Trauma Pediátrico

Claudia Mónica Neira Vlencia, MD
Residente Medicina de Urgencias . CES
Diana Marcela Oliver Ortiz
Enfermera
Saludcoop – Medellín
Mayla Andrea PerdomoAmar,MD
Residente Medicina de Urgencias . CES
Vicepresidente Asociación Colombiana de Medicina
de Emergencias . ASCOME
Tesorera Asociación Latinoamericana de Cooperación de Emergencias
Médicas y Desastres . ALACED

Introducción – Trauma Pediátrico

El trauma no es un evento aleatorio, sino que está asociado con una serie de eventos predecibles. Una variedad de factores demográficos relacionados con la edad, sexo, localización geográfica y condición socioeconómica, aumentan el riesgo para lesiones traumáticas.

Desde el nacimiento hasta los 19 años hay una distribución bimodal en la tasa de mortalidad por trauma entre escolares y adolescentes reflejando la vulnerabilidad relacionada con el desarrollo psicomotor.

Los preescolares y lactantes están en un mayor riesgo de lesiones inflingidas debido a la talla pequeña y a la incapacidad para protegerse a sí mismos. (Lea también: Trauma Cráneo Encefálico)

En los adolescentes el aumento del riesgo está dado por la búsqueda de situaciones o conductas de riesgo como la conducción de vehículos, consumo de drogas ilícitas y alcohol.

En el país el trauma es la tercera causa global de muerte y la primera en los menores de 40 años. Contabiliza el 14.2 % de las causas de mortalidad en niños de 1 a 4 años y el 13.99% de las causas de muerte en el grupo de 5 a 14 años, ubicándose como la primera causa de mortalidad para este grupo de edad.

Dentro de las causas específicas de trauma relacionadas con la edad, en 1999 se demostró una relación directa entre el mecanismo del trauma y la edad: para niños menores de 5 años los homicidios no relacionados con arma de fuego (abuso de menores), sumersión y quemaduras, contabilizan para la mayoría de las muertes; para el grupo de edad entre los 5 y 9 años el trauma como pasajero de vehículo automotor y como peatón se convierte en la principal causa de muerte, mientras que el trauma como pasajero de vehículo automotor es predominante en el grupo entre los 10 y los 14 años.

Las muertes por trauma en adolescentes son mucho más altas que en otros grupos. Pasajeros de vehículos automotores, homicidios por arma de fuego y suicidios son las principales responsables del trauma en este grupo de edad.

El sexo resulta importante según el mecanismo de trauma: en adolescentes el trauma como pasajero de vehículo o por violencia es diez veces más prevalente en hombres que en mujeres, pero si se analiza el trauma como peatón es sólo ligeramente mayor en hombres que en mujeres.

En cuanto al aspecto socioeconómico se ha establecido una relación entre el trauma y los niños que se encuentran en condiciones de pobreza, ya que éstos pueden encontrarse en ambientes más favorables para accidentes.

El niño no es un adulto pequeño y esto es especialmente cierto cuando se trabaja bajo el contexto del trauma El paciente pediátrico difiere en muchas formas del adulto, lo que hace que el enfoque inicial del trauma sea más difícil.

Fisiopatología del Trauma Pediátrico

Las principales diferencias anatómicas presentes en el paciente pediátrico son:

1. La lengua del lactante es proporcionalmente más grande en relación con el tamaño de la orofaringe, en consecuencia, es más fácil que se desplace hacia atrás, lo que puede obstruir la vía aérea.

2. En el lactante y en el niño, la vía aérea subglótica es más pequeña y más deformable y el cartílago de apoyo está menos desarrollado que en el adulto. Esta posición permite que se obstruya más fácilmente con moco, sangre, pus o por diferencias de presión entre el esfuerzo respiratorio. Importante en presencia de obstrucción de la vía aérea.

3. Normalmente las costillas y el esternón contribuyen a mantener el volumen pulmonar. En los lactantes las costillas son muy deformables y quizá no mantengan el volumen pulmonar, especialmente cuando el retorno elástico de los pulmones aumenta o disminuye la distensión pulmonar, por eso, cualquier factor que interfiera con el movimiento del diafragma por ejemplo, la distensión gástrica, puede causar insuficiencia respiratoria.

4. Los lactantes y los niños tienen una reserva de oxígeno limitada. El colapso fisiológico de las vías aéreas pequeñas a nivel de la capacidad funcional residual o por debajo de esta, influyen en la reserva de oxígeno y los cuadros metabólicos de paro.

Todas estas consideraciones toman mayor importancia si se considera que el 80% de los casos de paro cardio-respiratorio en niños son por compromiso de la vía aérea, haciendo del manejo de esta un elemento fundamental dentro de las habilidades de atención del paciente pediátrico.

El manejo de la dosificación es otra dificultad inherente a la atención de este grupo de pacientes, la medicación debe calcularse con base en el peso, incluidas las dosis de corriente utilizadas en el cardio-desfibrilador. Los algoritmos de manejo no pueden ser solo memorizados pues requieren que las dosis sean calculadas.

El desarrollo de habilidades para el manejo del paciente pediátrico se convierte a la luz de la actual evidencia en un requisito invaluable para mejorar la tasa de fatalidades atribuibles al trauma y sólo a través de la práctica, el profesional en atención prehospitalaria lograr á identificar las situaciones en donde exista un riesgo potencial, elegir las intervenciones apropiadas y alcanzar las habilidades técnicas requeridas para que en tiempo real se logre resolver situaciones a favor del paciente pediátrico en la escena de trauma.

VISITE: GUÍA DE ATENCIÓN MÉDICA PREHOSPITALARIA POR TEMAS

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