Menores Trabajadores en el Raspado de Coca

Este estudio lo realizó la defensoría del Pueblo sobre menores de edad vinculados al respaldo de coca en 13 municipios del Putumayo: Mocoa, Villa Garzón, Valle de Guamés, Santiago, La dorada, Colon. Orito, Puerto Guzmán , Puerto Asís, La Hormiga, Puerto Caicedo, Puerto Leguízamo y San Francisco; en este estudio se encontró: se encontró: 69.362(45%) de los habitantes son menores de 18 años, de ellos 10.984(22.6%) están entre los 5 y 18 y se dedican exclusivamente al raspado de la coca. Diariamente recolectan en promedio entre 8 y 10 arrobas de hoja de coca y reciben $3.000 por arroba (1.5 dólares). El municipio con más porcentaje de niños recolectores de coca es Orito, con una cifra cercana al 70%. Es posible que durante las épocas de vacaciones escolares y de cosecha se acentúe la participación del trabajo infantil9.

Niños Trabajadores del Carbón de Topaga

En un estudio realizado por Sierra P, Galeano M, Alvarez A y Sánchez F. (Universidad Nacional de Colombia) en las minas de carbón de Boyacá (principalmente en el municipio de Tópaga), se encontró: bajo nivel de escolaridad de los menores, dificultad para relacionarse o entrar en contacto con personas ajenas a su medio (introversión, timidez y apatía), sus aspiraciones son crecer y repetir la historia de sus padres (trabajar en las minas, tener hijos y tratar de sobrevivir).

El trabajo es las minas empieza a corta edad, por lo que solo aspiran a 3 o 4 años de escolaridad para aprender a leer o escribir y desarrollar operaciones básicas de matemáticas.

En estas zonas carboníferas vimos como la extracción del carbón se realiza por medio artesanales, dependiendo únicamente del trabajo físico y el esfuerzo del minero, quien en interminables jornadas de agotador trabajo extrae la riqueza a la entraña de la tierra.

Se calcula que solo en Tópaga hay más de 100 minas, de las cuales 3 son grandes y relativamente tecnificadas y 97 son rudimentarias y en estas trabajan alrededor de 200 menores en edades entre 10 y 18 años.

En el peor de los casos no existe la vagoneta y deben halar los niños la pesada carretilla ayudando a un adulto, en una labor que exige un esfuerzo físico inmenso. No es fácil entender la magnitud del trabajo de estos niños al cargar las 5 toneladas, que con más de mil paladas pueden cargar en un día. Estos niños, algunos de solo 10 años, realizan sin que signifique para ellos un trabajo excesivo.

El trabajo del niño dentro de una sociedad de tradición labora, donde todos han aprendido a trabajar haciéndolo desde niños, no es un conflicto, es una suma de realidades que incluye el proceso formativo, el ingreso familiar, la fuerza laboral, la vivencia familiar y la vida del niño.

En Bogotá cada día más niños y niñas tienen que trabajar, ya sea porque sus padres carecen de recursos para cubrir sus necesidades básicas o porque los niños viven situaciones de maltrato y violencia que los llevan a salir de sus hogares a la calle, a conseguir el sustento diario en el rebusque. Esto se refleja en el siguiente grupo de trabajadores:

Menores que Venden Dulces, Comestibles o Rosas

Son menores que se ubican en los semáforos o deben abordar los diferentes buses para vender sus mercancías en las grandes ciudades. Este trabajo lo realizan a diario, muchas veces niñas que visten ligeramente provocativas, lo cual se presta para que fácilmente entren al mundo de la prostitución, ya que son asediadas por toda clase de hombres, que la agreden verbalmente. Estas niñas manifiestan que este trabajo lo realizan porque quieren solidarizarse y aliviar la carga económica de la familia, ya que muy pocas veces aparece la responsabilidad del padre10.

Los Niños de las Flores

Es muy difícil con precisión cual es el número de jóvenes menores de 18 años que trabajan en la floricultura en la sabana de Bogotá, principalmente en los municipios de Madrid y Funza, sobre todo durante las vacaciones escolares; es probable que haya cerca de 5.000 en las distintas empresas. Entre los temas preocupantes dentro de las empresas de flores, se presenta la exigencia de rendimiento cada vez mayor para los trabajadores: si antes un trabajador tenia que preparar 23 ramos por hora, ahora tiene que hacer 35. En 1985 había que cortar 150 flores por hora, pero esta cifra se ha elevado a 1.050 (un trabajador puede esta haciendo ahora el trabajo que antes realizaban 3 personas). Las jornadas de trabajo son excesivamente largas, sobre todo en épocas de gran demanda de flores24.

Menores y Jóvenes Dedicados a la Prostitución

En los últimos estudios se ha considerado que trabajan en la prostitución 40.000 adultos y 7.000 menores en Santafé de Bogotá.

En la investigación, adelantada por la cámara de comercio de Bogotá en 1993, se demostró la existencia de casi 3.000 niños prostitutas, en ejercicio en el centro de la capital de Colombia (únicamente en dos localidades de Bogotá), cifra que casi triplica, el número hallado dos años atrás. Así mismo, el estudio “pirobos trabajadores sexuales en el centro del Santafé de Bogotá” realizado a fines de 1994, permitió detectar la presencia de por lo menos 200 jóvenes en un centro comercial de la capital.14.

En este estudio se encontró:

Niñas solo menores de 18 años, en tanto que el trabajo con muchachos no limito la edad; y unos y otros inician el trabajo sexual a edades muy tempranas; antes de cumplir los 10 años. (el 5% de niñas y el 17.5% de niños) 14

Niveles de escolaridad: ambas poblaciones presentaban bajo niveles educativos ninguno ha cursado en el nivel de secundaria completo, levemente superior la educación masculina ya que el 25.7% tiene secundaria completaa14.

Ingresos: unas y otros reciben al mes sumas levemente superiores al salario mínimo legal vigente, que hoy equivale a $213.000 (142 dólares).

Documentos de identificación: la población prostituta es no identificada (NN). El 60.5% de las niñas y el 46% de los niños carece de documentos de identificación.

Estabilidad en el sitio de trabajo: En ambos grupos hay marcada tendencia en permanecer en un determinado sitio, lo cual se explica por la vinculación al :”parche” (Forma organizada de convivir en ciertas circunstancias, particularmente para la defensa), Conocimiento del terreno y relaciones ya establecidas (mercado) 14.

Aspectos relacionados con la salud: La problemática que acompaña a la prostitución infantil hace que esta se torne aun más preocupante cuando se aborda en detalle el tema de la salud, no solo porque si se quiere pensar en otra alternativa de vida es primordial que la persona este sana, sino porque existe el peligro inminente de propagación y contagio de enfermedades de transmisión sexual, VIH-SIDA los niños conocen la existencia del preservativo, pero el simple conocimiento no conduce a la practica. Presentándose, además, un hecho de extrema gravedad y es que los clientes, dueños del poder y el dinero, pagan una suma adicional por omitir su uso14.

Hay que aclarar que no es exactamente cierto el afirmar la existencia de la prostitución infantil, por que no obedece a voluntad libre y espontanea. Sería más real definirla como “explotación sexual de menores”, porque no hay la libre determinación y menos la espontaneidad para su ejercicio, sino que el mismo esta originado en factores totalmente e ajeno al consentimiento de sus víctimas, producto del entorno familiar, social y económico, no pueden fácilmente librarse de las secuelas contraídas para optar por mejores condiciones de vida, sin la colaboración y el apoyo de todos los estamentos de la sociedad14.

Además, vender el cuerpo a cambio de una retribución económica no puede asimilarse a la venta normal de fuerza laboral, aunque en ambos casos se busque garantiza la subsistencia, es evidente que la desigualdad entre vendedor y comprador hace referencia a condiciones de vida muy diferentes.

Riesgos del Trabajo Infantil

No es únicamente el número de menores trabajadores lo que preocupa, sino el hecho de que en la mayoría de los casos se realiza en condiciones de riesgo, abuso y explotación. Lo anterior tiene consecuencias funestas para la sociedad, puesto que puede conducir a mutilaciones intelectuales, emocionales y sociopolíticas de un grupo importante de niños y jóvenes uso3.

Se entiende como riesgo la probabilidad de que ocurra un hecho inesperado en el trabajo. Esto debido a falta de condiciones técnicas y la poca experiencia de los niños, niñas y jóvenes en el manejo de situaciones peligrosas.

Entre los riesgos a que esta expuestos los niños y los jóvenes que trabajan se encuentran: derrumbes, explosiones, exposición al polvo del carbón, exposición a gases tóxicos (metano, CO2, amoniaco, hidrogeno), bajos niveles de oxigeno y altas temperaturas en las minas, incendios, deformidades de su estructura ósea (escoliosis), sobrecarga física, riesgos mecánicos, abandono del estudio, esfuerzo físico extremo, delincuencial juvenil, accidentes de transito , drogadicción, polución, riesgo de maltrato físico, violencia psicológica y sexual.

Se ha creado la cultura de subvaloración del menor, sus padres y quienes lo emplean, no reconocen en los niños potencialidades diferentes a la de su fuerza de trabajo, les niegan el estímulo y apoyo para que participen en actividades educativas, culturales y recreativas que posibilitan su desarrollo integral.

Naturalmente, los trabajos de riesgo y de mayor explotación ignoran los derechos de los niños y van contra las posibilidades de su derecho personal y social y, sin duda, afectan sus salud3.

Pero el trabajo puede proporcionar al niño una mayor valoración de sí mismo, acrecentando su independencia3. Pero es evidente también que la mayor parte de los trabajos que ejecutan los niños, en especial los de mayor invisibilidad y riesgo, mas bien conlleva aspectos de empeoramiento de su situación, sobre todo en su parte educativa y progreso personal.

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