ASPARTAME: No hay peligro

Aspartamo
Por el doctor David Squillacote

En la década de 1960, antes del advenimiento de las comunicaciones por satélite, los orfebres del interior de los países sudamericanos sabían el precio del oro en el mercado de Londres una hora después del cierre. La pata final de la comunicación estaba sobre los tambores de la selva.

Antes de la Internet, la información circulaba a través de la comunidad relacionada con la esclerosis múltiple (EM) con la misma informalidad pero con un alto grado de fidelidad.

Ahora, apenas minutos después de que se origina un rumor o una historia, aparece la primera pregunta en el foro electrónico de la Fundación de la Esclerosis Múltiple. Esto es lo que sucedió con la reciente alarma respecto del aspartame (NutraSweet y otros agentes edulcorantes dietéticos).

En un reciente artículo de Nancy Markle, supuestamente basado en disertaciones de la “Conferencia Mundial del Medio Ambiente”, se difunde información falaz sobre el aspartame.

No tengo inconvenientes en que se propague información, aún cuando sea equivocada, pero la señorita Markle se pasó de la raya. La Fundación de la Esclerosis Múltiple me pidió que estudiara sus manifestaciones y elaborara un informe al respecto.

No existe relación alguna entre la Fundación de la Esclerosis Múltiple y la señorita Markle. La Fundación desconoce los antecedentes profesionales de la señorita Markle (no se cita ninguno), y una investigación en MEDLINE demuestra que no ha hecho ninguna contribución a la literatura médica.

La Fundación de la Esclerosis Múltiple no tiene relación con la “Conferencia Mundial del Medio Ambiente”.

Y tampoco tiene relación alguna con Monsanto (empresa productora de NutraSweet), como no la tengo yo personalmente. No respaldamos ninguna de las acusaciones difamatorias contra NutraSweet que se hicieron en esta Conferencia, y de ninguna manera defendemos ni condenamos el producto.

Hice una serie de búsquedas en MEDLINE sobre aspartame.

Existen 377 citas en la literatura médica universal (en todos los idiomas) entre los años 1966 y 1998.

No se registra ninguna información acerca de los efectos nocivos del aspartame sobre la EM, el lupus eritematoso sistémico (LES o lupus) o la fribromialgia.

Tampoco existen evidencias de que el aspartame de alguna manera cause, provoque, reproduzca o empeore la EM.

No hay evidencias sobre ninguna “enfermedad del aspartame”.

Numerosos y repetidos estudios publicados en revistas caracterizadas por su seriedad científica demuestran que el aspartame no tiene efectos adversos sobre las convulsiones (en ratas, niños y adultos), el aumento de peso, la temperatura corporal, la función cognitiva / conductiva / neuropsiquiátrica / neurofisiológica, las hormonas o enzimas cerebrales / intestinales / hepáticas, los tumores cerebrales, el cáncer, los defectos congénitos (en ratas y seres humanos), el Mal de Parkinson, las respuestas alérgicas, la presión arterial, el metabolismo de carbohidratos y lípidos, etc.

No se demostró que sea peligroso para los diabéticos en ninguna forma.

A través de un reducido estudio (que no se repitió), se halló un cierto empeoramiento de la depresión en los pacientes deprimidos que ingerían grandes dosis de aspartame.

Se difundieron varios informes breves donde se indica que puede haber algunos pacientes con migraña que empeoran con el aspartame. Otros estudios no demuestran relación alguna en pacientes que se quejaron de padecer dolores de cabeza asociados con el aspartame.

Las aseveraciones de la señorita Markle respecto del metabolismo del aspartame son desatinadamente inexactas. Sus conocimientos sobre farmacología y metabolismo son muy pobres.

El aspartame produce pequeñas cantidades de metanol, pero no más que el consumo normal de vegetales y frutas.

El contenido de aspartame en 354 cc de la mayoría de las bebidas de dieta es de alrededor de 200 mg. Aún con 2000 mg de aspartame, no se modifica el nivel de metanol en adultos normales.

Los estudios con voluntarios normales que ingirieron 600 mg/hora de aspartame durante 8 horas no evidenciaron aumentos significativos de metanol en el suero sanguíneo. Se realizó una prueba con hombres normales que consumieron 10.000 mg de aspartame sin que se produjeran efectos colaterales.

No se registró aumento en los niveles de metanol en suero sanguíneo en infantes que recibieron dosis equivalentemente enormes de aspartame.

El metanol propiamente dicho no es el problema del “envenenamiento por metanol”. Es la generación de ácido fórmico cuando el metanol es muy elevado lo que provoca el acidismo peligroso y la ceguera.

En estudios científicos, voluntarios normales ingirieron 14.000 mg de aspartame. Aún cundo se produjo un aumento de los niveles de metanol, no sucedió lo mismo con el ácido fórmico. Los niveles de metanol volvieron a los parámetros normales dentro de las 8 horas.

Cuando se exponen las bebidas que contienen aspartame a elevadas temperaturas, éste puede degradarse y formar pequeñas cantidades de metanol.

La dicetopiperazina (DKP) es otro producto secundario del aspartame, pero no se demostró que tuviera efectos carcinogénicos (que producen cáncer).

No existe relación entre el “Síndrome de la Tormenta del Desierto” y el aspartame. La señorita Markle cita el trabajo del doctor H. J. Roberts, y desconozco si lo hace con el conocimiento del autor o no.

Aparentemente, el doctor Roberts es un médico australiano que tiene 77 trabajos en MEDLINE. Es un prodigioso escritor de cartas y la mayoría de sus artículos son cartas dirigidas a los editores.

Divulgó una cantidad de revisiones de casos en publicaciones de segundo y tercer nivel, y además escribió unos pocos artículos sobre problemas de coagulación y complicaciones diabéticas. No pude encontrar ninguna investigación original sobre el aspartame que haya realizado.

En síntesis, esta serie de aseveraciones que hace la señorita Markle carecen de fundamento. Son drásticamente inexactas y tergiversan la información de manera escandalosa.

No encontré ningún fundamento para alarmarse respecto del aspartame, pero recomiendo (sobre la base de un estudio), que aquellos pacientes tratados por depresión informen a sus médicos que consumen aspartame.

Los pacientes que tienen una reacción adversa al aspartame, debidamente documentada y evaluada, deben evitar consumirlo.

No existe ninguna relación entre la Fundación de la Esclerosis Múltiple y la señorita Markle o sus escritos.

© Ajinomoto USA Inc.

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