La Próstata en la Oscuridad

Dr. Pablo Gómez Cusnir
Profesor Asociado Urología
Universidad Nacional de Colombia

Los médicos en la antigüedad, identificaron el fenómeno de la retención urinaria, pero generalmente atribuían esta condición a la presencia de cálculos en la vejiga. Su apreciación de la anatomía humana, por aquella época era limitada y la importancia de la próstata como causante de la retención fue desconocida por muchos siglos. En realidad, la glándula prostática solo fue identificada avanzada la Edad Media y el Renacimiento. Sin embargo, como teorías contemporáneas, fueron dominadas bajo el concepto de “carún­culas y carnosidades” y poco se progresó en el entendimiento de las causa de la retención.

La Medicina Greco – Romana

A lo largo de la antigüedad, la medicina y la religión estaban estrechamente relacionadas. Recetas, que permanecen válidas hoy en día, como la importancia de la dieta y el ejercicio regular, se interrelacionaban con el misticismo y no existía la visión del cuerpo como sistema organizado, y tampoco la experiencia clínica.

En la Grecia, pre Hipocrática, la Medicina se asociaba con el culto a Esculapio (Asklepios), el Dios Griego de la sanación. Los pacientes recibían tratamientos en templos llamados Asklepeias, donde eran curados por su Dios o por médicos – sacerdotes, que actuaban bajo dirección divina. Las Askle­peias cayeron en desuso gradualmente y el papel de los sacerdotes médicos, fue reemplazado por los Legos practicantes, cuyo trabajo abrió el paso al sistema de medicina clínica Hipocrática.

Hipócrates

En la época de Hipócrates, los Griegos no practicaban disección en cuerpos humanos y poco o nada sabían de la anatomía, fisiología o de la existencia de la próstata. A pesar de ello, se puede extractar de los “Aforismos” de Hipócrates, que tenía un buen entendimiento de las dificultades urinarias y podía haberse referido al prostatismo, cuando declaraba:

“ Las enfermedades de los riñones y de la vejiga, se curan con dificultad en los hombres viejos”

La interpretación de la terminología médica Hipocrática ha sido difícil, como quiera que una sola palabra puede describir más de una condición; por ejemplo, “estranguria” (la eliminación de orina por goteo), parece referirse tanto a disuria como a retención.

Hipócrates, poseía una enorme capacidad de observación y muchas de sus deducciones clínicas eran asombrosamente exactas. Sus enseñanzas ejercieron una destacada influencia en la práctica médica, mucho tiempo después de su muerte, más no siempre de una manera benéfica. De esta manera, sus afirmaciones, aparentemente se derivaban de observaciones, sobre lesiones accidentales y pueden haber retrasado aún hasta el siglo XVII, la evolución de tratamientos quirúrgicos efectivos para la retención urinaria.

Herófilo

El primer registro de la utilización del termino “próstata”, que significa “uno situado antes”, aparece en los escritos del médico griego Herófilo en le siglo IV AC. Herófilo utilizó la palabra, para describir la posición de los órganos con relación a la vejiga y probablemente se refería más a las vesículas seminales, que a la misma próstata, que el describió como “tejido esponjoso al lado del cuello vesical, atravesado por los conductos eyaculadores”.

Urología en el Imperio Romano

Los romanos estaban familiarizados con el problema de la retención urinaria; algunos elementos recuperados de Pompeya, revelan que la cateterización para el tratamiento de la obstrucción, era ampliamente practicada. Como se desconocía realmente la existencia de la próstata, el énfasis se hacía sobre piedras o cálculos, como causa de la retención.

Celsus, el gran enciclopedista del primer siglo después de Cristo, ha sido clave como fuente de información de esa época. A pesar de no haber sido médico, resumió de una manera comprensiva la práctica urológica de la época en su escrito “De Re Medica”. La litotomía que el describió, permaneció casi sin modificarse hasta comienzos del siglo XIX.

Galeno (131 – 201), griego de nacimiento, fue una de las figuras médicas dominantes en el Imperio Romano. Defendió enérgicamente el sistema de la medicina Hipocrática a pesar de la enorme oleada de “curanderos”. Adicionalmente, sus observaciones originales, dieron muestra de que era un fisiólogo virtuoso. A pesar de ello, fue poco lo que contribuyó al estudio de la próstata o a las causas de la retención. Sus principales conceptos anatómicos, se derivaron por completo de disecciones en marranos y micos, siendo erróneos y enfatizó en la litiasis, como causa de la retención urinaria. Los trabajos de Herófilo se basaron más en descripciones sobre cadáveres humanos .

La destacada influencia de Galeno, aumentó aún más allá del colapso del imperio romano y condujeron a la declinación de la ciencia médica. Los Galenistas se desanimaron en la investigación y defendieron la doctrina Galénica, influencia que persistió por más de 1000 años después de la muerte de Galeno.

Teorías de la retención Urinaria durante la Edad Media

La época del oscurantismo fue un largo período de estancamiento en la Medicina Europea; poco o nada de progreso se hizo en la anatomía humana y la próstata permaneció desconocida. Las tradiciones de la medicina griega fueron conservadas aún por médicos del Imperio Árabe, Los médicos contemporáneos continuaron con la teoría de la litiasis, como causa de la retención urinaria.

Destacado entre estos, fue Avicena de Bokhara (980 – 1037), que durante varios siglos, mantuvo vigente su texto de medicina “Canon Medicae”. Realizó extraordinarias descripciones de las enfermedades de los riñones, cuya sintomatología contrasta enormemente con su visión de la retención de orina y su despreocupación sobre la importancia de la próstata.

La más cercana descripción de la obstrucción prostática fue la mención de “Carnosidad” cerca del cuello vesical hecha por Galeno.

La carencia de pensamiento innovador en Europa se extendió a la Edad Media, como puede extraerse de los escritos de Guy de Chauliac (1300 – 1367), quién a pesar de ser uno de los más reconocidos practicantes de la época y se le menciona como el padre de la cirugía francesa, no añadió conocimientos sobre el tratamiento de la retención.

Carnosidades y Carúnculas

A pesar del énfasis histórico que hicieron los predecesores en los cálculos como causa de la retención de orina, se desarrollaron teorías alternas. Galeno, avanzó en el concepto de la hiperplasia tisular, refiriendose como “carnosidades y carúnculas”, en su discusión de la obstrucción uretral:

“El paso de la vejiga y de la uretra, puede obstruirse de tres maneras. La uretra puede desarrollar un tumor morbido tan grande, que la obstruya. Otra condición anormal, callosa o pulposa, puede comprimirla, a manera de excrescencia; una masa pulposa se desarrolla en el trayecto o en el sitio de la ulceración. El paso puede ser bloqueado por alguna substancia , una piedra, un coagulo, pus o humores viscosos”.

Otros, incluyendo Avicena, Abulcasis y Chauliac, apoyaron el concepto de carnosidades como causa de la retención y al menos algunas de sus descripciones, de hecho, pueden ser apreciadas como Hiperplasia Prostática.

Desde tiempos inmemoriables, los médicos recomendaron la cateterización y la introducción de agentes esclerosantes y cicatrizantes como remedio a la retención secundaria a carnosidades. Aunque a veces efectivos, estos remedios empíricos no descubrieron la patología causal de la retención.

Vol.11 No.1

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