Conflictos en el aula escolar

conflictos en el aula escolar
Proyecto de Comunicación para la Infancia.

Conflictos en el aula escolar

Las escuelas son escenarios de encuentros y desencuentros, son el lugar en el cual confluyen cientos de pensamientos, sentimientos, formas de ver la vida, e ilusiones tanto de los niños y niñas, como de los maestros y los padres de familia.

Esa multiplicidad de sentires a menudo origina roces entre los distintos elementos de la comunidad escolar, conflictos relacionados con el contexto de la escuela, con las reglas implícitas y explícitas que impone el aula escolar, con la forma de relación entre los mismos alumnos y los maestros y con el desconocimiento de la subjetividad de las personas, entre otros.

Sin embargo, esa serie de problemas surgidos a partir de la convivencia puede ser un aprendizaje, al abordar el conflicto de manera propositiva e involucrar a todos los miembros de la comunidad escolar en la solución de los mismos, reconociendo al ser humano y analizando la causa que produce el problema. (Lee también: Pedagogía Soka)

Opinario

La agresividad en las escuelas
Por: Martha Luz Parodi Z.
Coordinadora del programa Ondas en colciencias
Coordinadora del Proyecto Pléyade
Psicóloga de la Universidad de los Andes

La escuela es uno de los espejos en los cuales puede verse reflejado un país, y algo preocupante le está pasando a éste cuando los resultados investigativos del Proyecto Pléyade[1], realizado en más de 7000 escuelas de todo el país, muestran que en los ambientes escolares se presentan en forma frecuente actitudes y comportamientos agresivos y dañinos, sobre todo entre compañeros.

Ante una sencilla encuesta en la que se les preguntó a más de 2’000.000 de niños y niñas, qué era lo que más y lo que menos les gustaba de su escuela, sorprendió a los investigadores que lo que menos gustaba de la escuela, eran los compañeros, seguido del espacio físico, los maestros, las materias y las actividades extracurriculares. (Ver también: Reforma a la Educación Superior en Colombia)

La agresividad, según los niños, se manifiesta a través de golpes, burlas, gritos, robos e incluso amenazas de lesión física hechas a la manera de los grupos delincuenciales. En muchas ocasiones estos comportamientos ocurren sin que los maestros se enteren, y son los mismos niños quienes buscan diversas maneras de solucionarlo, bien sea a través del uso de la fuerza o a través del diálogo que termina con “hacer las paces”.

El uso de una u otra alternativa, seguramente tiene relación con los valores incorporados por los niños tanto en la familia como en la escuela. En algunos casos en que los maestros intervienen, fue frecuente escuchar que la solución a la que más acuden y que infunde un gran temor, es la firma en el “libro negro” donde aparecen por escrito las faltas de los alumnos.

Según algunos investigadores, los comportamientos agresivos de niñas y niños, son imitaciones surgidas a partir de lo que ven en sus familias, en su entorno y en el país a través de la televisión; en cierto sentido, ese pedazo violento del país entra a las escuelas y es deber de ellas y sus maestros estar preparados para comprender y manejar creativa y pedagógicamente las situaciones que de ahí se desprenden, dándole cabida también a aquellas iniciativas positivas como la cultura del diálogo en la solución de conflictos.

Por otra parte, aunque no parezca tan evidente, el estado físico, a veces lamentable, de gran cantidad de escuelas, hace un aporte a la creación de ambientes escolares hostiles. Así lo expresa un niño: “Cuando veo la escuela sucia, con las paredes rayadas, me dan más ganas de rayar las paredes, los pupitres”.

Un espacio físico desagradable, descuidado, inseguro, le está hablando a los niños de cómo los ven los adultos y es muy posible que los niños de manera subliminal estén recibiendo el mensaje de que no se les respeta, ni se les quiere, desencadenándoles reacciones como las del niño mencionado.

En cuanto al trato de los maestros a sus alumnos, todavía se escucha, aunque de manera poco frecuente casos de maltrato físico a los niños y niñas por parte de los maestros. En cambio fue muy frecuente encontrar en las expresiones de los niños sobre sus maestros, su desagrado – por no decir odio -, ante los gritos y regaños humillantes de algunos de sus maestros por razones que a los niños les parecen injustas como no entender un tema, no creerles lo que dicen, moverse, jugar o hablar.

Los resultados de la sistematización de esta investigación, lograron sorprender a las escuelas, y muchas de ellas emprendieron procesos de reflexión y de acción para intervenir en la calidad de las relaciones entre niños, entre niños y maestros y en el espacio físico.

Fue así como algunos replantearon las cátedras sobre democracia, otros realizaron pactos de no agresión, otros desarrollaron talleres sobre distintos temas como tolerancia, respeto, convivencia, solidaridad, otros realizaron proyectos de embellecimiento y mejoramiento de la escuela.

El impacto de estas soluciones no se conocen, pero sin lugar a dudas, son esfuerzos válidos orientados al descubrimiento de caminos que formen individuos y comunidades más pacíficas.

La escuela es el lugar por excelencia para procesar la información y la experiencia que los niños, niñas y jóvenes tienen del país, la comunidad, la familia y la vida propia, por eso debe tener la capacidad de ofrecer mecanismos para que no sólo se piense, sino se viva una convivencia fundamentada en el humanismo, el afecto y la verdadera democracia.

Las escuelas, escenarios de violencia
Por qué de la violencia en el aula

El autoritarismo, las formas de comunicación e interacción y el irrespeto a la diferencia hacen de la escuela un espacio de violencia
Por: Alberto Guzmán y Oscar Bermúdez

Suena el timbre, en la puerta de la escuela se agolpan decenas de niñas, niños y adolescentes que ingresan desordenadamente, unos con pereza, otros con ánimo y otros indiferentes. A todos les esperan seis horas en las cuales se encontrarán con diferentes tipos de realidades, formas de ser y con unas reglas que cumplir.

Esta diversidad de elementos, al entrar en juego, están produciendo conflictos entre alumnos, maestros y padres de familia, principalmente porque están siendo asumidos desde el irrespeto a la diferencia, el autoritarismo de los docentes y directivos, la ausencia de canales válidos de comunicación y la falta de espacios de participación para los alumnos.

Individualmente ignorados

Los sueños, las fantasías, los problemas con la familia, los traumas de niñas y niños de diferente origen y cultura confluyen en las aulas escolares sin ser tenidos en cuenta en la dinámica social que allí convive a diario.

A esta concentración de sentires de los alumnos, se suma la vida de los maestros, que también son seres humanos con toda una historia personal tras de sí. De esta manera, estudiantes y maestros conviven en medio de una amplia red de relaciones que en ocasiones pueden complicarse.

Todas estas subjetividades chocan con la colectivización que la institución escolar impone a docentes y alumnos. Al respecto Carlos Iván García, investigador educativo de la Universidad Central menciona, “ Una de las prácticas que facilita la aparición de conflictos es el no reconocer las diferencias, es decir los modos de relacionamiento social que tienen que ver mucho con historias de construcción de la subjetividad, de los contextos familiares y económicos, que ignora la escuela, desde un patrón de racionalización de recursos ”.

Lo que diga el manual
Un factor que contribuye a la aparición de conflictos en el aula, es la forma como los afrontan. Rafael Marroquín, coordinador de la Oficina de los Derechos de los Jóvenes en la Fundación Cepecs (Centro de Promoción Ecuménica y Social) afirma que, “generalmente los problemas se resuelven por la vía de la autoridad; es decir, un profesor o un coordinador de disciplina o una persona que se encarga de resolver y de hacer lo que establece el manual de convivencia y punto”. En su opinión, este tipo de procedimientos imposibilita la participación de los estudiantes, ya que en la mayoría de casos el manual de convivencia es diseñado por las directivas del plantel, lo que puede dificultar la intervención de los alumnos en la resolución de los problemas.

Además de la normatización de la convivencia escolar está la rigidez de los diferentes espacios del aula escolar. Las niñas y los niños a diario hacen filas, toman distancia, hacen silencio, obedecen para mantenerse bajo las reglas impuestas a las formas de disciplina que no dejan lugar para la espontaneidad y que institucionalizan los espacios destinados al juego, la risa y a la creatividad.

¿Qué es lo que me dice?
La manera como los diferentes miembros de la comunidad educativa se relacionan y comunican puede originar confrontaciones. Es necesario aclarar que la comunicación que se da en la escuela depende de factores relacionados con el momento, el escenario y el tipo de lenguaje que se utilice. Carlos Valderrama[2], quien desarrolló una investigación relacionada con las modalidades comunicativas, reflexiona sobre la influencia de varios factores, la diversidad de lenguajes entre los cuales están el escrito, el oral, el audiovisual, el digital, etcétera; el espacio escolar en donde se produzca la comunicación como el aula de clases, la oficina de dirección o el patio. Los roles que juegue cada persona en el momento de la conversación, si es docente, directivo o alumno; e igualmente el clima institucional que tenga cada plantel educativo.

La esquematización y rigidez de algunas escuelas, también se puede presentar en las distintas formas de comunicación, imposibilitando la libre expresión de alumnos como de maestros. Carlos Valderrama, explica que, “En aquellos espacios altamente formalizados(…) la expresión del ser -tanto de docentes como de estudiantes- casi no tiene cabida. Los espacios de diálogo para la resolución de conflictos generalmente adquieren el sentido sancionatorio y los escenarios de participación generalmente funcionan en el papel y no son verdaderamente escenarios en donde se puedan gestionar ideas”.

Niña o niño
La diferencia de género es otro de los problemas que surgen y que se hacen evidentes en el ámbito escolar. La manera como se relacionan niñas y niños está caracterizada por la competitividad, la presencia de patrones de masculinidad y feminidad, en los cuales existen pautas de agresividad de los niños.

Carlos Iván García, quien junto a Ángela María Estrada realizó una investigación sobre género en la aula, afirma que “en los grupos mixtos, hay una construcción cultural de la escuela que tiende a invisibilizar la participación de las niñas. También hay la presencia de patrones de rudeza, que no solamente afecta a las niñas, donde no es necesariamente el golpe físico sino el tono comunicativo que es muy demandante, fuerte e imperativo”.

Las paredes de las aulas escolares encierran un país a escala y son el reflejo del entorno. Allí, alumnos, docentes y padres de familia reproducen problemáticas de violencia que padece Colombia, sin embargo, existen escuelas y maestros en todos los rincones que sin importar las condiciones difíciles de su trabajo, siguen día a día enseñando matemáticas, física y química a la par de convivencia, tolerancia y amistad.

Especialistas proponen estrategias para disminuir los conflictos en la escuela
Los problemas: situaciones para crecer
Ver el conflicto como una forma de aprendizaje, abordar los problemas desde la causa y fomentar espacios para la subjetividad, son algunas de las propuestas.

Por: Nelson Molano

A menudo las instituciones escolares son escenarios de una multiplicidad de conflictos que pueden generar problemas en la convivencia pacífica tanto para padres, maestros, directivos y hasta para los mismos alumnos.

Sin embargo, y a pesar de todos los inconvenientes que puedan producir los conflictos, éstos pueden ser fuente de crecimiento y desarrollo si son asumidos desde una perspectiva reflexiva, con lo que está de acuerdo Alvaro Villabona quien maneja el componente de convivencia escolar y comunitaria en el Ministerio de Educación, cuando dice que “el conflicto es necesario porque nos hace crecer, nos hace razonar, nos hace argumentar y buscar razonamientos del por qué de las acciones”.

Visto de esta manera, el conflicto puede abrir espacios para la convivencia y permite el aprendizaje de todos los involucrados en él, porque posibilita el reconocimiento del otro, facilita el intercambio de ideas, opiniones y la participación de alumnos, maestros y padres de familia.

María Eugenia Romero del IDEP (Instituto para la investigación Educativa y el Desarrollo Pedagógico), menciona como los conflictos pueden ser aprendizajes: “ Es una labor conjunta de todos los que están en el aula, incluyendo a las niñas y niños y es construir en la práctica, en lo que pasa a diario entre maestros, alumnos y padres, reglas de convivencia y tolerancia”.

Desde la raíz
Generalmente, detrás de un problema surgido en los planteles educativos; hay toda una serie de factores de tipo social, económico, cultural y psicológico que hacen parte de la interioridad del estudiante o del docente. Según Alvaro Villabona, del Ministerio de Educación, “el conflicto hay que entenderlo desde quién es el sujeto; el porque lo hizo, posiblemente viene de una familia de maltratantes, con problemas económicos, hay que entender el conflicto desde su raíz”.

Asumir los conflictos en el aula escolar desde el sujeto, desde el reconocimiento de su universo y su individualidad, implica entender a la escuela desde una perspectiva humana; en la cual son importantes los conocimientos pero también los espacios para el afecto, la amistad y para compartir la vida personal tanto del docente; como de las niñas, niños y padres de familia.

Carlos Iván García, investigador educativo de la Universidad Central, afirma, en ese sentido que; hay que entender que en los procesos de subjetivación emergen muchas diferencias de las personas; y que en última esas diferencias son el origen de los conflictos, si no hay una mayor consciencia sobre lo subjetivo, es difícil enfrentar los conflictos”.

Las aulas y la participación
Entender los conflictos en los planteles educativos y descifrar las posibles soluciones, implica pensar en dos escenarios; el primero, las aulas escolares con sus prácticas de enseñanza- aprendizaje y el segundo, los distintos espacios de participación de la escuela.

Referente al primer escenario, Carlos Valderrama, Investigador de la Universidad Central; dice que la propuesta que se construya debe evaluar las pedagogías tradicionales, que en ocasiones desconocen el saber del estudiante; ignoran las vivencias personales cotidianas de éstos, legitiman como válido solamente el saber de los adultos; y no permiten un diálogo horizontal de distinto orden, ni la expresión de las subjetividades y de la diversidad de ellas

El segundo espacio es la participación; generalmente, no tener en cuenta la opinión y los puntos de vista de los estudiantes y restringir su papel en los espacios de toma de decisiones origina problemas.

Carlos Valderrama dice al respecto; “es necesario resignificar tanto los espacios de participación previstos por la normatividad -personería, gobierno escolar, etc.-; y hacerlos realmente efectivos como lugares de resolución de conflictos, de gestión de ideas y propuestas que impliquen construcción de comunidad; como también resignificar aquellos otros extracurriculares -grupos de danzas, de teatro, radio y periódico escolar, etc.- en torno de los cuales se puede aprender a construir un proyecto común, una forma consensual, dialógica de vivir juntos.

Yo negocio, tú medias, nosotros comprendemos
El negociar y mediar son dos estrategias que se pueden utilizar a la hora de resolver situaciones conflictivas en el aula, porque permiten comprender, compartir, respetar al otro y defender las opiniones propias de una manera pacífica.

Alvaro Villabona explica cómo se pueden implementar estas dos estrategias “La negociación es lo que usted quiere y yo quiero; y a través de esos razonamientos llegamos a un acuerdo que lo beneficie a usted y me beneficie a mí, en esa medida se construye una política no de lo particular sino de lo común.

En cuanto a la mediación es cuando ni usted ni yo nos ponemos de acuerdo, traemos a un tercero; esa persona tampoco toma decisiones; lo que hace es dar una recomendación, y es a partir de ellas que usted y yo volvemos a negociar

Antes de sentarse a negociar o de actuar como mediador; los participantes en un conflicto podrían tener en cuenta algunas recomendaciones dadas por Rafael Marroquín, Coordinador de la Oficina de Derechos de los Jóvenes de la Fundación Cepecs (Centro de Promoción Ecuménica y Social); “ reconocer al otro, aceptar sus intereses, implica dialogar y buscar formas distintas de resolución.

Para intervenir en un conflicto de forma cooperada, se requiere desarrollar habilidades personales como; tener una mentalidad abierta, ser flexible, tener un pensamiento complejo; ponerse en los zapatos del otro, poder reconocer las diferencias, no valorar a las personas desde mis prejuicios sino reconocerlas como sujetos válidos”

Aunque existen muchas formas de tratar un conflicto no hay que olvidar que cada uno merece un manejo especial. En conclusión, cada conflicto tiene su origen; por lo tanto no hay que olvidar que antes de enfrentarlo es importante analizar su raíz e integrar a todos los actores que en él intervienen para así dar una solución que beneficie a todos.

Comenzando a explorar el mundo
Un conflicto se convirtió en aprendizaje para la comunidad educativa de un colegio en Bogotá

Por: Nelson Molano

Cuando tan sólo se acercaba a su primera década de vida, Jorge Iván1, un niño un poco introvertido, decidió hacer lo que para muchos era todo un acto de madurez: fumar frente a sus compañeros de colegio. En ocasiones anteriores este niño llegaba con cigarrillos a su colegio, el Centro de Educativo Libertad, CEL, pero nunca se había decidido a dar el gran paso.

Esa mañana, cuando sus compañeros, entre risas, juegos y lloriqueos, compartían el descanso, Jorge Iván, junto con sus más allegados amigos, iniciaba en el baño lo que sería una gran lección en su vida. Con lo que no contaba, era que iba a ser delatado por otros niños.

Una vez descubierto, Jorge Iván trató de “sobornar” a algunos niños para que no contaran nada y hasta negó lo sucedido, dijo que no era un cigarrillo sino un papel enrollado que él mismo fabricó. Luego de muchas preguntas, él aceptó su comportamiento, no sin antes delatar a otros niños que lo secundaron, pues algunos compañeros trajeron los fósforos.

Patricia Torres, directora del área de primaria del CEL, colegio ubicado en Bogotá; explica las posibles razones por las cuales los alumnos actuaron de esa forma.“ Los niños y niñas que estuvieron implicados estaban muy tocados porque de pronto lo hicieron por curiosidad, por inquietudes, por sus amigos; y por otra cantidad de cosas que se ponen ahí en juego en la escuela”.

Ante esta situación, los profesores de primaria del CEL dialogaron con las niñas y niños y descubrieron que la gran mayoría del salón estaba implicado; por lo que convocaron a una reunión con todo el grupo que permitió reflexionar sobre lo ocurrido. Los alumnos pidieron no contar nada a sus padres; pero la decisión de los maestros frente a esta petición fue explicarles las consecuencias del hecho y la importancia de saber asumirlas.

Al poner en consideración el problema a los padres se vieron posiciones encontradas; algunos afirmaron haberle pegado a sus hijos e hijas con el fundamento de no permitir que ellos fueran deshonestos y mentirosos; mientras que otros plantearon que era necesario entender la edad y la curiosidad por la que pasaban las niñas y los niños.

En estas reuniones, padres de familia, niñas, niños y maestros discutían acerca de la posible solución para este problema. Finalmente se llegó a la conclusión de que aunque lo ocurrido era algo normal por la edad que pasan los niños y las niñas; se debían diseñar estrategias dirigidas a prevenir este tipo de situaciones y otras que están por venir como el tema de la sexualidad y de la drogadicción.

“Empezamos a pensar esas posibles estrategias para prevenir, para trabajar mucho más alrededor del cuerpo. El proyecto nos facilita esa sensibilidad, esa exploración, ese auto-reconocimiento; y nos lleva a que la próxima vez que los niños se enfrenten a una situación parecida lo piensen dos veces antes de hacerse daño a sí mismos”; explica Patricia Torres, frente a los proyectos de prevención que se obtuvieron luego de las reuniones.

Del problema surgido en este colegio, la comunidad escolar obtuvo varios aprendizajes; primero, la reflexión de las niñas y niños sobre su comportamiento. La detección de los padres de reclamos de sus hijos e hijas acerca de la falta de atención y afecto; y los maestros encontraron que los niños y niñas requerían de mayores espacios de integración y diálogo frente al grupo al cual pertenecían; y la necesidad de trabajar sobre las necesidades y los problemas surgidos en sus estudiantes.

“Lo que buscamos ahora es identificar hacia dónde se dirige la búsqueda de los estudiantes implicados en este problema; qué es lo que los motiva a estar involucrados en esta situación y poderlos apoyar y fortalecer; porque se avecinan muchas situaciones similares, entonces lo importante es que los niños salgan fortalecidos”; dice Patricia torres con relación a lo aprendido en este caso.

La búsqueda de una solución concertada entre toda la comunidad educativa; la comprensión de la edad por la que pasan las niñas y las niños envueltos en el problema, el trabajar más sobre las causas del conflicto en sí; incluir en los programas espacios de diálogo y enfocar la solución del problema en la prevención; fueron las estrategias que utilizaron los profesores en el CEL para la resolución pacífica de los problemas y lograr una convivencia pacífica.

Hoy en día, Jorge Iván está más integrado al grupo y aunque ha sentido lo negativo y lo positivo de este caso, cree que ha sido una experiencia que le servirá para toda la vida.

Dónde investiga
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La violencia en el aula escolar y sus posibles soluciones es un tema que puede abordarse desde diferentes enfoques y desde diversos grupos investigativos pertenecientes a universidades y entidades públicas y privadas. Más información acerca de esta temática se puede encontrar en:

Departamento de Investigaciones de la Universidad Pedagógica Nacional
Teléfono: 6156512. 6276830
Dirección: calle 127 No 12 A 20.
Correo electrónico: ciupc@latinmail.com
Ciup@uole.com

Departamento de Investigaciones de la Universidad Central
Teléfonos: 5 40 00 16/ 17/ 18/ 19/ 20/ 21 extensión 124/ 129.
Dirección: calle 75 No 15-91, piso 6.

Ministerio de Educación Nacional.
Proyecto de Educación Rural, Componente de Convivencia Escolar y Comunitaria
Teléfonos: 3157777 extensión 2134
Dirección: Centro Administrativo Nacional (CAN).
Correo Electrónico: avillabona@mineducación.gov.co

Cepecs (Centro de Promoción Ecuménica y Social)
Oficina de los Derechos de los Jóvenes
Teléfonos: 2440270. 2696152.
Dirección: calle 27 A No 36- 24. Bogotá
Correo electrónico: cepecs@colnodo.apc.org
Página web: ongscolombianas.net/cepecs

IDEP (Instituto para la Investigación Educativa y el Desarrollo Educativo).
Teléfonos: 3371384. 3371320. 3371289.
Dirección: carrera 19 A No 1 A 55 Barrio Eduardo Santos en Bogotá.
Correo electrónico: idep@docente.idep.edu.co
Página web:www.idep.edu.co
Colciencias
Programa Ondas
Teléfono: 6258480- 2169800
Dirección: transversal 9 A Bis No 132- 28. Bogotá.

Píldoras
El pasado 26 de abril se lanzó en la ciudad de Londres el Movimiento Mundial a favor de los Niños; es un grupo de personas y organizaciones en todas partes del mundo que promueven los Derechos del Niño. Este grupo basa todas sus acciones en la participación, la acción y la responsabilidad de todos y cada uno de nosotros. Su lema es “Vamos a cambiar el mundo con los niños”

El Movimiento Mundial a Favor de los Niños tiene un decálogo de principios sobre los cuales generar acciones a favor de la niñez de todo el mundo:

1. No excluir a ningún niño y niña.
2. Poner a los niños primero.
3. Cuidar a todos los niños y niñas.
4. Combatir el VIH- SIDA
5. Eliminar el daño y la explotación de la infancia.
6. Escuchar a la infancia.
7. Educar a todos los niños y niñas.
8. Proteger a la niñez contra la guerra.
9. Proteger la tierra para los niños y niñas.
10. Luchar contra la pobreza: invertir en la infancia

Una de las primeras acciones de este Movimiento es la invitación a todas las personas para que “digan sí a la infancia”. La participación consiste en elegir de estos diez principios; los tres que cada persona considere más importante para el desarrollo y bienestar de las niñas y los niños. La dirección de la página Web para decirle sí a la infancia es www.Gmfc.org

Temas como “la patria potestad”; “jugar como una forma de enseñar” y “que hacer en caso de encontrar un niño en situación de abandono” son los temas que se tratarán en el magazín radial Zona Común.

Usted puede sintonizar este programa en la Radiodifusora Nacional de Colombia todos los viernes; a las 10:30 a.m. y los domingos a las 9:30 de la manaña en la frecuencia a.m e igualmente en retransmisión los martes a las 8:30 de la noche en f.m.

El próximo 19 y 20 de mayo se realizará un taller de “Manos a la Paz” en el municipio de San Alberto en el departamento del Cesar. “Manos a la Paz” es un movimiento de apoyo al proceso de paz que afronta nuestro país; y busca formar a jóvenes, niñas y niños como multiplicadores de paz, a través de valores como la tolerancia, respeto y solidaridad.

En el marco de la 76 reunión ordinaria del Consejo Directivo del Instituto Interamericano del Niño; fue designado como presidente, Juan Manuel Urrutia, director general del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar por un periodo de dos años.

La elección se realizó en Montevideo, Uruguay, sede permanente de este Consejo. Urrutia se mostró complacido y dijo que el nombramiento es un reconocimiento a la tarea de Colombia; en la promoción y defensa de los derechos de las niñas y de los niños y del Sistema Nacional de Bienestar Familiar.

Urrutia Valenzuela, además dio a conocer que Cartagena será la próxima sede de la próxima reunión de este Consejo; que se llevará a cabo a mediados del próximo año, allí se discutirán temas relacionados con las políticas que los Estados adelantan en favor del bienestar de las niñas y niños.

Si usted está interesado o interesada en difundir información relacionada con el bienestar de las niñas y los niños, puede enviar su artículo a las siguientes direcciones electrónicas zonacomun1@icbf.gov.co o obermudez1@icbf.gov.co

Recuerde que la información de Zona Común es de libre publicación parcial o total siempre y cuando se cite la fuente y a Zona Común.

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Investigación y Redacción
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Correo electrónico: zonacomun1@icbf.gov.co

Agencia de Noticias sobre Niñez del Proyecto de Comunicación para la Infancia. (PCiN).

[1] Proyecto Pléyade. Acompañamiento a las escuelas urbanas del país en la calidad de vida escolar, el conocimiento y la gestión escolar. Ministerio de Educación Nacional – Fundación FES. 1998 – 1999.
[2] Investigador de la Universidad Central.
1 Nombre ficticio.

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