Asociación entre Duración de la Lactancia e Inteligencia Adulta

Liga Internacional de la Leche: Información Especial

E. L. Mortensen, K. F. Michaelsen, S. A. Sanders, y J.M. Reinisch. JAMA 2002; 287:2365-71.

Numerosos estudios han sugerido una relación entre lactancia y desarrollo cognitivo e intelectual en la temprana y mediana infancia. Este estudio observa la asociación entre la duración de la lactancia y la inteligencia en adultos jóvenes con funcionamiento cognitivo óptimo y pruebas de inteligencia altamente estables.

Se utilizaron dos muestreos de un pabellón de recién nacidos. Estos incluían un muestreo de 973 hombres y mujeres y uno de 2280 hombres. Todos habían nacido en el Copenhagen University Hospital entre octubre de 1959 y diciembre de 1961. La información sobre la duración de la lactancia se obtuvo por medio de entrevistas realizadas con las madres en el control del primer año. Los sujetos de ambos muestreos se dividieron en 5 categorías de acuerdo con la duración de la lactancia: 1 mes o menos, 2 a 3 meses, 4 a 6 meses, 7 a 9 meses, y más de 9 meses. Se consideraron, así mismo, 13 aspectos como variables: estado marital, status social de los padres, educación del cabeza de familia, estatura de la madre, edad de la madre, ganancia de peso durante el embarazo, consumo de cigarrillo por parte de la madre durante el tercer trimestre de gestación, número de embarazos, edad gestacional estimada, peso al nacer, talla al nacer, e índices de complicaciones en el embarazo y el parto. La inteligencia fue medida utilizando la Wechsles Adult Intelligence Scale (WAIS) para una edad media de 27.2 años para el muestreo mixto y el Borge Priens Prove (BPP) para una edad media de 18.7 años, para el muestreo masculino.

La duración de la lactancia se asoció positivamente con la edad de la madre, su condición social, su educación, y la talla y peso al nacer. Por el contrario, la condición de madre soltera y el consumo de cigarrillos, se asoció negativamente con su duración. Luego de realizar los ajustes pertinentes con las variables, los resultados de CI del WAIS fueron 99.4 para el grupo de < a 1 mes, 101.7 para el de 2 a 3 meses, 102.3 para el de 4 a 6 meses, 106.0 para el de 7 a 9 meses, 104.0 para el de > de 9 meses. Los resultados del BPP fueron 38.0 para el grupo de < a un mes, 39.2 para el de 2 a 3 meses, 39.9 para el de 4 a 6 meses, 40.1 para el de 7 a 9 meses, y 40.1 para el de > de 9 meses.

Los autores concluyen que estos resultados indican que la lactancia puede tener efectos positivos a término largo en el desarrollo cognitivo e intelectual y que los nutrientes presentes en la leche materna, factores de comportamiento así como otros relacionados con la elección del método alimenticio pueden contribuir a esta asociación.

Traducido por Bárbara De Martiis de Zuleta de Breastfeeding Abstracts, Vol 21 #4, septiembre de 2002. Publicación de La Leche League International, Chicago, Estados Unidos.

Lactancia Después de Mamoplastia Reductiva Practicada Durante la Adolescencia

S. Aillet, E. Watier, S. Chevrier et al. Eur Obstet Gynecol Reprod Biol 2002; 101:79-82.

Cuando se realiza una mamoplastia reductiva durante la adolescencia, debe darse atención especial a la preservación del funcionamiento del seno. Este estudio utilizó un cuestionario enviado a 109 mujeres a quienes se les había practicado reducción del seno durante la adolescencia, con el fin de determinar factores quirúrgicos y de otra índole que pudieron influenciar en la lactancia.

El cuestionario abarcaba las razones por las cuales dichas mujeres solicitaron la cirugía, su grado de satisfacción con ésta, sus actitudes hacia la lactancia y, si tenían hijos, la duración de la lactancia.
Sesenta y cinco cuestionarios pudieron ser analizados. El tiempo transcurrido entre la cirugía y el cuestionario fue de 8.1 años. Diecisiete mujeres habían dado a luz 25 niños. El tiempo promedio transcurrido entre la cirugía y el nacimiento del primer bebé fue de 7.7 años. De las 17 mujeres, 5 habían amamantado por un promedio de 11.3 días; el período más corto de tiempo fue de 3 días y el más largo, de un mes. La duración de la lactancia fue significativamente más bajo que el de todas las mujeres francesas durante el mismo período de tiempo (52% de madres amamantaron por 8 semanas). Ninguna de las mujeres reportadas suspendió la lactancia por problemas de pezón o dificultad con la succión del bebé. Entre las 12 mujeres que no amamantaron, las razones iban desde la cirugía del seno hasta motivos personales o de trabajo. Una mujer mencionó un problema con la bajada de la leche. Muchas de las mujeres enunciaron más de una razón.

El análisis estadístico no mostró relación entre la lactancia y la satisfacción de las mujeres con la cirugía o entre la lactancia y la técnica quirúrgica.

Los problemas post-operatorios de pezón no tuvieron ningún efecto en la decisión de las mujeres de amamantar.

A pesar del esfuerzo deliberado de informar a estas mujeres jóvenes sobre lactancia, tanto en la etapa preoperatoria como en las consultas postoperatorias, 63 % de mujeres reportadas dijeron no haber sido informadas.

Se discutieron varias razones sobre la baja tasa y la corta duración de la lactancia. Las mujeres del estudio eran jóvenes en el momento del nacimiento de su primer bebé con un promedio de edad de 24.9 años; en Francia son las mujeres de 30 años o más, las que más amamantan. La idea errada de que la lactancia es perjudicial para los senos parece ejercer una influencia particular en las mujeres que se han practicado una cirugía para mejorar la forma de sus senos. Los investigadores notan que preservar la función de los senos no parece ser una prioridad para las mujeres que buscan una cirugía reductora, especialmente si son adolescentes.

Traducido por Bárbara De Martiis de Zuleta de Breastfeeding Abstracts, Vol 21 #4, septiembre de 2002. Publicación de La Leche League International, Chicago, Estados Unidos.

Suplementos de ALC a Madres Disminuye Contenido de Grasa en su Leche

N. Masters, M.A. McGuire, K.A. Beerman et al. Lipids 2002; 37:133-38.

El ácido ruménico (AR), el isómero más abundante del ácido linoléico conjugado (ALC), se encuentra naturalmente en la leche y en la grasa de la carne vacuna. La leche materna, pero no la leche de fórmula, contiene una cantidad sustancial de AR. Un estudio previo indicaba que la cantidad de AR en la leche humana podría afectarse por la dieta y que cuando la dieta de esa madre contenía una buena ingestión de productos lácteos, el contenido de grasa de su leche era más alto. Se sabe que una forma comercial de ALC previene y disminuye la grasa corporal y también baja el contenido de grasa en la leche de las vacas. La forma comercial de ALC contiene una cantidad sustancial de otro isómero de ALC, t10, c12-18:2, que se ha mostrado es el responsable de la disminución de la grasa en la leche de las vacas. Este estudio verificó la hipótesis de que los suplementos de ALC pueden aumentar la concentración de AR y t10, c12-18:2 en la leche humana y disminuir el nivel de grasa en ella.

Diez mujeres cuyos bebés estaban entre uno y doce meses fueron reclutadas para el estudio; nueve de ellas lo completaron. Desde que se vincularon, las mujeres llenaron un cuestionario sobre salud materna e infantil y proporcionaron información demográfica. El estudio de 17 días consistió en tres períodos:

1. Un período de intervención de cinco (5) días en el cual cada mujer tomó dos cápsulas de 750 mg al día de Tonalin, un suplemento de ALC sintetizado, o dos cápsulas idénticas de un placebo.
2. Un período de siete (7) días de descanso en el cual no tomaron cápsulas.
3. Un nuevo período de intervención de cinco (5) días con suplementos. Las mujeres fueron divididas al azar para el tratamiento. Al final de cada período, fueron recolectadas muestras de leche y sangre. Las madres respondieron preguntas sobre su alimentación en los tres meses anteriores para estimar la ingesta de AR, y cada madre hizo un récord diario de su dieta los últimos tres días de cada intervención.

Los suplementos aumentaron significativamente la cantidad de RA y t10, c12-18:2 en la leche materna. Más importante aún, las nueve mujeres del estudio mostraron menores contenidos de grasa en su leche durante el tiempo en que estuvieron tomando el suplemento de ALC al contrario del tiempo en que tomaron el placebo.

Los autores sugieren que la disminución en la grasa de la leche es una respuesta al isómero t10, c12-18:2 presente en el suplemento comercial de ALC más que al AR. Debido a que los bebés reciben una parte importante de sus calorías de la grasa presente en la leche materna, los autores recomiendan que las madres que amamantan no ingieran los suplementos comerciales de ALC que se consiguen en el mercado.

Traducido por María Cristina Sáenz de Breastfeeding Abstracts, Vol. 22 número 1 de noviembre de 2002. Publicación de La Leche League International, Chicago, Estados Unidos.

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