Resistencia Civil

LOS HABITANTES DE COCONUCO, CAUCA, SE ENFRENTARON, CON ÉXITO, A DOSCIENTOS GUERRILLEROS DEL EJÉRCITO DE LIBERACIÓN NACIONAL, ELN, UTILIZANDO SÓLO TAMBORAS, FLAUTAS Y MARACAS. FOTO EL TIEMPO.

Antanas Mockus, alcalde mayor de Bogotá.

EL ALCALDE ANTANAS MOCKUS, DEL DISTRITO ESPECIAL, LES ESTÁ PROPONIENDO A LOS bogotanos ensayar la resistencia civil como arma civilizada para enfrentar a los violentos. La efectividad de este instrumento ha sido demostrada por las comunidades de Bolívar y Caldono (Cauca) y San Mateo (Boyacá), que con tamboras y flautas, sacaron corriendo a la guerrilla que pretendía tomarse sus pueblos.

Reproducimos el mensaje que, en este sentido, la primera autoridad capitalina les hizo llegar a los habitantes de la ciudad capital:

En Caldono, Cauca, la comunidad, a gritos y sin utilizar armas, respaldó e incluso protegió a sus autoridades y logró repeler a los que las atacaban de manera infame. Esto fue un acto ejemplar de resistencia civil.

Resistencia civil es responder con construcción a la destrucción. Es no pagar con la misma moneda al que ofende. Es decirle: “Yo prefiero resistir pacíficamente, con argumentos y construyendo”. Es oponernos de manera pacífica a los actos terroristas, buscando proteger la vida de todos.

Nos resistimos a que el terrorismo, venga de donde venga, nos paralice, siembre pánico, incertidumbre o desaliento. Si nos vuelven a atacar, ese día cada uno dedicará al menos media hora a trabajar más, o hará mejor su trabajo, y quien estudia, estudiará más o mejor. Somos una ciudad inteligente y productiva. Ser más productivos y solidarios es una manera de estar atentos a protegernos y a proteger la ciudad.

Aceptamos que sea únicamente la fuerza pública, respetando los derechos humanos y las garantías que da el Estado Social de Derecho, la que combata a quienes están levantados contra el país y atacan a la población civil.

El mundo ha generado reglas para la guerra. El mensaje en una sola frase es: “No todo vale, hasta la guerra tiene límites”. Debemos declarar inaceptable lo inaceptable, expresar con claridad lo que pensamos y actuar con pacífica firmeza. Si logramos derrotar limpiamente la violencia, quedará en Colombia fundado de manera definitiva el Estado de Derecho.

Cuando se rompe la ley, cuando se imponen acuerdos bajo la presión de amenazas a la vida, se ponen en riesgo la sociedad y la democracia. Al ejercer todos la misma presión pacífica, actuamos con prudencia, unidos para promover nuestros derechos sin atentar contra los derechos de los demás.

La resistencia civil busca que las personas que usan métodos terroristas reflexionen, desistan de esos métodos y tomen la iniciativa de reconstruir caminos de paz. Para que la solución sea entre colombianas y colombianos o, al menos, dentro de la institucionalidad colombiana.

Todos y todas nos sentimos orgullosos de la ciudad que estamos construyendo. Pensemos siempre en construcción. Digamos sin rabia, con amor: “Por Bogotá, construcción, construcción, construcción”.

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