Hospital de la Misericordia

*Presentada en la Sociedad Colombiana de Historia de la Medicina en Julio de 1999

Bogotá 1897-1940
Dr. Liborio Sánchez Avella
Miembro de la Soc. Col. De Historia de la medicina.
M. Hon. de la Soc. Col. de Pediatría.
Prof. Hon. Pediatría U. Nal.

Hablar del Hospital de La Misericordia, es hacer referencia al profesor José Ignacio Barberi Salazar, a su hijo, nieto y biznieto; pero también a la Universidad Nacional de Colombia.

El Hospital fue fundado el 23 de Julio de 1897. La ciudad venía desarrollando un proceso acelerado de cambio, después de muchos años de lenta evolución.

En 1672 habitaban 10.000 indios, “sin contar los españoles”. Había una casa para niños expósitos. En 1739 había 15.000 habitantes, dos riachuelos y cinco puentes; se crearon la primera Biblioteca pública en 1777, la Expedición Botánica en 1781, el Papel Periódico de Santafé en 1790.

Para 1785 la ciudad tenía unos ingresos de 5.600 pesos y al decir de un funcionario, eran cuatro los agentes encargados de la limpieza de la ciudad: los gallinazos, la lluvia, los burros y los cerdos. Se recibió el siglo 19 con 20.000 habitantes.

Luego de la gesta libertaria, se inició en la década de 1820 el proceso de desespañolización de la cultura, llegaron al país viajeros, aventureros, comerciantes, profesionales procedentes de Francia e Inglaterra principalmente; se creó la Universidad Central con la Facultad de Medicina. Se viajó a Europa, en especial a Francia e Inglaterra en busca de formación profesional.

La segunda mitad del siglo se inició bajo la influencia de José Hilario López (1849- 1853), quedó abolida la esclavitud, se desarrolló la economía, el comercio libre, hubo libertad de prensa, sufragio universal, separación del Estado e Iglesia, expulsión de los Jesuitas, desarrollo de los partidos políticos y abolición de los monopolios dentro de los cuales se contaba la educación, por consiguiente, los títulos universitarios no se requirieron y se cerró la Universidad.

Se definieron las clases comerciante, burguesa y artesanal con movimiento en sociedades.

La ciudad aún estaba muy atrasada, las calles en tierra, sin desagües, desaseo marcado, alumbrado exigüo, el agua tomada de fuentes, mayor desempleo por el advenimiento de más coches, incremento de la prostitución.

En 1865 se inauguró el telégrafo, en 1871 se contaba con 12 imprentas y 23 periódicos, en 1883 acueducto con tubería metálica en algunas áreas; de 1884 a 1900 el alcalde Higinio Cualla construyó el sistema de alcantarillado, inició los sistemas de teléfonos, electricidad, matadero, arregló vías, construyó puentes, amplió el acueducto e influyó para que el Concejo Municipal cediera un lote en Tres Esquinas para construir el Hospital de La Misericordia.

Hospital la misericordia 1 Hospital la misericordia 2

 

Al volver la mirada un poco atrás, se observa que el interés por la infancia casi que nació en el siglo 18 con la Ilustración (“Emilio” J.J. Rousseau). En 1748 se publicaron las reglas de higiene y alimentación infantil (W. Cadogan), en 1769 se creó el Dispensario para niños pobres en Londres (G. Armstrong), en 1802 se creó en París el primer hospital infantil “moderno”.

En 1828 se publicó un texto de pediatría (Ch. M. Billard) punto de partida de la pediatría moderna, en 1830 se estableció en Berlín la enseñanza de la pediatría, en 1834 se publicó en Stuttgart la primera revista exclusivamente pediátrica.

En 1864 se comenzó a desarrollar el interés por la cirugía pediátrica (P. Guersant), en 1866 se introdujo el término “puericultura” (A. Caron), en 1890 se crearon en Francia consultorios infantiles y en 1893 las “gotas de leche”; para 1901, solo ocho de las veinte escuelas de Medicina de Alemania tenían clínica pediátrica.

La concepción médica de la salud y enfermedad que a finales del siglo 18 era anatomoclínica, dio paso a las interpretaciones fisiopatológicas (laboratorio) y etiopatológicas (microbiología) a través del siglo 19, así como a los enfoques higienistas, epidemiológicos (J. Snow y el cólera) y multicausales de la enfermedad.

En 1865 fundaron en Bogotá una Escuela privada de Medicina, Antonio Vargas Reyes, Nicolás Osorio, Liborio Zerda, Francisco Bayón y otros ante el vacío dejado por López tres lustros atrás.

El 22 de Septiembre de 1867, se creó la “Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia”, en 1868 se estableció el plan de estudios de la Facultad de Medicina e inició labores. Ese plan contemplaba en el curso 12 “obstetricia y patología especial de las mujeres y los niños”, el cual fue dictado por obstetras hasta 1881.

José Ignacio Barberi Salazar nació en 1855, hijo de médico, recibió desde muy temprano influencia de humanistas.

Se graduó de médico en 1876 y de abogado en 1881, ambos en la Universidad Nacional.

En ese mismo año, la Facultad de Medicina estableció como opcional el curso de “Patología e higiene de la infancia” el cual comenzó a ser dictado por el Dr. Gabriel J. Castañeda, quien venía dictando los cursos de “Materia médica y farmacia”, los cuales fueron realizados por José Ignacio Barberi.

En 1891 en el nuevo plan de estudios, quedaron en una sola asignatura la “clínica`obstetrical´e infantil”, hasta 1898.

En 1890 el Dr. Manuel Plata Azuero publicó un tratado de terapéutica, dentro del cual dedicó 235 páginas a la terapia infantil. Se basó en las lecciones dictadas por él en la Facultad de Medicina.

José Ignacio Barberi decidió viajar a Inglaterra a profundizar sus conocimientos. Lo hizo a partir de 1886. Allí permaneció nueve años.

Francia reconocía los estudios médicos realizados acá, pero Inglaterra no, así que cursó de nuevo la carrera de medicina, en Enero de 1892 obtuvo el Diploma del Colegio Real de Médicos de Londres y en Abril del mismo año fue recibido como Miembro del Colegio Real de Cirujanos de Inglaterra, fue socio activo del Instituto Médico de Liverpool y trabajó en la Enfermería Real de Liverpool donde ejercía docencia por encargo de sus profesores. Regresó al país en 1895.

En esa época en Bogotá, los niños eran hospitalizados en la “glorieta” del Hospital San Juan de Dios de la calle12 con carrera novena; allí las condiciones higiénicas eran deplorables y los niños permanecían en un cuasi abandono.

En su estancia en Inglaterra, el Dr. Barberi dedicó una particular atención a los aspectos relacionados con la infancia.

Tenía ya el germen de la creación de un Hospital infantil, puesto que trajo planos de hospitales que sirvieron como base para construir el Hospital de La Misericordia.

Abrió en su casa de la “calle de las cunitas” carrera novena entre calles 12 y 13 un consultorio gratuito para niños, donde no solo los atendía sino que les regalaba las medicinas; estableció además una “cátedra gratuita … donde me hicieron el honor de concurrir varios médicos …”.

Para 1870, de 132 estudiantes de la Universidad Nacional, 51 eran de Medicina y en 1879, de 435 alumnos, 36 eran de Medicina. La carrera no era muy atractiva para los estudiantes.

En 1867 se publicó en Bogotá la Gaceta Médica, en 1873 se creó la Sociedad de Medicina y Ciencias Naturales, luego Academia Nacional de Medicina, en 1886 se fundó la Junta Central de Higiene.

En el primer congreso médico de Colombia, celebrado en 1893, el Dr. Guillermo Muñoz presentó un trabajo titulado “Causas de la mortalidad en Bogotá, de los niños menores de tres años”, hacía referencia a su práctica y destacaba la influencia de los factores socioeconómicos y ambientales en la mortalidad.

Identificaba cuatro grupos sociales y pecuniarios a saber: 1. Clase inferior o miserable, 2. Laque vive en las tiendas, 3. Clase de artesanos y 4. Clases “que viven con todas las comodidades apetecibles”.

Todos los factores estaban dados e incidieron en el alma grande … inmensa de José Ignacio Barberi, quien estimulado además por su esposa María Josefa Cualla, le hicieron tomar la determinación de crear un Hospital para niños pobres.

Su esposa murió en 1896 y el 24 de Febrero de 1897 dirigió una carta abierta a quienes pensaba que podrían ayudarle en la obra.

Decía “A nadie se oculta la importancia de esta obra para Bogotá; y yo, que estoy presenciando todos los días el desamparo de los niños pobres cuando se enferman y mueren por falta de una alimentación adecuada, de médico, de medicinas y de cuidados higiénicos racionales, vengo a implorar de su reconocida caridad, un pequeño auxilio, con el cual muchas y muchísimas desgracias pueden aliviarse”.

Mencionaba su idoneidad para llevarla a cabo, el nombre “de la Misericordia para niños enfermos”, las instalaciones con que contaría. Además decía: “Mis servicios en dicha casa serán en un todo gratuitos.

Yo me haré cargo de su dirección, prestando al mismo tiempo mi contingente profesional”, lo cual hizo hasta su muerte. Dejaba claro que el dinero lo manejaría un síndico nombrado por la Junta Directiva, elegida por los contribuyentes. La contribución que solicitaba era de 50 a 100 pesos o el costo de sostenimiento de una cama, que como más adelante se verá, sería de unos centavos diarios. La obra sería dirigida por Don Julián Lombana, también en forma gratuita.

La obra se inició con donaciones de chircales y canteras, quienes aportaron más de veinte mil piedras, cuarenta mil ladrillos, arena y cal.

Cada 15 días hacía reuniones en diferentes parques, donde había banda de música, declamaciones de poetas y colaboración de varias señoritas quienes cobraban 5 o 10 centavos al ingreso; el Dr. Barberi explicaba la obra y solicitaba ayudas.

El Concejo Municipal cedió un lote en Tres Esquinas para la construcción del Hospital.

El 23 de Julio de 1897 se reconoció la personería jurídica al “Hospital de La Misericordia”, es el nacimiento formal del Hospital, puesto que, el real, se puede ubicar el 24 de Febrero de 1897.

El alcalde Higinio 1 El alcalde Higinio 2 El alcalde Higinio 3

El alcalde Higinio Cualla hizo una colecta entre sus empleados, obtuvo 34 pesos, de los cuales se que vive en las tiendas, 3. Clase de artesanos y 4. Clases “que viven con todas las comodidades apetecibles”.

Todos los factores estaban dados e incidieron en el alma grande … inmensa de José Ignacio Barberi, quien estimulado además por su esposa María Josefa Cualla, le hicieron tomar la determinación de crear un Hospital para niños pobres.

Su esposa murió en 1896 y el 24 de Febrero de 1897 dirigió una carta abierta a quienes pensaba que podrían ayudarle en la obra.

Decía “A nadie se oculta la importancia de esta obra para Bogotá; y yo, que estoy presenciando todos los días el desamparo de los niños pobres cuando se enferman y mueren por falta de una alimentación adecuada, de médico, de medicinas y de cuidados higiénicos racionales, vengo a implorar de su reconocida caridad, un pequeño auxilio, con el cual muchas y muchísimas desgracias pueden aliviarse”.

Mencionaba su idoneidad para llevarla a cabo, el nombre “de la Misericordia para niños enfermos”, las instalaciones con que contaría. Además decía: “Mis servicios en dicha casa serán en un todo gratuitos. Yo me haré cargo de su dirección, prestando al mismo tiempo mi contingente profesional”, lo cual hizo hasta su muerte.

Dejaba claro que el dinero lo manejaría un síndico nombrado por la Junta Directiva, elegida por los contribuyentes. La contribución que solicitaba era de 50 a 100 pesos o el costo de sostenimiento de una cama, que como más adelante se verá, sería de unos centavos diarios. La obra sería dirigida por Don Julián Lombana, también en forma gratuita.

La obra se inició con donaciones de chircales y canteras, quienes aportaron más de veinte mil piedras, cuarenta mil ladrillos, arena y cal.

Cada 15 días hacía reuniones en diferentes parques, donde había banda de música, declamaciones de poetas y colaboración de varias señoritas quienes cobraban 5 o 10 centavos al ingreso; el Dr. Barberi explicaba la obra y solicitaba ayudas.

El Concejo Municipal cedió un lote en Tres Esquinas para la construcción del Hospital.

El 23 de Julio de 1897 se reconoció la personería jurídica al “Hospital de La Misericordia”, es el nacimiento formal del Hospital, puesto que, el real, se puede ubicar el 24 de Febrero de 1897.

El alcalde Higinio Cualla hizo una colecta entre sus empleados, obtuvo 34 pesos, de los cuales se gastaron 45 reales en grabar la primera piedra que decía: “25 de Julio de 1987. Hospital de La Misericordia. Fundador J.I. Barberi. Colocó esta primera piedra el Ex Sr Dr D M A Caro y bendijo la obra el II Sr Arzpo Dr D B Herrera R”.

En 1898 la Facultad de Medicina estableció el curso 21 de “Medicina Infantil” y se nombró al profesor José Ignacio Barberi.

Con el presidente Nuñez en 1987, la Universidad perdió unidad y la Facultad quedó bajo el control directo dele Estado. En 1899 sobrevino la guerra que duraría hasta 1902.

El siglo 19 terminó con una ciudad de 128.000 habitantes, acueducto con tubería de hierro, alcantarillado aunqque insuficiente, alumbrado eléctrico, teléfonos y tranvía de mulas.

El Dr barberi continuó allegando fondos con beneficios de ópera, comedia, fiestas de toros; daba como contraprestación a las compañías, la atención médica gratuita si se necesitaba. Hubo bazares y tómbolas. Ofreció a los obreros – y así lo hizo- sacarlos del cuartel si eran cogidos por la guerra.

Finalmente, el 6 de mayo de 1906, el Hospital de la Misericordia inició sus labores, con “cuatro niños, dos hermanas de la caridad y dos sirvientas”. Es la tercera fecha clave del Hospital.

El frontispicio del Hospital tenía esta leyenda: “Hospital de la misericordia. Ideó este Hospital la Dra María Josefa Cualla y lo llevó a cabo su esposo José Ignacio Barberie”. Bello gesto de reconocimiento y amor.

El Ministro de Gobierno propuso trasladar los 42 niños de la glorieta del Hospital San Juan de Dios y aportar 200 pesos mensuales – 16 centavos diarios por paciente-, lo cual se hizo.

Se ubicaron en dos salones que estaban construídos. El Departamento y el Municipio ayudaron a sostener el Hospital.

Desde el comienzo acompañaron al profesor Barberi, los profesores José María Montoya y Guillermo Márquez, también en forma gratuita. Los tres dictaron la clínica infantil hasta avanzada la década del 20.

En una nueva reforma curricular de 1904, se colocó como opcional la clínica infantil, con la de órganos de los sentidos y dermatología y sifilografía. Así permaneció hasta 1921.

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En 1905 el profesor Barberi publicó su libro “Manual de Higiene y Medicina Infantil”. Al uso de las madres de familia. O sea tratado práctico sobre el modo de criar a sus hijos y de atenderlos en sus enfermedades leves”.

La primera parte constaba de 11 capítulos sobre la higiene del niño y la segunda de 16 capítulos acerca de las enfermedades de los niños. Decía: “La práctica de la medicina es ya preventiva, ya curativa… más la primera debería hacer parte muy importante de todo sistema de educación racional”.

y “Quiero hacer un bien a mi país y en especial a las madres colombianas: si consigo salvar siquiera a un niño con mis consejos o ahorrar lágrimas a una sola madre, quedaré satisfecho”. El valor del ejemplar empastado era de 60 centavos.

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