Cáncer de Hígado

Cáncer de Hígado

Todo sobre el Cáncer de Hígado y su Prevención

El cáncer de hígado es una enfermedad en la que se forman células malignas (cancerosas) en los tejidos del hígado.

El hígado es uno de los órganos más grandes del cuerpo. Tiene dos lóbulos y se encuentra en el lado superior derecho del abdomen dentro de la cavidad torácica.

Las siguientes son tres de las múltiples funciones importantes del hígado:

1. Filtrar sustancias dañinas de la sangre para que salgan del cuerpo en la materia fecal y la orina.

2. Producir bilis para ayudar a digerir las grasas de los alimentos.

3. Almacenar glucógeno (azúcar) que el cuerpo usa para obtener energía. (Lee también: Alimentos que Dañan el Hígado)

Prevención del Cáncer de Hígado

Evitar los factores de riesgo del cáncer, como fumar, tener sobrepeso y no hacer suficiente ejercicio quizá ayude a prevenir ciertos tipos de cáncer.

Consulte con su médico u otro profesional de atención de la salud sobre las formas de disminuir el riesgo de cáncer.

Otros factores de riesgo que quizá aumenten la probabilidad de cáncer de hígado.

La hepatitis B y C

La hepatitis B o la hepatitis C crónicas aumentan el riesgo de tener cáncer de hígado. El riesgo es aún mayor para las personas que tienen hepatitis B y C al mismo tiempo.

Además, cuanto más dura la infección por hepatitis (en particular por hepatitis C), el riesgo es más alto.

En un estudio de pacientes con hepatitis C crónica tratados para reducir sus concentraciones de hierro mediante la extracción de sangre y una alimentación con poco hierro, se encontró que estos pacientes fueron menos propensos a presentar cáncer de hígado que aquellos que no se sometieron a este tratamiento.

Cirrosis

El riesgo de cáncer de hígado aumenta para las personas con cirrosis, ésta es una enfermedad en la que el tejido sano del hígado se reemplaza con tejido de cicatrización.

El alcoholismo y la hepatitis C crónica son las causas más comunes de cirrosis.

Aflatoxina

El riesgo de cáncer de hígado a veces aumenta por consumir alimentos que contienen aflatoxina que es un veneno de un hongo que en ocasiones crece en alimentos como los granos y los frutos secos cuando no se almacenan de modo adecuado.

Vacuna contra la Hepatitis B

Se observó que la prevención de la infección por hepatitis B (al estar vacunado contra esta enfermedad) disminuye el riesgo de cáncer de hígado en los niños. Todavía no se sabe si disminuye el riesgo en los adultos.

Ensayos Clínicos de Prevención del Cáncer

Los ensayos clínicos de prevención del cáncer tienen como objetivo estudiar maneras de reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer.

Algunos ensayos de prevención del cáncer se realizan con personas sanas que no han tenido cáncer, pero que tienen un riesgo más alto de tenerlo.

Otros ensayos de prevención se realizan con personas que tuvieron cáncer e intentan prevenir otro cáncer del mismo tipo o de reducir las probabilidades de presentar un tipo nuevo de cáncer.

Otros ensayos se realizan con voluntarios sanos de quienes no se conoce ningún factor de riesgo de cáncer.

El objetivo de algunos ensayos clínicos de prevención del cáncer es determinar si las acciones que toman las personas pueden prevenirlo. Estas pueden incluir comer frutas y vegetales, hacer ejercicio, dejar de fumar o tomar ciertas medicinas, vitaminas, minerales o complementos alimentarios.

Detección del Cáncer de Hígado

Los exámenes de detección son la búsqueda de un cáncer antes de que la persona presente algún síntoma. Esto puede ayudar a encontrar el cáncer en un estadio temprano.

Cuando el tejido anormal o el cáncer se encuentran temprano, es posible que sea más fácil tratarlos. Cuando aparecen los síntomas, el cáncer se pudo haber empezado a diseminar.

Los científicos tratan de entender mejor quiénes tienen más probabilidades de enfermar de ciertos tipos de cáncer. También estudian lo que hacemos y las cosas que nos rodean para ver si causan cáncer.

Esta información ayuda a los médicos a recomendar quién se debe someter a exámenes de detección del cáncer, qué pruebas se deben usar y con qué frecuencia se deben realizar.

Es importante recordar que si el médico indica un examen de detección, no piensa necesariamente que usted tiene cáncer, ya que estos se realizan cuando no hay síntomas de la enfermedad.

Si el resultado de un examen de detección es anormal, es posible que necesite someterse a más pruebas para determinar si tiene cáncer. Estas se llaman pruebas diagnósticas.

En ocasiones, es difícil tomar decisiones sobre los exámenes de detección. No todos los exámenes de detección son útiles y la mayoría tiene riesgos.

Es posible que desee hablar con su médico antes de someterse a cualquier examen de detección, ya que es importante conocer sus riesgos y si está comprobado que reduce las probabilidades de morir por cáncer.

Los resultados de los exámenes de detección pueden parecer anormales aunque no haya cáncer. Un resultado positivo falso (que muestra que hay cáncer cuando en realidad no lo hay) puede provocar ansiedad y por lo habitual, se realizan más pruebas diagnósticas y procedimientos, como una biopsia de hígado, que también tiene riesgos.

Los resultados anormales de los exámenes de detección pueden llevar a realizar una biopsia para diagnosticar este cáncer. Una biopsia de hígado puede producir los siguientes efectos secundarios poco frecuentes, pero graves:

  1. Hemorragia.
  2. Dificultad para respirar.
  3. Filtración de bilis, que puede causar una infección en el revestimiento del abdomen.
  4. Punción pequeña en un órgano del abdomen.
  5. Diseminación de las células cancerosas en el recorrido cuando se introduce y retira (saca) la aguja de biopsia.

Su médico lo puede asesorar sobre su riesgo de cáncer de hígado y la necesidad de someterse a exámenes de detección.

La detección y el tratamiento tempranos del cáncer de hígado a veces evitan la muerte por este tipo de cáncer.

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