Desde 1972, Vencedor
“EL CAPITAL DE VENCEDOR ESTÁ PRESENTADO EXLUSIVAMENTE POR EL TRABAJO DE LOS ASOIADOS”, CLEMENTE JAIMES.
Gonzalo Munevar M.
Desde hace treinta años la Cooperativa Integral de Pollos Vencedor es la exitosa expresión de la verdadera propiedad colectiva de los medios de producción, y su desempeño ha contribuido al fortalecimiento del cooperativismo, del sector agropecuario y de Colombia.
ESTA EMPRESA ES DESCRITA POR SU GERENTE, CLEMENTE JAIMES PUENTES, COMO UNA sembradora de paz en cuanto que es generadora de empleo en el sector rural, tal como lo es la avicultura en general. La experiencia de Vencedor ha afianzado en este economista, master en Administración de Empresas Cooperativas, su convicción de que en la avicultura colombiana el cooperativismo no debería limitarse al productor de huevos o pollos, sino que resultaría muy útil si se extendiera al agricultor que la provee de materias primas, con lo que encajaría a cabalidad en el esquema de Fenavi, de acuerdo con el cual el futuro la industria sólo será viable en la medida en que se acerque lo más posible a la autosuficiencia en la provisión de sus materias primas. Sustenta su tesis en el argumento de que si en los principales países productores de granos esa actividad es liderada por las cooperativas ¿por qué en Colombia no se puede intentar agrupar en ellas a los agricultores con el acompañamiento del gobierno, a la manera de lo que pasa en el sur de Brasil, donde toda la cadena avícola está cooperativizada y el nivel de vida de sus integrantes es muy alto?
No oculta cierto optimismo al respecto cuando hace caer en la cuenta de que el presidente Uribe Vélez es otro convencido de las bondades del cooperativismo, tanto que durante su paso por el Parlamento fue ponente de la Ley 79 de 1988 que desde entonces lo rige, y que desde la Gobernación de Antioquia se apoyó en él para sacar adelante proyectos en temas de tanto impacto como educación, producción, ahorro y crédito; adicionalmente, Jaimes Puentes ha encontrado similar actitud en el ministro de Agricultura, Carlos Gustavo Cano, de quien asegura, muestra un marcado tinte cooperativista, como se aprecia en sus planteamientos con respecto al modelo de desarrollo que sugiere para el agro colombiano.
Avicultura y Alca
En el seno del Area de Libre Comercio de las Américas, Alca, como en el de cualquier otra negociación, alguien entrega una cosa a cambio de recibir otra, buscando que todos queden satisfechos. Con ese planteamiento, el gerente de Pollos Vencedor sostiene que defender a la industria avícola colombiana allí implica conseguir que los demás le reconozcan el valor real a su producción, como paso previo a que acepten los términos de una negociación. Para que se obtenga un resultado positivo, considera fundamental que antes de salir a negociar con otros, es imprescindible vender la idea entre los compatriotas, lo que se puede lograr al mostrarles todo lo que puede ofrecer la avicultura; en primer lugar el empleo, por su magnitud y su impacto social, pues al menos 50% de los puestos de trabajo que genera está en el área rural; en el mismo nivel de contribución a la economía del país están los alimentos que provee, pilares básicos de la nutrición de la niñez y la juventud colombianas. “Si con las anteriores consideraciones de carácter económico y social se consigue que todos los sectores hagan de la causa avícola un propósito nacional, seguramente se obtendrá su apoyo en una negociación de la trascendencia e impacto del Alca”.
Al proponerle intentar evaluar lo que el gobierno saliente hizo o dejó de hacer, y su impacto en la avicultura, para empezar, Clemente Jaimes dice que en el cuatrienio anterior, al menos en parte, se confirmó su tesis personal de que cuando al país le va mal económicamente, a la avicultura parece ocurrirle todo lo contrario. Aclara que aunque por efecto de la dinámica de las industrias del pollo y del huevo, muchos empresarios han quedado tendidos en el campo y otros atraviesan una situación bastante complicada que los ha llevado a acogerse a acuerdos concordatarios y a otras fórmulas para tratar de sobrevivir, como actividad productiva la avicultura sigue creciendo. “Lo que ocurre”, subraya, “es que quizás no logramos desarrollar como hubiéramos querido el tema de la provisión de materias primas, circunstancia que obviamente pesa sobre la estructura de costos. En mi opinión personal, es la primera vez que al gobierno le ha funcionado con alguna claridad un esquema como el de las cadenas productivas, que debe reconocerse como un acierto, y si no alcanzó la dimensión que pretendíamos, en buena parte fue porque los agricultores se quedaron anclados en la defensa de unos intereses menores, en lugar de pensar en el país como el objetivo grande por el que se debe trabajar en busca de generar riqueza. El esquema productivo no puede seguir fundamentándose en la defensa del centavito, el impuesto, la tasa, el precio u otro beneficio aislado. Si hay que defender el precio, que se haga para seguir el derrotero fijado por Fenavi, esto es, el de incentivar la producción y mejorar la productividad”.
El afán de figurar
En los últimos tres años irrumpió en el mercado colombiano del pollo la ecuatoriana Pronaca. ¿Deberían nuestros avicultores tomar esa empresa extranjera como un modelo a imitar en cuanto a su tamaño y a su participación en mercados externos? Clemente Jaimes examina esta realidad con la siguiente reflexión: “Uno puede preguntarse si empresas tan grandes y con marcada presencia en los mercados, irradian algún beneficio social”. Para tratar de explicar por qué en Colombia no las hay, pone de presente que todos los días se ven demostraciones palpables de que queremos seguir siendo un país de “mucho cacique y poco indio”, o lo que es lo mismo, donde nadie quiere dejar de ser cabeza de ratón. Sin embargo, no le preocupa mucho que la avicultura nuestra no tenga algo como Pronaca, porque, dice, “con el tamaño que tenemos, la dinámica de los negocios sigue funcionando, se mantendrá la concentración de la riqueza, favorecida hoy por la globalización y por el modelo capitalista al que el país pertenece. Así las cosas, en la medida en que algunos actores empresariales fracasen otros se fortalecerán y ocuparán su espacio”.
En este punto considera pertinente recordar que la avicultura colombiana se ha desarrollado en una forma atípica, esto es, en contravía del sistema ortodoxo de integración, muy importante en otros países; por esta circunstancia, salvo contadas excepciones hoy las empresas son responsables de forma plena de todo el proceso, desde la producción del pollito hasta el engorde, sin intervención de terceros. Piensa que en el futuro debería darse un viraje hacia el esquema norteamericano de integración, no el que en alguna época operó en Colombia y del cual persiste algún rezago, que si bien le garantiza a un productor un trabajo autónomo estable, lo que le transmite tranquilidad, en realidad sólo le permite sobrevivir porque ese tipo de participación le genera ingresos muy escasos.
Está de acuerdo con que en el mundo exista la democracia económica, y reafirma que el cooperativismo es el más auténtico vehículo para llegar a ella, pero simultáneamente advierte que para favorecerla y para que dentro de ella las reglas del mercado tengan el escenario idóneo para expresarse es necesario procurar que existan mercados casi perfectos, como en Colombia es hoy el de la avicultura, esto es, con muchos productores oferentes de una gran variedad de marcas, y muchos compradores, a diferencia de lo que está ocurriendo en varios países, donde predomina la tendencia a la desaparición de oferentes para dar paso a la concentración en dos o tres empresas, lo que también es perjudicial, y aspira a que ojalá Colombia pueda mantener su oferta avícola dispersa en muchas empresas; desde luego, no desconoce que el tema pasa por lograr competitividad y eficiencia en costos, en medio de un sinnúmero de administraciones, muchas “planticas” de sacrificio de regular calidad y volúmenes de producción muy modestos. En otras palabras, añade, ¿cómo lograr las ventajas de la escala mayor sin necesidad de acabar con nuestras empresas?
Le parece que la respuesta se encontrará si conseguimos abaratar los precios del pollo y el huevo por la vía de los aranceles y del incremento de la producción. Para que esto último se logre es indispensable establecer subsidios durante un largo tiempo; como efecto directo y obvio, cuando se junten esas dos ansiadas circunstancias, en el país no sólo aumentará el consumo, sino que se les abrirá a muchos la posibilidad de convertirse en avicultores.
Treinta años en pocas palabras
Intentando resumir apretadamente la historia de esta, la única cooperativa avícola de Colombia, Clemente Jaimes, que la gerencia desde hace trece años y medio, apunta que da empleo a trescientas veinte personas. Naturalmente, el número de trabajadores ha crecido, aunque a un ritmo menor que el de sus operaciones, por lo que en los últimos diez años la nómina ha aumentado en sólo un centenar de personas, tiempo en el que el crecimiento del volumen de aves puestas en el mercado ha sido de por lo menos 50%; en otras palabras, la cantidad, por persona, de kilogramos de carne producida y comercializada es mucho mayor, por razones como la mejora en la genética de las aves, la modernización de la tecnología y para responder a las exigencias del mercado. Subraya que por fortuna, en Vencedor, cuyo como capital está representado exclusivamente en el trabajo de sus asociados, este esfuerzo conjunto ha fructificado al punto de consolidar hoy un patrimonio cercano a $7.000 millones.
Dentro de sus actividades de hoy, la cooperativa está trabajando sin premura pero sin pausa para alcanzar la certificación HACCP; al respecto tiene claro que lo importante no es tanto lograrla como mantener sus procesos dentro de la calidad que se supone acredita dicha certificación, y asume ese trabajo como un reto permanente por el mejoramiento, en aplicación de su filosofía de ser creadora de riqueza social mediante la oferta de un alimento de calidad a la comunidad colombiana.
Con la mira puesta en el futuro tiene previsto que a comienzos del próximo año entre en operación la planta productora de harinas, cuyos clientes preferenciales serán sus proveedores de materias primas.
En el marco de las celebraciones de los treinta años de vida, Clemente Jaimes destaca la actitud gremial de Vencedor, expresión de su creencia en la integración de la gente, la que desde siempre la ha impulsado a ser decidida auspiciadora del desarrollo de Fenavi por todos los medios a su alcance, y formula a sus colegas la invitación a seguir defendiendo y fortaleciendo el gremio “bajo principios de equidad, la que comporta lo justo y lo proporcional”.
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