“…Y Le Pego Duro”

Castigo niño
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Algunas madres parece que son muy “afectuosas” pero… tienen las manos demasiado largas. Según creo, aquí se les pega a los niños quizás tanto como en España y en la Rusia zarista. La ciencia califica este error, de brutal, indigno y pernicioso. Ella ordena: no le pegarás a tu hijo nunca jamás y por ningún motivo.

El castigo físico constituye un abuso y su «lógica» es siempre absurda, porque en realidad usted castiga su propia obra, usted castiga el efecto del que es usted la causa. Y esto es por completo cierto y científicamente demostrable.

Encuesta sobre Vehículos en Colombia 🚘 🛣️

¡Bienvenido(a)!

Gracias por participar en esta encuesta. Su opinión es muy valiosa para conocer la percepción que tienen los consumidores sobre diferentes marcas de vehículos en Colombia. La encuesta es anónima y sus respuestas serán utilizadas únicamente con fines de investigación de mercado.

⏰ Duración estimada: 5 minutos.

Por favor, responda con sinceridad.

1. Ciudad de residencia*

Si no aparece su ciudad, por favor especifique cuál. 

1. Ciudad de residencia*

Si no aparece su ciudad, por favor especifique cuál. 

2. Género   *

2. Género   *

3. Edad*

3. Edad*

4. Estrato socioeconómico (NSE)*

4. Estrato socioeconómico (NSE)*

5. ¿Cuál es la primera marca que viene a su mente cuando piensa en vehículos?

5. ¿Cuál es la primera marca que viene a su mente cuando piensa en vehículos?

6. ¿Qué otras marcas de vehículos vienen a su mente?

6. ¿Qué otras marcas de vehículos vienen a su mente?

7. ¿Qué otras marcas de vehículos (Camionetas, SUV, automóviles, pickups / camionetas de platón) vienen a su mente?

7. ¿Qué otras marcas de vehículos (Camionetas, SUV, automóviles, pickups / camionetas de platón) vienen a su mente?

8. De las siguientes marcas de vehículos, ¿cuáles recuerda haber visto o escuchado?*

8. De las siguientes marcas de vehículos, ¿cuáles recuerda haber visto o escuchado?*

9. ¿Qué tanto conoce cada una de estas marcas de vehículos?*

Por favor responda sobre cada marca.

9. ¿Qué tanto conoce cada una de estas marcas de vehículos?*

Por favor responda sobre cada marca.

Nada Conocido
Algo conocido
Muy conocido
Chery
Changan
Deepal
BYD
Geely
Great Wall
Jetour
MG
Zeekr

10. ¿De qué marca de vehículos recuerda haber visto, escuchado o leído publicidad recientemente?*

10. ¿De qué marca de vehículos recuerda haber visto, escuchado o leído publicidad recientemente?*

11. ¿De qué otras marcas de vehículos ha visto publicidad?

11. ¿De qué otras marcas de vehículos ha visto publicidad?

12. ¿En qué lugar o medio recuerda haber visto, leído o escuchado sobre estas marcas?

Chery - Changan - Deepal - BYD - Geely - Great Wall - Jetour - MG - Zeekr

12. ¿En qué lugar o medio recuerda haber visto, leído o escuchado sobre estas marcas?

Chery - Changan - Deepal - BYD - Geely - Great Wall - Jetour - MG - Zeekr

13. ¿Qué tanta publicidad ha visto de cada marca?*

Por favor responda sobre cada marca.

13. ¿Qué tanta publicidad ha visto de cada marca?*

Por favor responda sobre cada marca.

Nada
Poca
Mucha
Chery
Changan
Deepal
BYD
Geely
Great Wall
Jetour
MG
Zeekr
14. ¿Qué tan familiarizado(a) está con estas marcas?

Chery*

Chery*

Changan*

Changan*

Deepal*

Deepal*

BYD*

BYD*

Geely*

Geely*

Great Wall*

Great Wall*

Jetour*

Jetour*

MG*

MG*

Zeekr*

Zeekr*

15. ¿Qué palabras o atributos asocia con estas marcas?

Chery

Chery

Changan

Changan

Deepal

Deepal

BYD

BYD

Geely

Geely

Great Wall

Great Wall

Jetour

Jetour

MG 

MG 

Zeekr

Zeekr

16. ¿Cuál es su percepción general de estas marcas?*

16. ¿Cuál es su percepción general de estas marcas?*

Negativa
Neutral
Positiva
Chery
Changan
Deepal
BYD
Geely
Great Wall
Jetour
MG
Zeekr

17. ¿Ha comprado vehículos de estas marcas anteriormente?*

17. ¿Ha comprado vehículos de estas marcas anteriormente?*

No
Chery
Changan
Deepal
BYD
Geely
Great Wall
Jetour
MG
Zeekr

18. ¿Qué tan probable es que compre un vehículo de estas marcas en el futuro?*

18. ¿Qué tan probable es que compre un vehículo de estas marcas en el futuro?*

Muy improbable
Algo probable
Muy probable
Chery
Changan
Deepal
BYD
Geely
Great Wall
Jetour
MG
Zeekr

Alguien responderá: Este niño es muy desobediente, es insufrible, es un malcriado. ¿Y por qué es así? ¿Será por herencia? Se sabe ciertamente que no existe la herencia psíquica o del carácter; pero si existiera, de usted y de su padre lo heredó. ¿Es usted quién cría al niño? Entonces, ¿quién lo malcría? Si no lo cría usted será algún adulto; por lo tanto, usted está castigando en el niño lo que en el niño puso o provocó un adulto. Siempre que le pega a su hijo le hace, en realidad, pagar culpas ajenas. Y ésta no es la opinión personal del que suscribe: el sentido común y la ciencia, repito, lo afirman y pueden demostrarlo.

Bien sé que la verdad duele, y también sé que por saberla no se enmienda la gente. Le pegan al niño porque es el medio cómodo de reducirlo a la obediencia, y se sigue la ley del menor esfuerzo. Pero esa comodidad es, sencillamente, criminal, y lo digo y repito porque este librito no tiene por objeto complacer y disculpar a las madres, sino defender la crianza correcta de los hijos. La buena madre equivocada acepta la verdad, y quiere saberla sin importarle si la lástima o mortifica.

Crianza niños: le pegoNo le pegue más a su hijo a ninguna edad ni por causa alguna, y aunque lo crea muy justificado. Recuerde que si lo hace comete delito contra la naturaleza del niño y su salud mental futura. Esto dice la ciencia y a usted le debe interesar más lo que ella dice que lo que usted opina.

“Es el único medio de hacerle obedecer”, contestará usted. Yo le respondo: el único que usted conoce, y el peor que existe. Criar y educar a su hijo bajo la ley del miedo y del castigo… ¡es una barbaridad! Quizás usted ignora que el miedo puede y suele tornarse en odio.

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Los psicólogos saben que muchos hijos han odiado a sus padres, y que no pocos siguen odiándolos. No lo dicen, por supuesto, no lo manifiestan pero lo sienten. Y esto es grave. Porque quien aprendió a odiar a sus progenitores (por la vía del miedo u otra semejante) queda preparado para odiar al prójimo. Venga acá: ¿qué origen le supone usted a la malevolencia que poseen tantas personas? Nada viene de la nada. La maldad no es hija del diablo sino en gran medida de los malos padres.

Por favor, deje de pegarle a su hijo. Y reflexione con calma sobre lo que usted le manda y le prohíbe. ¿Son siempre sus frecuentes órdenes tan naturales y lógicas como usted en un momento dado supone? Y digo en un momento dado (quizás en un momento de emoción u ofuscación) porque después, cuando se calma, usted reconoce que ha sido sencillamente torpe o abusadora. Usted le sigue pegando a su hijo porque poco a poco ha ido perdiendo con él lo que conserva para el peor enemigo: el remordimiento por haber cometido una gran injusticia.

Muchas veces le pegan al niño para que obedezca órdenes contrarias a su naturaleza y opuestas a lo más esencial y respetable de la condición humana. Por ejemplo, cuando se le pega para que no manipule —adiestre sus manitas—o para que no curiosee, o no juegue, o no se reúna con otros… Se estorba la humanización del niño; se bloquea el proceso de su socialización como persona y se combate lo individual que va apareciendo en la lenta génesis psíquica llamada individualización o diferenciación. El niño quiere ser social y apetece ser algo diferente a los demás. Y esto merece respeto.

Todos estos efectos dañinos, aunque no provienen sólo del castigo físico, lo hacen nefasto y abominable. Si los niños pudieran expresar lo que sienten, gritarían: “Nuestros padres nos pegan (y regañan, y ordenan, y coaccionan…) para que no aprendamos a ser hombres o mujeres… Parece que nos echaron al mundo sin saber lo que hacían.

Prefieren que fracasemos en este difícil aprendizaje a tener que tomarse una pequeña molestia y ser un poco pacientes, comprensivos y amables. A veces no pueden soportar ni el menor ruido… Los queremos —diría la imaginaria asamblea del sindicato de los niños— pero sentimos en lo profundo de nuestro ser brotar la indignación y a veces el odio, que por fortuna se olvidan pronto, aunque dejan huellas que no desaparecen por completo”.

Así y más claramente hablarían los niños. Y no lo dirían todo… (Lea También: “Le Tiene que tener Miedo a Algo”)

Es siempre abusivo y vil pegarle a un niño. Pero si en el momento de pegarle, el adulto está colérico, al error se añade otro agravante. El familiar furioso mientras castiga, grita la prohibición o la orden; pero el niño se da cuenta desde muy pequeño que no le pegan para que obedezca, sino porque el que pega necesita descargar o aliviar una tensión que le produjo otra persona, y que el progenitor cobardemente no se atrevió a descargar donde era procedente. Este es el caso en la mayoría de los castigos corporales. Los hijos son así convertidos en los vertederos de las cóleras y contrariedades de sus honorables progenitores.

¿Qué consecuencias puede tener el castigo así suministrado? Muchas, y todas malas. Al injusto castigo por ejercer el niño un derecho que debía ser sagrado, se suma el abuso, la ira irracional y ciega: “le pegué tanto, que por poco lo mato”.

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Y a la injusta obcecación de los padres se añade casi siempre el capricho. Porque lo que motivó la “tunda” hoy, fue permitido ayer o fue quizás premiado, y hace una semana ocurrió al revés. Se castiga o no según esté el humor o “hayan salido las cosas” que la madre o el padre proyectaban.

Hay mucho más que decir de este grandísimo error; pero no es ésta la oportunidad. Yo no vacilaría en suspender el ejercicio de la patria potestad al progenitor o familiar que castigara al menor con ira. Pero hay padres que no pegan sino regañan. ¡Regañan! Con mucha frecuencia insultan al niño, lo avergüenzan, lo repudian, lo maldicen, y hasta le desean la muerte en medio de chillidos y palabrotas más propias de un energúmeno que de un ser humano.

Córtese las manos antes de pegarle a su hijo pequeño. (Si no se atreve, acuda a un buen psicoterapeuta para que le modifique su actitud al respecto).

Para cambiar el régimen de castigos físicos por el régimen de obediencia sensata y natural hay, casi siempre, que buscar el auxilio del especialista. Y querer intensamente que se produzca bien ese cambio.

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