textos para interrelacionar la intuición con otros procesos que operan en el conocimiento y entre ellos el azar determinista.

Cualquiera podría argumentar la inconveniencia de traspolar estos principios y dis­ciplinas a otra, la psicoanalítica; sin embargo, en la actualidad, en el año 2011, el pensamiento complejo está abierto para la comprensión no sólo de las ciencias fisico-químicas sino de las sociales y con ellas se incluye las conceptuales y con estas el psicoanálisis.

455 Existe una “constante” (de Planck) para la “incertidumbre”; de tal forma, existe cierto orden para la física cuántica; es así que cuando podemos determinar una “posición “ de la partícula, aquella se debe multiplicar por la incertidumbre de su velocidad y por la masa; a la vez, no existe la distancia cero (0) pues la mínima longitud posible es 10-35 (longitud Planck) y nada transcurre en tiempos menores a 10-43 segundos (tiempo Planck) o “tiempo límite” entre dos eventos que se dan en la naturaleza.

Nuestro universo “no conoce” ninguna cantidad con precisión; esto nos lleva a pensar en la variabilidades de la naturaleza física y psíquica; es por esto por lo que también podemos analogar estos hechos a los fenómenos psíquicos, los cuales tienen patrones y constantes en los vínculos psicoafectivos en los sistemas inconsciente – preconsciente y consciente y en su témporoespacialidad. (Williams, ER 1998). Y, agrego a estos conceptos, el de “azar determinista”

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