Estudios sobre la Filosofía de la Biología
Dr. Juan Manuel González M
Odontólogo. Lij. Profesor Posgrado UJ. Osteointegración.
Entrenamiento en periodoncia rehabilitación oral. Investigador Research.Co.
Estudiante maestría en Filosofía UJ (MSF)
Enfasis Filosofía de la ciencia area Sistemas complejos
El artículo al que he llamado Estudios sobre la filosofía de la Biología pretende abrir un campo de reflexión sobre nuestro quehacer diario y hacia donde debemos orientarlo epistemológicamente. Para lograr este objetivo debemos permitirnos una introspección acerca de nuestro quehacer.
La Odontología en griego: Odont- Odontos: Diente y logos: Tratado, o la Dentistería del latín Dentist, se constituye como un oficio, una disciplina, una técnica, una profesión, o una ciencia?
José Ortega y Gasset1 resume: “El sentido de relación y ciencia encuentra que la medicina no es ciencia, es precisamente una profesión, una actividad práctica. Como tal significa un punto de vista distinto del de la ciencia. Se propone curar o mantener la salud en la especie humana. Para este fín echa mano de cuanto aparezca a propósito. Entra en la ciencia y toma de sus resultados cuanto considera eficaz pero deja el resto, deja de la ciencia sobre todo lo que es más característico: La fruición por lo problemático. Bastaría esto para diferenciar radicalmente la medicina de la ciencia. Esta consiste en un “prurito” de plantear problemas. Cuanto más sea esto, más puramente cumple su misión, pero la medicina esta ahí para aprontar soluciones. Si son científicas, mejor (desarrollo clínico ajustado a la evidencia) pero no es necesario que lo sea. Pueden proceder de una experiencia milenaria que la ciencia aún no ha explicado, ni siquiera consagrado.
En los últimos años la medicina se ha dejado arrollar por la ciencia e infiel a su misión no ha sabido afirmar debidamente su punto de vista profesional, ha cometido el pecado de no aceptar su destino, bizquear, querer ser lo otro, en este caso, querer ser ciencia pura. No confundamos pues; la ciencia al entrar en la profesión, tiene que desarticularse como ciencia para organizarse según otro centro y principio, quizás técnica y profesional y si esto es así, también debe tenerse en cuenta para la enseñanza de la misma”.
Esta cita nos debe hacer pensar sobre como abordar nuestro quehacer. Una profesión o una “ciencia” que nos constituye ante una actitud en la vida, actitud que genera una cultura, una forma de pensar y de ser en la vida que nos convierte en dentistas u odontólogos.
Esta actitud nos lleva por los vaivenes del diario vivir del siglo XX como seres constitutivos del nuevo milenio en los cuales una cultura “light” e inmediatista dominada por las transnacionales de la economía y los medios de comunicación hacen que nuestro quehacer no tenga un rumbo claro.
Dentro de esta incertidumbre dominada por factores externos y por una falta de identidad clara nace la pregunta hacía donde debemos mirar con respecto a nuestro crecimiento epistemológico? La moda y nuestra cultura nos ha halado a mirar la biología molecular como sustento epistemológico a la base de nuestro quehacer, invitándonos así a dejar de lado la biotecnología, ya que en ella hemos puesto una mirada “light”, de catálogo, que ha resuelto de forma inmediatista esta primera orientación epistemológica de nuestro o oficio. “Se debe revisar en sus bases” decimos, con ceño fruncido, y es aquí donde debemos replantear muchas cosas. Cuando volteamos a mirar la biología molecular como base o conocimiento fundamental para el desarrollo de nuestro quehacer, nos encontramos con muchas observaciones y preguntas que se han hecho los filósofos de la ciencia a través de muchos años.
“El método analítico que tanto éxito ha tenido en El estudio de la organización jerárquica en El mundo físico también lo ha demostrado en la biología, especialmente al centrarse en algunos niveles del orden jerárquico, como sabemos estos parten de los átomos y las moléculas pasando por las células, tejidos, órganos, sistemas, individuos, poblaciones, y ecosistemas.
Esto ha llevado a algunos a considerar que la única investigación biológica esencialmente significativa y de hecho realmente “científica” es la realizada a nivel molecular. En contraste algunos biólogos han afirmado que la biología molecular puede ser una buena física o una buena química, pero ha contribuido poco al entendimiento de los problemas biológicos más importantes, ya que allí falta la esencia de la vida.2
En estas dos posiciones los filósofos de la ciencia distinguen claramente dos visiones, una reduccionista y otra vitalista en las cuales existen puntos de vista bastante válidos. Intentaré hacer una caracterización de éstos, a riesgo de caer en la ultrasimplificación.
Los asuntos del reduccionismo biológico aparecen en tres campos distintos: el ontológico, el metodológico, y el epistemológico. Desde el punto de vista ontológico la cuestión de la reducción estriba en si los procesos y entidades físicoquímicas son la base de todos los fenómenos vivientes. El reduccionismo ontológico implica pues el que las leyes de la física y de la química se apliquen plenamente a todos los procesos biológicos. Pero sería esto suficiente para explicar las funciones y comportamientos de los sistemas en un organismo? O bien existe algún disparador de estas funciones y comportamientos.3
En el campo metodológico que abarca las cuestiones referentes a la estrategia de investigación o a la adquisición de conocimientos, cabría preguntarnos si es válido buscar siempre las explicaciones investigando los procesos fundamentales a niveles inferiores de complejidad como el nivel atómico y el molecular, o si por el contrario debemos buscar una respuesta o la comprensión en el estudio de niveles de organización tanto superiores como inferiores, o quizás incluso sería más holístico, voltearnos a buscar respuestas en disciplinas alternas que nos den tal vez la orientación. Incluso parecería menos dogmático el permitir un enfoque biconceptual que incluya el reduccionismo y el composicionisrno tal como lo muestra el trabajo de Gerald Edelman4 que discute la teoría selectiva de la formación de anticuerpos y muestra como el desviar la atención prestada a nivel del anticuerpo per sé (reduccionismo molecular), hacía el nivel de la célula (composicionismo celular) demostró tener un mayor valor eurístico.
Karl Popper5 reconocido filósofo de la ciencia propone el método de interacción psicofísica lo que implica la tesis de que “el mundo físico no está casualmente cerrado, sino que está abierto al mundo de los estados y de los hechos mentales que permiten procesos evolutivos y adaptativos, que implican transformaciones biológicas capaces de usar y modificar las leyes físicoquímicas”.
En el campo epistemológico la cuestión general radicaría en si las teorías y leyes experimentales formuladas en un campo de la ciencia pueden considerarse casos especiales de teorías y leyes formuladas en algún otro o campo científico.
Ernest Nagel6 formuló los condiciones necesarias y suficientes para efectuar la reducción de una rama de la ciencia a otra. “Para lograrlo debe demostrarse que todas las teorías y leyes experimentales de la primera son consecuencia lógica de los hechos teóricos de la segunda (esta es la condición de derivabilidad). Para realizar este tipo de deducción las leyes de la lógica requieren que todos los términos técnicos de la ciencia que quieran reducirse sean definidos otra vez usando términos de la ciencia a la que se está reduciendo. (Esta es la condición de conectabilidad)”.
Por lo anterior hoy no podemos afirmar que una ley biológica responde estrictamente a postulados físicoquímicos ni que conceptos biológicos como célula, órgano, homeostasis, etc, puedan ser definidos en términos físicoquímicos. Aquí no se cumplen las condiciones de conectabilidad ni derivabilidad, lo que dejaría en claro que la reducción del total o incluso de la mayor parte de la biología a las ciencias físico-químicas exclusivamente es inviable.
Otra visión del reduccionismo espistemológico es la que usa la noción de “emergencia de Broad”7 para explicar el comportamiento de la totalidad afirmando que al conocer la ley o leyes según las cuales se combina el comportamiento de las partes por separado, cuando estas actúan juntas, permitirán el conocimiento de la totalidad.” Pero sabemos que las leyes de la física o de la química no pueden dar cuenta de las configuraciones de la materia ni de los comportamientos de los organismos” esto sería como la relación de la percepción de la sensibilidad entre mecanoreceptores y el sentido de propiocepción que se ve mediado por el “sensus común”. Lo anterior nos aterriza y nos permite incluso poner a punto posiciones aún más dogmáticas de una manera menos a priori que las que incluso vemos en los periódicos, cito: Artículo de opinión Lunes 26 de Abril de 1999. Diario El Tiempo, por Hugo Hoenigsberg, titulado “Las imperfecciones de la Ingenieria Genética”. (El uso de productos artificiales no ha sido compatible con los resultados, y se puede atribuir su éxito a la gran publicidad que han recibido). “Una de las primeras razones que nos asisten para afirmar que los procedimientos que han venido utilizando en la ingeniería genética para la biotecnología hambrienta de mercados es que por cada producto, por lo menos de la farmacopea y de la medicina, se produce un buen número de productos con fallas protuberantes. Las fallas en su mayoría redundan en alteraciones en la fisiología de los animales o de las plantas que reciben el tratamiento de la biotecnología (HO Meyer & Cummins, 1998).
Veamos algunos de los casos que con más frecuencia se han reportado en la literatura científica y que han sido objeto de críticas por parte de Los usuarios independientes u organizados en organizaciones no gubernamentales, o en institutos del estado encargados de verificar la calidad de los productos:
El caso más protuberante es el de los clones de la oveja Dolly en Edimburgo que resultaron tener no solo anormalidades morfofisiológicas, sino también ocho veces más mortalidad al nacimiento, comparado con las ovejas que no han recibido el tratamiento transgénico (the independent p.I. 19 enero 1998).
El llamado “supercerdo” es un pobre animal construido por el gen de la hormona de crecimiento humano (HCH) con desastrosos resultados fisiológicos tales como: ulceraciones, artritis, impotencia, ceguera parcial o total, insuficiencia renal y digestiva (genethics news, pag 6.7.1994). He tomado algunos otros ejemplos de los once que relata el artículo que nos son muy disientes. “Se conocen varias especies de plantas manipuladas transgénicamente para producir resistencias virales. En muchos de estos casos, el resultado ha sido precisamente lo contrario a lo esperado, dado que se ha aumentado la propensión a generar nuevas cepas virales superior infecciosas (Baden & Melcher, 1990). Los mismos autores, para explicar los resultados han sugerido la presencia de recombinación genética en las zonas en donde se encuentran los genes responsables por las resistencias virales.
Desde el punto de vista metodológico aún existen grandes dudas sobre la estabilidad de las líneas transgénicas. En efecto parece que son incapaces de producir progenie “pura” (homocigotas) y por lo tanto no se pueden hacer predicciones sobre los gametos esperados” Y el autor de este artículo concluye “evidentemente estamos enfrentados al fracaso de una ciencia reduccionista y a una tecnología que se basa en el empirismo. Los alimentos transgenicos que se están creando son inconvenientes porque ellos implican trastocar el equilibro genético, metabólico, y fisiológico de las especies utilizadas.
Como ya se ha visto en varios casos pueden crearse efectos no intencionados al producir sustancias tóxicas cuyos riesgos no se está revelando porque pueden entorpecer el valor bursátil de los productos”.
Los verdaderos vitalistas al hacerse dogmáticos también parecen caer en la trampa, ya que afirman que los procesos vitales eran por lo menos en parte el efecto de un principio o entidad que se le denominó “entelequia” (la intelectiva, gr. Entelehia, _ enteles = cabado, perfecto, + eho = tener, cosa real que lleva en sí). El principio de su acción.
Esta entidad inmaterial considerada “elan vital” pierde vigencia en la filosofía biológica y se vuelve una vía sin salida, sobre todo debido a su esterilidad como guía para la investigación biológica, ya que un principio inmaterial no puede estar sujeto a la observación científica ni conducir a hipótesis científicas verdaderamente comprobables.
Poniendo en claro estos hechos, esta reflexión nos lleva a mirar otras opciones que permitan ser los constitutivos en la base epistemológica de nuestro quehacer, y en este panorama aparece una perspectiva más holística o sistémia que pareciera a mejorar las posibilidades de comprensión y que además se libera de los conceptos de la ciencia clásica como causalidad, determinismo, reduccionismo, mientras que se acerca más a conceptos como irreversibilidad, irrepetibilidad, fluctuaciones, y aleatoriedad. Conceptos desarrollados por la “ciencia de la complejidad” que en los últimos quince años ha pretendido unificar los fenómenos físicos, biológicos, químicos, y matemáticos en una disciplina más actual y envolvente que pueda dar cuenta del comportamiento de sistemas complejos.8
Si bien que las especializaciones deben continuar con la formación de una gran parte de profesionales de la ciencia y la tecnología de igual manera como eran los artesanos en el comienzo de la edad moderna, también como entonces debe existir una pequeña parte de intelectuales en los que la vocación globalizadora deberá predominar sobre la específica en los que la tendencia hacia la síntesis habrá de dominar a la encaminada hacia el análisis, y una de las disciplinas en las que esto es más patente es la que se desarrolla con la teoría de la complejidad (teoría del caos y de la complejidad) para el estudio de sistemas complejos adaptativos.
Al realizar un análisis comparativo de la teoría del caos con los propuestos de la base epistemológica de nuestro quehacer, encontramos que existen algunas interacciones comportamentales que debernos reconocer que hay en nuestro oficio al igual que en la complejidad. Hoy nos vemos nutridos por diferentes disciplinas, la biología operativa que ha dado aportes fundamentales en áreas como la de biomatemáticas (modernizaciones), la bioquímica (biología molecular), lo biofísica y la biomecánica.
También así disciplinas de la biología evolutiva como la ecología molecular y la genética evolutiva que nos permiten entender y rastrear partes del sistema. Al igual que otras áreas médicas y odontológicas que se nutren mutuamente, aportan a un desarrollo biotecnológico.
Como vemos todas estas disciplinas tienen cosas en común que hace que el avance de alguna de estas repercuta significativamente en las otras y es por esto que se hace necesaria una rama de la ciencia que permita reunir lo anterior con el fin de aclarar todos aquellos fenómenos de comportamiento complejo adaptativo, que hasta hace poco eran tabú en la ciencia y hoy los reúne una disciplina que encuentra sus puntos en común.
Es muy posible que esta teoría, la teoría de la complejidad como se le conoce, no sea la única que pueda lograrlo, pero vista hoy es capaz de aglutinar El más amplio espectro de actividades posibles sin las cuales sería difícil comprender la organización a través del caos en la cual parecen existir los sistemas complejos.
Al igual que la mecánica determinista de Newton se encontró en un callejón sin salida para tratar de explicar algunos fenómenos, el intento de explicar el comportamiento de un sistema de rehabilitación implantosoportada en un medio oral o de acción caótico en el cual hay que establecer modelos que permitan centrarse en las interacciones entre los aspectos biológicos, biomecánicos, y psicoafectivos y además una innumerable cantidad de variables intervinientes o el conjunto de ellas en sus interconexiones y realirnentaciones que influyan directamente en eI diseño y posterior comportamiento de estos sistemas. O en patologías como la Enfermedad Periodontal y la Caries que hacen sospechar la necesidad de usar metodologías de análisis de sistemas complejos adaptativos ya que en ellas existe la necesidad de establecer modelos que se centren en las interacciones entre los aspectos biológicos y psicoafectivos abandonando los modelos etiológicos lineales e incluso los que plantean estrategias multifactoriales, los cuales no han permitido conocer el comportamiento a carta cabal de estos sistemas de rehabilitación compleja o de etiologías dinámicas en patologías como las ya mencionadas, ya que en ellas la cantidad de factores intervinientes ha hecho imposible entenderlas por métodos convencionales.
Es preciso en primer lugar identificar todas las variables de tipo biológico y psicoafectivo que intervienen, luego de una descripción precisa de las interacciones y realimentaciones entre dichas variables las cuales necesitaran de una cuantificación para una posible simulación como se ha logrado en los entornos de la física (meteorología), y así luego pasar a un nivel encima del fenómeno lógico de descripción de sus fases con el fin de caracterizar la dinámica que las gobierna. La correlación de variables es posible hacerla por medio de modelos que puedan consistir en un conjunto de ecuaciones diferenciales o estructuras de tipo autómata celular, como es en el caso de la física en inestabilidades de Bernard, en la química de Lousou Zabotinsky, en matemáticas en los conjuntos de Cantor o Zulia, así como en muchos comportamientos biológicos como son la morfogénesis, y la organogénesis, o incluso para áreas derivadas de la medicina en las cuales estos comportamientos caóticos también están presentes y están siendo estudiados como se ve en cardiología y psiquiatría.10-11
En este conjunto se plantea una serie de hechos en común como el estar gobernados por leyes dinámicas muy sencillas que muestran comportamientos totalmente irregulares y que su evolución temporal es imposible de predecir. Además de lo anterior puede añadirse que la dinámica de estos procesos se ve regida en general por un conjunto de ecuaciones diferenciales acopladas cuyas variables son definibles en el denominado espacio de fases.12
Con esto quedaría planteada la necesidad de abordar nuestro quehacer en sus bases epistemológicas con un método que le haga justicia a la complejidad del mismo, por lo tanto el desafío o la propuesta está en comenzar a describir los problemas de nuestro quehacer con la dinámica irregular de su evolución en términos de los sistemas complejos dinámicoadaptativos o lo que es igual ciencia de la complejidad.
REFERENCIAS
Ortega y Gesset. Misión de la Universidad. Editorial Alianza. Capítulo Cultura y Ciencia. Pág. 61,1957
Ayala, FJ. Dobzhansky, T. Estudios sobre la filosofía de la biología. Introducción. Pág 9,10. Editorial Ariel. 1993
Frankl, VE. Reduccionism and nihilism. Editorial Koesler & Smythies. Pág 396-408,1969
Edelman, G.M., Goll, W.E. The antibody problem. Ann, Rev, Biomed. No. 38 Pág. 415,1969.
Poopper, K. Logoc methodology and philosophy of science. Epistemology without a knowing subject. Edit. B. Rootselaar & JF Staal. Vol 3, pág. 218-35,1968
Nagel, E. The structure of science. Edit. Harcourt Brace & World. New York, 1961
Ayala, F.J. Bology as an autonomus science. American Scientist. No. 56 pág. 207-21,1968
Patiño, J.F. Infomedicina. El nuevo paradigma. Innovación y Ciencia, Vol. 7 No. 4 pág 61-70,1998
Lewin, R. Complejidad el caos como generador del orden. Metatemas, 41, Edit. Tusquets, 1995
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