Importancia de las reformas estructurales

sistema financiero

Para constituir un sistema financiero eficiente y estable son de importancia crucial las reformas estructurales en tres esferas.17

En primer lugar, hay que evitar el uso (y abuso) del sistema financiero para el logro de objetivos de política sin relación alguna con él. En segundo lugar, el gobierno puede desempeñar una función importante en la preparación de las instituciones financieras para hacer frente a un entorno más competitivo y en la creación de un terreno de juego nivelado entre las instituciones.

Por último, el gobierno puede contribuir a la ampliación y profundización de los mercados financieros. La liberalización del comercio en el sector de los servicios financieros puede servir de apoyo a esas reformas estructurales a través del compromiso previo de apertura de los mercados.

El sistema financiero se resentirá si los gobiernos recurren a intervenciones parafiscales

Los gobiernos hacen recaer muchas veces en el sistema financiero costos que normalmente deberían sufragarse con cargo al presupuesto. Un ejemplo de esas políticas es el encauzamiento de los créditos hacia empresas y particulares prioritarios. Ello incluye la denominada «concesión de créditos con fines políticos» a empresas públicas o privadas o a particulares. Puede también darse el caso de que se induzca a los bancos a establecer tipos de interés artificialmente bajos para esos créditos (Folkerts-Landau y otros, 1995).

Otro de esos tipos de intervención es el destinado a reducir los costos del servicio de la deuda pública. El medio más común es la represión financiera: las instituciones financieras se ven obligadas a mantener la deuda pública a tipos de interés inferiores a los tipos del mercado. Tanzi (1995) revela que algunos gobiernos han reducido el gasto en concepto de intereses en varios puntos porcentuales del PIB mediante la represión financiera. Algunas políticas monetarias pueden también elevar los beneficios del banco central, que se transfieren a continuación al presupuesto y contribuyen a reducir el déficit. Goldstein y Turner (1996) informan de que México se valió de prescripciones en materia de reservas para financiar una parte considerable de su déficit fiscal en el decenio de 1980.

Esas intervenciones pueden tener consecuencias desfavorables. En primer lugar, pueden distorsionar la asignación del crédito y reducir con ello el crecimiento potencial de la economía

En segundo lugar, pueden socavar la estabilidad del sector financiero. Los costos de las intervenciones crediticias tienen que sufragarse con ingresos procedentes de otras actividades de crédito.

Ello aumenta los costos del capital para los inversores y constituye, de hecho, un impuesto que ha de pagar el prestamista.

Si las instituciones financieras no logran obtener beneficios compensatorios en otras esferas, o no se les permite hacerlo, pueden tropezar con dificultades financieras.

Ello socava la estabilidad del sistema financiero. El gobierno puede tener entonces que soportar los costos de sus intervenciones indirectamente, pagando por los créditos morosos y rescatando a los bancos en dificultades (Johnston, 1994).

En otras palabras, el agobiar al sistema financiero con tareas parafiscales tal vez no haga más que retrasar los costos para el presupuesto. Como alternativa, el banco central puede sacar de apuros a los bancos mediante la concesión de créditos. Pero esto puede socavar la estabilidad monetaria.

Si los gobiernos quieren tratar de lograr determinados objetivos de política y promover sectores prioritarios, es mejor declarar expresamente los costos en el presupuesto en vez de «imponer un gravamen» al sistema financiero.

En tercer lugar, la eliminación de esas intervenciones crea un terreno de juego nivelado entre las instituciones financieras nacionales y extranjeras.

Si se liberaliza el comercio de servicios financieros y continúan esas intervenciones, es probable que la carga recaiga desproporcionadamente en las instituciones nacionales (aunque en algunas circunstancias también puede ocurrir lo contrario).

Si las instituciones extranjeras están en mejores condiciones que las nacionales para resistir las presiones encaminadas a la concesión de créditos con fines políticos, serán las instituciones nacionales las más propensas a problemas y las más débiles frente a la competencia, aun cuando estén bien administradas.

Los gobiernos pueden ayudar a preparar a las instituciones financieras para hacer frente a un entorno más competitivo; y a facilitar la profundización del mercado financiero

Los bancos y demás instituciones financieras tal vez tengan que habérselas con la «herencia»; recibida de la época de cierre de los mercados en el contexto de la liberalización.

El gobierno puede animar a las instituciones a reducir sus gastos de explotación; por ejemplo, mediante un aumento de la eficiencia o de la inversión en tecnología moderna.

Los bancos agobiados por deudas incobrables pueden necesitar una absorción parcial o total de esas deudas por parte del gobierno; especialmente si tienen orígenes políticos.

Además, no debe obstaculizarse la fusión ni incluso el cierre de bancos si ello aumenta la eficiencia y la estabilidad del sector. (Banco de Pagos Internacionales, 1997a).

Esos ajustes hacen a las instituciones financieras menos vulnerables en un entorno competitivo. También la privatización de las instituciones financieras de propiedad estatal (y el desmantelamiento de los derechos de monopolio) puede contribuir a mejorar el entorno competitivo.

Las reglamentaciones ofrecen a veces incentivos; para un comportamiento imprudente por parte de las instituciones financieras y distorsionan los incentivos entre diferentes tipos de instituciones financieras (Harris y Piggot, 1997).

Ello puede ser especialmente perjudicial cuando se liberalizan los mercados financieros. Los incentivos fiscales, por ejemplo; pueden inducir a los bancos y a los inversores a colocar demasiado capital en un determinado sector o a mantener una deuda excesiva. (por ejemplo, en el sector inmobiliario).

Este tipo de incentivos ha contribuido a los problemas del sector financiero en una serie de países industrializados. En los países nórdicos, por ejemplo; los tipos de interés reales (una vez deducidos los impuestos) eran muy bajos e incluso negativos en el momento en que se liberalizó el sector financiero.

Ello provocó un auge crediticio que, a su vez, contribuyó a que se produjera después una crisis bancaria (Drees y Pazarbasioglu, 1995).

El gobierno puede también promover un entorno más estable y competitivo facilitando la profundización del mercado financiero. Uno de los principales medios de hacerlo es la venta de bonos del tesoro con diferentes vencimientos.

La autorización de mercados secundarios y la realización de operaciones de mercado abierto; profundizan más los mercados financieros y proporcionan tanto a los inversores como al gobierno; valiosa información sobre las tendencias de los mercados financieros.

La financiación de los proyectos de inversión pública por medio de los mercados financieros o las actividades comerciales regulares; de los fondos de pensiones y de seguros de vida tienen efectos similares.

Holzmann (1996) llegó a la conclusión; de que reformas de ese tipo habían profundizado considerablemente en la primera mitad del decenio de 1990 los mercados financieros en Chile.


17 En la sección anterior se ha examinado el efecto de aumento de la eficiencia de algunas de estas medidas. En esta sección la atención se centra en la estabilidad del sector financiero.

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