Variaciones Electrolíticas en Saliva Parotidea en un Grupo de Adolescentes
Dr: GERMAN A. HERNANDEZ L.*
*Profesor titular de la Universidad Nacional de Colombia.
Facuñtad de Odontología.
SUMMARY
On the basis of the well known inter-relation ship between salivary glands and the endocrine sexual system, and according to the important gonadal changes during puberty, an evaluation of the salivary electrolyte variation was made on parotid secretion samples taken from male and female adolescents, following the sexual maturation levels. Important electrolyte changes were found along the adolescence process as well as the rate of parotid salivary flow.
RESUMEN
Con base en la bien conocida relación entre glándulas salivares y el sistema endocrino gonadal, y teniendo en cuenta los cambios importantes de los niveles séricos de hormonas sexuales durante la adolescencia, se hizo una valoración cuantitativa de las variaciones electrolíticas en la saliva parotídea de adolescentes, tanto hombres como mujeres, a fin de analizar posibles variaciones a tono con los grados de maduración sexual. Se encontraron cambios importantes de algunos electrolitos durante la adolescencia lo mismo que en la velocidad del flujo salivar.
I. MARCO TEÓRICO
A. ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DE LAS GLÁNDULAS SALIVARES
Las glándulas salivares empiezan a aparecer filogénicamente tan sólo a la altura de los anfibios y reptiles y se hallan particularmente bien desarrolladas a partir de los mamíferos inferiores23; son glándulas merocrinas y se les clasifica como mayores v menores por su tamaño y como serosas, mucosas o mixtas según su tipo de secreción; las glándulas salivares menores se subdividen de acuerdo a su localización en labiales, bucales, glosopalatinas, del piso de la boca, linguales y palatinas.
No sobra recordar la subclasificación de las glándulas salivares mayores, a saber: parótidas, submandibulares y sublinguales.
En humanos, los componentes de las glándulas salivares mayares son los siguientes:
a. Conductos y túbulos.
b. Células secretoras.
c. Tejido conjuntivo (cápsula, tejido conjuntivo propiamente dicho y su contenido de vasos y nervios).
El item a) arriba enumerado habla de conductos y túbulos; este último término representa una innovación de quien esto escribe, por cuanto al sistema excretor de las glándulas salivares no sólo constituye un medio de transporte (lo que merece nombre de conducto) sino también en algunos segmentos le aprecian intercambios de elementos entre el fluido excretado y el tejido intersticial especialmente en lo que a electrolito y contenido de agua se refiere, lo que daría base para la denominación de túbulos en vez de conductos.
No sin razón algunos autores de antaño le asignaron funciones similares aunque no idénticas, al nefrón y al plejo coroides 20 especialmente en lo que hace relación a los “conductos” estriados de las glándulas salivares.
Las células secretoras serosas son similares en su estructura a sus homólogas del páncreas. Se ha encontrado una inusitada cantidad de RNA, la que explica su tinción basófila y que revela una gran cantidad de síntesis protéica 3.
Profesor titular de la Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Odontología.
En cuanto a flujo salivar (cantidad por unidad de tiempo) tenemos que la secreción de las glándulas salivares mayores está gobernada por el sistema neuro-vegetativo y ramas especializadas de pares craneanos.
Ya se trató el tema del gobiemo en la secreción salivar como flujo (cantidad en relación con el tiempo) con base en el sistema nervioso central y periférico. Fuera de esto se ha observado fluctuaciones en el flujo salivar de un individuo a otro según su sexo, edad y ciclo circadiano (máximo entre las 12 y las 18 horas, mínimo en la noche). Se encuentra sialorrea en caso de estimulo masticatorio, dolor, infección en la cavidad oral, alteraciones psicológicas y ciertas drogas como acetilcolina, carbacol, prostigmina, neostigmina, pilocarfina, muscarina23.
También se observa sialorrea en casos de intoxicaciones por mercurio, embarazo, algunos casos de sialadenitis, especialmente de tipo agudo, por causas congénitas (síndrome de Riley Day) y en estados epilépticos. Estas fluctuaciones fueron tenidas en cuenta en el presente estudio para evitar resultados no confiables. Sin embargo en cuanto a epilepsia se refiere, nuestra investigación tuvo en cuenta que individuos en control y sin alteraciones clínicas no presentaron diferencias con normales de su mismo grupo (etáreo o sexual) según estudios piloto que para el efecto se elaboraron; se presume por tanto que la literatura se refiere a sialorrea en epilépticos sin control ni medicación; por otra parte los fármacos que los pacientes del mencionado estudio consumían para su dis-ritmia (di-fenil-hidantoina y dicenzo-acepina) no tiene efectos secundarios sobre glándulas salivares 27; además ninguno de los pacientes presentaba reacciones que esporádicamente provocaran tales fármacos como anorexia, náuseas y vértigos.
La xerostomia se presenta en casos de parotiditis epidémica, sarcoidosis, algunas lesiones auto-inmunes (Sjogren, artritis reumatoidea), anemias y sialadenitis crónicas 23.
Existen tablas aceptables o no en la relación con valores normales del flujo salivar (sialometria); el término “aceptables o no” es del propio acuño del autor de estas líneas, pues tales tablas no especifican con qué parámetros de edad o sexo fueron elaboradas; tan sólo se tuvo en cuenta el estado de reposo glandular para la obtención de datos. A continuación se transcribe la tabla directamente desde la fuente 23.
Parótida 0.29 ml/min.
Sub-mandibular 0.48 ml/min.
Sub-lingual 0.02 ml/min. (pág. 1060)
Sin embargo la misma fuente 23 más adelante se contradice (pág. 1060) pues afirma que para la parótida los valores van desde 0.1, hasta 0.7 ml/min.
B. COMPOSICIÓN SALIVAR
La saliva consta de una mezcla de sustancias orgánicas einorgánicas. Los principales constituyentes orgánicos son proteínas (amilasas, albúminas, lisozimas, kalikreínas, inmunoglobulinas, úrea), amonio, aminoácidos, factores de grupos sanguíneos, glucosas, lactatos, citratos, algunos de los factores de la coagulación pero también factores fibrinolíticos o activadores de fibrinolisis 5.
Los componentes electrolíticos de la saliva son sodio, potasio, calcio, cloruros, bicarbonato, fosfato inorgánico, tiocinato y yoduro inorgánico; además se encuentran cantidades infitesimales de floruros y magnesio.
La composición de la misma saliva habla en favor de su función como vehículo para la excreción de elementos desechables, y de su regulación (así sea reducida) en la pérdida o retención de agua amén de otras insospechadas aún, a las que habrá de encontrársele explicación por la presencia de factores de coagulación de fininolisis, sustancias de grupos sanguíneos y otros 18.
En cuanto a la presencia de Ig en saliva no se requeriría mayor explicación si no fuese por el hecho de que existen cantidades apreciables de Gama M y Gama G además de la universal y tradicionalmente reconocida Gama A secretoria4. Estos componentes son representativos del mecanismo homeostático de la saliva en relación con la respuesta inmune en la micro-ecología oral.
Siguiendo con las funciones de la saliva encontramos que su actividad homeostática va más allá de la que es de esperar de las gamaglobulinas. En efecto, las sustancias mucoides contenidas en la saliva ejercen las siguientes acciones: lubricación de la mucosa oral, protección física e impermeabilización de la misma y autodepuración de la cavidad oral en todos sus componentes tisulares 18. La lubricación Dermite un tránsito atraumático de los alimentos; la protección física se orienta principalmente a evitar la desecación que habría de esperar por el paso del aire; la impermeabilización se encarga de regular el paso de agua ya sea per se como vehículo de sustancias en uno u otro sentido a través de la mucosa oral 18; en este ultimo aspecto, la saliva forma una unidad funcional con la superficie epitelial sea o no queratinizada y como ejemplo de esto tenemos: la fácil absorción de ciertos medicamentos como los derivados de la nitroglicerina v salida de solutos como desechos del organismo para ser expulsados (sodio o potasio ) 12. De todas maneras el mecanismo de difusión a través de la mucosa oral es mucho más rápido que a través de la piel, por lo menos en lo que a paso del agua se refiere 18.
C. ELECTROLÍTICOS SALIVARES
Se fijó como una de las funciones salivares la de excreción en manera nunca comparable en importancia pero al menos similar al nefrón; los electrolitos salivares representan un parámetro de importancia para el estado estructural y funcional de las glándulas salivares, ya que configuran uno de los exámenes mas utilizados (la sialoquímica) como estudio de laboratorio 18. Se han establecido ya los valores normales de electrolitos en saliva.
A continuación se describirán dichas cifras en lo que a saliva parótida se refiere:
En adultos los valores normales son: K = 25 meq/litro, Na 8-10 meq/litro, Cl = 18-20 meq/litro, Ca = 5.67 mgrs/100 ml PO4 = 15,5 mgrs/100 ml23. En los niños los valores son algo diferentes aunque el amplio rango de tales cifras resta confiabilidad a dichos guarismos; Na = 1-8-30 meq/litro, K = 20-30 meq/litro, Cl = 10-33 meq/litro, PO4 = 7-18 meq/litro; en relación con la glándula submaxilar valores normales son Na = 5, K = 18, Cl = 15 meq/litro 23.
La medición de electrolitos (sialoquímica) es una invaluable ayuda de diagnóstico para las glándulas salivares; los otro exámenes de apoyo son: sialometría determinación de la cantidad de saliva con o sin estimulación), sialografia, velocidad de reabsorción del medio de contraste, histopatología, citología scintigrafia y scinto-escanografía.
Los electrolitos varían según alteraciones parenquimatosas de la glándula; a continuación se fijan algunos ejemplos de ello el sodio se eleva en casos de inflamación aguda (sialademitis aguda), en episodios de síndrome de Sjorgren al igual que el Cl; en estados metábolicos anormales de las glándulas salivares (sialadenosis) se encuentran elevaciones de K como es el caso de sialodenosis; si la sialadenosis dishormonal es de tipo gonadal los valores de K son aún más elevados (60 a 80 meq/litro) de Ca suben a 7.62 meq/litro, Cl a 55.4 meq/100 cc y PO4 a 18.1/c.c; los niveles de Na en cambio se mantienen estáticos o bajan ligeramente; si la sialadenosis hormonal es de origen tiroidiano, el I se encuentra alterado 2.
Para efectos del presente estudio son relevantes los electrolitos salivares por cuanto constituyen un parámetro mesurable para evaluar el estado de determinación glándula salivar y su relación con otros órganos o sistemas, especialmente con el eje endocrino denominado hipotálamo – hipofisiario – gonadal (EHERHG).
D. PROTEÍNAS SALIVARES
La antiguamente conocida como mucina en realidad un complejo de las proteínas identificadas como: proteína aniónica rica en prolina (PRP), estaterina, glicoproteínas básicas, proteínas de doble banda, gustina o proteína fijadora de zinc, proteínas (fijadoras de calcio) y otras 9. También son proteínas salivares aquellos elementos defensivos como las gama-globulinas A.G.M. 5, la lactoferrina, la lactoperoxidasa y la lisozima 9.
Se sabe también que la estaterina (estabilizadora de ion de calcio) compromete su función en no permitir la precipitación de sales de calcio intra-ductualmente evitando así posiblemente la formación de sialolitos, pero si lo permite sobre el esmalte para el propio mantenimiento de este por adsorción del mineral sobre su superficie; el anterior fenómeno parece gozar del apoyo que la PRP aporta para favorecer el mantenimiento del esmalte, como también de las mucosas 9 31. En cambio, las glicoproteinas de doble banda tienen ingerencia en la adhesividad y agregación bacteriana en la placa dental la cual, como se sabe, es nefasta para el esmalte dental y para la mucosa gingival 9.
La alfa-amilasa persiste aún como una proteasa importante en la hidrolisis de los carbohidratos, mientras que es nueva la trascendencia de la gustina por estimular el apetito 9.
E. ENDOCRINOLOGÍA Y LA ADOLESCENCIA
Niñas y niños son diferentes de la adolescencia, pero ellos son mucho más diferentes después de la misma. Los cambios contraídos son llevados a cabo por hormonas que en esta época son reproducidas en mayor cantidad que antes. La manera como actúan estas hormonas sobre los receptores de piel, genitales cartílagos y cerebro, aún no está perfectamente descrita 38. La adolescencia consiste en cambios somáticos, psicológicos y sociales. En el aspecto somático dicho fenómeno determina aumento de la estatura, cambios en la forma y composición corporal, rápido desarrollo gonadal, de los órganos reproductivos y demás caracteres sexuales secundarios 38.
Los cambios somáticos de la adolescencia pueden resumirse en: óseos, musculares, adiposos y sexuales incluyendo en estos últimos los caracteres secundarios (pilosos y genitales) 38.
Nada más directo que la relación sistema endocrino y la adolescencia. Sin embargo no se piense que hasta en la adolescencia aparece por vez primera el EHEHG * ya que es tan sólo el despertar de lo que ocurrió en la vida fetal y que se hallaba adormecido durante la infancia. Para el efecto citemos dos autorizados científicos: “Los cambios físicos y endocrinos notables en la pubertad deben considerarse parte del continuo desarrollo entre el feto y la edad adulta” 21. “Los mecanismo: hipotalámicos reguladores, que actúan durante la vida intra uterina, pero que desaparecen en la niñez, se reactivan en la pubertad y originan aumento de la secreción de esteroides sexuales gonadales, lo que resulta en la adquisición de caracteres sexuales secundarios, y la etapa apresurada de crecimiento y la fecundidad 37. En mujeres los cambios físicos causados por los estrógenos son: desarrollo mamario, crecimiento de labios mayores y menores, transformación de la mucosa vaginal pre-puber brillante hacia un aspecto mate, aumento de la secreción de flujo vaginal y su cambio de consistencia que límpido se convierte en blanquecino inmediatamente antes de la menarquia. Asimismo, se hace presente acné, desarrollo corporal, vello y olor axilares.
EL desarrollo mamario (telarquia) generalmente representa el primer fenómeno en aparecer, sin embargo en algunas personas normales aparece primero el vello pubiano (pubarquia) 37.
En homhres, los cambios físicos causados por la testosterona son: desarrollo corporal especialmente muscular, crecimiento del pene, testículos, cambios en la voz, acné, aparición de barba y vello axilar, además de adrenarquia (vello pubiano) 38.
F. CLASIFICACIÓN DE LA ADOLESCENCIA
Para efectos del presente estudio resumiremos los cambios sexuales incluyendo los caracteres secundarios, porque su conocimiento es útil para la clasificación y subclsificación de la población estudiada.
Los parámetros para la clasificación somática de los adolescentes son: genitales externos (forma y tamaño), vello púbico y glándula mamaria. Estos parámetros han dado la base para la clasificación de Tanner 38 que a continuación se describe y bajo la cual la población fue estudiada durante la presente investigación.
GRADO I
Preadolescente. Los testículos y el escroto tienen exactamente la misma forma y tamaño) que en un niño. No se aprecia vello púbico en ninguno de los sexos. En niñas se encuentra una pequeña elevación del pezón en el pecho bilateralmente.
GRADO II
En hombres los testículos y el escroto se encuentran levemente agrandados, estando además la piel rojiza y de consistencia levemente rugosa. El pene sigue siendo igual al tamaño y forma de un niño. Se encuentra un vello púbico muy ralo, bien pigmentado, lacio ya sea en la base del pene o a lo largo de los grandes labios en mujeres; la futura mama es por ahora una elevación de tamaño y se empieza a observar agrandamiento areolar.
GRADO III
El pene se halla ligeramente agrandado en longitud; los testículos y el escroto un poco más grandes y consistentes que en el grado II. El vello púbico es bastante oscuro, grueso y ensortijado llegando en extensión lateral al pliegue inguinal sin aumentar en dirección umbilical. Los senos son más grandes pero no se les aprecia limites hacia la línea media; la areola es aún mayor.
GRADO IV
El pene se ha agrandado definitivamente no sólo en longitud sino también en diámetro transversal. Los testículos son aún mayores y el escroto no solamente más consistente sino a la vez fuertemente pigmentado. El vello púbico es ya de tipo adulto en consistencia y longitud pero no en cuanto a extensión. Los senos son más grandes y muestran limites definidos hacia la línea media. La areola y el pezón constituyen una sobre-elevación encima del seno.
GRADO V
Los genitales son exactamente a los de un adulto. El vello púbico se extiende lateralmente sobre la cara interna del muslo y en dirección umbilical conservándose un patrón triangular de base superior. Los senos son ya maduros de mayor tamaño con limites en todo el contorno y solamente el pezón constituye una sobre-elevación.
En el 80% de los hombres y el 10% de las mujeres y tiempo después de la adolescencia el vello púbico llega a extenderse en forma rectilínea, siguiendo la línea media. Esto es denominado Grado VI poco utilizable para evaluar el desarrollo de la adolescencia.
Tampoco se toma referencia para este caso el vello axilar ni el perianal, como tampoco barba o bigote. Se descarta como patrón para graduar la adolescencia los cambios de voz 38.
Otros cambios somáticos de influencia hormonal que vale la pena enunciar son: Las vasiculas seminales, la próstata y el bulbo uretral, la primera eyaculación y la areola mamaria en hombres.
Comparativamente, el adelanto en la adolescencia no es tan marcado en mujeres como anteriormente se creía; es tan sólo cronológicamente 6 meses en hombres con el inicio de la aparición del vello púbico; se anota que desde la vida fetal la edad esquelética y fisiológica es más prematura en el sexo femenino 38. La diferencia somática entre hombres se ha denominado como diformismo sexual, lo cual comienza obviamente en la edad fetal (diferenciación de genitales externos por ejemplo).
Este diformismo sexual, si bien es somático, obedece a una necesidad fisiológica que no es otra que la reproducción (libido, copulación, gestación, lactación) 38.
G. EL EJE HIPOTALAMICO – EMINFNCIA MEDIA HIPOFISIARIO GONADAL (EHEHG) EN LA ADOLESCENCIA
Es el EHEHG por si mismo de vital importancia para el desarrollo de la adolescencia a través de sus diversos estados.
Ciertamente se ha hecho mención de la actividad tiroidiana y su relación con el funcionamiento de las hormonas gonadales aún con el TRH, pero habremos de esperar que el futuro nos brinde más luces para encontrar una relación sistémica de la actividad tiroidiana con la adolescencia.
Gracias al desarrollo del radio-inmunoanálisis se ha podido estudiar el nivel de hormonas pertenecientes al EHEHG en sangre y orina de adolescentes. De esta manera y con propiedad, se ha podido establecer en varones índices séricos bajos de FSH, LH desde el nacimiento hasta la pubertad, época ésta que empiezan a obtener un auge considerable; en efecto la FSH presenta una alza progresiva desde el grado I Tanner, niveles que se incrementan en los grados III y IV para descender ligeramente en el grado V; la LH con niveles séricos bajos antes de la pubertad muestra un auge leve pero constante al nivel del Grado I que se hace más fuerte al nivel del Grado II y con una línea rápidamente creciente hasta llegar al máximo sin decaer en el Grado V; en cuanto a la testosterona, sus índices séricos son casi nulos antes de la pubertad pero en el Grado I se aprecia una alza moderada y constante hacia el Grado II en donde experimenta una drástica elevación sin mesetas y directamente encaminada para llegar a su tope en el Grado V (sigue un patrón similar al de la LH, lo cual es obvio) 8.
Otras hormonas han sido estudiadas durante la adolescencia mediante radioinmuno-análisis, Penny y colaboradores 21 han configurado tablas en las cuales puede apreciarse que tanto la FSH, LH testosterona, DHA, estrona y estradiol siguen cursos muy paralelos entre sí, ascendiendo a medida que se avanza en los 5 grados de la adolescencia; por el contrario la prolactina y la delta androstendiona no siguen el mismo patrón que las anteriores, siendo evidentemente antagónicas entre sí, especialmente en los Grados IV y V que se consideran definitivos y drásticos en el desarrollo mismo de la adolescencia.
Otros estudios se han hecho cargo de analizar los niveles hormonales del EHEHG en mujeres teniendo en cuenta los grados de maduración Tanner; estos estudios arrojan los siguientes resultados: los niveles séricos de FSH y LH relativamente bajos antes de la pubertad siguen patrones paralelos en alza a partir de los grados I y II en líneas oblicuas ascendentes; la FSH llega a un tope máximo en el Grado IV después de lo cual entra en meseta. En relación con el estradiol se ha encontrado alguna disparidad de criterios; en efecto Styne y Kaplan 37 le determina un tope máximo en el Grado V mientras que Lee y colaboradores 15 le asignan un grado más alto en IV que en V también con la FSH: Lee 15 ha encontrado resultados disímiles teniendo en cuenta que los Grados I y II son premenárquicos; lo mismo puede decirse en lo tocante a la FSH; otras hormonas estudiadas por Lee y colaboradores durante cuatro años en las mismas personas son: prolactina, de hidro-androstendiona, delta-adrostendiona, 17 OH-progesterona, estrona y progesterona; Styne y Kaplan a su vez difieren de Lee y colaboradores en lo que es pertinente a la de hidro-androstendiona. Con base en estos estudios se aprecia que la delta-androstendiona en mujeres sigue un curso directamente antagónico al de los hombres especialmente en grados III, IV y V, lo más definitivo en la adolescencia, lo cual a su vez significa que en los mismos grados de adolescencia la prolactina en hombres y la delta-androstendiona en mujeres adquiere curvas similares 15-38.
Es de mencionarse que en mujeres también se presentan niveles de testosterona en la pre-pubertad iguales que en los hombres y que, dichos niveles aumentan al comenzar la adolescencia pero sin llegar a límites cuantitativos comparables a los de los hombres, pero suficientes para pensar en su ingerencia en el desarrollo del vello púbico de ellas; se cree que la testosterona femenina sea producto tanto del ovario como de la suprarrenal, lo cual vendría a contradecir la no ingerencia de esta última glándula en los adolescentes que sostiene Sizonenko 33; sin embargo, el EHEHG es determinante porque el concurso de la suprarrenal aceptable sería aportando androstendiona para conversión en testosterona a nivel periférico y estimulada allí por las gonadotropinas. Por otra parte la androstendiona plasmática es principalmente producida por el testículo y/o el ovario pero muy poco por la corteza suprarrenal 38.
H. LA SUPRARRENAL Y LA ADOLESCENCIA
Si bien Sizonenko 33 cuestiona que la ingerencia suprarrenal en la adolescencia, otros estudios revelan alza en los 17 cetosteroides, 11 des-oxicetosteroides en estados ya cercanos a la edad adulta o francamente adulta; en hombres sin embargo se habla figurativamente de la “hormona de la adrenarquia” dando así estos autores en contraposición un gran valor a la suprarrenal en el desarrollo de la adolescencia en varones. “La corteza suprarrenal secreta andrógenos débiles tales como la de hidro-epiandrosterona (DHA), sulfato de epi-androsterona (DHAS) y cantidades menores de androstendiona. La DHA plasmática tiene ritmo diurno semejante al del cortisol; el DHAS tiene valores más estables durante el día. En mujeres normales de 6 a 7 años de edad cronológicamente (o de 6 a 8 años de edad ósea) DHA y DHAS aumentan de manera constante hasta los 13 a 15 años de edad cronológica.
“En consecuencia el aumento de los andrógenos suprarrenales excede al aumento de gonadotropinas en el plasma” 37. Se ha postulado que una hormona estimulante de los andrógenos suprarrenales (HEAS), hormona hipofisiaria diferente al LH, FSH y ACTH, causa el aumento de DHA y DHAS; parece necesitarla presencia de ACTH como requisito para actuar. Las observaciones en pacientes con enfermedad de Addison, que carecen obviamente de andrógenos suprarrenales y de pacientes con adrenarquia prematura que presentan aumento de DHAS para la edad y entran a la pubertad de edad normal de todas maneras hacen pensar que ni HEAS ni DHAS tienen papel importante en la maduración del EHEHG ni al comienzo de la pubertad” 37.
Por otra parte conviene recordar que en mujeres la maduración del vello púbico es determinada esencialmente por andrógenos de origen suprarrenal independiente de la influencia que puedan ejercer los estrógenos en glándulas mamarias 37.
En vista de la falta de definición sobre el papel de la corteza suprarrenal en la adolescencia, el autor de este trabajo decidió de todas maneras descartar pacientes con alteraciones suprarrenales.
I. OTRAS HORMONAS Y SU RELACIÓN CON LA ADOLESCENCIA
Es cierto que las células lactotrópicas de la adenohipófisis aumentan en niñas adolescentes; sin embargo a la prolactina no se le ha encontrado órgano blanco en esta época de la vida por cuanto los estrógenos han sido determinantemente identificados como los autores del desarrollo mamario incluyendo pezón y areola cobijando casos fortuitos de telarquia prematura (por quistes ováricos o tumores ováricos) ‘°. Como anteriormente se mencionó, la prolactina en hombres debe ejercer alguna función pues su titulación sérica se halla claramente establecida y durante la adolescencia se han establecido variaciones específicas cuya explicación y significado están por establecerse.
En cuanto a la tiroxina ciertamente se han encontrado cambios en su actividad durante la pubertad; aumentan los niveles de dicha hormona en mujeres (lo cual es un índice de vinculación con estrógenas), pero decrecen en varones posiblemente por suplantación androgénica en el metabolismo general, más no como determinantes de orden sexual 38.
Respecto a la somatotropina los estudios han sido difucultosos por el hecho de que la somatotropina es secretada en forma intermitente; no existen niveles comparativos entre la somatotropina y la testosterona; por otra parte con el estradiol la relación no es específica para sacar conclusiones de vinculación entre la actividad de una y otra hormona 38.
Las observaciones clínicas permiten concluir que en el inicio de la pubertad se conjugan los efectos de la hormona tiroidea y la fomototropa para acelerar la calcificación epifisiaria inducida por la testosterona y por tanto el detenimiento en el crecimiento corporal, lo cual se determina como parámetro para la edad ósea 21.
La población que el presente trabajo analizó no presentó ningún caso de hiper o hipofunción somatotrópica. Un caso de hipotoriodismo fue descartado.
La gonadotropina coriónica humana (HCG), es similar a la LH en cuanto a fórmula química; en efecto, ambas contienen dos cadenas de polipéptidos llamadas sub-unidades Alfa y Beta; las sub-unidades Alfa son idénticas más no asilas sub-unidades Beta can características de cada una; en cuanto a sus funciones, ambas hormonas pueden inducir el crecimiento y la función de las células de Leydig; ambas pueden promover la precocidad sexual completa 19. Obviamente la HCG influye en la pubertad únicamente en circunstancias puramente patológicas, como la representarían aquellos casos de tumores (teratomas, carcinomas retro peritoneales y lopiembronas retro-pleurales 21).
En cuanto ala prolactina como se comenta en otro aparte de la presente revisión, ha demostrado su papel dentro de la adolescencia y se han evidenciado sus fluctuaciones durante esta etapa de la vida que forzosamente significan implicación fisiológica. Algunos nexos se han encontrado con la TRH ya que ambas hormonas siguen cursos paralelos de inhibición o estimulación 8.
Tornando al aspecto patológico, la prolactina es responsable de algunas alteraciones tales como el síndrome galactorrea-amenorrea, hipo-gonadismo, tumores epificiarios, hipotiroidismo, precocidad sexual y otros 8-24-2l.
Referente a la melatonina tenemos que esta hormona es sintetizada y secretada por la glándula pineal; disminuye la secreción de LH y FSH.
Esto ha logrado deducirse de ciertos estados patológicos tales como tumores pineales a los cuales se han asociado hipogonadismo 21.
J. GLÁNDULAS SALIVARES Y EL SISTEMA ENDOCRINO
Esta relación, casi podría llamarse integración, entre las glándulas salivares y el sistema endocrino, es una realidad olvidada por los autores de textos comúnmente utilizados en la enseñanza médica y en no pocos casos la odontológica.
Las observaciones que han dado pie a esta realidad cada vez más comprobada comenzaron a efectuarse en forma concienzuda y paulatinamente ordenada en animales (roedores) desde 1940 14 y en humanos desde 1950 16.
K. RELACIÓN SISTEMA ENDOCRINO Y GLÁNDULAS SALIVARES EN ROEDORES
En roedores llegó a pensarse en un diformismo sexual de las glándulas salivares al encontrarse una influencia definitivamente directa y ostensible entre las hormonas gonadales y las glándulas 14-11.
En efecto, Lacassgne14 sospechó la relación entre sistema endocrino y la glándula sub-mandibular de ratón; este autor encontró que ciertas estructuras, los túbulos contorneados granulosos (TCG) eran más grandes y contenían más gránulos citoplasmáticos en machos que en hembras. Este importante descubrimiento proporcionó el concepto de diformismo sexual de la glándula. En 1949 otros investigadores se dedicaron a estudiar no sólo la curiosa relación, (gonadas y glándulas salivares) sino la importancia de los TCG (que no se encuentran en humanos) pero en roedores son fuente de abundantes enzimas proteolíticas 11. A partir de este nuevo descubrimiento el estudio de las glándulas salivares en roedores y su dependencia gonadal se adelantó cn base a dos parámetros mutuamente dependientes:
1. Morfología y tamaño de los T.C.G.
2. Actividad proteolítica de los extractos glandulares de la submaxilar.
A continuación se hace un resumen a manera de glosa de alguno de los estudios que se adelantaron a partir de 1940 y 1949.
1. Evidente atrofia de los TCG en ratas machos previamente castrados e hipofisectomizados 35.
2. La atrofia de TCG en ratas machos previamente castrados e hipofisectomizados regresó notablemente mediante inyecciones de propionato de testosterona 36, así como también se recobró su actividad proteolítica en la misma forma 27-29.
Estrógenos y/o progesterona no mostraron ningún efecto sobre los TCG de las glándulas sub-maxilares de rata hembra pero si la prolactina 30. Hormonas no gonadales pero tangencialmente pertenecientes al EHEHG, como la prolactina y la tiroxina ejercieron efectos positivos en los TCG tanto en su morfología como en su actividad proteolítica 35-9.
El desarrollo definitivo de los TCG y su maduración final al ejercer su función proteolítica sigue en curso sorprendentemente paralelo con el desarrollo de la pubertad en ratas tanto en machos como en hembras 36 la prolactina induce en ratas hembras la aparición de la pubertad 5. Posterior estudio aportó un nuevo hallazgo sobre la influencia de la prolactina en el desarrollo de los TCG de ratas hembras empleando modelos con tumores hipofisiarios 39.
L. RELACIÓN SISTEMA ENDOCRINO Y GLÁNDULAS SALIVARES EN HUMANOS
Esta relación como se dijo, lleva tres décadas de observación y cada vez se hace más evidente en humanos, ya sea por alteraciones patológicas simultáneas (endocrino-glandulares) que revelan una relación de causa efecto como es el caso de las sialadenosis hormonales 23, o ya sea experimentalmente haciendo estudios sialoquimicos siguiendo el Ciclo mestrual 22. Son también frecuentes y evidentes los cambios parotideos en no pocas embarazadas mediante agrandamiento de dichas glándulas, lo cual a veces se complica con parálisis facial, todo lo cual comienza a ceder en d post-parto 23. Otros estudios experimentales muy objetivos son aquellos que demuestran la relación con el sistema endocrino del EHEHG; así tenemos que se observaron cambios significativos en la consistencia y flujo salivar, así como la capacidad de cristalización de la saliva comparativamente entre mujeres menstruantes, embarazadas y post-menopáusicas; también es de tener en cuenta los cambios cíclicos en la actividad de la N. Ancetyl Beta -D- glucosaminidas como posible indicador de ovulación o embarazo 25.
En glándulas salivares menores han sido encontrados receptores de membrana para prolactina 1.
LL. SALIVA-ELECTROLITOS Y EHEHG
El cubrimiento de este punto es una lógica consecuencia de lo que hasta el momento en este escrito se ha expuesto. Hagamos d siguiente breve recuento:
Basta recordar que la saliva contiene un sinnúmero de sustancias dentro de las cuales se cuentan los electrolitos (Na, K, Cl, PO4, Ca, CO3H2 y tío cianato).
No olvidar que la composición misma de la saliva, de manera especial los dectrolitos, refleja en normalidad o anormalidad el funcionamiento de las glándulas salivares.
Tener presente que no solamente en roedores sino también en humanos, el funcionamiento de las glándulas salivares en muchos es gobernado por el sistema endocrino.
Existe la certeza que en lo que a electrolitos se refiere el sistema endocrino específico que los regula, en ausencia de inflamación, es precisamente el gonadal 22-23 y sobre los ectrolitos de K, Ca y Cl 22.
Se contempló exhaustivamente la íntima relación del EHEHG al cual pertenecen las hormonas gonadales haciendo énfasis en la pubertad y sus respectivas etapas.
Por tanto no es aventurado pensar que la relación EHEHG/Electrolitos salivares puede ofrecer resultados insospechados y no previamente estudiados durante la pubertad; esto es el postulado del presente estudio investigativo.
Antes de pasar adelante en la descripción del presente estudio, se espera que el lector encuentre obvio el haber descartado pacientes con alteraciones del sistema endocrino del EHEHG incluyendo las hormonas tangenciales a este eje (prolactina y tiroides), y que no se haya incluido tampoco pacientes con dismenoreas no funcionales.
II. HIPÓTESIS DEL PRESENTE ESTUDIO INVESTIGATIVO
Se concibe que el último tópico del punto anterior (saliva-electrolitos-EHEHG) debe ser considerado como encabezamiento del punto actua1, es decir, el enunciado de la hipótesis del presente estudio investigativo.
En efecto, aceptada la relación, o mejor integración, entre saliva-electrolitos y sistema endocrino gonadal global y vistas las grandes variaciones del EHEHG durante la pubertad, el autor de este trabajo no encuentra de ninguna manera irracional o desatinado emitir el siguiente enunciado como hipótesis de este estudio:
LOS ELECTROLITOS SALIVARES PAROTIDEOS SUFREN MODIFICACIONES DE ACUERDO CON EL SEXO Y EL GRADO DE MADURACION DURANTE LA ADOLESCENCIA.
III. MATERIALES Y MÉTODOS
Se estudió una muestra de l10 adolescentes sin lesiones sistémicas que pudiesen repercutir en las glándulas salivares, repartidos de la siguiente manera:
10 mujeres con grado de maduración Tanner I
10 mujeres con grado de maduración Tanner II
13 mujeres con grado de maduración Tanner II
10 mujeres con grado de maduración Tanner IV
10 mujeres con grado de maduración Tanner V
14 varones con grado de maduración Tanner I
10 varones con grado de maduración Tanner II
12 varones con grado de maduración Tanner III
10 varones con grado de maduración Tanner IV
11 varones con grado de maduración Tanner V
Se descartaron individuos que presentasen alteraciones locales o sistémicas o que recibieran medicamentos que pudiesen influir en la secreción y/o composición salivar, a saber:
Infecciones orales, alteraciones endocrinas del EHEHG incluyendo sus satélites (prolactina o tiroxina suprarrenales), lesiones del sistema nervioso central (salvo algunas desritmias leves, controladas y previo estudio piloto para concluir la no diferencia con población sana en relación con secreción y/o composición salivar), desnutrición, anemias, afecciones de las glándulas salivares, o personas cuyas glándulas salivares no estuvieran en reposo (no estimuladas) o que hubiesen ingerido alimentos menos de una hora antes (acinos en períodos mayores de síntesis y pobre secreción), o personas psicópatas.
A cada paciente se le revisó su Historia Clínica para confirmar o descartar, como arriba se expuso, lesiones sistémicas, medicamentos, etc. que influyeran en la secreción salivar. Fuera de lo anterior se llevó a cada paciente un formato en el que se consignaban los siguientes datos: Nombre, edad, sexo, número de Historia Clínica, fecha, grado de maduración Tanner, fecha de la menarquia, día actual en el período menstrual.
La última parte del formato contempló a nivel de electrolitos (Na, K, Ca, Cl) y fue llenado en base a los datos remitidos por el laboratorio clínico; la saliva se obtuvo mediante caracterización del conducto de Stenon de parótida izquierda con tubo de polietileno calibre 0.20X0.008; W°V X 20 de la Becton Dickinsson Co. Rutheford, N.Y.; se cronometró el tiempo requerido por cada paciente para la obtención de 1 c.c.de saliva, dato éste que correspondió a sialometria (medición del flujo salivar); esta misma cantidad de saliva fue enviada al laboratorio clínico para análisis de electrolitos como ya se mencionó.
Los electrolitos fueron medidos de acuerdo a las siguientes metodologías: para los electrolitos Na y K se hizo la titulación en meq/litro de acuerdo con el espectrofatómetro Colleman de llama contra patrón; para Ca se siguió la técnica internacional con EDTA y, por último, para la valoración del Cl se hicieron titulación en base a Hg NO3.
IV. RESULTADOS Y ANALISIS
Los resultados pueden apreciarse en las tablas I al VIII que a continuación se exponen.
Hechos los análisis descritos en “Materiales y Métodos” se obtuvieron los resultados que se hallan contenidos en las tablas I, II, III, IV en lo que respecta a electrolitos salivares de varones adolescentes, en las tablas V, VI, VII y VIII en lo concerniente a electrolitos salivares en mujeres adolescentes, y en las tablas IX y X en lo relativo a la sialometria en hombres y mujeres respectivamente.
Tenemos que los resultados de los análisis y medidas estadísticas obtenidos de las tablas I a X son ilustrados mediante los gráficos que aparecen en las figuras numeradas del 1 al 5 según. se detalla a continuación:
Las tablas I y V contienen los niveles del sodio en saliva parotidea de varones mujeres en relación con grados de maduración Tanner; los gráficos correspondientes a estas dos tablas se aprecian en la Fig. l.
Las tablas II y VI contienen los niveles de potasio en saliva parotídea de varones y mujeres en relación con grados de maduración Tanner; los gráficos correspondientes a estas dos tablas se aprecian en la Fig. 2
Las tablas III y VII contienen los niveles de cloruros en saliva parotídea de varones y mujeres en relación con grados de máduración Tanner; las gráficas correspondientes a estas dos tablas se aprecian en la Fig. 3.
Las tablas IV y VIII contienen los niveles de calcio en saliva parotídea de varones y mujeres en relación con grados de maduración Tanner; las gráficas correspondientes a estas dos tablas se aprecian en el Fig. 4.
Las tablas IX y X contienen cifras correspondientes a la velocidad del flujo salivar (sialometría) tanto en mujeres como en hombres en relación con los grados de maduración Tanner; las gráficas correspondientes a estas dos tablas se pueden apreciar en la figura 5.
SODIO EN VARONES (TABLA I, FIG. 1).
Los niveles son muy bajos en las Grados I, II, III y IV siguiendo un orden ligeramente descendente con diferencias estadísticamente no significativas; en el grado V se elevan considerablemente hasta llegar a un nivel de normalidad en el adulto (10 meq/litro); hay que anotar que los niveles son más bajos que en el adulto en los Grados I, II, III y IV, pero ya en el Grado V los niveles son los apropiados para adultos. La diferencia entre los niveles de Grado IV y Grado V es estadísticamente significativa con p de 0.001 t = 4.145.
Se aprecia una marcada variabilidad en el Grado III si se contemplan los datos estadísticos:S = 4.65, la mayor de todos los Grados en este caso. La diferencia entre Grado I y V es estadísticamente significativa.
POTASIO EN VARONES (TABLA I, FIG. 2).
Los niveles son muy altos en los Grados I, II, III y IV con diferencias estadísticamente no significativas; en el Grado V descienden considerablemente; las fuentes bibliográficas asignan un nivel normal de 25 meq/litro en adultos sin dar ningún rango o margen de normalidad; en nuestros estudios este electrolito fluctúa entre 23-74 y 18-34 meq/litro; como era de esperarse las fluctuaciones siguen un orden directamente antagónico a las fluctuaciones de Na; la máxima variabilidad también se nota en el Grado III; S= 5.09. La diferencia entre Grado IV y V es estadísticamente significativa a un p 0.001 (t = 3.600).
La diferencia entre Grado I y V es estadísticamente significativa a p = 0.05 < 0.02 con t = 2.22.
CLORUROS EN VARONES (TABLA III, FIG.3)
Los niveles son bajos en los grados I, III y IV para elevarse en el Grado V, en lo cual sigue un patrón similar al sodio. Mención especial ha de hacerse al Grado II en donde el nivel de cloruros se sube vertiginosamente para volver a caer de inmediato en el Grado III a un nivel similar al del Grado I; con la excepción ya mencionada en el Grado II, los niveles de cloruros sólo llegan a ser los de adultos (18 a 20 meq/litro) tan sólo en Grados IV y V.
La diferencia entre el Grado I y V es estadísticamente significativa p 0.020 < 0. l0, t = 1.47.
La variabilidad mayor se halla, en el Grado V. S = 8.03.
CALCIO EN VARONES (TABLA IV, FIG. 4)
A excepción del Grado III, los niveles son muy estables y muy cercanos a los de adultos (5.67 meq/100 cc). El grado III presenta una elevación muy marcada a 6.67 mgs/100 c.c.que acusa una diferencia estadísticamente significativa con losdemás grados y además siguiendo curvas totalmente diferentes a los demás electrolitos. También aquí la variabilidad es más alta en el nivel III S =1.24.
SODIO EN MUJERES (TABLA V FIG. l)
Se aprecian niveles bajos en los Grados I, II, III y IV son mayores fluctuaciones entre sí, y que apenas tocan los límites inferiores de lo que se considera normal en el adulto.
En el Grado V se encuentra una elevación marcadísima hasta llegar a un nivel apropiado y establece en el adulto. La diferencia entre Grupo I y V es estadísticamente significativa a p 0,l0 < de 0.20, t = 1.72. La variabilidad es mayor en grado V. S = 5.35.
POTASIO EN MUJERES (TABLA VI FIG.2)
Los niveles acusan cifras muy altas en los Grados I, II, III y IV con diferencias estadísticamente no significativas entre si; hay un descenso brusco en el Grado V estadísticamente con diferencias significativas al compararlo con los demás Grados de maduración. La bibliografía ofrece datos de normalidad en 25 meq/litro para adultos sin dar ningún margen o rango. En este estudio, sin embargo, el potasio fluctúa entre 22.67 y 20.03 siendo menor precisamente en el Grado V y mayor en los Grados I y II (22.66 y 22.67 respectivamente). La diferencia entre Grado I y V es estadísticamente significativa: p 0.20 < 0.10 t = 1.620.
La variabilidad es mayor en el Grado III S= 1.96.
CLORUROS EN MUJERES (TABLA VII, FIG. 3)
Los niveles presentan severas fluctuaciones en los diferentes Grados de maduración. En los Grados I, II, III y V las cifras se guardan dentro de los límites aceptados para adultos 18 a 20 meq/litro.
En el Grado IV se experimenta la fluctuación más drástica de todas al descender a 15.88 meq/litro para subir también súbitamente a 20.64 en el Grado V. La diferencia entre Grado I y V no es significativa. La variabilidad mayor recae en el Grado V. S = 8.78.
CALCIO EN MUJERES(TABLA VIII, FIG.4)
El auge de este electrolito es paulatino durante los niveles I, II, III y IV para descender suavemente en el nivel V. Las diferencias son estadísticamente no significativas entre los niveles I y II; si son significativas entre I y III, I y VI y V. La mayor variabilidad se halla en el Grado III S = 2.07.
V. ANÁLISIS COMPARATIVO ENTRE LOS ELECTROLITOS DE AMBOS SEXOS
Fig. l. En cuanto al sodio los Grados I, II y V muestran iguales niveles; los grados III y IV muestran diferencias significativas especialmente a p. 0.05 < 0.02. Luego de las fluctuaciones y recíprocas diferencias el sodio llega al Grado V con niveles que en adultos se consideran estables. La mayor variabilidad en mujeres ocurre en el Grado V pero en hombres en el Grado III.
Fig. 2. Respecto al potasio los cursos en cada sexo son antogónicos al sodio. En cada sexo el potasio sigue una trayectoria paralela excepto en el Grado III en el cual sube en hombres pero desciende en mujeres, no con diferencias estadísticamente significativas pero de todas maneras muy notables; situación similar se aprecia en Grado V. A pesar de que las diferencias como se dijo son notables (X23.74 en hombres contra X21.21 en mujeres en Grado III y X18.34 en hombres contra X20.03 en mujeres Grado V), la no significación estadística estriba más que todo en la variabilidad la cual, como se verá más adelante, era de esperarse debido a las marcadísimas fluctuaciones hormonales en adolescentes que llevan un ritmo circadiano de fuertes variaciones.
Por otra parte los niveles de Grados V en ambos sexos no coinciden con el dato rígido de 25 meq/litro que la literatura da para los adultos.
Las fluctuaciones del potasio durante la adolescencia son muy marcadas en ambos sexos. La mayor variabilidad en ambos sexos se encuentra en el Grado III.
Fig. 3. Los cloruros son los electrolitos que más variaciones ofrecen en ambos sexos con altibajos verdaderamente vertiginosos; estos altibajos son totalmente antagónicos entre ambos sexos en los Grados I, II y IV para después unirse casi sin exactitud matemática en el Grado V, cuyos niveles coinciden con los más estables dentro de los adultos, según datos de la literatura al respecto. La diferencia entre ambos sexos se observa solamente en el Grado I con t = 1.507 significativo a p de 0.20 0.10. La variabilidad en hombres es mayor en Grado V de ambos sexos.
Fig. 4. Referente al calcio, las fluctuaciones son aproximadamente paralelas en ambos sexos; si bien el nivel en hombres es mayor que en mujeres en los Grados I, II y III, no ocurre así en los Grados IV y V. En este último grado los niveles en ambos sexos son cercanos pero más altos que los datos suministrados por la literatura para adultos. Es de anotar que en hombres el pico más alto se halla en el Grado III pero en mujeres es el Grado IV. La mayor variabilidad en ambos sexos se halla en el Grado III.
VARIABILIDAD
Este parámetro estadístico cobra suma importancia en este estudio. Excepción hecho del calcio, todos los demás electrolitos muestran variabilidades de amplia envergadura, lo cual en vez de demeritar nuestros resultados, los ajusta aún más a lo esperado por el autor de este estudio si recordamos las variaciones hormonales que se desarrollan cada 24 horas (al principio durante las noches, luego durante el día, posteriormente día y noche) para después seguir ciclos más reposados de 28 días en mujeres y 72 en hombres. La variabilidad es mayor en los estados III y coincide con las fluctuaciones más dramáticas en los niveles hormonales.
SIALOMETRIA
La sialometrina presenta variaciones bastante diferentes entre varones y mujeres a través de la adolescencia menor, si bien en el Grado V son ya similares entre si, siendo un poco menos en mujeres. El Na parece influir en la sialometría en los grados más cercanos a la edad adulta (III, IV y V).
Fig. 1. Niveles de electrolitos Na en la saliva parotídea de mujeres y hombres adolescentes según los cinco grados de maduración Tanner. | Fig. 2. Niveles de electrolitos K en saliva parotídea mujeres y hombres adolescentes según los cinco grados de maduración Tanner. |
Fig. 3. Niveles de electrolitos CL2 en saliva parotídea de mujeres y hombres adolescentes según los cinco grados de maduración Tanner. |
Fig. 4. Niveles de electrolitos Ca en saliva parotídea de mujeres y hombres adolescentes según los cincos grados de maduración Tanner. |
Fig. 5. sialometría (minutos/cc de saliva) parotídea en mujeres y hombres adolescentes según los cinco grados de maduración Tanner. |
V. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
1. En adolescentes los electrolitos salivares presentan fluctuaciones entre los diversos grados de maduración y entre ambos sexos. Dichas fluctuaciones son estadísticamente significativas en la mayoría de los electrolitos al comparar el nivel de estos entre el Grado I y el Grado V de maduración de Tanner como a continuación se detalla:
Na, Cl y K en varones y Na, K y Ca en mujeres.
2. Al comparar entre sí los niveles de electrolitos de ambos sexos, vemos que las fluctuaciones son diferentes en los Grados I, II, III y IV pero al llegar al Grado V, los niveles de electrolitos respectivos se aproximan, lo cual podría indicar un reposo de las fluctuaciones y una confluencia a niveles de maduración propios del adulto.
3. Mención especial ha de hacerse al calcio, cuyas fluctuaciones son muy moderadas en hombres, pero significativas en mujeres. Por otra parte este electrolito es el único que no presenta aproximación de sus niveles en el Grado V de ambos sexos, lo cual podría interpretarse como un índice de diferenciación en la saliva de acuerdo al sexo en cuanto a los adultos.
4. La marcada variabilidad de los datos obtenidos es la nota predominante al observar los electrolitos salivares en los adolescentes. Esta característica refrenda la índole misma de esta investigación cuyo titulo es precisamente “VARIACIONES SIALOQUIMICAS EN ADOLESCENTES”. Esto colma las aspiraciones del investigador, habida cuenta de que la adolescencia se caracteriza por fluctuaciones circadianas de las hormonas pertenecientes al EHEHG, las cuales al influir en los electrolitos salivales obtienen en estos fluctuaciones y variabilidades de amplias magnitudes especialmente en el Grado III, lo cual vendría a corroborar lo postulado y esperado por ej autor.
Las variaciones hormonales circadianas son más frecuentes en los estados intermedios de la adolescencia, coincidiendo con nuestras observaciones de que en la mayoría de electrolitos la mayor variabilidad se encuentra en el Grado III. Ciertamente hay excepciones, como el sodio en mujeres cuya variabilidad es más alta en Grado V, y por ende los cloruros; pero ha de tenerse en cuenta que esta población de mujeres ya tienen constituidos sus ciclos menstruales, que desde luego determinan variabilidad ya que sería imposible estudiar toda la población de mujeres Grado V en igual día de ciclo menstrual. Además la variabilidad en el Grado III no es la más alta pero si figura entre las más notables en cuanto al mismo Na se refiere.
5. La sialometría parece ser diferente en ambos sexos, manteniéndose por lo general más lenta en las mujeres. Se recomienda ahondar este tópico mediante futuras investigaciones aún en adultos. Después de muchas fluctuaciones llegan a un reposo compatible con la madurez en el Grado V.
6. Todas las conclusiones ya mencionadas permiten sugerir a la literatura que durante la adolescencia se presentan variaciones sustanciales en los niveles de electrolitos salivares, y fue dichas variaciones son disimíles entre ambos sexos, posiblemente merced a la influencia de algunas hormonas pertenecientes al EHEHG, lo cual no está lejos de hacer sospechar que durante esta época de la vida, la parótida y, tal vez otras glándulas salivares, se comporten como caracteres sexuales secundarios; este enunciado merece mayor investigación en el futuro.
7. Se recomienda persistir en el enunciado anterior mediante la verificación de nuevas investigaciones, las cuales tal vez permitan concluir que en adultos también se presentan variaciones en los componentes electrolitos salivares en cada sexo.
8. Se recomienda a la profesión odontológica interesarse por el dominio en el conocimiento profundo de las glándula; salivares y las funciones de la saliva, así como preparar mejor a sus futuros egresados y actualizar a los profesionales en el estudio, manejo e interpretación de los análisis salivares.
Esto cumpliría con el doble propósito de velar por un mejor micro-ambiente oral y de contribuir a la Salud Integral en colaboración con la profesión médica en la prevención, diagnóstico y control de ciertas enfermedades y/o estados funcionales sistémicos.
9. Las conclusiones 1, 2 y 3 confirman la hipótesis; de este trabajo respecto a varios de los electrolitos salivares tales como el Na, K y Ca en mujeres adolescentes, y Na, Cl y K en cuanto a varones también adolescentes.
BIBLIOGRAFIA
1. ABBEY, L. et al. Prolactin binding in normal human minor livary glanús. Oral Surg. 58: 684, 1984.
2. ALLBRIGHT, E. C. Hipertrophy of salivary glands during treatment of myxedema with tri-iotironin. J, Iab. Clin Med. 44. 761, l954.
3. BENNICK, A. et al. Factor affecting adsorption of salivary acidic proteins to hidroxiapatite. Caries Res. 15: 9, 981.
4. BRANDTZAEG, P. Inmunoglobulins sistems of oral mucosa and saliva, en “Oral Mucosa in Health and Disease” by A. E. Dolby Blackwell Scientific Publ. Oxford. l Edition, 1975. Pág. 138.
5. CLEMENS,.J. A., MINAGUCHI, H. R., VOOGY, L. And MEITES, J. Induction of precocius puberty in fenale rats by prolactin, Neura endocrinology 4: 150, 1969.
6. DAUGHADAY, W. H, The adenohypophysis in Tex book of Endocrynology by Williams R., H. W. B. Saunder Co. Philadelphia, 6a. Ed. 198I. pág. 33.
7. ERFUTH. G. et al. Precocius puberty in a boy den to hipersecretion of LH and Prolaction by a pipuitar tumor Acta End. 102: 167, 1983.
8. FAIMAN, G., WINTER J. S. D. Gonadotropin and sex hormona hormone patterns in puberty en “Control of the onset of puberty”, by Grumbach, M., Grase, D. and Meyer, F. New York. Jhon Winley. Son; Inc. 1974.
9. HAY D. I. Human Glandular Salivary proteins in Hand book of Experimental Aspects of Oral Biochemistry by Lazzary E. C. R. C. Florida, l983. Página 319.
10. .JENNES. R. M., KELCH., R. P., KAPLAN, S.I. and GRUMBACH, M. Hormonal Changes in puberty. J. Endocrinology Metaolism 34: 521, 1972.
11. JUNQUEIRA. L. C., FAJER. A. RABINOBITCH, M. And FRANKETAL, L. Biochemical obsservalion; on the sexual dimorphisin of mice sub-maxilary glands. J. of All. Comp. Phip 34: 129, 1949.
12. KAABER. S. Studies of the permeabilily of human oral mucosa I. Gravimetric determination of biological fluids al microgram leves, Acta Odontológica Scandinavica. 29: 653, 1971.
13. KRIKES. G. A. Salivary glands, en “Orband´s, Hislology and Embriology” by Sicher, H. 6th Ed. C. V. Mosby Co St. Luis, l966, pág. 266.
14. LACASSAGNE. A. A dimorphism sexual de la gland, sous-maxillaire chez la souris. Conept. Rend. Socité de Biologie. 133; l81. 1940.
15. LEE, P. A. XENAKIS, T. WlNER, J., MAT SEBAUGH, S. Puberty in girls; Correlation of serum levals, of gonadotropis prolaotin, androgens, etc. J. Clin. Edocrin. And Met.43: 775, 1976.
16. LI PSCHUTZ, A. Steroid hormones and tumors. Baltimore, 1950. The Williams and Wikins Co.
17. LIU, F. T. and H. SHIEN, L. Influence of corticosterona on the integrity of ‘salivary glands and the incidence of dental caries in the rat. J. Dent Res. 48: 467, 1969.
18. Mac. FARLANE, T. W. and MASON, D. K. The physiologinal responsiveness of the oral mucosa; the role of saliva en Ora mucosa in health and disase by A. E. Dolby Blackwell Scientific. Publ. Oxford. lst. Ed. 1975, pág. l13.
19. PAULSEN, A. The testes en Teetbook od Endocrinology” by Williams, R. H. W. B. Saunders Co. Philadelphia, 1974. Pág. 323.
20. PEASE, D. C. Infolded basal plasma membranes found in epithelia noted for their water tramsport. J. Biophys and Biochem Cytology 2: (Suppl): 203, 1956.
21. PENNY, R. Testículo, en “Clínicas Pediátricas de Norteamérica” Endocrinología. Ed. Interamericana, México. W. B. Saunders Co. Philadelphia, 1979, pág. 109.
22. PUSKULIAN, L. Salivary electrolyte changes during the normal, menstrual cycle. J. Dent. Res. 51: 12I2, 1972.
23. RAUCH, S., GORLIN, R. Diseases of the salivary glands. En “Toma´s Oral Pathology” by Gorlin, R. and Goldman, H. Vol. H. 6th Ed. C.V. Mosby Co. St. Louis, 1970, pág. 962.
24. REYES. LEAL. B. Jefe de Sección de Endocrinologia, lJniversidad Nacional y Hospital San Juan de Dios. Comunicación personal.
25. ROSADO, A., DELGADO, N., VELASQUEZ A., et al. Cyclic changes in salivary activity of N-Acetyl – B.D. glucosamide. J Gynecal and obst. 128: 560, 1977.
26.ROSENFIELD, R. I., Grossman, B. J. and Ozoa, N. Plasma 17 Ketosteroids and testosterone in prepuber children before and after ACTH administration. J. Clinical Endocrinology Metabolism. 33: 249, 1971.
27. RALL, T., y SCHLEIFER,L. Drogas efectivas en el tratamiento de la epilepsia en: Las bases farmacológicas de la terapéutica, por Goodman A., Goodman L. y Gilmar A. Edi. Panamericana. Buenosm)s Aires, 1982.
28.SHAFER, W. G. and MUHLER, J. L. The effect of desiccated thyroid propylthiouracil, testosterone, and flucer the sub-maxillary gland of rats. J. Dent. Res. 35: 922, 1965.
29.SHAFER, W. G., CLARK, P.G. and MUHLER. J. The inhibition of hypophysectomy induced changes in the rat submaxillary glands. Endocrinology 59: 526, 1956.
30.SHAFER. W. G. and MUHLER, J. C. Endocrine influences upon the salivary glands. Ann N. Y. Acad. of Sci. 85: 215, 1960.
31. SHATZMAN, A. R. et. al. Metal binding characteristics of the parotid salivary proteins. Biochem Biophys Acta. 623: 107, 1980.
32. SIZONENKO, P. Pre-adolescent and adolescent endocrinology, physiology and physiopathology II. Am. J. Dis. Chil. 132: 797, 1978.
33. SIZONENKO, P. Preadolescent and adolescent endocrinology, physiology and physiopathology I. Am. .J. Chil. 132: 704, 1978.
34. SREEBNY, L. M. Histologie and enzimatic differences in the submaxillary glands of normal and hypophysectmized mate and fanate white rats. J. Dent. Res. 32: 686, 1953.
35. SREEBNY, L. M. MEYER, J., BACHEM, G. Characteristics of a proteolytic enzime in the sub-maxillary and sub-lingual glands of the albino rats. J. Dent. Res. 34: 915, 1955.
36. SREEBNY, L. M., MEYER, J. BACHEM, E. Post-natal changes in proteolytic activity and in the morphology of the sub-maxillary gland in the male and female rats. Growth. 19: 57, 1955.
37. STYNE, D. et al. Pubertad normal y anormal en la mujer, en: Clínicas pediátricas de Norteamérica. Endocrinología. Ed. Interamericana. W.B. Saunders. Philadelphia, 1979, pág. 131.
38. TANNER, J. M. GROWTH and Endocrinology of the Adolescent, in Endocrine and Genetic Diseases of Childhood. By Cardner, L. 2 Ed. W. B. Saunders. Philadelphia, 1975, pág. 14.
39. HERNANDEZ G. A. Endocrine influences on sub-mandibular Salivary glands of the feruale rat. State. University of New York at Buffalo. Thesis for Master’s Degree, 1971.
CLIC AQUÍ Y DÉJANOS TU COMENTARIO