Turismo en Saint Barthélemy

Con su capital Gustavia, Saint Barthélemy o Saint Barth como también se le conoce, es la isla de menor extensión de las Antillas Francesas; pero a su vez es las más peculiares gracias sus exclusivos hoteles repartidos por sus playas exóticas caracterizadas por sus mares de color azul turquesa.

Con la posibilidad de realizar surf sobre las olas, nadar en sus hondas aguas y disfrutar su rica gastronomía, el turismo en Saint Barthélemy es de los más famosos en el Caribe.

 

Lugares para Visitar en Saint-Barthélemy

Más allá de que no queda mucho en el fuerte Gustav, su elevada localización permite disfrutar de la vista hacia los techos rojos de las edificaciones y hacia la bahía de Gustavia, donde aparcan las más lujosas embarcaciones del planeta.

La atractiva capital preserva, entre muchas cosas, vistosas edificaciones, algunas obras de la era colonial, como el viejo concejo que en sus inicios era el ayuntamiento de aduanas, o el campanil sueco que quedo como restos del santuario luterano que fue azotado por un huracán. (Lee también: Mejores Destinos Turísticos en el Caribe)

Playas

A pesar de que la isla sólo cuenta con 21 km² de terreno, las opciones para el turismo son múltiples. Para los ejercicios marinos, la laguna de la rada de Grand Cul-de-Sac es la adecuada, su agua cristalina es el cómplice perfecto para realizar kayak y esnórquel; este último atrae mucho a los visitantes debido a los bancos de peces cromáticos que regalan un efecto similar a un acuario.

En la playa de Saint-Jean se ven elevarse y descender los aviones raspando el agua. La playa de Saline es una de las de mayor extensión del archipiélago; mientras que en la playa de Gouverneur se rumorea acerca de un tesoro pirata oculto.

A la playa Colombier, solamente se puede llegar en bote o por un sendero peatonal, es el edén del esnórquel ya que allí los turistas logran nadar junto a las tortugas marinas. En la playa Anse Marigot resalta su arena gris y su bosque de palmeras.

La playa más grande, Anse des Flamands, brinda una vista estupenda de la isla Chevreau, uno de los diversos arrecifes solitarios. En el muelle pesquero de Corossol, con sus llamativas residencias multicolores, se localizan los últimos recuerdos de una vida atávica, entre botes clásicos, juncos de cangrejos y ramaje entrelazado.

Festival Gastronómico

Gracias al Saint Barth Gourmet Festival, la isla se ha ganado un sitio en el plano mundial de la cocina. Anualmente, a mediados de noviembre, los chefs galos más famosos se citan para preparar recetas selectas; dichas recetas son mezcladas con la gastronomía local.

El comedor exhibe platos de comida de mar, particularmente la dorada y las langostas, receta conocida como mahi mahi, plato que complementan los expertos con patatas. Otras recetas de sabor caribeño recomendadas por los visitantes son el accras o christophine de bacalao, cangrejo relleno, rellena de pescado, entre otros.

Otras Actividades

Al ser un área libre de impuestos, las compras en almacenes de lujo son aprovechadas por los turistas; así mismo son visitadas las tiendas de jóvenes emprendedores en Saint-Jean y Gustavia.

En la playa Saint-Jean, posterior al muro de coral, el surf sobre las olas es un atractivo irresistible, además es el lugar escogido para aprender windsurf; aunque para la navegación, los 32 kilómetros de costa son los elegidos para disfrutar del velero.

Para los expertos en buceo, el islote coco es el ideal, ya que allí se puede llegar a fondos marinos más profundos. El avistamiento de tortugas y tiburones en medio de sus cuevas y fosas es uno de sus mayores atracciones. Para los fanáticos del senderismo, los 286 metros del Morne de Vitet son el ascenso perfecto.