La Quimioterapia me dejó marcada

Mamografía y Cáncer de Seno

A Rosa Helena Barreto le acaban de detectar la enfermedad el 22 de Septiembre del 2010. Tiene 50 años. Se dio cuenta porque le dio una gripa y en Saludcoop hicieron una campaña de detección del cáncer de seno. No le formulaban nada para su gripa si no se sacaba la mamografía.

A ella nunca le dolió nada. Se hizo la mamografía y era un cáncer el que estaba allí. Ella se sorprendió porque no sentía nada. Le hicieron varias mamografías. Era una manchita casi invisible. Fue cuando dijeron que salió un posible tumor y le mandaron exámenes.

En el Instituto Nacional de Cancerología le ordenaron una biopsia y luego la cirugía. Cuando le dijeron tiene cáncer lo tomó con mucha tranquilidad. Tiene parientes con cáncer que estaban pendientes de que otros padecieran la enfermedad. Eso fue creando expectativa en su núcleo familiar. (Te puede interesar también: Quiero estar cerca de mi hermana)

Su familia tomo con mucho silencio la enfermedad. Pero fueron muy colaboradores. El esposo se pegó una caída como si una tractomula lo hubiera aplastado. Le preguntaba qué le dijo el médico y ella siempre le respondía que todo iba bien. Pero se sorprendió muchísimo cuando le comentó que le iban a quitar todo el seno. Le dio escalofrío y estuvo triste, pero siempre estaba a su lado.

Después de estas noticias comenzó la quimioterapia. Se le cayó el pelo y fue muy duro. Todavía siente que este proceso la dejo marcada y no ha podido olvidar. Nunca se había sentido tan enferma.

Tiene 7 años después de haberle diagnosticado la enfermedad y no ha sentido nada. Solo recuerda el bajonazo de su esposo y el silencio como manejaron la enfermedad. (Lee también: No sintió la enfermedad)

Cambio su estilo de vida y ahora cuida más su salud y la alimentación. A sus amigas les dice que hay que prevenir la enfermedad. Es muy disciplinada y se cuida de las comidas grasas. Después de vivir la realidad del cáncer, decidió cuidarse. Recuerda que era una persona obesa y comía demasiado.

Siente que ha pasado lo peor. Se encontró con una amiga que la convenció para hacerse voluntaria del cáncer y hoy orienta a las demás pacientes con sus consejos y experiencias.

A ratos ella tiene sus bajas, sufre de reflujos, le molestan mucho los oídos e igual da gracias a Dios porque le prolongó un poco más la vida.

Ahora cuida unos sobrinos, cuida a su esposo, vive con su hijo menor y su hija casada. Ella solo quiere vivir para su familia y ver crecer a sus hijos. (Te puede interesar también: Miedo a perder a su esposo)

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