La soya parece efectiva en la mejoría del epitelio vaginal en mujeres postmenopáusicas

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The effect of a soy rich diet on the vaginal epithelium in postmenopause: a randomized double blindtrial. Maturitas 2003;45:241-246.

Chiechi LM, Putignano G, Guerra V, Schiavelli MP, Cisternino AM, Carriero C.

Evidencia Nivel I

Una dieta rica en alimentos de soya aumenta la maduración del epitelio vaginal de igual forma que los estrógenos, de acuerdo a este estudio clínico randomizado italiano. Un total de 180 mujeres postmenopáusicas entre 39 y 60 años se asignaron a uno de estos tres grupos: una dieta rica en soya conteniendo al menos 20-30 mg/día de isoflavonas, terapia hormonal postmenopáusica TH, y control (no placebo).

Las mujeres en el grupo recibiendo estrógenos (17b-estradiol transdérmico 50 mcg/día) solo o combinado con nomegestrol 12 días/mes) y uno de dos regímenes: continuo combinado o continuo secuencial (nomegestrol 12 días/mes). Las metas usadas para determinar la mejoría en el epitelio vaginal fueron el índice kariopicnotico (IK) y el valor de maduración (IM) tomado al inicio y después de 6 meses. Al final del estudio hubo un aumento estadísticamente significativo sobre la línea de base de ambos índices en el grupo de soya (IK 15,5; IM 12,6) y TH (IK 34,3 IM 39,1) pero no para el grupo control (IK 0,7; IM 0,2). Comparado con el grupo control, los valores ajustados para IK e IM fueron significantes, solo en el grupo de TH (p < 0,01 para ambos) pero no para el grupo de soya (p < 0,07).

Comentario. El papel de la soya en la dieta y de los suplementos de soya continua atrayendo la atención de médicos y profanos porque a menudo estas intervenciones no hormonales se reportan como una alternativa segura a la terapia menopáusicas con estrógenos. Infortunadamente este estudio de los efectos de la soya en la dieta sobre el epitelio vaginal en mujeres menopáusicas tiene significantes preocupaciones. Primero, los autores informan datos de una cohorte muy pequeña de mujeres. Aunque se reclutaron 187 mujeres menopáusicas, solamente 94 terminaron el estudio. La tasa más grande de abandono fue en el grupo de dieta en el cual solo 24 de 58 mujeres completaron el estudio. Produce confusión también que los datos iniciales de lípidos recogidos en esta misma cohorte no reportó el mismo número de mujeres que terminaron el estudio como en este articulo. (Chiechi, Maturitas 2002; Chiechi Maturitas 2003).

Otro punto es la interpretación de los datos por los autores. Por ejemplo, la comparación de la citología vaginal entre los grupos no muestra claramente que los efectos de la dieta rica en soya sobre el epitelio vaginal son diferentes de una dieta no rica en soya. Mirando el valor de KI ambos grupos el de soya y el de control tenía aproximadamente el mismo valor promedio al final del estudio. Así, no hubo diferencias en el grupo de soya vs. el grupo control en la maduración del epitelio vaginal, al final del estudio. El grupo de hormonas mostró el cambio esperado en la maduración vaginal. También, los autores establecen que la cohorte de mujeres de este ensayo eran mujeres postmenopáusicas sintomáticas sanas, con un promedio de edad de alrededor de 53 años, por lo que el amplio rango de KI vaginal se explica fácilmente. Además no todas las mujeres tenían cambios de atrofia vaginal al inicio del estudio. Este estudio podría haber sido mas fuerte si todas las mujeres hubieran tenido como objetivo cambios de atrofia vaginal al inicio del estudio. Finalmente aunque los datos de la maduración epitelial presentadas en este articulo llevan a los autores a sugerir que la soya es un tratamiento potencial para la vaginitis atrófica, no hay datos sobre quejas de sequedad vaginal y dispareunia. Por lo tanto no hay parámetros clínicos para evaluar que tan efectiva es una dieta alta en soya para aliviar los síntomas causados por una baja de estrógenos. Se espera que estudios futuros en esta área puedan incluir una cohorte grande de mujeres con atrofia vaginal atribuida a la perdida estrogénica y usar criterios estrictos de valores KI o MV como criterios de inclusión, para que los datos puedan ser traspolados más fácilmente en algoritmos de cuidado clínico. Hasta entonces es difícil aconsejar a las mujeres postmenopáusicas, que una dieta alta en soya, además de nutritiva, sea efectiva en tratar los síntomas de atrofia vaginal.

Gloria Bachmann, MD
Associate Dean for Women’s Health
Professor of Obstetrics and
Gynecology and Medicine
University of Medicine and Dentistry of
New Jersey-Robert Wood
Johnson Medical School
New Brunswick, NJ

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