La Etiología del Envejecimiento

Existen discusiones al respecto; lo cierto es que se pueden invocar dos causas evidentes: la senescencia, es decir el mecanismo controlado genéticamente y definitivamente relacionado con el progreso de la edad14; y la segunda, el estilo de vida. Por tanto, las alteraciones, que se presentan con el pasar de los años, dependen de los marcadores genéticos y de los regímenes dietéticos, tóxicos y ambientales en que cada cual haya vivido.

Del ADAM al EVAN

El ADAM se refiere solo a los hombres y tal como afirma Morales su principio impredecible, sus manifestaciones sutiles y variadas; para afectar a una importante proporción de hombres mayores3; este notable investigador del tema afirma en otra de sus publicaciones: “El proceso del envejecimiento en el hombre está asociado a variables y a veces a profundas alteraciones hormonales con descenso del desempeño sexual. Lo cual no implica que todo se deba exclusivamente a los cambios endocrinos” 30; sucede que igual hecho acontece en la mujer; es decir, que en ambos sexos el cuadro clínico que se presenta en el EV, incluidos ADAM y Menopausia, se debe a alteraciones neuroendocrinas y vasculares y de los demás sistemas de la economía. Se dirá que hombres y mujeres no son iguales; pero sucede que la respuesta sexual tiene un trasfondo similar tal como lo planteó desde 1953 Kinsey, 31 quien señaló la similaridad en el ciclo de respuesta sexual en ambos sexos, y más tarde Masters y Johnson en 1966 32 concluyeron que los mecanismos inmediatos de la respuesta sexual deberían ser los mismos en hombres y mujeres; en 1984 propusimos la palabra lubriección para significar que los mecanismos neuroquímicos de la fase de excitación sexual traducida en erección y lubricación eran similares 33; en 1996 el doctor Calvin en el John Hopkins de Baltimore señaló la presencia del NO y el GMPc en el clítoris, tal como sucede en el pene; en la actualidad se sabe que los reflejos sexuales, en ambos sexos, están mediados por neuronas espinales de los segmentos lumbosacros con vías aferentes en los nervios pudendos y eferentes en los nervios pélvico e hipogástrico, cuyas terminaciones manejan los mismos neurotransmisores en los genitales masculinos y femeninos; hacia las vías altas, el nervio pudendo transmite a través del haz espinotalámico hasta el núcleo pontolateral del tálamo y de allí a los núcleos sexuales cerebrales: la amígdala cerebral, Centros Preópticos y Núcleos Paraven­triculares en forma igual para ambos sexos; la Dopamina, Oxitocina y demás neurotrans­misores se detectan por igual en la respuesta orgásmica y demás fases del ciclo sexual en hombres y mujeres 34. Todos estos mecanismos, en ambos, tienen similares deterioros con el paso de los años. De allí que ampliemos el concepto del ADAM -solo hombres- para hablar del EVAN – para hombres y mujeres-.

¿Involutivo o degenerativo? Para los facultativos tradicionalistas el EV es una involución fisiológica; pero si se tiene en cuenta lo descrito y analizado, más parece un proceso de tipo degenerativo; ahora bien: si analizamos el término involución el diccionario indica que se trata de “la acción de involu­cio­nar”, que a su vez es “detención y retroceso de una evolución biológica” y ”med. Conjunto de fenómenos de esclerosis y atrofia característicos de la vejez”35. El EV no es una detención como tampoco un retroceso de la fisiología, pues de ser así o no se envejecería o se regresaría a estadios juveniles, que como es obvio, no sucede; se trata de una evidente y específica patología de tipo degenerativo. Degeneración se define como “alteración de los tejidos o elementos anatómicos y pérdida de sus caracteres funcionales”35; que es, precisamente, lo que sucede en los cambios observados en el EV: son de tipo degenerativo; en medicina se emplea con frecuencia la palabra Afección, sinónimo de alteración y de disfunción. Disfunción se define como la alteración cualitativa o cuantitativa de una función. En este orden de ideas, el EV es una afección o disfunción de tipo degenerativo, que depende de códigos genéticos y de estilos de vida. De manera que el EVAN, es el EV como una Afección (degenerativa) Natural (genética y medio ambiente).

Corolario terapéutico. Resulta que al EV se le hace profilaxis: se aconsejan dietas; se evita la sedentariedad; se indican ejercicios aeróbicos; la expectativa de vida; que, v.gr., ha pasado en USA de los 45 años en 1901 a los 76 para los nacidos en 1999 15 se debe, en buena parte, al progreso de la medicina preventiva. Diversas publicaciones indican que las dietas antioxidantes han aumentado hasta en un 20% las expectativas de vida12; los nuevos estilos de vida, en especial lo referente a la evitación de tóxicos, sobrepeso y sedentarismo son aspectos que no se tenían en cuenta hace medio siglo cuando la gente fumaba a profusión, no se preocupaba del efecto mediato del alcohol inmoderado y no sabía que el ejercicio metódico podía ser benéfico para una vejez menos azarosa; ahora se conoce que cuando se inicia el EV puede ser demasiado tarde para revertir los efectos del cigarrillo, la obesidad y el alcohol, y que en contraste, al evitar estas condiciones y mantener una actividad física, se puede reducir, el riesgo de la DE 37, y tal vez en la mujer su contrapartida en la respuesta sexual.

Al EV también se le hacen tratamientos: se observa cómo la mayoría de las personas que sobrepasan los 50 años, o antes, sin estar “enfermos”, emplean una variedad inusitada de medicamentos: aspirina como antiagregante; vitaminas C y E como antioxidantes y por aumentar la inmunidad humoral 12; la medicación digestiva, de variados órdenes (inhi­bidores de secreción gástrica, enzimas digestivas, normorreguladores intestinales, etc..), son empleados rutinariamente por las personas mayores; ansiolíticos y somníferos se consumen en gran escala a medida que aumenta la edad; la Melanotonina hace parte de esta farmacopea; un significativo número de gentes mayores tienen alterado el perfil lipídico y el consumo de estatinas constituye la mayor venta de muchas casas farmacéuticas en un buen número de países; se aconsejan -así no haya HTA- anticálcicos y IECAS, así como estatinas, porque “estabilizan la placa” y se evitan diversos accidentes tromboembólicos36; la Terapia Hormonal de Reemplazo (THR) es ahora prescrita en las mujeres postmeno­paúsicas -y aún desde la perimenopausia- por las variadas e inmensas ventajas profilácticas, y terapéuticas, bien conocidas, no sólo en la esfera sexual, sino en la ósea, cutánea, circulatoria y comportamental; de otra parte, cada vez se habla más de THR para los hombres mayores, con las debidas precauciones; se favorece la dislubricación vaginal no solo con la THR sino con agentes tópicos específicos; se hace la propuesta sobre el empleo profiláctico del Sildenafil para la DE y la fibrosis cavernosa en mayores de 45-50 años38. Hombres mayores que se consideran sanos emplean medicación oral para evitar la DE, o afrontar fallas erectivas, o tratar una evidente DE sin que se sientan enfermos de nada más.
Cabe preguntar: ¿Profilaxis y medicamentos para un estado fisiológico?

Conclusión

El EV no puede ser un estado fisiológico. El EVAN son las siglas que señalan al EV como una Afección Natural de tipo dege­nerativo tanto en hombres como en mujeres. Es pues, una entidad clínica, resultante de la senescencia como programación genética y de los estilos de vida como programación social. De allí su individualidad y manera variable de presentarse. En la práctica, la medicina hace profilaxis y emplea medicamentos para esta afección que resulta evidente como tal; y no como se presenta por la ortodoxia como un estado fisiológico.

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