Fases de la Descontaminación en el Manejo de Materiales Peligrosos
Descontaminación en el Manejo de Materiales Peligrosos. Los procesos de descontaminación requieren, para ser desarrollados, de entrenamiento específico y personal experto. Si no existen se debe solicitar apoyo a unidades especializadas de bomberos, al servicio de salud o a químicos especializados. Cuando se traslada a víctimas contaminadas, se debe advertir de la situación al personal que las transporta y al del recinto hospitalario que las reciba.
Fase de Descontaminación Gruesa – Descontaminación en el Manejo de Materiales Peligrosos
La descontaminación gruesa, como su nombre lo indica, es el proceso de remoción o de alteración química gruesa de los contaminantes que se encuentren sobre una persona o un objeto. Estos contaminantes gruesos representan la mayor parte de la contaminación y corresponden a los residuos evidentes de los productos involucrados.
Al remover sólo la parte superficial de los contaminantes, alguna contaminación permanecer á, lo que hace necesaria otra ronda de descontaminación.
Fase de descontaminación secundaria
La descontaminación secundaria es la remoción o cambio de una gran parte, si no de todos los residuos contaminantes que queden en las personas o en los objetos.
Si sólo se aplica descontaminación gruesa, el proceso no ha sido terminado y existe riesgo de posterior contaminación cruzada, con todos sus graves problemas asociados. Complicaciones en el Manejo de Materiales Peligrosos
Personas a Descontaminar
Las personas son el foco principal de descontaminación y pueden ubicarse dentro de dos categorías: personas protegidas y víctimas desprotegidas.
Personas protegidas, son aquellas víctimas potenciales que fueron protegidas apropiadamente por un equipo de protección personal. Como resultado, no recibieron contacto corporal con los contaminantes.
Víctimas desprotegidas, significa que las personas no contaron con niveles apropiados de equipamiento para su protección personal. En esta situación, el sujeto puede recibir contacto corporal directo con los contaminantes.
En general, las únicas personas que se encuentran en la calidad de protegidas son los respondedores de emergencia, que visten equipo de protección adecuado. Todos los demás serán considerados víctimas del incidente (sean éstos personal de bomberos, de otras instituciones o público), ya sea porque se contaminaron antes de establecer las zonas de peligro, porque ingresaron a la zona caliente, porque se desplazó el elemento tóxico o porque el perímetro de la zona caliente no fue lo suficientemente grande.
En los incidentes con materiales peligrosos, los riesgos potenciales de la exposición química y de la contaminación resultante no son obvios y fácilmente comprobables. Por lo tanto, todos los incidentes que involucren productos químicos deben ser considerados como capaces de provocar exposición y contaminación, hasta que se obtenga información contraria. Un respondedor contaminado es sólo otra víctima que debe ser manejada durante el incidente.
Descontaminación de Personas Protegidas
Para una persona protegida, la descontaminación gruesa implica una serie de pasos. Estos, a su vez, incluyen alternativos lavados y enjuagues de la barrera adherida al traje protector que viste el bombero. Este procedimiento intenta remover la contaminación hasta el punto de permitir a quienes llevan los trajes, retirarlos sin que se produzca contaminación cruzada.
En general, el proceso empieza en la zona caliente con un lavado grueso, que es seguido por el ingreso al corredor de descontaminación y la zona tibia, en la cual se hacen dos lavados y dos enjuagues; luego, el equipo es removido.
La descontaminación secundaria empieza cuando el individuo deja la zona caliente, pasa por los lavados del corredor de descontaminación e ingresa a la zona fría. El primer paso consiste en remover el vestuario que sea menester y lavar, por lo menos, la piel expuesta.
Este paso puede requerir que la persona remueva todo su vestuario y tome un baño completo, dependiendo del producto químico y de la situación.
Luego el sujeto se pone ropa limpia (con frecuencia desechable) y se dirige a un monitoreo médico. En este paso, la condición física de la persona es asistida para asegurarse que, al menos en apariencia, no manifieste problemas médicos.
Lo anterior puede parecer como un proceso excepcional, excesivo e imposible de cumplir pero es imprescindible. Obviamente, no todos los pasos son necesarios en todas las situaciones, pero esto sólo puede ser determinado por los técnicos o los especialistas en materiales peligrosos.
Descontaminación de Víctimas Contaminadas
La persona no protegida debe ser sometida a las mismas fases de descontaminación, pero la situación es bastante diferente y con frecuencia, más engañosa. Hay varias zonas que hacen difícil descontaminar a las víctimas.
Muchas personas sufren de contaminación química sintiendo pánico, o con una severa incomodidad. Ejemplo, las quemaduras que se producen a raíz de la contaminación de la piel con el ácido. Desafortunadamente tales síntomas no aparecen de inmediato. Muchos productos químicos tienen períodos de latencia. La latencia es el espacio entre el tiempo de exposición del contaminante y el tiempo en que se desarrollan los síntomas; pueden tener un rango que va de minutos a horas, o incluso días o años. Por tanto, una persona que ha sido expuesta puede no darse cuenta que la exposición ha ocurrido.
Cuando a este tipo de víctima contaminada se le debe someter a un proceso de descontaminación, puede anticiparse una respuesta de poca colaboración.
Mientras el individuo no está protegido, la exposición puede ser interna o externa. Al ser descontaminada, la víctima sólo demostrará la contaminación externa. La única excepción podría estar en ciertas exposiciones a través de las vías de ingestión.
Cuando el contaminante está en contacto, la víctima experimenta ataque químico progresivo. En esencia, la exposición química normalmente será dominante respecto de cualquier otro problema médico que presente la víctima. Debe tenerse presente que, mientras se completa la descontaminación, la víctima continuará bajo ataque químico.
Finalmente, dado que estas personas son víctimas, existe el problema que no puedan tener la capacidad de trasladarse por sí mismas; obviamente, éste será un problema adicional.
Las víctimas contaminadas que puedan caminar tienden a alejarse rápidamente de la zona caliente o el perímetro. Sobre todo, si el contaminante causa dolor o incomodidad, la víctima puede eventualmente agredir al personal, lo cual arriesga a éstos y sus vehículos a sufrir contaminación cruzada y a que se expanda la zona caliente.
Las víctimas ambulatorias deben ser conminadas a permanecer en el perímetro o al margen de la zona caliente, si es que ella ha sido determinada. El uso de sistemas de parlantes externos o sirenas electrónicas puede ser de gran utilidad. Las víctimas deben ser informadas de la utilidad de su permanencia en el lugar y de las acciones que se están desarrollando.
En todos los casos la descontaminación gruesa y secundaria debe ser aplicada a estas personas. Se tiende a efectuar sólo descontaminación gruesa y dejar la secundaria para las instalaciones médicas. Es imperativo señalar que, antes del transporte de la víctima, debe completarse la descontaminación.
El personal que atiende a las víctimas, o cualquier personal médico de emergencia, debe usar equipo de protección personal adecuado. Si esto no ocurre, el personal que desarrolla la descontaminación también se convertirá en víctima.
Los dos pasos primarios que involucran la descontaminación de las víctimas son la remoción del vestuario contaminado y la limpieza de la víctima con una gran cantidad de agua, durante por lo menos 15 minutos.
Remoción del vestuario.
Es muy difícil saber si la ropa está contaminada. En consecuencia, es mejor removermásropa de la que inicialmente puede parecer necesaria. Debe tenerse presente que la ropa contaminada que permanece en su lugar sigue siendo contaminante para el cuerpo y por tanto, continúa el ataque químico.
Es importante considerar la protección y el pudor de la víctima. Debe intentarse protegerla de las condiciones climáticas y de la mirada del público, siempre que no comprometa su seguridad y la del personal de descontaminación.
Limpieza con agua.
En este punto no existe acuerdo. Algunos opinan que debe procederse a un lavado extenso con agua, de 15 a 20 minutos, incluso si el producto comprometido es reactivo con el agua. Otros opinan que en estos casos no procede la limpieza con agua. Esta será una decisión del experto a cargo de la descontaminación, realizada con base en lo que aprecie en el lugar.
En caso de aplicar agua, el desagüe debe ser almacenado para una evaluación posterior; además es preciso disponer apropiadamente de ella como desecho tóxico.
La descontaminación secundaria ocurre, normalmente, en las instalaciones médicas. Algunos establecimientos han habilitado áreas de recepción de víctimas contaminadas; en otros casos la descontaminación ocurrirá fuera de la construcción misma. De todos modos, la planificación debe hacerse considerando la identificación de las instalaciones capaces de recibir y atender a las víctimas.
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