Trastornos Alimentarios

Se recomienda determinar las alteraciones en la alimentación y en la imagen corporal que se estén presentando, con el fin de tratarlos y compensarlos antes del procedimiento quirúrgico, ya que se ha demostrado que afectan de forma negativa el resultado del tratamiento (25), incluso pueden ser causales de postergación o cancelación de la cirugía o pueden reactivarse en el postoperatorio.

Se debe analizar si el paciente es comedor de dulces, de grandes volúmenes, compulsivo o “picoteador”; la forma en que come, si lo hace de forma rápida o lenta, y si toma sus líquidos separados o al mismo tiempo con sus alimentos. Si se sospecha un trastorno alimentario o abuso de alcohol, se debe manejar en conjunto con un psiquiatra e informar al cirujano.

Tanto la anorexia como la bulimia y otras alteraciones alimentarias no especificadas (Eating Disorder Not Otherwise Specified, EDNOS), se encuentran en varias publicaciones, en especial, en la cuarta edición del manual de diagnóstico y estadística de trastornos mentales de la American Psychiatric Association (DSM-IV-TR) y en la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS (CIE-10) (26).

Además, existen varios cuestionarios para diagnosticar estos trastornos durante los estudios previos a la cirugía bariátrica. Los que se utilizan con mayor frecuencia son la prueba de actitud hacia la alimentación (Eating Atittude Test, EAT) y el inventario de trastornos alimentarios (Eating Disorder Inventory, EDI) creado por Garner, el cual se ha actualizado varias veces, incluso en español (Inventario para trastornos alimentarios) (27,28).

Bulimia nerviosa

Para hacer este diagnóstico, debe haber –como mínimo– dos episodios semanales durante tres meses, de conductas compensatorias como el vómito autoinducido, el uso de laxantes o diuréticos, el ayuno o compensación con ejercicio después de un consumo importante de alimentos, que se presentan en un corto periodo cuando el paciente siente que pierde el control de la situación y, usualmente, se encuentra a solas. Usualmente se presenta en mujeres adolescentes, aunque también se ha visto en hombres y en diferentes edades; es más frecuente que otros trastornos, como la anorexia (26,27).

Anorexia nerviosa

Consiste en una falsa percepción subjetiva, por la cual el paciente niega tener el peso mínimo saludable de acuerdo con su edad y talla. Produce miedo intenso a ganar peso y el consumo de alimentos es pequeño y restrictivo. Se presenta con mayor frecuencia en mujeres adolescentes y, usualmente, produce amenorrea durante más de tres meses seguidos (26-28).

Atracón o exceso en las comidas (Binge Eating Disorder, BED)

Se caracteriza por la ingestión de comidas abundantes en cortos periodos estando a solas, hasta sentirse lleno o incluso enfermo del estómago, que produce remordimiento posterior al consumo, pero sin conductas compensatorias. Para su diagnóstico, debe ocurrir, por lo menos, dos veces por semana durante seis meses. Existen varias revisiones y, al parecer, entre 25 y 50 % de los adolescentes candidatos a cirugía bariátrica presentan este trastorno (26-28).

Otros trastornos alimentarios no especificados

(Eating Disorders Not Otherwise Specified, EDNOS) Son trastornos con diversas alteraciones que no cumplen con los criterios de bulimia o anorexia (26-28).

Comedor nocturno (Night Eating Syndrome, NES)

Se considera cuando se presenta más de tres veces a la semana, anorexia en las mañanas y aumento del apetito en la tarde o la noche; incluso, se relaciona con alteraciones del ciclo del sueño. Es un trastorno que se ha descrito desde los años 50 (29,30).
(Lea También: Pruebas Bioquímicas Preoperatorias)

Seguimiento psiquiátrico y psicológico después de la cirugía

Es importante la valoración mental después de la cirugía, ya que se pueden reactivar trastornos previos o aparecer otros nuevos. Se han descrito nuevos tipos de trastornos posoperatorios, como el de evitación o rechazo alimentario que produce perdida excesiva de peso; el paciente no lo percibe como un riesgo para su salud y no colabora para corregirlo (31).

Existen y pueden utilizarse herramientas especializadas para evaluar la calidad de vida del paciente post cirugía, como el cuestionario de Melody Moorehead (Moorehead-Ardelt Quality of Life Questionnaire, M-A QoLQ), de uso común a nivel mundial, y el sistema de análisis y reporte de resultados bariátricos (Bariatric Analysis and Reporting Outcome System, BAROS) (32).

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