¿Es Posible Lograr la Inmunización para la Hepatitis B en el Personal de Salud?

Claudia Rodríguez. Hospital General de Agudos
Dr. Cosme Argerich. Universidad de Belgrano.
Susana Caputo, Graciela Oviedo. Hospital General de Agudos
Dr. Cosme Argerich. Argentina.

Resumen

Pese a disponer de vacunas efectivas y seguras para prevenir la hepatitis B, solamente 30-40% del personal de salud (PS) está adecuadamente vacunado.

Objetivos:

Mejorar el índice de vacunación en nuestro hospital, evaluar la utilidad de una estrategia de vacunación y analizar la eficacia de la vacuna.

Metodología:

El programa de vacunación (PV) se inició con el personal de urgencias y los profesionales en entrenamiento, desde Diciembre de l999 a Agosto de 2000, con la presencia de un infectólogo y una enfermera de control de infecciones en el lugar y en el horario de trabajo del PS.

Utilizamos dos esquemas con vacuna recombinante (AgB Scott-Cassará); el convencional (0-1-6 meses) y el acelerado (0-7-15 días): Analizamos los títulos de anticuerpos para el antígeno de superficie (AntiHbs Ag) mediante enzimoinmunoensayo.

Evaluamos el número de vacunados y realizamos el control serológico de los vacunados por el programa.

Resultados:

Ingresaron 265 PS, 55 % estaban vacunados y controlados postesquema 19%. El PS a vacunar fue 140. Recibieron inmunización acelerada 79 y esquema convencional 61. De los evaluados serológicamente por el PV, 86% tenía títulos protectores.

La población adecuadamente vacunada post PV fue 83%. La respuesta a la vacuna en el PS fue 100%, con títulos mayores a 100 UI/L, en 94%. Conclusiones: con este PV mejoramos 28% la cobertura de vacunación y logramos conocer el estado serológico del personal en 86% de los casos.

Introducción

La infección por el virus de la hepatitis B (VHB) es la causa más frecuente de hepatitis aguda, hepatitis crónica y carcinoma hepatocelular. En todo el mundo se estima que existen 300 millones de portadores crónicos y es la causa de hasta 80% de carcinomas hepatocelulares. Más de 250.000 personas mueren cada año por hepatitis B asociada con enfermedad aguda o crónica (1).

El VHB es un ADN hepatotrópico, de la familia hepadnaviridae, que en la naturaleza infecta sólo a los humanos, siendo el hombre el único reservorio conocido del virus. La presencia de anticuerpos contra el HBsAg indica inmunidad, estos pueden desarrollarse durante la convalescencia de la infección aguda por VHB o luego de la vacunación de la hepatitis B.

La Claudia Rodríguez, Susana Caputo, Graciela Oviedo respuesta inmune alterada frente a los antígenos virales es la responsable de la patogénesis de la enfermedad hepática (2).

Las vías de transmisión del VHB son: parenteral, sexual y vertical (madre – hijo). Se lo puede encontrar en altas concentraciones en la sangre y fluidos (semen, líquido cefalorraquídeo, amniótico, peritoneal y pericárdico).

Parece no haber transmisión por lágrimas, sudor, orina y materia fecal (2,3). Los factores de riesgo para adquirir el VHB se distribuyen de la siguiente manera: contacto sexual 50% (heterosexual 41% y homosexual 9%), uso de drogas endovenosas 15% y 2% se presenta por contacto con conviviente de portador crónico.

Aproximadamente en 31% de todas las personas infectadas con el VHB no pudo demostrarse un factor de riesgo evidente para la infección.

De los casos informados de hepatitis B corresponden al personal de salud, entre 2 y 6% (4,5): esta prevalencia se debe a que el personal tiene altos índices de contacto percutáneo con sangre, que el VHB es relativamente estable en el medio ambiente, (sobrevida de una semana) y los índices de transmisión, luego de una lesión percutánea son de 20 a 40% si la fuente está en etapa replicativa, y que un número significativo de pacientes desconoce su estado de portador, impidiendo esto último tomar las medidas correspondientes de prevención (2, 6).

Las áreas hospitalarias de alto riesgo de infección por VHB incluyen las unidades de hemodiálisis, la sala de guardia, el laboratorio, el quirófano, y las unidades de trasplantes de órganos (2, 7).

La inmunización del personal sanitario es un aspecto fundamental en la elaboración de un programa de prevención de la salud ocupacional por las consecuencias médicas, legales y económicas.

Pese a disponer de vacunas efectivas y seguras para prevenir esta enfermedad se estima que solamente 30 a 40% de los trabajadores de la salud está adecuadamente vacunado (4). Por lo tanto deben considerarse nuevas estrategias para lograr una adecuada inmunización (2, 8).

En los EE.UU se han obtenido vacunas para prevenir la hepatitis B desde 1981. La primera vacuna licenciada fue la derivada de plasma de portadores humanos. La vacuna era efectiva y segura; pero temores infundados de transmisión de VHB vivo y otros patógenos contenidos en la sangre, por ejemplo el VIH motivó que no fuera aceptada y se retiró del mercado en 1992.

La vacuna de la hepatitis B recombinante obtuvo su licencia 1986 y fue la primera vacuna licenciada en EE.UU producida por tecnología recombinante ADN (2, 6).

Luego de tres dosis de vacuna intramuscular más de 90% de los adultos inmunocompetentes desarrollan títulos de anticuerpos (anti HBsAg) mayores o iguales a 10 UI/L. La falta de respuesta se asocia a: edad mayor de 40 años, género masculino, obesidad, tabaquismo y enfermedades crónicas (2). La vacuna es 80 a 100% efectiva para la prevención de la hepatitis clínica en aquellos que reciben esquemas completos de vacunación.

El músculo deltoides es la ubicación recomendada dado que la inmunogenicidad en los adultos es más baja cuando se aplica en el glúteo (2, 6, 7).

Todos los trabajadores de la salud vacunados deben tener títulos anti HBsAg entre 30 y 60 días después de la primera dosis. Aquellos que no desarrollen un nivel protector luego del esquema completo, deben recibir un nuevo esquema de tres dosis.

Los que no responden a esta segunda serie deben considerarse no respondedores y susceptibles a la infección por VHB; por lo tanto, deben ser aconsejados acerca de las medidas para prevenir la infección y sobre la necesidad de recibir profilaxis ante cualquier exposición parenteral con HBsAg positiva (2,6,9).

El régimen de inmunización recomendado para los adultos es de dos dosis separadas por no menos de cuatro semanas y una tercera dosis a los seis meses de la primera. Los esquemas de inmunización acelerada han demostrado utilidad y se han sugerido como estrategia en situaciones de alto riesgo: viajeros, adolescentes, personal en entrenamiento (5, 10-14).

A partir de las denuncias realizadas en el servicio de infectología de los accidentes con elementos corto punzantes surgió como primera necesidad el normatizar el seguimiento, la prevención y el tratamiento de los accidentes corto punzantes (15).

Durante el desarrollo de esta actividad se nos hizo evidente el alto porcentaje de no vacunados dentro del equipo de salud. Decidimos modificar esta situación mediante un nuevo plan, y es por ello que se procedió a la implementación de un programa de vacunación para el personal de salud. El objetivo de este estudio fue:

1- Mejorar el índice de la vacunación para la hepatitis B en nuestro hospital.
2- Lograr la máxima cobertura de vacunación con esquemas de inmunización acelerada en el personal en entrenamiento.
3- Evaluar la efectividad de la vacuna en la población vacunada por el PV.
4- Evaluar la utilidad de un Programa de Vacunación en el Personal de Salud.

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