Editorial, Foro de Lanzamiento de la Campaña “HAZ PAZ”

Muchos son los temas que podrían ocupar estas líneas y que merecerían un análisis muy concienzudo y, ¿por qué no? generar una polémica quizás como un mecanismo para despertar una sociedad que, narcotizada por la violencia no se levanta para asumir el reto de defender sus principios y, como resultado de ello, su tranquilidad física, tan importante, y espiritual tan anhelada, aunque por ese mismo adormecimiento, de pronto no tan merecida.

Respecto al tema de la paz, decía el Dr. Luis Carlos Arango Vélez, Director administrativo de Colsubsidio en la inauguración del Foro de Lanzamiento de la Campaña “HAZ PAZ” de la oficina de la Primera Dama de la Nación para la Política Social : “Difícil concebir la paz como algo distinto a una creación colectiva, en la que todos tenemos algo para dar, para construir y para aprender. No puede – ni debe – estar en las manos de unos pocos la resolución de los conflictos armados, afectivos, económicos y sociales que han pretendido por años herir de muerte nuestro País. Estamos aquí para responder a la oportunidad histórica de hacer de Colombia un escenario digno de nuestros niños, de la gente trabajadora, de los viejos con años de experiencias, nostalgias y conocimientos. Estamos en este país, a esta hora y bajo estas circunstancias, para demostrar que somos superiores a la adversidad y que podemos asumir la enorme y hermosa responsabilidad de ser colombianos constructores de paz”.

Esas frases nos deben llegar al alma, que, aunque dormida, aún tiene alientos de colombianidad y puede despertar de ese letargo en que ha venido sumida desde hace tanto tiempo, quizás imbuida en ese terror que nos produce la guerra. El asombro de ver tanta corrupción, en todos los estamentos públicos y privados y aletargados por sentir que aquellos que desde la política o la guerrilla han tomado la vocería no deciden nada positivo sino todo lo destructivo posible. Por eso continua el Dr. Arango: “Ante un problema de inmensas y dolorosas dimensiones, la única solución viable puede empezar a dibujarse a partir del compromiso de los millones de colombianos que habitamos nuestra patria y que movidos por fin por la tolerancia y la solidaridad, entendamos que la guerra no es un invento ajeno, ni desaparecerá como una pesadilla al abrir los ojos en medio de una noche temerosa. Debemos abrir los ojos, si, pero para darnos cuenta de todas las opciones que tenemos la obligación de desarrollar para hacer de Colombia una tierra justa y libre, donde se respete el derecho a la vida, a la alegría y al trabajo, donde se respete el derecho a la generación de esperanzas y encuentros que permitan nuestra evolución armónica como nación” y mas adelante agrega: “Colsubsidio a lo largo de sus 43 años de existencia ha planteado y trabajado dentro del sector de la seguridad social, soluciones reales para procurar igualdad de oportunidades y equidad en las opciones, para acortar distancias y levantar puentes de dignidad y convivencia entre los colombianos” y para terminar dice: “Si hay que asumir profundos cambios en la estructura social, económica y conceptual de nuestro país, estamos dispuestos a reinventarnos una nueva forma de se ser y hacer patria, donde 36 millones de colombianos puedan cambiar el miedo por la esperanza, la indolencia por el respeto, el egoísmo por la generosidad y la violencia por el amor”.

Guiado por ese espíritu y en esa permanente búsqueda de la verdad y de la difusión de los temas de interés para nuestra familia pediátrica y para todos aquellos que nos conceden el honor de leernos, me encontré con una comunicación clara y valiente que nuestro Presidente de la Sociedad Colombiana de Pediatría, el Doctor Jorge Loaiza Correa, dirigió a los medios de comunicación y que traduce esa inquietud a la que me refería al principio de estas líneas y por ello he decidido publicarla como Editorial en este número, el primero de este siglo que de verdad anhelo nos depare una patria mejor, sin tantos odios, sin tantas rivalidades y sin tantas angustias. No olvidemos la célebre frase que alguien lanzó un día y que tanto y a tantos nos ha hecho pensar: “Para realizar un gran sueño lo primero que hay que hacer es tener un sueño”.

Por que no el sueño de nuestros niños lo convertimos en el nuestro y empezamos ahora a “luchar” para que ese sueño se haga una realidad.

EL EDITOR

El Sueño de Nuestros Niños

La Sociedad Colombiana de Pediatría quiere sentar su repudio y protesta ante las afirmaciones de los jefes de la subversión en relación con el reclutamiento de menores de edad para soportar una guerra fratricida y demencial, con el desconocimiento de los derechos fundamentales de la infancia a la vida, la seguridad social, salud, alimentación, recreación, educación y vivienda.

Ser niño en Colombia no es sinónimo de juego, sueños y fantasías sino de violencia, maltrato, pobreza y guerra. Los niños deberían estar jugando, descubriendo la naturaleza, recibiendo amor de sus padres, estudiando, y en lugar de eso son asesinados, secuestrados, violados y vinculados a grupos paramilitares y guerrilleros a la fuerza para que colaboren como mensajeros, guías, informantes y combatientes.

El Código del menor en su Artículo 7 dice: “Todo menor tiene derecho a recibir educación para su formación integral. La educación debe ser orientada a desarrollar la personalidad, inculcándole el respeto por los derechos humanos, valores culturales, con espíritu de paz, tolerancia y solidaridad”. Y concluye en el Artículo 8: “El menor tiene derecho a ser protegido contra toda forma de abandono, violencia, descuido o trato negligente, abuso sexual y explotación”.

La familia, la escuela, la comunidad y el Estado deben propender por fortalecer en los niños y en los jóvenes la valoración y el respeto por las personas, la justicia, la solidaridad, el trabajo, la tolerancia, la honradez y la sinceridad, educando siempre en valores morales y sociales que le permitan la vida en comunidad.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, hace seis meses aprobó la resolución para la protección de los niños en situaciones de conflicto armado. Y en su Artículo 1° dice: “Se entiende por niño todo ser humano menor de 18 años, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad”.

Se estima que un millón cien mil menores han sufrido en carne propia la angustia de la salida forzada de sus hogares en medio de las amenazas, el miedo y la muerte. Cerca del 30% de combatientes son menores de edad.

¿Qué porvenir, entonces, espera esta niñez colombiana que cambia sonrisas por lágrimas, educación por maltratos, juegos por guerra?

Pero los padres también son responsables de la violencia, porque en el hogar cunde la agresividad, el desamor, las imágenes violentas de una televisión agresiva. Lo que debiera ser un santuario del niño y cuna de amor, se convierte en un infierno.

Panorama negro nos pinta el futuro si no luchamos contra el maltrato, el abuso sexual, contra el hambre y contra la participación en una guerra que no les corresponde a nuestros niños.

Según Antonie De Saint Exupery: “El ser humano descubre su valía cuando se enfrenta a los obstáculos”. Por nuestros niños, por Colombia, tratemos que los secuestros, las masacres, las desapariciones, la guerra y la vinculación de nuestra infancia sean pesadillas del pasado.

Y ahora con más razón solicitamos al Señor Comisionado de Paz y a los representantes de la subversión, la necesidad de que la Sociedad Colombiana de Pediatría, entidad que más conoce los problemas físicos, psicológicos, mentales, de formación integral y metas del desarrollo, como autoestima, autonomía, creatividad, felicidad, solidaridad y salud de los niños colombianos, esté presente en las discusiones de los doce puntos de la agenda de paz, como mensajera y representante del 40% de la población colombiana.

No más niños asesinados por la violencia, no más menores de edad armados para la guerra, no más semillas de odio en los corazones infantiles.

Dr. JORGE EDUARDO LOAIZA CORREA
Presidente, Sociedad Colombiana de Pediatría


Cartas al Editor

Santafé de Bogotá, enero 26 de 2000
Doctor
LEÓN JAIRO LONDOÑO VELÁSQUEZ
Editor Revista PEDIATRÍA
Presente
Muy querido Presidente y Editor:

Me he sentido muy agradecido por la ubicación del escrito mío sobre nuestro lamentado e inolvidable JUANCHO FIGUEROA, nuestro pediatra honorario. Infortunadamente la página 239 quedó incompleta, pues le faltan los siguientes renglones finales:

Juan Figueroa y la Nestlé de Colombia han demostrado que la mejor retribución por parte de la industria privada es la colaboración con la cultura y en cuanto a la profesión médica con el fomento a la educación continuada y colaboración con las asociaciones que buscan el desarrollo intelectual y ético de los socios.

Con la muerte de Juan Figueroa, ocurrida el pasado 21 de mayo, la pediatría colombiana ha perdido a su mejor relacionista, y es bien difícil que la medicina infantil vuelva a tener un impulsor de la calidad, la eficiencia y desinteresado fervor humanista del “COLEGA HONORARIO” que nos acaba de dejar.

Al pedírseme la redacción de estas líneas contesté que lo haría con el más grande afecto, con el orgullo de haber gozado de su amistad por más de medio siglo y haber compartido tantas vivencias en el devenir de nuestra medicina. Subconcientemente las he redactado lentamente, pues las reminiscencias de nuestro largo trascurrir ha hecho que me sienta muy cercano al “gran compañero” y hasta he sentido su cordial sonrisa y la esperanza de que si pudiera leer estas notas de nuestra común historia me dijese: “Alfonso, eso esta sensacional”.

Además hubiera deseado que la fotografía de 1959, tomada con motivo de la III Semana Pediátrica y que reune a 9 presidentes de la Sociedad, tuviera un mayor tamaño, ya que el deterioro visual afecta a los sobrevivientes del grupo que hace 40 años impulsaba nuestra cultura pediátrica.
Recibe mi más cordial saludo,
Alfonso Vargas Rubiano.

Sociedad de Pediatría de Bolívar

Cartagena de Indias, D.T Y C., 10 febrero de 2000
Doctor
LEÓN JAIRO LONDOÑO VELÁSQUEZ
Editor Revista PEDIATRÍA
Santa Fe de Bogotá, D.C.

Apreciado Colega

En la Ciudad de Cartagena se llevara a cabo el I Concurso de Cuento Corto en Pediatría que tiene como tema central “LA TERNURA EN LA INFANCIA”. El objetivo de este concurso es estimular la creatividad, la literatura en la comunidad académica.

El Concurso se cierra el día 14 de abril, y la premiación será el día 9 de junio/2000 para la cual le he solicitado al Dr. Jorge Loaiza Presidente de la Sociedad Colombiana de Pediatría, su apoyo para la consecución de estos premios, dando como respuesta positiva lo siguiente:

1er Puesto $ 2.000.000
2do Puesto $ 1.000.000
3er Puesto $ 500.000

Con la certeza que si el cuento ganador es muy bueno, se publicará en la revista temas de Pediatría de Nestlé, y de igual manera solicitar hacer la publicación del mismo en la revista “Pediatría” que usted dirige.

De antemano agradezco su colaboración,

Atte.
Dr. BAUTISTA HOYOS SÁNCHEZ
Presidente Sociedad de Pediatría de Bolivar

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