Unidos pues estaremos con nuestras oficinas ubicadas en la Carrera 20 # 84 -14, 303 la de la Regional y 304 la Sede Administrativa Nacional, en donde podremos atender todas las inquietudes que tengan nuestros afiliados, ya sean de carácter regional o del nivel nacional.
Un gran esfuerzo representa este proceso para las directivas de una y otra entidad. La regional cumple con ello un gran deseo de la asamblea de invertir en finca raíz el producto de la venta de su sede anterior que, por otro lado ya estaba significando una pesada carga, por cuanto se trataba de una construcción vieja que demandaba gastos onerosos de reparación, con limitantes considerables por tratarse de una casa considerada de conservación arquitectónica, a la que no se le podían hacer casi modificaciones que significaran cambios en su estructura.
Por otra parte le dará a la Regional la oportunidad de profundizar en el proceso de reorganización en la que viene empeñada desde el año anterior y que, ahora sumado el dinamismo del nuevo presidente, El Dr. Rafael Castro M., a la gran capacidad organizativa de nuestra gerente, Victoria Eugenia López, significará un positivo avance con magníficas perspectivas para los afiliados, sus familias y los niños y niñas bogotanas, quienes son en última instancia los beneficiarios de una mejor capacidad de atención por parte de sus naturales y más idóneos profesionales “vigilantes y cuidadores”, los pediatras.
Para la Sociedad Nacional es la lógica respuesta a un proceso organizativo en el cual se evitarán los innumerables inconvenientes que representaba el cambio de todas las funciones administrativas que tienen que darse cada vez que se elige un nuevo Presidente y una nueva Junta Directiva. El primero seguirá siendo, por supuesto, el representante de la Sociedad, el “Comandante” de la gestión y el ordenador del gasto y la segunda el ente vigilante y responsable de todas las actividades de nuestra querida agremiación.
Además, vale la pena destacar que para las múltiples actividades en que viene trabajando la Sociedad, dirigidas al bienestar de los pediatras por una parte y de los niños colombianos y sus familias por la otra, como bien lo establece nuestra misión, se requería de la centralización de todos los procesos administrativos en una sede fija y, por centralista que ello pueda sonar, el mejor sitio era en Bogotá.
Enhorabuena para las dos organizaciones por sus nuevas sedes. Allí, como es apenas lógico, estará también nuestro “hogar”, como entidad dependiente de la Regional que es esta publicación y como órgano oficial de difusión de la Sociedad Colombiana de Pediatría, honor con el que esperamos seguir contando en el futuro.
Mucha suerte a todos en las múltiples actividades que se emprenderán a partir de ahora en beneficio de los afiliados en primera instancia y de los niños, niñas y adolescentes colombianos y sus familias en segundo, pero no por ello menos importante, lugar.
El Editor
