Cultura Wari o Huari

Cultura Wari o Huari

La cultura Wari o Huari fue una civilización antigua peruana que nació en el siglo VII y permaneció vigente hasta el siglo XII d.C. Se extendió por el sur por el departamento de Moquegua, al norte por Lambayeque y por el este hasta la selva de Cuzco. Actualmente, los Complejos Arqueológicos Piquillacta y Cajamarquilla son dos ejemplos importantes y distintivos de la cultura Wari. De hecho, se le llegó a considerar como un imperio, al igual que el Imperio Inca.

Una característica importante de esta cultura fue su actividad militar, que les permitió una gran expansión por el Perú, desde el norte en las ciudades de Cajamarca y Lambayeque, hacia el sur hasta llegar a Cusco y Moquegua. La conquista de varios territorios la lograron gracias a su armamento conformado por arcos y flechas, hachas de piedra y porras de metal que actualmente se conocen como bolillo o garrote.

Características de la Cultura Wari

Ciudad de Wari

La ciudad de Wari fue la capital de esta civilización, se ubicó al norte de Ayacucho, esta ciudad fue un área urbana que se dividió en 4 barrios: Ushpa Coto, Checohuasi, Capillayoc y Moraduchayoc. Aunque en otros registros se tiene información de un total de 12 sectores. Cada uno con sus características especiales y destinado a un objetivo en particular.

Por ejemplo, en el sector de Ushpa Coto se encontraron espacios subterráneos, tres murallas grandes y estructuras semicirculares. El sector de Moraduchayoc se encontraron galerías subterráneas, tubos hechos en piedra, seguramente para el transporte del agua, mausoleos por lo que este sector también se destinaba a funerarias.

A pesar de ser un territorio de entre 1.000 a 1.500 hectáreas de extensión con capacidad para al menos 70 mil personas, en la ciudad de Wari se estima que solo llegaron a habitar máximo 21mil personas.

En el área central de esta ciudad se encontraban lugares amurallados con edificios por dentro y grandes terrazas; la mayoría de los edificios estaban cubiertos de yeso blanco. En esta ciudad, según los restos arqueológicos también se encontraron patios ocultos, callejuelas y tumbas. Todos estos vestigios hacen parte del Complejo Arqueológico Wari. (Te puede interesar: Cultura Lima)

Economía

Dada que su principal actividad fue la conquista, la economía se fundamentó en la explotación de la economía de los pueblos y ciudades que conquistaban. Dada la zona en la que se desarrollaron y por su cercanía a la costa, la agricultura fue ampliamente explotada, pues construían canales para asegurar el riego a los cultivos.

Como parte de la explotación agrícola, además de construir los canales de riego, desarrollaron un programa hidráulico importante que permitiera en los nuevos valles conquistados implementar este sistema. También construyeron reservorios de agua y racionalizaban tanto la cosecha como la siembra. De hecho, el estado de la cultura Wari monopolizó los principales recursos, tanto en su producción, como distribución y abastecimiento.

Expresiones Culturales

Entre las principales expresiones culturales de los Wari se encontraron la metalurgia, la textilería y la cerámica. En cuanto a la metalurgia, la cultura Wari trabajó el bronce, cobre y oro en diferentes técnicas como el repujado, forjado, laminado, martillado y vaciado.

Los “topos” o “tupus” son quizá el principal trabajo metalúrgico de esta civilización. Se trata de un accesorio que usaban las mujeres sujetando la manta en forma diagonal.

Respecto a la textilería, desarrollaron tejidos a base de lana de alpaca, lana de vicuña y de algodón. Estos tejidos se utilizaban tanto en rituales fúnebres como en la indumentaria de las personas. También se destacaron los tapices con motivos de felinos, aves, serpientes y motivos religiosos.

La cerámica fue una expresión artística muy variada pues dependió mucho tanto del lugar como de la época de desarrollo. Sin embargo, predomina la cerámica fina policroma que promovía ideas religiosas y estuvo más destinada a la clase alta. Aunque también se desarrollaron cerámicas de uso del hogar, pero en menor medida.

Por ejemplo, la cerámica con influencia de la cultura Tiahuanaco se caracterizó por ser muy religiosa, plasmando figuras de divinidades con características zoomorfas y antropomorfas.

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