Miluc, avícola quinceañera

bodas de cristal

El rasgo principal de la empresa de los luna cristancho es haber aceptado que una persona ajena a la familia tomara las riendas de las áreas claves.

ADELMO LUNA, GERENTE GENERAL.

Fenav-44Uno de los primeros transportadores de aves vivas en bogotá fue anselmo luna, quien al cabo de casi cuarenta años terminó siendo el más grande al haber logrado conformar una flota de doce camiones, varios de ellos piloteados en cierto momento por algunos de sus cinco hijos varones. durante cierto almuerzo en el cálido ambiente familiar, los hermanos luna cristancho se preguntaron por qué no formar una sociedad en cuya construcción se aprovecharan la experiencia y la positiva imagen del padre dentro del gremio avícola, y con ellas y el empuje de sus años jóvenes buscar en la distribución y comercialización del pollo un resultado tan exitoso como el logrado por su progenitor. respaldados por él como fiador ético y económico se presentaron en 1987 ante los avicultores como una alternativa nueva para el mercadeo de su producto. de la sociedad son miembros martín emilio, maría, miryam, césar antonio y adelmo; los otros hijos, gelver, maría dilma (socia, inicialmente) y oscar son empleados de la empresa, en cargos de dirección, como los cinco socios, y con ellos, miembros de la junta directiva.

Fenav-46LA FIESTA DE 15 AÑOS EMPEZÓ EN LA PLANTA.

fenav-45ANSELMO LUNA.

avícola miluc

para iniciar se apoyaron en el conocimiento que del negocio tenía miryam, que desde 1981 operaba exitosamente un punto de venta en la casa familiar, al que bautizó miluc, fusión de las primeras letras de su nombre y apellidos; a todos ese les pareció el nombre más apropiado para la empresa fraterna pues contaba con cierto reconocimiento público. los luna cristancho empezaron con veinte pollos comprados en el matadero, y cuando allá no les vendían una cantidad tan pequeña acudían a comercializadores amigos del papá para conseguirlos, y encaramados en sus bicicletas madrugaban a repartirlos, inicialmente entre los vecinos de la casa familiar, tiendas de barrio y carnicerías (famas, como se decía antes en bogotá) en el noroccidente de la capital.

no pasaron tres meses cuando ya estaban manejando diariamente seiscientos pollos, de modo que los vehículos de tracción humana ya no daban abasto, por lo que se pasó a la motocicleta, y pronto el papá empezó a prestarles su camioneta, una ford 66.

en un balance de esa primera etapa de la empresa, adelmo luna, su gerente, considera como las principales razones para que en poco tiempo les estuviera yendo tan bien, la calidad del producto y la rapidez en las entregas en comparación con las empresas grandes, lo que hacía que un cliente los recomendara con otro comprador, y este con un tercero, ya más grande, por ejemplo, un asadero.

en 1990, para no depender más de otros a la hora de conseguir pollo en pie, decidieron intentar convertirse en productores, para lo que aceptaron como socio a uno de los choferes de anselmo, que aportó unos galpones en guayabal de síquima, cundinamarca.

Fenav-47con 2 mil pollos, avícola miluc se convirtió en la fundadora de la avicultura como negocio en ese municipio, donde hoy se engorda alrededor de medio millón de aves, y donde ha contribuido de alguna manera al bienestar de los vecinos con obras como la construcción o mejora de acueductos y vías veredales.

MILLUC PROCESA AL MES 160 MIL POLLOS.

desde entonces y por varios años, la dinámica y la rentabilidad del negocio le permitieron a la familia, como dice adelmo, que “sitio donde veía que podía poner 3 mil o 5 mil pollos, ahí nos metíamos”. cuando su producción llegó a 17 mil aves, con dos empresas colegas miluc constituyó una sociedad, que al cabo de cuatro años llegó a tener 160 mil aves. por diferencias de criterios en un momento de crisis se disolvió.

al cumplir quince años, miluc está engordando mensualmente entre 160 mil y 180 mil pollos, que corresponde exactamente a la cantidad que puede comercializar, en granjas donde se albergan entre 12 mil y 90 mil aves, ubicadas en cachipay, la mesa y san antonio de tena, otros municipios de cundinamarca, y que mercadea en asaderos grandes y pequeños y en algunos supermercados medianos de bogotá y de poblaciones cercanas como facatativá, zipaquirá, cota, chía, y otras no tanto, como suesca y guayabal de síquima.

desde hace cuatro años, en algunas de las granjas el suministro de agua y de alimento está totalmente automatizado, y en el año 2000, en una se instaló un sistema de ambiente controlado mediante ventilación y recubrimiento de los techos, que permite una densidad de dieciocho animales por metro cuadrado; en las que carecen de ventilación es de 14.5; en ninguno de estos municipios la temperatura es suficientemente alta como para que sea necesario instalar en los galpones equipos de aspersión o nebulización.

dejándose llevar por el entusiasmo de los buenos resultados, en un momento la familia aumentó la producción de sus granjas a 220 mil pollos hasta cuando “empezamos a perder plata al tener que salir a competir en un mercado de pollo en pie donde los clientes pagan de contado pero al precio que ellos fijan; llegamos a vender el kilo a $1.700 cuando producirlo nos costaba $1.900”, explica el gerente.

adelmo precisa que en el momento de su conversación con avicultores (tercera semana de marzo), a raíz de una leve escasez de pollo en pie el kilo estaba a $2.350 y en canal a $3.100-3.200 y “me han tildado de terrorista cuando digo que a ese precio en pie, para librar los costos de comercialización, el pollo en canal no podría estar por debajo de $3.500”.

como a su juicio el mercado está muy difícil y a “la platica que se ha conseguido hay que cuidarla”, por consenso los socios de avícola miluc han determinado congelar cualquier proyecto de expansión y crecer sólo a partir del día en que se adviertan señales de recuperación.

betty lamprea

socios, empleados y todos quienes conocen a fondo a avícola miluc tienen claro que no exageran cuando aseguran que la corta vida de esta empresa se divide en dos etapas claramente diferenciadas: antes y después de beatriz lamprea orjuela. contadora, con un posgrado en auditoría de sistemas y ciencias tributarias y otras especializaciones, particularmente en economía solidaria, llegó a donde los luna cristancho hace nueve años y medio, llevada por miryam, su condiscípula en la universidad, en momentos en que la familia completaba seis años trabajando sin mayor coordinación, guiada básicamente por intuición, por instinto u “olfato” para los negocios.

pese a sus títulos universitarios, a no poca experiencia en gerencia y a que llegaba como gerenta administrativa y financiera, aceptó entrar a la empresa con el salario mínimo, convencida de que cuando la familia empezara a ver resultados de su gestión recompensaría económicamente ese desempeño. transformó lo que por entonces eran casi exclusivamente ganas y empuje en una verdadera empresa; estableció áreas específicas y les fijó funciones precisas, de modo que los socios dejaran de ser “toderos” y empezaran a especializarse en el manejo de ellas, de acuerdo con las habilidades que fue descubriendo en cada uno.

esa decisión, además de ordenar la casa, permitió fijar responsabilidades, y en consecuencia, exigir resultados.

al proponerle a beatriz trabajar con la familia, miryam tenía la convicción de que sólo una persona ajena al grupo sería capaz de hacerse oir y de que se aceptaran sus decisiones; ella reconoce haber fracasado en el intento. le puso como única condición mostrar firmeza a la hora de sugerir, ordenar y tomarle cuentas a cada uno. ejerciendo funciones de asesora en la planificación y el desarrollo de los proyectos, fue betty quien los convenció para que entraran en el negocio de la producción como el único mecanismo capaz de ponerlos a salvo de los vaivenes de un mercado donde con alguna frecuencia los comercializadores no encuentran quien les venda aves, y en épocas de escasez se encarecen.

entonces, con un crédito de $30.5 millones, el primero que solicitaba la empresa, en guayabal de síquima se construyeron los primeros galpones. cinco años atrás manejó la negociación para la compra del terreno donde avícola miluc construyó su actual sede, a pocos metros de la planta donde se beneficia su pollo.

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