Tratamiento Funcional de las Fracturas de Colles
WILLIAM HENRY MARQUEZ ARABIA,
Residente de 4º año de Ortopedia y Traumatología
de la Universidad de Antioquia
DIEGO GUEVARA OSORIO,
Profesor del Departamento de Ortopedia
y Traumatología de la Universidad de Antioquia – Medellín.
Resumen
En un estudio prospectivo, 42 pacientes con fracturas de Colles de tipo extra-articular, fueron tratados entre Abril de 1985 y Junio de 1987. Luego de la reducción de la fractura, bajo anestesia local, se inmovilizaba con una férula radial braquimetacarpiana, con el antebrazo en supinación, muñeca en leve flexión palmar y el codo en 90º de flexión. 81% de los pacientes fueron de sexo femenino; edad promedio de 50 años. El tiempo promedio de inmovilización en la férula es de 11 días, al cavo de los cuales se coloca el yeso funcional en suplinación que permite la flexión palmar libre la muñeca y del codo entre 30 y 100º de flexión. Tiempo promedio total de inmovilización de 7.6 semanas y el seguimiento de 13.3 semanas. Los resultados anatómicos (radiológicos) fueron excelentes y buenos en el 85% de los casos. Se recomienda esta forma de tratamiento funcional para fracturas de Coles de tipo extra-articular.
PALABRAS CLAVES: Colles – Extra articular – Suplinación – funcional.
Introducción
En 1814, Abraham Colles, cirujano irlandés, describió una fractura del extremo distal del radio, la cual lleva ahora su nombre 1. Su descripción no ha sido mejorada desde entonces. En el mismo artículo, él describió un método de tratamiento, el cual consiste esencialmente en tracción para reducir la fractura y la aplicación de férulas de estaño anterior y posterior para mantener la reducción.
Hasta 1920, el tratamiento principal de esta fractura fue la manipulación fuerte de fragmento distal hacia su posición correcta e inmovilización con yesos o férulas y la mano y muñeca en flexión y desviación cubital. En 1929, Lorenz Bohler publicó un método de tratamiento de las fracturas del antebrazo y muñeca por tracción longitudinal y la utilización de pines en el esqueleto incorporados a un yeso para mantener la reducción. Esto introdujo un nuevo concepto que ofrecía una mejoría sobre los métodos de manipulación cerradas. Han sido hechas múltiples modificaciones a ésta última técnica, consistiendo básicamente en cambios en los sitios de colocación de los pines. 2, 3.
En 1944, Roger Anderson y Gordon – O – Nell diseñaron el aparato que lleva el nombre del primero, utilizando así por primera vez un fijador externo en este tipo de fracturas, especialmente en fracturas cominutas.
Del Palma, en 1952, describió la fijación al cúbito, estabilizando temporalmente el fragmento distal radial reducido al cúbito por medio de un alambre roscado. Rush propusieron fijación interna del radio con un “pin” intramedular 2, 4, 5. Augusto Sarmiento, en 1975, publicó su método de tratamiento funcional de las fracturas del radio distal 6, 7, 8, 9. Este autor empezó su trabajo argumentado que las fracturas del radio distal en un alto porcentaje pierden su reducción y que este fenómeno además de explicarse por el colapso del hueso esponjoso, está relacionado con la fuerza deformantes que ejercen los músculos, especialmente el músculo supinador largo, al inmovilizar el antebrazo en pronación con la muñeca en flexión volar (Figura 1). Sus estudios demostraron que la movilización temprana activa de las articulaciones permite una recuperación rápida. A nivel nacional también ha existido inquietud con respecto a este tema. Recordemos el trabajo publicado por el Dr. Eduardo Bustillo en 1981, en el cual señala que a las 6 semanas del seguimiento, más del 30% de las fracturas habían perdido su reducción inicial.
Figura 1
Posteriormente fueron publicados trabajos realizados en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín (1984) y en la Universidad del Valle (1985). Nuestro trabajo es un aporte más en el manejo de esta fractura.
Materiales y Metodos
El presente estudio fue realizado en el Servicio de Ortopedia Policlínica del Hospital Universitario San Vicente de Paúl de Medellín. Se incluyeron en él, 42 pacientes con fracturas de Colles de tipo extra – articular que consultaron fueron tratadas y sometidas a seguimiento durante el período comprendido entre Abril de 1985 y Junio de 1987. Todos los pacientes presentaban fracturas desplazadas, 3 de ellos con lesión bilateral, lo que dio un total de 45 casos para el estudio definitivo. Luego de la evaluación radiológica se procedía a la reducción mediante las maniobras tradicionales, las cuales se practicaron bajo anestesia local en el 95% de los caos; a 2 pacientes se les realizó el procedimiento bajo anestesia general por presentar simultáneamente fractura de tibia que requería manipulación. Se inmovilizó el miembro superior afectado con una férula de yeso braquimetacarpiana colocada sobre el borde radial del antebrazo, con ojal para el dedo pulgar, manteniendo la muñeca en 20º de flexión volar y desviación cubital, con el antebrazo en supinación y el codo en 90º de flexión. Se confirmó entonces la reducción adecuada mediante control radiológico.
La distribución por sexo fue así: 34 pacientes de sexo femenino (8%) y 8 pacientes de sexo masculino (19%). El promedio de edad de los pacientes fue de 50 años, con una variación entre 19 y 82 años: estando el 71% de ellos por encima de los 45 años de edad.
El tiempo de inmovilización en la férula fue de 7 a 18 días, siendo en promedio de 11.2 días. Luego de este período se procede a la colocación del yeso funcional. Se suspende el miembro afectado pro el dedo pulgar, con “trampas china”, haciendo contratación en el brazo con el codo flexionado 90º. Se retira cuidadosamente la férula y se coloca el yeso funcional con el antebrazo sostenido en suplinación, la muñeca en posición neutra, moldeando bien a nivel proximal el olécranon y cóndilo humerales, dejando libre en la cara volar el pliegue de flexión del codo; el yeso impide la dorsiflexión y desviación radial en la muñeca, bloqueando la pronosupinación, permitiendo movimientos de codo e 30 a 100º de flexión y dejando además libre la flexión palmar de la muñeca. El tiempo total de inmovilización, desde el día de la reducción, fue de 7.6 semanas en promedio, con un mínimo de 7 y máximo 9 semanas. Luego de retirado el yeso, se inicia por parte del paciente, la rehabilitación de todas las articulaciones del miembro afectado.
Todos los pacientes fueron examinados por el autor en consulta durante todo el tratamiento y durante el seguimiento luego de retirar la inmovilización. El tiempo de seguimiento varió entre 12 y 24 semanas, con un promedio de 13.3 semanas.
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