Genética de la Amenorrea Hipotalámica

A genetic basis for functional hypothalamic amenorrhea. N Engl J Med 2011;364:215-225.

CARONIA LM, MARTIN C, WELT CK, ET AL.

Nivel de evidencia: III

Resumen. ¿Hay una predisposición genética a la amenorrea hipotalámica? Los investigadores hipotetizan que mutaciones en los genes relacionados con el hipogonadismo hipogonadotrópico idiopático están relacionados con la amenorrea hipotalámica. Ellos analizaron la secuencia de los genes asociados con hipogonadismo hipogonadotrópico idiopático y, en 7 de 55 mujeres con amenorrea hipotalámica, hubo 6 mutaciones heterocigóticas: dos variantes en el gen receptor del factor de crecimiento de fibroblastos 1(FCFR1), dos en el receptor del gen prokineticin 2 (PROKR2), uno en el gen del receptor de la hormona liberadora de gonadotropinas (GNRHR), y una en la secuencia del gen del síndrome de Kallmann 1 (KAL1). No se encontraron mutaciones en la cohorte de 422 controles con ciclos menstruales regulares. Estudios in vitro han mostrado que estas son mutaciones de falta de función, como se ha mostrado para PROKR2L173R Y GNRHR R262O. Así, estas mutaciones pueden contribuir a la susceptibilidad de la mujeres a cambios funcionales en secreción de GnRH que caracteriza la amenorrea hipotalámica.

Comentario. Este es un importante y elegante estudio científico. Demuestra que algunos pacientes con amenorrea hipotalámica tienen mutaciones en genes que regulan la GnRH. La importancia es fisiológica. Los clínicos no necesitan buscar por mutaciones en esos genes, excepto en caso de clara herencia familiar, que es rara.

El mensaje clínico es profundo: las niñas adolescentes y mujeres en edad reproductiva tienen un único signo vital femenino. El eje hipotálamo pituitaria ovario en humanos y en primates no humanos es sensible a la inhibición por sobrecargas tales como enfermedad crónica, restricción calórica, exceso de ejercicio, desordenes de la ingesta y estrés emocional. La presencia de menstruaciones regulares y predecibles, presentes cada 21 a 35 días, es un signo vital. Las menstruaciones regulares señalan que los efectos combinados de estas sobrecargas están en un rango manejable. Y las condiciones para la reproducción son favorables.

Visto desde esta perspectiva, el ciclo menstrual es un signo vital femenino que refleja la salud en general. Muy importante, es que este signo vital puede ser alterado no solo por sobrecargas que suprimen la actividad hipotalámica , sino también por disfunción de la función ovárica como en el síndrome de ovario poliquistico (PCOS) y la insuficiencia ovárica primaria (FOP; o menopausia prematura).

El PCOS en efecto es un desorden metabólico, llevando riesgo de diabetes y enfermedad cardiovascular. El FOP es también un desorden metabólico, llevando a densidad ósea reducida. Estos riesgos metabólicos requieren un cuidado integral.

Pero este importante signo vital es frecuentemente ignorado. Más del 50% de las mujeres con amenorrea secundaria ven 3 o más médicos antes de que se les haga un diagnóstico1. Yo veo aquí una invitación a los menopausólogos. Su percepción acerca de la fisiología de la menstruación y el cuidado integral puede aplicar a un más amplio campo y se podrían certificar como “practicantes (o especialistas) del ciclo menstrual”?

Lawrence M. Nelson, MD, CAPT US Public
Health Service
Head, Integrative Reproductive Medicine Group
Intramural Research Program on Reproductive and Adult Endocrinology
The Eunice Kennedy Shriver National Institute of Child Health and Human Development (NICHD)
National Institutes of Health
Bethesda, MD

Referencias

1. Alzubaidi NH, Chapin HL, Vanderhoof VH, Calis KA, Nelson LM. Meeting the needs of young women with secondary amenorrhea and spontaneous premature ovarian failure. Obstet Gynecol 2002;99:720-725.

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