Éxito o Fracaso

UNA BUENA PARTE DEL ÉXITO DEL NEGOCIO AVÍCOLA ESTÁ DETERMINADO por la sanidad de las aves, campo en el cual el control a través de biológicos figura en primer orden. Si no lo fuera, las industrias del pollo y el huevo no consumirían vacunas por $28.000 millones (la cifra es del año pasado), que correspondieron a 13.2% de las ventas totales de la industria farmacéutica veterinaria colombiana en el 2001: $110.000 millones. En Colombia, apenas dos compañías, de las veinte que están en el negocio de las vacunas para aves, son productoras; la demás, actúan como distribuidoras de producto importado.

No obstante el enorme patrimonio que gira en torno de pollos, reproductoras y ponedoras comerciales, y los elevados recursos que los avicultores deben dedicar a la protección vacunal, muchas son las falencias que se observan en esta práctica, las cuales están asociadas a la falta de conciencia entre los profesionales, la carencia decapacitación entre los aplicadores y, en el peor de los casos, a la irresponsabilidad de unos y otros. Y si a esto se le agrega una incorrecta escogencia del método de vacunación, el cuadro se complica, quedando en entredicho el Evangelio de la industria: la bioseguridad.

En vacunas y en la práctica de vacunación es mejor no hacer economías: hay que buscar el mejor producto, capacitar debidamente al personal aplicador, utilizar los mejores métodos y equipos, y vacunar en el momento indicado. Al fin y al cabo, es mucho lo que está en juego.

NO SOBRA

Recomendaciones generales para proveer una adecuada y efectiva vacunación. Tomado de Bioseguridad en la industria avícola.

1. Los programas vacunales, así como la selección de las vacunas, deben ser responsabilidad de un médico veterinario.

2. Los programas vacunales deben corresponder a la casuística de la granja, a estudios epidemiológicos de la zona y a los resultados zootécnicos históricos de la granja. No se debe copiar programas vacunales.

3. Todos los programas vacunales deben ser planeados, diseñados y detallados por escrito.

4. El control de calidad o monitoreo serológico debe ser rutinario, siguiendo las normas mínimas de secuencias, muestreo, manejo de muestras e interpretación de resultados.

5. Las vacunas deben almacenarse en condiciones adecuadas (-3 a -7°C); vacunas vivas o inactivadas y las congeladas en termos de nitrógeno líquido, a -196° C.

6. Se debe llevar el registro de las vacunas, que incluya: lote, ruta, tipo de vacuna, serie del lote, fabricante, fecha de expiración, edad del lote y persona responsable del proceso.

7. Los equipos de vacunación (jeringas, máquinas, vacunas) deben ser constantemente lavados y calibrados, para asegurar una óptima operación. Es preciso tener equipos propios para cada granja y evitar el traslado entre granjas.

8. Se deben procurar niveles adecuados de protección, en concordancia con el tiempo o ciclo de producción.

En el pollo de engorde se deben buscar niveles de títulos de acuerdo con las vacunas disponibles y a la corta etapa de vida; en ponedoras y reproductoras, que la curva de inmunidad coincida con la curva de producción.

Es necesario tener un adecuado programa de vacunación en el levante, que permita optimizar la respuesta a las vacunas inactivadas para alcanzar niveles sostenidos de inmunidad en el ciclo de producción.

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