Liga Internacional de la Leche

Mucha Leche, Muy Rápido y Muy Fuerte

Marie Courdent, Pediatra, Consultora de Lactancia. Líder de la Liga en Francia, Departamento de Formación en Lactancia de la Liga de La Leche de Francia. Traducido por María Cristina Sáenz de Allaiter Aujourd’hui de junio de 2004, publicación de La Leche League de Francia.

Todas las mujeres tienen la capacidad de alimentar con su propia leche a sus bebés, ya sean únicos, gemelos y hasta triples, lo cual no impide que seamos todas diferentes en lo que a producción de leche se refiere. La condición necesaria es tener la información y el apoyo necesarios en su medio inmediato.

Cuando unas Pocas Lactadas Bastan

Algunas mujeres producen cantidades enormes de leche y su bebé engorda a la maravilla con cinco mamadas o menos en 24 horas. Un día, la mamá de un bebé me llamó desconcertada: todo el entorno médico la inquietaba porque su bebé no tomaba sino cuatro lactadas cada 24 horas y tenía un magnífico crecimiento. Esta mamá podía suministrar a su bebé cantidades importantes de leche que él recibía en sus lactadas sin horario, lo que le permitía espaciar sus comidas. A menudo, en esas situaciones de sobreabundancia de leche, el bebé queda satisfecho en tres minutos de lactada. Lo que es a menudo frustrante:
Para el bebé, quien gustaría lactar también por placer, y que, cada vez que agarra el pezón con su boca, recibe leche, aunque no tenga hambre. Un día, ese bebé puede descubrir su pulgar y satisfacer en él su necesidad de succión no nutritiva.

_ Para la madre quien desearía disfrutar lactadas más acariciadoras y no solamente alimenticias y que, por ejemplo, ve pocas veces a su bebé dormir en el seno.

Esas madres pueden recoger con gran facilidad su leche en los aditamentos diseñados para tal fin, mojan con frecuencia los cojines protectores que se ponen entre el sostén, a menudo se sienten empapadas entre comida y comida y en la noche deben dormir sobre un grueso trapo o servilleta si no quieren encontrarse en la mitad de la noche entre sábanas empapadas en leche materna…

No Somos Iguales en Materia de Lactancia

Otras mujeres amamantan varios años sin ver jamás una gota escurrir de su seno. Ellas producen lo necesario para su bebé, quien se sitúa en la gama habitual de lactadas que comprende de ocho a doce lactadas en 24 horas, comprendida la noche.

Cuando un Seno Produce más que el Otro

Existe otro caso en que la producción de leche es desequilibrada: un seno produce mucho y el otro casi nada, llegando a veces a empequeñecerse. ¿Cómo se llega a eso?, ¿tal vez, desde el comienzo existe una diferencia morfológica que se agrega a la asimetría natural de nuestro cuerpo?, ¿tal vez, sin darse cuenta han privilegiado un seno, en especial para la lactadas nocturnas, lo cual lo ha sobre estimulado en contra del otro? Sucede también que el bebé prefirió un seno en detrimento del otro. Un día, en una reunión de Líderes de la Liga, nos preguntamos si el seno que produce más podría corresponder al primer seno que se ofreció al bebé al nacer…

Cuando un bebé tiene dificultades para mamar de un seno, esto puede tener un significado particular: un recién nacido puede sentir dolor en una cierta posición. ¿Tal vez ha sido manipulado en su nacimiento, como con el fórceps, lo cual podría ser el origen de dificultades para abrir la boca o voltear la cabeza? La consulta donde un especialista puede eliminar esos dolores y devolverle la movilidad a nivel del cuello. También valdría la pena pensar en una fractura desapercibida de clavícula. O el bebé puede estar molesto con una otitis, la erupción de un diente, una angina… cuando amamanta mejor de un lado que de otro.

Reflejo de Eyección Demasiado Fuerte, ¿Cuáles son los Síntomas?

Cuando una mamá tiene sobreabundancia de leche, esa situación se acompaña de una “bajada” muy rápida de leche, circunstancia también conocida como reflejo de eyección intenso o fuerte. De manera gráfica, eso significa que la madre suelta su leche de sopetón en lugar de hacerlo gota a gota. Entonces sucede que es posible ver chorros de leche caer sobre los muebles cercanos. Es difícil de manejar en reuniones sociales e inclusive en el hogar.

Esto va de la mano, con frecuencia, con un bebé muy tónico, despierto y que aprendió muy rápido a lactar. Algunos bebés logran acomodarse muy pronto a ese flujo rápido de leche retirándose del seno, entreabriendo la boca para que el excedente de leche caiga sobre el babero pero muchos van a tener dificultades para manejar ese flujo de leche: cuando ésta llega en abundancia, se agitan, tosen, se ahogan, tragan bruscamente y en oportunidades sueltan el seno llorando de frustración. ¡No es fácil para nadie!

Ese reflejo de eyección intenso lo notan madres que tienen una gran cantidad de leche o que tienen más de un bebé; las mamás novatas en lactancia no necesariamente comprenden qué les pasa. Ellas consultarán por otros motivos, por ejemplo, preguntando qué alimentos se deben evitar pues su bebé tiene cólicos o deposiciones verdes. Pueden vomitar y llorar mucho en la noche.

Ahora bien, una de las primeras causas de cólicos en el bebé amamantado es el reflejo de eyección intenso, además de un desequilibrio en la ingestión de la leche del comienzo de la lactada y la leche del final, por parte del bebé. Al amamantar de los dos senos en cada comida, por ejemplo, el bebé recibe más leche del comienzo de la lactada, la cual tiene un más alto contenido de lactosa (el azúcar de la leche materna) que de la leche del final de la lactada, más rica en grasa, cuya proporción aumenta a medida que el seno se desocupa. Se da una “indigestión” de lactosa, porque se supera la capacidad del bebé de digerirla, con la ayuda de la enzima lactasa. De ahí la presencia de deposiciones verdes, explosivas, líquidas, con cólicos abdominales…1 Las mamás describen a su bebé como tragón, goloso, ruidoso al tragar, sin darse cuenta que la forma como ellas expulsan su leche es el origen de esas manifestaciones. ¡Se trata de una responsabilidad compartida! Ellas son conscientes de las dificultades que deben enfrentar cuando comprenden lo que sucede. En general las lactadas nocturnas se desarrollan en tranquilidad. ¿La succión del bebé también duerme? Las hormonas de la madre que siguen un ciclo circadiano seguramente intervienen en ese respiro nocturno.

Huelga de Lactancia

Si la situación se mantiene y la madre no encuentra alguien que pueda hacerle sugerencias para remediar las dificultades, ella puede descubrir que su bebé amamanta cada vez peor pues ha cambiado su comportamiento en el seno a fin de frenar el flujo de leche, lo cual puede ser el origen de pezones adoloridos. Ese bebé que tenía una excelente curva de crecimiento puede presentar un decrecimiento en ella si no obtiene la leche del fin de la lactada o si rechaza amamantar en ocasiones en que está visiblemente hambriento. También puede rechazar lactar una vez que su madre lo cambia de seno, rechazar dormirse en el seno, preferir chupar su pulgar o cualquier otro dedo, o un chupo de entretención, mordisquear el pezón o hacer una huelga de lactancia.

Calmar el Juego

Tener exceso de producción de leche aumentada con un reflejo de eyección fuerte no es una situación envidiable, ya que los bebés se ponen muy intranquilos y dan la impresión de no querer estar en el seno. Comprenderlo es el primer paso para que la mamá encuentre, entre las sugerencias que recibe, lo que le va a convenir.

1 Véase “Termina primero el primer pecho” en Nuevo Comienzo, Vol. 10-3, de septiembre de 1998.

Dos objetivos se deben buscar: disminuir la producción si es necesario y calmar el reflejo de eyección fuerte. La mayoría de las mamás encuentra interesante ofrecer un solo seno en cada comida e inclusive el mismo seno cada dos o tres comidas, y hasta medio día. Del otro seno puede extraerse un poco de leche en forma manual para aliviarlo y no estimular más producción. Este manejo permite que el bebé no deba enfrentar una bajada de leche fuerte al comienzo de la lactada, y en cambio drenará cada vez más el seno para obtener más grasas. Esta sugerencia de no dar sino un seno en cada comida es contraria a la que se oye con frecuencia de ofrecer los dos senos al recién nacido; antes de iniciarla, se debe estar seguro de tener la producción de leche bien establecida y que el bebé haya subido bien de peso. La madre debe comprender cabalmente cómo funciona la lactancia, de manera que si la producción de leche baja mucho, ella puede reestimularla dando marcha atrás y dando de nuevo los dos senos en cada comida.

Tal vez más que retardar la lactada, que es a menudo el primer impulso de la madre cuando su bebé tiene dificultad para adaptarse al reflejo de eyección fuerte, es mejor amamantar con más frecuencia al bebé para facilitar las lactadas. Así disminuirá la cantidad de leche acumulada en los senos y las lactadas se desarrollarán más fácilmente.

Puede convenir también amamantar al bebé tan pronto se despierta, aún antes de que esté despierto del todo, de esta manera el bebé está más relajado, succiona más suavemente y hace salir la leche más lentamente, disminuyendo el riesgo de tragar aire mientras amamanta.

En el curso de una lactada se presentan muchos reflejos de eyección de leche, pero es con frecuencia el primero el más intenso. Con pequeños trucos las madres pueden hacer que su bebé lo sortee: presión manual antes de la expulsión de los chorros más fuertes, interrupción de la lactada cuando el bebé comienza a beber a toda velocidad, antes de que se atore, compresión del seno para eliminar los chorros fuertes sobre un babero o sobre un pedazo de tela… Una mamá colocaba en el seno un aparato para recoger la leche, lo golpeaba suavemente para estimular la bajada de la primera leche y la recogía, luego sí comenzaba a amamantar a su bebé, cuando los chorros fuertes habían sido evacuados.

La posición del bebé en el seno puede también contribuir a su bienestar: un recién nacido seguramente estará cómodo si su madre está semiacostada y él mismo encima del seno de su madre para lactar, estando su cabeza y cuello más altos que el pezón de manera que la leche sale hacia arriba, en contra de la fuerza de la gravedad. Además, en la posición de sandía, en la cual el bebé está bajo el brazo de la madre, ella puede recostarse hacia atrás. En la posición de madona, la que es habitual entre nosotros, la madre puede sostener al bebé con almohadas e instalarse semiacostada en una silla reclinable. Otras madres se han dado cuenta que amamantar acostadas funciona mejor porque es más fácil para el bebé evitar atorarse, dejar que la leche que sale muy rápido escurra de su boca mejor que tener que tragar rápidamente. Un bebé mayorcito podrá amamantar sentado a caballo sobre la pierna de su madre de manera que queda vertical frente al seno.

Algunas mamás tendrán necesidad de ayuda extra para calmar su producción de leche; en ese caso la tisana de salvia puede ser útil. Una mamá notó un reflejo de eyección menos fuerte cuando tomó a sabiendas la micropíldora, que en algunas madres conlleva una baja en la producción de leche (¡esta vez era deseable!).

Es necesario buscar otros factores agravantes eventuales, con el fin de eliminarlos: uso frecuente de recolectores de leche que al apoyarse sobre los “desencadenantes de leche” en el seno, estimulan su producción; estimulación complementaria con el sacaleches por tal o cual razón; uso de productos que aumenten la producción de leche debido a comentarios de terceros que “leen” en la actitud del bebé el mensaje de que la madre no tiene suficiente leche.

Muchas preguntas quedan pendientes para comprender esta situación que causa disgusto. ¿La alimentación de la madre juega un papel? Una Líder experimentada tiene la impresión de que ese reflejo de eyección intenso se presentaría más frecuentemente en mujeres que toman mucha leche de vaca… ¿Qué sucedería en caso de lactancia conjunta de dos bebés de diferente edad? ¿Agrava la situación o permitiría mejorarla? De cualquier manera, tener tanta leche que escurre demasiado rápido no es una situación fácil de vivir y puede llevar a un destete prematuro no deseado, si la situación no es reconocida a cabalidad.

Bibliografía

1. Mohrbacher N, Stock J. Traité de l’allaitement maternel. LLLI.
2. La Leche League France. Les Dossier de l’Allaitement. No. 28, julio de 1996, 17-21.
3. La Leche League France. Les Dossier de l’Allaitement. No. 24, julio de 1995, 23.

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