La Problemática y la Medición del Sector Informal: Herramienta para el Seguimiento/Monitoreo del Sector Informal

encuesta 1-2-3

1.3 LA ENCUESTA 1-2-3: UNA HERRAMIENTA PARA EL SEGUIMIENTO/MONITOREO DEL SECTOR INFORMAL

Históricamente, la encuesta 1-2-3 ha sido desarrollada al comienzo de los años noventa (Roubaud, 1992). Luego fue comprobada en el terreno y progresivamente perfeccionada con la colaboración de los equipos de economistas y de estadísticos camerunenses y malgaches, al igual que investigadores de DIAL. Teniendo una ambición de medir cuantitativamente la actividad del sector informal, la encuesta 1-2-3 busca responder a dos preocupaciones esenciales:

– Respetar las definiciones internacionales del sector informal y satisfacer los criterios estandarizados de representatividad estadística del sector informal.

– Describir de manera exhaustiva el modo de inserción del sector informal en el tejido económico, tanto al comienzo del proceso de producción (la oferta), como al final (la demanda).

El primer punto encontró una solución a mediados de los años ochenta, a través de la elaboración de las encuestas en dos fases (o encuestas mixtas hogares/establecimientos; véase parte 2).

Efectivamente, la aproximación clásica que tenía hasta ahí el favor de los estadísticos del sector informal y que consistía en realizar una encuesta entre los establecimientos, a partir de una muestra obtenida gracias a un censo exhaustivo, no permitía alcanzar la representatividad estadística del conjunto del sector informal (Roubaud, Seruzier, 1991).

De ahí proviene la idea de sacar una muestra de unidades informales de producción, ya no un censo previo, sino de una encuesta filtro sobre las actividades económicas de los hogares (Roubaud, 1994).

Instituto Mexicano de la Estadística, INEGI

Es en un cuadro de un programa común del Instituto Mexicano de la Estadística, INEGI, y del ORSTOM que este método ha sido experimentado por primera vez (EPSI, 1987). Su éxito le valió numerosas aplicaciones ulteriores.

Se expandió en América Latina, y fue aplicado en otros continentes. Hoy en día, México sigue siendo el primer país del mundo en materia de encuestas mixtas sobre el sector informal y los microestablecimientos, ya que después de una fase de rodeo dando lugar a dos encuestas (1987 y 1989), la encuesta se estandarizó.

El INEGI produce desde 1992 una encuesta mixta nacional cada 2 años, que se inscribe plenamente en el sistema de información mexicano de estadística.

Sin embargo, si bien este método da satisfacción desde el punto de vista de la representatividad, también presenta lagunas en el plano analítico. Así, con la generalización de los ajustes estructurales, la elaboración de cifras globales de empleo, la producción, etc., que permiten obtener encuestas en general, pasaba a un segundo plano.

La estadística debía responder más directamente a las preguntas de política económica, y en el caso específicamente, a preguntas sobre la reacción del sector informal frente a un proceso de reformas.

Por ejemplo, no se trata solamente de saber si los trabajadores del sector informal ganan más o menos que sus homólogos del sector formal, sino, sobre todo, de evaluar el impacto de medidas particulares (como la base de salarios o el despido de una parte de funcionarios) sobre el nivel de vida de la población, en particular, aquella que ejerce en el sector informal.

En estas condiciones, la perspectiva macroeconómica se vuelve primordial: es el conjunto del circuito económico en el centro del cual se inscribe el sector informal que convenía captar claramente.

La encuesta en dos fases podía ser encomendada para conocer los lazos previos de la producción informal.

Mediante preguntas adicionales sobre el origen de consumos intermedios, del capital, de la inversión y del financiamiento.

Por el contrario, la demanda era un punto ciego de la encuesta: ¿Quién consume los productos informales?.

Para retomar el ejemplo precedente, ¿los despedidos de la administración van a crear sus propios empleos, en especial en el sector informal, y generar una dinámica de crecimiento, como esto es a menudo anticipado o, al contrario, el sector informal va a entrar en recesión a causa de la baja de la demanda, que le es destinada para responder a estas preguntas, es necesario conocer, no solamente el tipo de clientes del sector informal, en función de grandes categorías de cuentas nacionales (empresas, administración, hogares, etc.). Sino también y más precisamente, las categorías de hogares que se abastecen (en función de su riqueza, de su fuente de ingresos, etc.).

1.3.1 El dispositivo genérico

La encuesta 1-2-3 corresponde, entonces, a la extensión del principio de encuestas mixtas sobre el sector informal, para comprender mejor el rol del sector informal en una economía dada.

Ésta está conformada por un dispositivo de tres encuestas encajadas, tocando poblaciones estadísticas diferentes; individuos/hogares, unidades de producción, hogares.

La primera fase del dispositivo es una encuesta sobre el empleo, el desempleo y las condiciones de actividad de los hogares (fase 1: encuesta de empleo). Tiene vocación a ser realizada con una periodicidad anual como mínimo; como en el caso de Madagascar desde 1995, o de manera continua como en Colombia, Perú o en Venezuela.

La temática principal de esta fase está centrada sobre el mercado de trabajo. Además, cumple un papel pivote en la elaboración de un marco más amplio de encuesta a hogares.

Dos técnicas han sido utilizadas para extender el campo de temas cubiertos: el injerto de encuestas5 y la adjunción de módulos temáticos variables al cuestionario de base.

En la primera categoría se pueden citar la fase 2 sobre el sector informal y la fase 3 sobre los orígenes y destinos formal/ informal del consumo, que hacen parte integrante de la arquitectura básica del dispositivo.

Estas encuestas sobre aspectos estructurales, más complejas a ejecutar, no tienen vocación de realizarse cada año sino 5 La encuesta sobre el empleo sirve para selecciónar una submuestra a la cual se le aplica un segundo cuestionario sobre un tema particular. con una periodicidad supraanual.

Por ejemplo, en México, la fase 2 se efectúa cada dos años, mientras que en Madagascar se lleva a cabo cada tres años (1995, 1998, 2001).

Segunda fase

La segunda fase consiste en efectuar una encuesta específica dirigida a los jefes de las unidades de producción informales sobre sus condiciones de actividad, sus performances económicas, su modo de inserción en el tejido productivo y sus perspectivas (fase 2: encuesta sobre el sector informal).

Finalmente, la tercera fase es una encuesta sobre el consumo de los hogares. Tiene como objetivo estimar el nivel de vida de los hogares, estimar el peso de los sectores formal e informal en el consumo y analizar los determinantes de la pobreza (fase 3: encuesta sobre el consumo, los lugares de compra y la pobreza).

Gráfico 1.3
El dispositivo general de la encuesta 1-2-3: el ejemplo de Madagascar

Gráfico 1.3 (conclusión)
El dispositivo general de la encuesta 1-2-3: el ejemplo de Madagascar

encuesta 1-2-3

1.3.1.1 La encuesta 1-2-3 sobre el empleo: pilar de las estadísticas sobre los hogares

En la mayor parte de los países del mundo, y dentro de ellos en primer lugar los países desarrollados, pero también en los PED de América Latina, de Asia, del Magreb, etc., en breve en todas partes, salvo en África subsaharia a, la encuesta sobre el empleo se encuentra en el corazón del dispositivo estadístico centrado sobre los hogares.

Por encuesta 1-2-3 sobre el empleo se debe entender un tipo genérico de encuestas por muestreo dirigidas a los hogares de manera periódica y estandardizadas a nivel internacional, tratando los temas relacionados al mercado de trabajo y las condiciones de actividad de la población (empleo, desempleo, ingresos, etc.).

No solamente se trata de la encuesta más extendida en todos los países, sino también de la encuesta que ha beneficiado de un gran esfuerzo de armonización de conceptos y metodología de medición con el fin de permitir comparaciones internacionales, principalmente bajo el impulso de la OIT (Hussmanns, Mehran y Verna, 1990).

Dos tipos de argumentos militan a favor de recurrir a la encuesta 1-2-3 sobre el empleo para hacer un seguimiento de la pobreza en los países en desarrollo. Se puede, en primer lugar, invocar razones de orden analítico.

El tema del empleo es tanto más central que para la inmensa mayoría de la población de los países pobres, en particular las más desfavorecidas, los ingresos provienen del trabajo. Las transferencias y donaciones institucionales (seguro social) y los ingresos del capital no juegan sino un papel marginal.

En mayor medida que en otros países, en los PED las mejoras en el funcionamiento del mercado de trabajo y en el acceso al empleo son aspectos centrales de las políticas económicas.

Consideraciones económicas y sociales

Más allá de consideraciones económicas y sociales, implementar encuestas de empleo se justifica por razones técnicas que conciernen, a la vez, a la gestión estadística de encuestas y el refuerzo de las capacidades institucionales de los Institutos Nacionales de Estadística (INE).

En efecto, las encuestas de empleo son particularmente fáciles de llevar a cabo. El cuestionario es ligero y puede ser aplicado en campo en un tiempo limitado.

Estas performances se comparan ventajosamente respecto a las de encuestas más pesadas, en donde no es raro que los cuestionarios sobrepasen las 100 páginas y necesiten varias horas, e incluso varios días, de entrevistas.

Éste es el caso de las encuestas multipropósitos (tipoLSMS), o simplemente de las encuestas de presupuestos y consumo familiares en la medida en que la obtención de estimaciones fiables no se puede obtener sino al precio de procedimientos complejos y fastidiosos.

Esta complejidad, por otra parte, ha contribuido al fracaso de numerosas operaciones de este género.

En consecuencia, el costo de las encuestas de empleo es limitado, por las razones arriba mencionadas. inicialmente, las encuestas aportan una base ideal para elaborar las estratificaciones operacionales de los hogares, pertinentes para diversos cuestionamientos y permiten injertar encuestas o módulos adicionales sobre temas variados, como lo demuestra la experiencia del proyecto MADIO en Madagascar (Roubaud, 2000).

5 La encuesta sobre el empleo sirve para seleccionar una submuestra a la cual se le aplica un segundo cuestionario sobre un tema particular

En un contexto de escasez de recursos (tanto humanos como financieros), el modo operatorio de las encuestas de empleo acumula dos ventajas importantes que deben ser consideradas:

– Permiten vislumbrar el inicio de series temporales, que constituyen el fundamento mismo del análisis económico.

La continuidad de las encuestas viables en donde tanto los conceptos como los resultados están estandarizados (tasa de actividad, tasa de desempleo, etc.), facilita el uso de métodos (econométricos en particular) al servicio del análisis de los comportamientos tanto micro como macroeconómicos.

– Principalmente en África,  donde los dispositivos de encuestas a los hogares se encuentran todavía en un estado embrionario, las encuestas de empleo constituyen un buen instrumento para dinamizar los equipos de estadígrafos.

Confrontados a enormes dificultades, estos últimos necesitan proyectos movilizadores en los cuales las probabilidades de fracaso son reducidas.

En consecuencia, conviene propiciar encuestas que puedan ser manejadas por equipos restringidos cuyos resultados podrán, con toda certeza, ser difundidos y que no dependen de las incertidumbres causadas por necesidades de voluminosos financiamientos, por definición, imposibles de ser imputados a presupuestos nacionales ya bastante reducidos.

A manera de ejemplo, la encuesta de empleo malgache existe desde 1995, y es reconducida todos los años. Aporta informaciones anuales y rápidas sobre la situación y la evolución del mercado de trabajo y analiza su modo de funcionamiento.

Se trata de la única fuente de información disponible en Madagascar que permite establecer un diagnóstico en tiempo real de consecuencias de las políticas económicas sobre la población (empleo, desempleo, ingresos, etc.).

Desde el año 2000, las encuestas de empleo portan sobre una muestra representativa de 6 000 hogares residentes en los grandes centros urbanos, de los cuales 3.000 en la aglomeración de la capital (es decir 26 000 individuos, 13 000 de los cuales en Antananarivo). Un tercio de la muestra se renueva entre una encuesta y la siguiente. Es posible, gracias a esta dimensión panel, hacer un seguimiento de las trayectorias individuales en el tiempo.

1.3.1.2 La encuesta sobre el sector informal, un aporte sobre los lugares de concentración de los bolsones de pobreza

La segunda fase del dispositivo está dirigida a los jefes de unidades de producción informales identificados en la primera fase de la encuesta (encuesta empleo). Su interés en una perspectiva de seguimiento de la pobreza reside en el hecho de que en el sector informal es donde se concentran los bolsones de pobreza.

Prestar una atención particular a este sector, permite entonces focalizar una gran parte de los pobres. El análisis de las condiciones de actividad, las performances económicas y del modo de inserción de las unidades informales en el tejido productivo, permiten aprehender el impacto de las políticas sobre el sector informal y la estrategia de los hogares para quienes es una fuente primordial de empleo o de ingresos.

La encuesta se propone de este modo responder a interrogantes precisos sobre el papel de este sector en la economía, así como sobre su contribución real y potencial en la mejora de las condiciones de vida de la población.

A manera de ejemplo, la implementación de sistemas de microcrédito trata de tocar a los más pobres, favoreciendo el desarrollo de pequeñas unidades informales de producción.

Sin embargo, una pregunta queda planteada: ¿quiénes son los beneficiarios de estos sistemas y cuál es su impacto? Esta pregunta puede se aborda acoplando a la encuesta de empleo un dispositivo ad hoc de seguimiento de las unidades de producción clientas de las instituciones de microcrédito.

Puede servir, entonces, a la constitución de un grupo testigo apropiado para medir el impacto específico del programa. Tal dispositivo se implementó en Madagascar (Gubert, Roubaud, Torelli, 2003).

En otro registro, dadas las limitadas oportunidades en términos de empleos en el sector formal, ¿el incentivar las actividades informales constituye una alternativa viable que pueda engendrar una dinámica de crecimiento? Para poder responder a esta pregunta, es necesario aprehender con meticulosidad el circuito económico alrededor de cuyo núcleo gravita el sector informal analizando la evolución de su estructura y de su producción, el origen de su consumo intermedio, de su capital, de sus inversiones, de su financiamiento, así como de la demanda que le es dirigida.

1.3.1.3 La encuesta sobre el consumo, la satisfacción de las necesidades de los hogares y la pobreza monetaria

La fase 3 de la encuesta 1-2-3 es una encuesta de tipo presupuestos/consumo (EPC). Su objetivo es determinar el nivel y la estructura de consumo de los hogares. Al igual que las encuesta de este género, permite calcular las líneas de pobreza y estimar los indicadores tradicionales de pobreza monetaria (incidencia, brecha, severidad).

Desde el punto de vista metodológico, las opciones retenidas resultan de un arbitraje entre la fiabilidad de los estimadores y la rapidez de difusión de los resultados.

La medición del gasto en la fase 3 se sitúa a mitad de camino entre las encuestas pesadas tipo consumo y presupuestos familiares clásicas y los métodos más ligeros de las encuestas LSMS.

El uso La de cuadernillos de cuentas sobre quince días asegura una buena medición de gasto y, por ende, de la pobreza, bastante mejores que en las encuestas LSMS que sólo se basan en preguntas retrospectivas.

La menos adecuada consideración de la estacionalidad respecto a las encuestas EPC, en donde la colecta de información se extiende a lo largo del año, es en parte compensada por una mayor brevedad en la disponibilidad de los resultados, lo que hace de ella una encuesta más ligera y de mayor utilidad en la toma de decisiones.

Desde un punto de vista analítico, su originalidad reside en la estimación de los montos del gasto de diferentes categorías de hogares en diferentes productos, según
los lugares de compra, en particular distinguiendo su origen formal o informal. Permite, además, precisar el comportamiento de diferentes categorías de hogares (en función de su riqueza, de sus fuentes de ingreso, etc.) acerca de la elección del lugar de compra (formal o informal) y de conocer el país de origen de los productos consumidos.

1.3.1.4 Módulos temáticos: democracia, gobernabilidad y participación ciudadana

A esta arquitectura de base, se añaden operaciones estadísticas específicas correspondientes a módulos temáticos variables. Estos últimos pueden tomar dos formas: según una primera configuración, presentándose como simples encuestas aplicadas a una submuestra de hogares y/o individuos que resulten de la primera fase (a semejanza de la fase 3), según el principio de las encuestas adicionales.

Según una segunda configuración, diferentes módulos temáticos pueden ser añadidos al cuestionario base de las tres fases, tomando en cuenta necesidades específicas.

La constante ascensión de las cuestiones de gobernabilidad y de democracia condujo a extender la encuesta 1-2-3 sobre estas temáticas en particular: por una parte, se trata de apreciar el funcionamiento de la administración, la calidad de los servicios públicos, así como el punto de vista de la población sobre la función del Estado (sobre lo que hace o lo que debería hacer).

Por otra parte, la encuesta permite colectar el punto de vista de la población sobre el funcionamiento (o disfunción) de la democracia, sobre la adecuación del régimen político al contexto del país, y específicamente sobre los valores considerados como esenciales en la sociedad.

El objetivo in fine es explorar las relaciones entre democracia (globalmente el régimen político), las instituciones públicas, su modo de funcionamiento efectivo, el sistema de valores de la sociedad y las condiciones de vida de la población (Razafindrakoto, Roubaud, 2003).

En estas temáticas, la encuesta 1-2-3 permite combinar y seguir la evolución en el tiempo de tres tipos de informaciones: las preguntas subjetivas, propias a las encuestas de opinión (apreciación del funcionamiento de la democracia y del Estado, nivel de adhesión a las políticas implementadas, preferencias partidarias, concepción de la etnicidad, sentimiento de exclusión o de discriminación, sistema de valores y de representaciones, etc.); datos objetivos sobre el comportamiento y las practicas sociales (participación política y social, prácticas religiosas, acceso a los servicios públicos, violencia o corrupción, etc.), así como características socioeconómicas tradicionales, tradicionalmente colectadas en las encuestas de hogares (sexo, edad, escolaridad, migración, empleo, ingresos, etc.).

1.3.2 El dispositivo operacional: experiencias y lecciones aprendidas

Aquí no se darán detalles sobre la fase 1 (encuesta de empleo), en la medida en que el tipo de encuesta sea generalizado en la mayoría de países de América Latina. Sin embargo, dos especificidades ligadas a la encuesta 1-2-3 merecen ser mencionadas:

– La primera tiene relación con la definición del sector informal.

Cualquiera que sea el criterio elegido para identificar una UPI (el no registro administrativo, la inexistencia de una contabilidad o el tamaño), se necesita introducir estas preguntas en el cuestionario de base.

– La segunda trata sobre el empleo secundario. Para satisfacer los criterios de representatividad del sector informal, se tiene que incluir en el cuestionario de la encuesta de empleo un módulo detallado sobre la actividad secundaria, con toda una batería de preguntas para identificar las UPI dirigidas por los patrones y los trabajadores por su propia cuenta, en el empleo secundario.

Respecto a la fase 2, el cuestionario genérico cuenta con 10 páginas y tiene 7 módulos:
  1. El módulo características del establecimiento, describe las condiciones de actividades de la UPI (rama local, historia de la UPI, etc.) y las razones del no registro.

2. Mano de obra, da las características individuales del conjunto de aquellos que ejercen en la UPI (variables sociodemográficas, calificación, remuneraciones, etc.).

3. Módulo de producción, lista el conjunto de bienes y servicios proveídos por la UPI, su valor y su destino, distinguiendo 7 modalidades (públicos, formal/informal comercial,
o no, etc).

4. De gastos en cargas, enumera cada tipo de gastos por un periodo variable. Dejada a la elección del jefe de empresa, estima el monto de origen.

5. Módulo competencia, clientes y proveedores, identifica las características de estos tres tipos de socios y para los competidores. Establece el diferencial de precios, y la razón de estas separaciones.

6. El módulo equipamiento, inversión y crédito, provee el valor, modo y fecha de adquisición. Origen financiamiento de los dos primeros y para los créditos, detalla las condiciones (institución, vencimiento, tasas, uso).

7. Y finalmente el módulo problemas y perspectivas. Identifica los principales problemas encontrados y las perspectivas futuras. Bajo diferentes escenarios (vencimiento de la demanda, obtención de un crédito).

La principal innovación metodológica de la fase 2 en relación a otras encuestas mixtas realizadas en otros lugares. Proviene de la posibilidad de identificar a nivel más detallado para todos los in put, la producción, el capital y la inversión, su origen. (Resp. destino) institucional (formal/informal; véase parte 1.3.3).

Las características operacionales de la fase 2 muestran que son satisfactorias. La calidad de la entrevista no causó ningún problema particular, contrariamente a lo que es muchas veces previsto. La duración media de la entrevista es de, aproximadamente, una hora, lo que queda aceptable.

La talla de los equipos de terreno es variable

De 35 a 60 personas por 1 000 UPI. Mientras que la duración de la recolección es de, aproximadamente, 1 mes, en razón de 2 UPI por día y por encuestador.

Los costos de la encuesta son bajos, puesto que éstos son inferiores a 10 dólares por cuestionario que se validó (deberían ser más elevados en América Latina por los niveles de precios).

La buena adecuación entre las muestras teóricamente y la muestra efectivamente explotable, es un criterio importante para evaluar una encuesta. Lo es tanto más, cuando se lleva a cabo una encuesta en varias fases, donde los riesgos de pérdidas entre fases son importantes.

Los resultados sobre este punto son más bien satisfactorios, como lo enseña el análisis de las tasas de no respuestas en Madagascar. En primer lugar y gracias a la reducción de plazos entre la primera y la segunda fase. La tasa de pérdidas (mudanzas o desaparición del jefe de UPI, cambio de actividad entre las fases 1 y 2). Han sido limitados 8,4% en 1995 y 8.6% en 1998.

Para el segundo lugar, la tasa de rechazo es extremadamente baja. (1% y 1,7% resp.). Lo que sugiere que contrariamente a una idea recibida. Las empresas informales no buscan deliberadamente escapar del control del Estado.

En fin, el cuadro siguiente confirma la calidad de las informaciones obtenidas en la fase 1 puesto que los errores de recolección a este nivel. (Mala identificación de los empleos no toca más que 1,1% resp. 2.5%) de la muestra.

Cuadro 1.3 Características de la fase 2 de la encuesta 1-2-3 en Madagascar (1995 y 1998)

encuesta 1-2-3

Como la fase 1, la fase 3 no presenta problemas particulares, ya que se inscribe en el registro clásico de las encuestas de presupuesto de los hogares. Sólo se mencionarán dos puntos vinculados a las especificidades de la arquitectura de la encuesta 1-2-3:

– Muestreo: se puede aprovechar de las informaciones recolectadas en la fase 1 para estratificar la muestra (como el ingreso del jefe del hogar, su sexo, el tipo de empleo, etc.).

– Cuestionarios: para todos los productos que se consumieron. Se piden las informaciones clásicas necesarias para estimar el consumo. L cantidad, el precio unitario, la unidad de compra, el monto total.

Además, y por cada ítem base, el hogar provee las informaciones siguientes: lugares de compra. Razón de la elección del lugar de compra, país de origen del producto, la calidad (nuevo o usado).

Así, en Madagascar, se conciernen los lugares de compra, 12 tipos de proveedores se identificaron. (Supermercado, ambulantes, tiendas, talleres, etc.). Y se pueden agrupar según el origen formal o informal de su actividad. Se verá que la experiencia colombiana va mucho más allá en este punto.

Finalmente, el calendario del conjunto del dispositivo 1-2-3, desde la concepción hasta la publicación de los resultados, necesita un plazo inferior a un año.

1.3.3 El interés del método: algunos resultados originales

Se presentarán aquí algunos ejemplos de los resultados que se derivan de la encuesta 1-2-3. Insistiendo en aquellos que son los más importantes para el análisis macroeconómico. Y que no se pueden obtener por otros métodos o tipos de encuesta.

Estas ilustraciones se sacan de encuesta 1-2-3 que se realizaron en Madagascar en 1995 y 1998.

1.3.3.1 Inserción del sector informal en el sistema económico

Los resultados de la encuesta 1-2-3,en Antananarivo, muestran que el principal proveedor del sector informal es el sector informal mismo (cuadro 1.4). Más del 50% de inputs proviene del sector informal, contra 43% obtenido del sector formal.

Cuadro 1.4 Origen de las materias primas consumidas, por el sector informal (en % del valor de los entrantes)

La dependencia con respecto al sector informal se marca particularmente en los servicios. Ni el sector público, ni los hogares, ni las importaciones directas, cumplen un rol importante en el acceso al consumo intermedio del sector informal. La pequeña parte de los input del sector formal no comercial da una buena idea de la fragilidad de los lazos de subcontrato entre sectores formales e informales.

El cuadro 1.5, ilustra claramente la orientación del sector informal en dirección a la satisfacción de la demanda final de los hogares. 73% del total de la producción informal se absorbe por el consumo de los hogares. Si la producción informal es ante todo puesta en el mercado (el autoconsumo de los hogares y de las UPI es inferior al 1%).

Ésta es dirigida casi exclusivamente hacia el mercado doméstico: menos del 1% de la producción se exporta directamente. Una parte significativa la compra el sector informal comercial (hasta 28% para las industrias informales).

Y aproximadamente, 6% va al sector formal, lo que confirma la distancia de las relaciones de producción entre sectores formal e informal. En cuanto a lazos con el sector público, éstos no existen. Incluso, las empresas informales de construcción no se benefician de los programas públicos de inversión en el campo de las infraestructuras.

Cuadro 1.5 Destino del volumen de ventas del sector informal (en % del volumen de ventas)

encuesta 1-2-3

Cuadro 1.6 Reparto de los principales lugares de compra, por tipo de productos (total de las compras en los puntos de venta) 1997

Si ahora se analiza el consumo final de los hogares, a partir de los resultados de la fase 3, se ve que cerca de los tres cuartos del consumo se satisface por el sector informal (cuadro 1.6).

Esta parte alcanza, incluso 95% en el alimentario, mientras que el sector formal domina en la salud, la educación y el transporte/telecomunicación. El rol central jugado por el sector informal sobrepasa el consumo y toca también la inversión en alojamiento de los hogares. Cerca del tercio de la formación bruta de capital fijo proviene del sector informal.

1.3.3.2 El sector informal y los hogares

El cuadro 1.6, da el reparto formal/informal del consumo de los hogares. El cuadro 1.7, permite estimar la parte del consumo de productos informales por tipo de hogar. Se han clasificado según el estatus del jefe de hogar en el empleo: público, formal, privado, informal, desempleado, inactivo.

Sea cual fuere el tipo de hogar, el sector informal cumple un papel preponderante en el consumo. Incluso los hogares públicos se abastecen alrededor del 66% en el sector informal.

Entonces, se ve claramente que toda medida de política económica que toque a los ingresos formales (masa de salarios del Estado, evolución de salario mínimo, política de contrato, etc.), tendrá un impacto de primer orden sobre el sector informal.

Así, 50% de la demanda final de los hogares dirigida al sector informal proviene de los hogares formales (privados y públicos con 25% cada uno). Y 37% proviene directamente de los hogares informales.

Se registra, por tipo de hogar, una propensión decreciente a proveerse en el sector informal de los hogares públicos a los hogares informales. Cuando los hogares privados formales y los hogares inactivos y desempleados, una posición intermedia.

Cuadro 1.7 Peso relativo del sector informal en el consumo, por tipo de hogar, según tipo de consumo 1998

encuesta 1-2-3

La encuesta 1-2-3 permite realizar otro tipo de clasificación de los hogares. Así, la estratificación de los hogares por nivel de consumo resulta más discriminante que aquella función del origen de los ingresos (cuadro 1.8).

Así, la parte del consumo satisfecha por el sector informal aumenta a medida que el consumo disminuye. Esa pasa del 90% para el 25% de hogares más pobres que hay, a 61% para los más ricos. Un punto parece ser ambiguo; el peso del informal en el dominio de la salud, cuidados personales crece del primer al tercer cuartil.

La explicación se da por la importancia de los gastos de estos hogares en artículos y cuidados personales que constituyen una gran parte de este puesto y que se orientan hacia el sector informal.

Cuadro 1.8 Peso relativo del sector informal en el consumo, por cuartil de ingreso, según tipo de Consumo

Las razones dadas por los hogares para explicar la elección de los lugares de abastecimiento. Confirman el rol determinante del sector informal en la satisfacción de la demanda de los segmentos más pobres de la población (cuadro 1.9).

A nivel agregado, los proveedores informales son seleccionados por la proximidad y los precios bajos que practican. Mientras que el recurrir a las empresas formales se justifica por la calidad superior de los productos que ellas ofrecen.

Al igual que el hecho de que es imposible encontrar el equivalente en algún otro lugar. (En particular en el sector informal). Estos resultados son compatibles con una elasticidad ingreso de los productos formales superior a aquella de los productos informales.

En consecuencia, una mejora del crecimiento debería beneficiar, en primer lugar, a los productores formales en detrimento del sector informal.

Cuadro 1.9 Razón principal de la elección del lugar de compra, según tipo de consumo

encuesta 1-2-3

Cuadro 1.9 (conclusión) Razón principal de la elección del lugar de compra, según tipo de consumo

encuesta 1-2-3

1.3.3.3 La dinámica del sector informal

La comparación de las encuestas de 1995 y 1998 permite apreciar la dinámica del sector informal. Tanto del lado de la oferta como del lado de la demanda. En el contexto específico de Madagascar, que se caracteriza por una fase de fuerte crecimiento.

La movilización de los datos de la fase 2, que necesitan la utilización de índices de precios específicos. (Ver primera parte). Para obtener la evolución entre las dos fechas, muestra que el sector informal ha aprovechado del crecimiento. El valor agregado y la productividad aparente del trabajo en volumen han aumentado de 12% y 19% respectivamente en el periodo (cuadro 1.10).

Cuadro 1.10 Evolución del valor agregado y de la productividad del sector Informal – 1995-1998

Si ahora se pasa a los resultados de la fase 3, la encuesta permite estimar el aumento del consumo real per cápita a 30%. En 1998, el crecimiento del poder de compra de los hogares se traduce por un retroceso relativo del sector informal como lugar de abastecimiento. (Cuadro 1.11).

73% del consumo se realiza en dicho sector, es decir, una disminución de más de 4 puntos. Mientras que el consumo total de la capital ha aumentado 38% a lo largo de los tres últimos años. Aquel que proviene del sector informal sólo ha aumentado 30%. En tanto que el crecimiento es de 66% para el sector formal.

La baja relativa de frecuencia afecta todas las categorías de hogares. Pero es más pronunciada que la riqueza del hogar. (-2 puntos para los pobres contra -6 para los más ricos. Varios factores se pueden mencionar para explicar este retroceso relativo del sector informal.

Por un lado, los consumidores, teniendo registrada una sensible mejora de su poder de compra. Se muestran más exigentes en materia de calidad, lo que induce a un desplazamiento del consumo hacia el sector formal. Por otro lado, la oferta de productos formales se ha desarrollado bajo el doble efecto de la buena coyuntura y de la política de liberalización.

Cuadro 1.11
Evolución del consumo dirigido al sector informal, por cuartiles de ingresos

encuesta 1-2-3

La encuesta 1-2-3 es una herramienta privilegiada para medir el peso del sector informal. Y conocer su lugar y su papel en el conjunto de las relaciones económicas. Desde el punto de vista conceptual, esta encuesta goza de todos los atributos interesantes. Que benefician las encuestas mixtas sobre el sector informal. Especialmente en materia de representatividad.

Por otro lado, la posibilidad de separar los input y la producción según el sector institucional de origen o de destino. Así como la adjunción de la fase 3, constituye la innovación principal de este dispositivo de encuesta.

Combinando los resultados de las fases 2 y 3, se puede no solamente desagregar la producción informal por sector de demanda. En el sentido de la contabilidad nacional (exportación, inversión, consumo intermedio, consumo final). Sino también distribuir el consumo final de los productos informales por tipo de hogar.

Este tipo de informaciones es particularmente apreciable para el economista que busca observar la dinámica del sector informal. La encuesta 1-2-3 permite elaborar matices de contabilidad social. Que sirven de base numérica para la construcción de modelos de equilibrio general calculable.

Estas dos herramientas de análisis de las políticas económicas se pueden aplicar tanto en Madagascar como en Camerún (Razafindrakoto y al., 1997; Cogneau y al., 1996).

Las experiencias de campo, especialmente aquellas llevadas a cabo en Madagascar. Muestran que incluso en los contextos más difíciles de los países, más pobres en desarrollo. La realización de esta encuesta no presenta problemas irresolubles (plazos, calidad, costos).

La transposición de esta encuesta en América Latina podría beneficiarse del capital de competencia acumulado en el dominio de las encuestas a los hogares. En la medida en que este último es considerablemente superior a aquel que existe en el continente africano.

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