Remedios caseros para el mal de Parkinson

Remedios Caseros para el Mal de Parkinson

Plantas medicinales para el trastorno neurodegenerativo crónico o enfermedad de Parkinson

Te hablaremos de una enfermedad neurodegenerativa progresiva crónica como es la enfermedad de Parkinson: que es, tipos, síntomas, factores de riesgo, causas, consecuencias, principales remedios caseros para el Parkinson, medidas preventivas y tratamientos para el trastorno neurodegenerativo crónico, parálisis agitante o parkinsonismo idiopático.

¿Qué es la enfermedad de Parkinson?

La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo crónico que afecta principalmente el sistema nervioso central. Se caracteriza por la degeneración progresiva de las células nerviosas en una región del cerebro llamada sustancia negra. Estas células nerviosas son responsables de producir dopamina, un neurotransmisor que juega un papel crucial en la coordinación del movimiento y el control muscular.

Los síntomas de la enfermedad de Parkinson suelen comenzar de manera gradual y pueden variar de una persona a otra. Aunque la enfermedad de Parkinson no tiene cura, existen tratamientos disponibles para ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Síntomas de la enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson puede manifestarse a través de una variedad de síntomas que pueden ser motores (relacionados con el movimiento) o no motores (afectando otras funciones del cuerpo). Por ejemplo:

Síntomas motores

Temblor en reposo: este es uno de los síntomas más característicos. Generalmente comienza en una mano o un dedo y puede extenderse con el tiempo.

Rigidez muscular: los músculos pueden volverse rígidos y difíciles de mover, lo que puede causar dolor y reducir la amplitud de movimiento.

Bradicinesia: se refiere a la lentitud de los movimientos. Las actividades simples pueden volverse más lentas y difíciles de realizar.

Inestabilidad postural y trastornos del equilibrio: las personas con Parkinson pueden tener dificultades para mantenerse en posición vertical y pueden experimentar problemas de equilibrio que aumentan el riesgo de caídas.

Marcha arrastrada: la forma en que caminan las personas con Parkinson puede cambiar, con pasos más cortos y arrastrando los pies.

Congelamiento de la marcha: se caracteriza por una sensación repentina de estar atascado en el lugar al intentar caminar.

Cambios en la escritura: la letra puede volverse más pequeña y difícil de leer, a veces conocida como micrografía.

Síntomas no motores

Trastornos del sueño: pueden incluir insomnio, somnolencia diurna excesiva y trastornos del sueño REM.

Problemas cognitivos: incluyen dificultades con la memoria, la concentración y el pensamiento abstracto.

Depresión y ansiedad: son comunes en personas con Parkinson.

Trastornos del olfato: la pérdida del sentido del olfato o la disminución de la capacidad para oler pueden ocurrir.

Estreñimiento: la función intestinal puede verse afectada, causando estreñimiento.

Problemas de la vejiga: pueden incluir dificultad para orinar o incontinencia.

Cambios en la expresión facial: puede haber una disminución en los movimientos faciales, lo que da lugar a una expresión facial inexpresiva conocida como “cara de póker”.

Es importante tener en cuenta que no todas las personas con Parkinson experimentarán todos estos síntomas, y la progresión de la enfermedad puede variar significativamente de una persona a otra.

Factores de riesgo para la enfermedad de Parkinson

Los factores de riesgo son características, condiciones o comportamientos que aumentan la probabilidad de desarrollar una enfermedad. En el caso del Parkinson, aunque la causa exacta no se conoce completamente, se han identificado algunos factores de riesgo que pueden estar asociados con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. Estos son:

Edad

El riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson aumenta con la edad. Aunque la enfermedad puede comenzar en adultos más jóvenes, es más común en personas mayores de 60 años.

Historial familiar

Tener parientes de primer grado (como padres o hermanos) con enfermedad de Parkinson puede aumentar el riesgo de desarrollarla. Esto sugiere que puede haber un componente genético en el desarrollo de la enfermedad.

Exposición a toxinas ambientales

Algunos estudios han sugerido que la exposición a ciertas toxinas ambientales, como herbicidas, pesticidas, metales pesados ​​y solventes orgánicos, puede aumentar el riesgo de Parkinson. Sin embargo, la evidencia sobre este punto aún no es concluyente.

Sexo

Los hombres parecen tener un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson que las mujeres, aunque la razón exacta de esta diferencia no está clara.

Historial de traumatismo craneal

Algunos estudios han sugerido que las lesiones traumáticas en la cabeza podrían aumentar el riesgo de Parkinson, especialmente si se han producido lesiones repetidas o graves.

Tabaquismo

Existe evidencia contradictoria sobre si fumar tabaco puede influir en el riesgo de Parkinson. Algunos estudios sugieren que el tabaquismo podría estar asociado con un menor riesgo de desarrollar la enfermedad, aunque fumar conlleva otros riesgos para la salud.

Factores genéticos

Se han identificado varios genes que pueden aumentar el riesgo de Parkinson. Sin embargo, la contribución genética a la enfermedad puede variar y no todas las personas con mutaciones genéticas asociadas con el Parkinson desarrollarán la enfermedad.

Es importante tener en cuenta que tener uno o varios de estos factores de riesgo no significa necesariamente que una persona desarrollará la enfermedad de Parkinson, ya que la enfermedad es multifactorial y puede ser influenciada por una combinación de factores genéticos y ambientales.

Tipos de Parkinson

La enfermedad de Parkinson es generalmente clasificada como una entidad única, pero se reconocen algunos subtipos o variantes que pueden presentar ciertas características distintivas. Estos son algunos de los tipos de Parkinson que se han identificado:

Parkinsonismo idiopático

Es el tipo más común de Parkinson y se refiere a los casos en los que la causa subyacente no se conoce y no está relacionada con otras condiciones médicas.

Parkinsonismo secundario

Se refiere a los casos en los que los síntomas de Parkinson son causados ​​por otras condiciones médicas, como lesiones cerebrales, tumores cerebrales, accidentes cerebrovasculares, infecciones del sistema nervioso central o efectos secundarios de ciertos medicamentos.

Parkinsonismo genético

Algunas formas de Parkinson tienen un componente genético bien definido. Por ejemplo, la enfermedad de Parkinson de inicio temprano (antes de los 50 años) a menudo tiene una base genética más clara, con mutaciones en ciertos genes como el gen SNCA, LRRK2, PARKIN, entre otros.

Parkinsonismo vascular

Este tipo de Parkinson está relacionado con trastornos vasculares que afectan al cerebro, como los accidentes cerebrovasculares o la enfermedad de los pequeños vasos sanguíneos del cerebro. Los síntomas pueden ser similares a los de la enfermedad de Parkinson, pero la causa subyacente es diferente.

Parkinsonismo inducido por fármacos

Algunos medicamentos, como los antipsicóticos o ciertos medicamentos utilizados para tratar trastornos gastrointestinales, pueden causar síntomas similares a los de Parkinson como efecto secundario.

Parkinsonismo atípico

Este término se utiliza para describir un grupo de trastornos que presentan síntomas similares a los de Parkinson pero que también incluyen características distintivas que los diferencian de la enfermedad de Parkinson clásica. Algunos ejemplos de trastornos de Parkinsonismo atípico incluyen la parálisis supranuclear progresiva (PSP), la atrofia multisistémica (AMS) y la degeneración corticobasal (DCB).

Es importante destacar que estas clasificaciones pueden solaparse en ciertos casos, y el diagnóstico preciso y la identificación del tipo específico de Parkinson pueden requerir evaluaciones exhaustivas por parte de profesionales médicos especializados.

Causas de la enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson es un trastorno complejo y multifactorial, y su causa exacta aún no se comprende completamente. Se cree que una combinación de factores genéticos, ambientales y neurobiológicos contribuyen al desarrollo de la enfermedad. Estas son algunas de las posibles causas y factores de riesgo asociados con el Parkinson:

Factores genéticos

Se ha observado que ciertas mutaciones genéticas pueden aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson. Por ejemplo, mutaciones en genes como SNCA, LRRK2, PARKIN, PINK1 y DJ-1 se han asociado con formas hereditarias o familiares de Parkinson. Sin embargo, la mayoría de los casos de Parkinson no son hereditarios y no se pueden atribuir a mutaciones genéticas específicas.

Degeneración de las células nerviosas dopaminérgicas

En la enfermedad de Parkinson, hay una degeneración progresiva de las células nerviosas en una región específica del cerebro llamada sustancia negra. Estas células nerviosas son responsables de producir dopamina, un neurotransmisor importante para el control del movimiento y otras funciones.

La pérdida de estas células nerviosas y la disminución de los niveles de dopamina en el cerebro están asociadas con los síntomas motores del Parkinson.

Factores ambientales

Se han identificado varios factores ambientales que podrían aumentar el riesgo de Parkinson, como la exposición a pesticidas y herbicidas, metales pesados ​​(como el plomo y el mercurio), solventes orgánicos, contaminación del aire y consumo de agua contaminada. Sin embargo, la relación exacta entre estos factores y el desarrollo de la enfermedad aún no está completamente entendida.

Inflamación y estrés oxidativo

Se cree que la inflamación crónica y el estrés oxidativo en el cerebro pueden desempeñar un papel en la neurodegeneración observada en la enfermedad de Parkinson. Estos procesos pueden dañar las células nerviosas y contribuir al desarrollo y progresión de la enfermedad.

Factores neurobiológicos

Además de la dopamina, otros neurotransmisores y sistemas de neurotransmisión en el cerebro, como la serotonina, la noradrenalina y el sistema colinérgico, también pueden estar involucrados en la enfermedad de Parkinson. Alteraciones en estos sistemas pueden contribuir a la aparición de síntomas motores y no motores.

Es importante tener en cuenta que la enfermedad de Parkinson es compleja y puede ser el resultado de la interacción de múltiples factores, y los estudios de investigación continúan explorando las causas subyacentes y los mecanismos implicados en su desarrollo.

Consecuencias de la enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson puede tener una variedad de consecuencias que afectan la calidad de vida de quienes la padecen. Estas consecuencias pueden ser físicas, emocionales, sociales y cognitivas.

Deterioro motor: los síntomas motores como temblores, rigidez muscular, bradicinesia (lentitud en los movimientos) e inestabilidad postural pueden dificultar la movilidad y la realización de actividades diarias, lo que puede llevar a una disminución de la independencia y la funcionalidad.

Dificultades en las actividades cotidianas: las personas con Parkinson pueden experimentar dificultades para realizar tareas cotidianas como vestirse, bañarse, comer y escribir debido a los problemas motores y la rigidez muscular.

Cambios en la expresión facial y la voz: la enfermedad de Parkinson puede causar una disminución de los movimientos faciales y cambios en la voz, lo que a veces se percibe como una expresión facial inexpresiva y una voz más monótona.

Trastornos del sueño: muchas personas con Parkinson experimentan trastornos del sueño, como insomnio, somnolencia diurna excesiva, trastornos del sueño REM y problemas para conciliar o mantener el sueño.

Problemas cognitivos: algunas personas con Parkinson pueden experimentar problemas cognitivos, como dificultades de memoria, lentitud en el pensamiento, problemas de atención y deterioro de las funciones ejecutivas.

Cambios emocionales: la enfermedad de Parkinson puede afectar el estado de ánimo y las emociones de las personas, y es común experimentar depresión, ansiedad, apatía, irritabilidad y cambios en el humor.

Aislamiento social: los síntomas motores y no motores pueden afectar la capacidad de participar en actividades sociales y mantener relaciones sociales, lo que puede llevar a sentimientos de aislamiento y soledad.

Problemas de comunicación: los cambios en la voz, la expresión facial y la dificultad para articular palabras pueden dificultar la comunicación efectiva, lo que puede llevar a la frustración y la pérdida de confianza.

Remedios caseros naturales para la enfermedad de Parkinson

Las principales antibióticos naturales o plantas medicinales para aliviar los síntomas del trastorno neurodegenerativo crónico o parálisis agitante

Dieta equilibrada; una buena alimentación con nutrientes, ácidos grasos omega-3, alimentos con alto contenido de fibra y consumir una buena cantidad de agua o líquidos.

Tai Chi; técnica que combina el ejercicio físico con la concentración, meditación, relajamiento, flexibilidad muscular, la fuerza y el equilibrio.

Masaje; un tratamiento que fomenta la movilidad, entumecimiento muscular y relajación del organismo.

Frijoles y las habas; ambos contienen el químico de la lavodopa que te ayudaría a mejorar los síntomas.

Antioxidantes, una dieta rica en alimentos como las fresas, arándanos, zanahorias, las uvas, las moras, los tomates, el brócoli, las nueces y otros que contengan vitaminas C, E o selenio.

Gingo Biloba; logra mejorar la circulación sanguínea, fomentar la oxigenación y la irrigación del cerebro.

El hipérico; con una gran actividad antioxidantes, la reducción de la muerte neuronal y la producción exacerbada de EROS.

Frutas y verduras frescas; el consumo de productos orgánicos proporciona los nutrientes que incluyen antioxidantes, enzimas, minerales, vitaminas, flavonoides, y fitonutriemtes

Coenzima Q10; incrementar los niveles de Q10 por medio de suplementos con la anterior.

Té verde; con propiedades antinflamatorias, antioxidantes y flavonoides. Consumir 3 tazas por día minimizar los síntomas del Parkinson.

Campanilla o Ipomoea; contiene compuestos que tienen la capacidad de inhibir enzimas como Monoamino Oxidasas MAO y como un antidepresivo.

Cuidados que se deben tener en casa con una persona con la enfermedad de Parkinson

Cuidar a una persona con enfermedad de Parkinson en el hogar puede requerir atención especializada para abordar sus necesidades físicas, emocionales y sociales. Estos son algunos cuidados que se deben tener en cuenta:

Seguridad en el hogar

Es importante asegurarse de que el entorno doméstico sea seguro y esté adaptado para minimizar el riesgo de caídas y lesiones. Esto puede incluir la eliminación de obstáculos, instalación de barras de seguridad en baños y pasillos, y aseguramiento de alfombras para evitar resbalones.

Ayudas para la movilidad

Proporcionar dispositivos de ayuda para la movilidad, como bastones, andadores o sillas de ruedas, según sea necesario, para ayudar a la persona a desplazarse de manera segura y mantener su independencia.

Ayuda con las actividades de la vida diaria

Asistir a la persona con tareas cotidianas como vestirse, bañarse, preparar las comidas y realizar la limpieza del hogar, según sea necesario. También se pueden implementar adaptaciones en el hogar para facilitar estas actividades, como utilizar utensilios de cocina con mangos más grandes o colocar etiquetas en los armarios para identificar fácilmente los objetos.

Administrar medicamentos

Ayudar a la persona a seguir el régimen de medicación prescrito por su médico, asegurándose de que tomen los medicamentos en el momento adecuado y en la dosis correcta. Es importante estar al tanto de los posibles efectos secundarios de los medicamentos y comunicarse con el médico si hay preocupaciones.

Fomentar el ejercicio físico

Animar a la persona con Parkinson a participar en programas de ejercicio físico diseñados para mejorar la fuerza, la flexibilidad, el equilibrio y la coordinación. Esto puede incluir ejercicios de estiramiento, ejercicios aeróbicos suaves, yoga, tai chi u otras actividades adaptadas a las necesidades individuales.

Apoyo emocional

Proporcionar apoyo emocional y mostrar comprensión hacia la persona con Parkinson, ya que la enfermedad puede ser desafiante tanto física como emocionalmente. Escuchar sus preocupaciones y brindarle apoyo emocional puede ser reconfortante.

Fomentar la socialización

Ayudar a la persona a mantener conexiones sociales con amigos, familiares y grupos de apoyo. La participación en actividades sociales puede ayudar a combatir el aislamiento y mejorar el bienestar emocional.

Fomentar una dieta saludable

Proporcionar una dieta equilibrada y nutritiva que incluya alimentos ricos en fibra, frutas, verduras y proteínas magras. Es importante evitar el exceso de alcohol y cafeína, ya que pueden empeorar los síntomas del Parkinson.

Comunicación efectiva

Mantener una comunicación clara y efectiva con la persona con Parkinson, utilizando un tono de voz calmado y tranquilizador. Es importante ser paciente y darles tiempo para expresarse.

Educar a la familia y cuidadores

Brindar información y educación sobre la enfermedad de Parkinson a la familia y otros cuidadores para que puedan comprender mejor los síntomas, necesidades y desafíos asociados con la enfermedad, y proporcionar el apoyo adecuado.

Es fundamental trabajar en equipo con el equipo médico y otros profesionales de la salud para garantizar una atención integral y de calidad para la persona con Parkinson.

¿Que no debe comer una persona con Parkinson?

Para las personas con enfermedad de Parkinson, no hay una dieta específica que se haya demostrado que cure o detenga la progresión de la enfermedad. Sin embargo, hay algunas consideraciones dietéticas que pueden ayudar a manejar los síntomas y mejorar la calidad de vida.

Aunque estas recomendaciones pueden variar según las necesidades individuales y los síntomas específicos de cada persona, estas son algunas pautas generales sobre qué alimentos o sustancias evitar o limitar:

Alimentos ricos en grasas saturadas y trans

Pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y también pueden contribuir a problemas digestivos y estreñimiento, que son comunes en personas con Parkinson. Por lo tanto, es recomendable limitar el consumo de alimentos fritos, alimentos procesados, bollería industrial y alimentos grasos.

Alimentos ricos en azúcares refinados

El exceso de azúcares refinados puede contribuir a fluctuaciones en los niveles de energía y glucosa en sangre, lo que puede afectar el estado de ánimo y la energía. Es recomendable limitar el consumo de dulces, refrescos, postres y alimentos procesados ​​ricos en azúcares añadidos.

Cafeína

La cafeína puede interferir con la absorción de algunos medicamentos utilizados para tratar los síntomas del Parkinson y puede empeorar la ansiedad y los problemas de sueño en algunas personas. Se recomienda limitar el consumo de café, té y otras bebidas con cafeína, especialmente si se experimentan problemas de sueño.

Alcohol

El alcohol puede interactuar con algunos medicamentos para el Parkinson y puede empeorar los problemas de equilibrio y la coordinación motora. Además, el alcohol puede afectar negativamente el sueño y el estado de ánimo. Se recomienda limitar o evitar el consumo de alcohol, especialmente si se están tomando medicamentos para el Parkinson.

Exceso de proteína

Algunos estudios sugieren que consumir demasiada proteína en una sola comida puede interferir con la absorción de la levodopa, un medicamento comúnmente utilizado para tratar los síntomas del Parkinson.

Sin embargo, es importante mantener una ingesta adecuada de proteínas para mantener la salud muscular y la energía. Se recomienda distribuir la ingesta de proteínas a lo largo del día en lugar de consumirlas en una sola comida.

Alimentos que pueden interactuar con la medicación

Algunos alimentos, como aquellos ricos en vitamina B6 (como los plátanos y los pistachos), pueden interferir con la absorción de la levodopa. Es importante hablar con el médico o un dietista sobre cómo ajustar la dieta para evitar posibles interacciones con la medicación.

¿Qué hacer para que no avance la enfermedad de Parkinson?

Hasta la fecha, no existe una cura definitiva para la enfermedad de Parkinson ni una manera garantizada de prevenir su avance. Sin embargo, hay algunas estrategias basadas en la evidencia que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas con Parkinson y posiblemente retrasar la progresión de la enfermedad.

Medicación adecuada y oportuna

El tratamiento con medicamentos, como la levodopa y otros medicamentos dopaminérgicos, puede ayudar a controlar los síntomas motores de la enfermedad de Parkinson y mejorar la calidad de vida. Es importante seguir las indicaciones del médico en cuanto a la dosificación y el momento de la toma de medicamentos para maximizar sus beneficios y minimizar los efectos secundarios.

Ejercicio físico regular

Numerosos estudios han demostrado que el ejercicio físico regular puede ser beneficioso para las personas con Parkinson al mejorar la fuerza muscular, la flexibilidad, el equilibrio y la coordinación. El ejercicio aeróbico, el entrenamiento de fuerza, el yoga, el tai chi y la danza son algunas de las actividades que pueden ser especialmente útiles

La Asociación Internacional de Parkinson y Trastornos Relacionados recomienda al menos 2.5 horas de ejercicio aeróbico moderado a vigoroso por semana, junto con ejercicios de fortalecimiento muscular y flexibilidad.

Terapia ocupacional y fisioterapia

La terapia ocupacional y la fisioterapia pueden ayudar a las personas con Parkinson a mejorar su funcionalidad diaria, adaptarse a cambios en la movilidad y aprender estrategias para maximizar la independencia y la calidad de vida.

Terapia del habla y lenguaje

La terapia del habla y lenguaje puede ser útil para las personas con Parkinson que experimentan dificultades con la voz, el habla y la deglución. Puede incluir ejercicios para fortalecer los músculos utilizados en la producción del habla y técnicas para mejorar la claridad del habla.

Dieta saludable y equilibrada

Mantener una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables puede ayudar a mantener la salud general y el bienestar en personas con Parkinson. Algunos estudios sugieren que una dieta mediterránea, que se caracteriza por ser rica en frutas, verduras, pescado, nueces y aceite de oliva, puede estar asociada con un menor riesgo de desarrollar Parkinson y una progresión más lenta de la enfermedad.

Mantener la salud mental y emocional

El manejo del estrés, la ansiedad y la depresión puede ser importante para mejorar la calidad de vida en personas con Parkinson. Las técnicas de manejo del estrés, la terapia cognitivo-conductual, la meditación y el apoyo emocional pueden ser útiles en este sentido.

Investigación y participación en ensayos clínicos

Participar en estudios de investigación y ensayos clínicos puede ayudar a avanzar en el conocimiento y tratamiento de la enfermedad de Parkinson. Siempre es importante hablar con un médico sobre las opciones de tratamiento y participación en ensayos clínicos.

¿Cuál es el mejor tratamiento para la enfermedad de Parkinson?

El tratamiento óptimo para la enfermedad de Parkinson puede variar según las necesidades individuales de cada paciente, la gravedad de los síntomas y otros factores como la edad y la presencia de condiciones médicas concurrentes.

No hay un “mejor” tratamiento único para todos, pero hay varias opciones terapéuticas que pueden ser eficaces para controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Algunas opciones incluyen:

Medicamentos

Los medicamentos son una parte fundamental del tratamiento del Parkinson y pueden ayudar a aliviar los síntomas motores, como los temblores, la rigidez y la lentitud de los movimientos. La levodopa, un precursor de la dopamina, es uno de los medicamentos más efectivos para controlar los síntomas motores.

Otros medicamentos dopaminérgicos, como los agonistas de la dopamina y los inhibidores de la MAO-B, también pueden ser recetados para ayudar a controlar los síntomas. Además, se pueden recetar medicamentos para controlar síntomas no motores como la depresión, la ansiedad y los trastornos del sueño.

Terapia física y ocupacional

La terapia física y ocupacional puede ayudar a mantener la movilidad, mejorar el equilibrio y la coordinación, y enseñar técnicas para realizar actividades diarias de manera más eficiente. Los ejercicios específicos pueden fortalecer los músculos y mejorar la flexibilidad, lo que puede ayudar a reducir los síntomas motores.

Terapia del habla y lenguaje

La terapia del habla y lenguaje puede ayudar a mejorar la comunicación y la deglución en personas con Parkinson que experimentan cambios en la voz, el habla y la capacidad para tragar.

Cirugía

En casos de enfermedad avanzada y síntomas severos que no responden bien a la medicación, la cirugía puede ser una opción. La estimulación cerebral profunda (DBS, por sus siglas en inglés) es un procedimiento quirúrgico que implica la implantación de electrodos en áreas específicas del cerebro para ayudar a controlar los síntomas motores.

Terapia cognitiva y psicológica

La terapia cognitiva y psicológica puede ayudar a las personas con Parkinson a enfrentar los desafíos emocionales y cognitivos asociados con la enfermedad, como la depresión, la ansiedad y los problemas de memoria.

Estilo de vida saludable

Mantener un estilo de vida saludable, que incluya una dieta equilibrada, ejercicio regular, sueño adecuado y manejo del estrés, puede ayudar a mejorar la calidad de vida y el bienestar general en personas con Parkinson.

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