Temas Libres: Capacidad de Afrontamiento, Adaptación e Incertidumbre en Mujeres con Primer Episodio de Dolor Torácico
Johana Botero Giraldo*, Paola Sarmiento González**
Resumen
La capacidad de afrontamiento y adaptación e incertidumbre en las mujeres que manifiestan dolor torácico por primera vez, son fenómenos que en enfermería han sido poco estudiados, por esta razón, se evidencia la necesidad de proporcionar al profesional en enfermería mediante una revisión de la literatura, elementos que aporten al cuidado de las mujeres que consulten por primera vez por dolor torácico y que presenten incertidumbre, para que de esta manera el profesional de enfermería pueda proporcionar un cuidado con enfoque holístico.
Palabras clave: afrontamiento, incertidumbre, mujer con dolor torácico, enfermería.
ABSTRACT
The ability of coping and adaptation and the uncertainty in women who develop a first episode of thoracic pain have been scarcely studied by the nursing profession. Thus there is a clear necessity of providing the nurse with elements, derived from a literature review, that contribute to care under holistic approach of women who consult with chest pain for the first time and that express uncertainty.
Key words: Coping; uncertainty; women with chest pain; nursing.
Introducción
Las enfermedades cardiovasculares definidas como aquellas que influyen en alteraciones del corazón y los vasos sanguíneos, suelen afectar la salud de la población sin distinción de raza o género y son una causa de morbi-mortalidad según un informe dado a conocer por la Organización Mundial de la Salud (OMS) quien advierte del aumento de su incidencia en los países en vías de desarrollo, a las que contribuyen el consumo de tabaco y alcohol, la escasa actividad física y una dieta inadecuada. (1)
En la actualidad, las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares representan respectivamente, la primera y segunda causa de defunción y son responsables de una tercera parte de la carga total de mortalidad en algunos países en desarrollo. En este sentido, la OMS calcula que el número de muertes atribuibles a las enfermedades cardiovasculares asciende ya en los países del Tercer Mundo al doble que en los países desarrollados.(1,2)
Una investigación desarrollada por Hayman, afirma que la enfermedad cardiovascular (43%) es una de las causas de mortalidad anual de las mujeres americanas. Las tasas de mortalidad de enfermedad cardiovascular (EC) en varones han disminuido en los últimos 20 años, pero la estadística no sigue la misma trayectoria para mujeres. De hecho, la EC hace parte de 52% de las muertes anuales en Norte América. Las revisiones indican que la mayor parte de mujeres creen que el cáncer de mama es su mayor amenaza de salud, en realidad, una mujer tiene ocho veces más probabilidad de morir de enfermedad cardíaca que de cáncer de mama.(3)
Adicionalmente, la investigación desarrollada por Rohlfs(4) acerca de “Género y cardiopatía isquémica”, cuyo principal objetivo fue realizar una revisión de las diferencias y desigualdades entre mujeres y hombres en relación con la incidencia, la mortalidad, la letalidad, la presentación, el diagnóstico y los factores de riesgo para la EC, encontró que en España, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte tanto para las mujeres como para los hombres; la EC se presenta más tardíamente en las mujeres y las características y manifestaciones clínicas son diferentes entre mujeres y hombres.(4)
El estudio de Framingham(5) fue uno de los pioneros en poner de manifiesto las diferencias según el sexo respecto a la incidencia y la letalidad de la Cardiopatía isquémica (CI). Posteriormente, otros estudios apuntaban diferencias relativas a la presentación clínica y al tratamiento, aunque con frecuencia la investigación en ensayos clínicos no ha incluido suficientes mujeres para afirmar que las intervenciones y los tratamientos deberían ser los mismos para ambos sexos.(6)
Aunque estas diferencias actualmente ya son más conocidas, hay importantes lagunas en las guías y protocolos y también en la práctica clínica que, en la mayoría de los casos, aún mantiene como patrón de la enfermedad los hombres de mediana edad.(7)
Adicionalmente, un estudio realizado por la Sociedad Colombiana de Cardiología y Cirugía Cardiovascular muestra que las mujeres consideran como primera y segunda causa de muerte el cáncer en general y el de seno, y en tercer lugar la enfermedad cardiaca. Al preguntarles si consideran que se pueden enfermar del corazón, 50% respondió que era poco probable, porque es una enfermedad de hombres(8). La desestimación del dolor torácico en las mujeres, como síntoma desencadenante de enfermedad coronaria se evidencia en los manejos tardíos e inadecuados, éste termina por opacar el panorama de salud para mujeres con dolor torácico de origen coronario, aumentando así las tasas de morbi-mortalidad.(9,10)
Frente al impacto de la enfermedad coronaria en la mujer, se han venido desarrollando una serie de estudios que han explorado aspectos relacionados con el afrontamiento de los síntomas de angina, específicamente con el problema de la demora para consultar y la caracterización de los síntomas de angina. Miller, señala que existe un número significativo de síntomas presentes en las mujeres que se pueden confundir o interpretar inadecuadamente (náuseas, vómito, indigestión) además que solo 18% de las mujeres reconoce el IAM en comparación con 30% de los hombres.(11)
Rincón, en relación con el afrontamiento de la mujer con síntomas de angina, menciona que estos están asociados a la demora en la consulta y caracterización de los mismos y que pueden llegar a confundir o interpretar inadecuadamente.(8) Es por esto que relaciona a Aranguren D, Parra C, y Vega C, quienes desarrollaron un estudio documental en donde revisaron ocho estudios sobre caracterización y/o afrontamiento de los síntomas de angina en mujeres con dolor torácico o enfermedad coronaria comprobada, encontrando las siguientes categorías: “Lo que me han dicho”, “Lo que sé”, “La tensión psicológica”, “Aspectos ambientales” y “La actividad física”. Si nos centramos en la tensión psicológica, lo referido por las mujeres coincide con el imaginario tanto del común de las personas como del personal de salud, en cuanto a que la mujer presenta sintomatología en situaciones de estrés emocional y que usualmente se relaciona con problemas familiares no resueltos.(8)
De otra parte, el estudio WISE (Women ISchemic Evaluation)(6), reveló disfunción miocárdica coronaria en el 47% de las mujeres con dolor de pecho en ausencia de enfermedad coronaria obstructiva. Las mujeres que en fase postmenopáusica recibían hormonas, mostraron una prevalencia significativamente menor de disfunción microcirculatoria; en cambio, aquellas que no lo hacían, no mostraron diferencias significativas tanto en el grupo con disfunción como en el grupo sin ésta.(12)
En la persona que ha presentado un infarto de miocardio el dolor se transforma desde el momento de aparición, por ello no debe dejar de realizarse una adecuada valoración y el registro de los síntomas, puesto que aparece súbitamente y aumenta su intensidad, aspecto que fue referenciado en la variabilidad de la expresión del síntoma en estudios previos.(13)
La vida actual somete a la mujer a presiones que, sin darse cuenta, provocan manifestaciones de enfermedad, dentro de las que se destacan las de origen cardiovascular como: la carga laboral, desempeñar diferentes roles, etc.(14) El miedo se ha destacado como el sentimiento más evidente en un alto índice de personas, porque experimentaron este sentimiento al enfrentarse a una situación nueva, a no poder manejarla, a sentirse vulnerables o indefensas, a no poder controlar el entorno y las circunstancias que rodean el evento y en especial a la muerte, por las consecuencias que estas derivarían en su familia.(8)
La persona con enfermedad coronaria experimenta una serie de pérdidas de rol, de estatus, de función o parte corporal, alteración de la autoimagen y del autoconcepto, pérdida de las relaciones y lazos afectivos, e incluso el individuo establece una relación estrecha con su propia muerte, tienen la sensación que probablemente algo se acabó o es el comienzo de algo nuevo, quizás la lucha contra la muerte desarrolla la búsqueda de darle sentido a la vida y cuidado de sí mismo, para conservar la salud, cuidarla y protegerla.(15,16)
Cuando las personas se enfrentan a la enfermedad cardiovascular, presentan largas angustias emocionales especialmente después de un egreso hospitalario. Rally H. Rankin al estudiar los cambios psicosociales en pacientes con enfermedad coronaria y sus cónyuges encontró que las mujeres se observan más disminuidas física, social y sexualmente después del infarto de miocardio y de cirugía de by-pass coronario, además presentan mayores niveles de ansiedad, depresión y alteración sexual comparadas con los hombres después del infarto de miocardio.(17) Este hallazgo corroboró la inhabilidad de las mujeres para desempeñar el cuidado en casa, la pérdida del rol en el hogar, de esposa y organizadora de la familia, causales de sentimientos de culpa y mayores niveles de depresión.(17)
Uno de los estudios realizados en Colombia con mujeres que presentaron dolor torácico identificó la presencia de un proceso del manejo del síntoma, confirma que este proceso genera una demora considerable para solicitar atención en salud cuando presentaron dolor torácico de origen coronario. Además, se destacaron factores no descritos con anterioridad, los cuales son de gran importancia para las mujeres; estos son: desprotección de seres queridos, sentido de no preocupación por otros y dependencia de terceros.(18)
Cabe resaltar que para ellas es prioritario el bienestar de los otros antes que su salud; además, se demostró que las mujeres solicitan atención solamente cuando otra persona insistió en consultar. Existen otras consecuencias como la subestimación de la enfermedad (“Yo no pensé que era del corazón y que fuera algo peligroso”), la atribución de la causa (“Yo pensé que este dolor era un viento”), incapacidad y miedo (“Hasta pa´ trabajar me molestaba eso”, “Yo no me quiero morir”).(18) A pesar de que la situación vivida constituye un riesgo para su salud, se ve la necesidad de continuar con el mismo ritmo de vida anterior así sea riesgoso; como ya superaron el evento, consideran que esta experiencia las prepara para afrontar otro episodio en el cual tal vez no tengan oportunidad de contar su experiencia porque el cambio y las repercusiones son tan drásticas que podrían implicar hasta la muerte.(19)
Investigación longitudinal acerca del proceso de ajuste psicosocial en mujeres que han sufrido un evento cardiaco es esencial para definir las intervenciones más adecuadas y para maximizar la eficacia de tales intervenciones. La exploración continua de los factores determinantes de la curación en las mujeres sometidas a la rehabilitación cardíaca, es esencial para explicar el proceso de recuperación y poder mejorar la calidad de vida después de un evento cardíaco, promover la adherencia a los cambios de comportamiento, y garantizar un resultado positivo en la rehabilitación.(20)
Teniendo en cuenta, todo lo que experimenta una mujer cuando consulta por dolor torácico, es importante resaltar la importancia que tiene el afrontamiento en este evento. Callista Roy, teórica en enfermería, en su modelo de adaptación define el afrontamiento como: “Un conjunto de procesos cognitivos o conductuales innatos o adquiridos, que permiten a las personas realizar un esfuerzo para manejar o tolerar un acontecimiento o situación en la que tiene lugar la evaluación cognitiva, generando la transformación constante de la persona y de su entorno, de esta forma consiguiendo la adaptación, independientemente de los resultados de éxito o fracaso que estarán determinados por las metas de la personas, su contexto y la ocasión”.(21)
* Enfermera Universidad de la Sabana, con Profundización en Cuidado a la Mujer y el Neonato Clínica Universitaria de Navarra España, Candidata a Magister en Enfermería Universidad de la Sabana. Enfermera Instituto de Enfermedades Cardiovasculares Hospital Universitario Santa Fe de Bogotá.
Correspondencia: Johana.botero@fsfb.org.co, johanabotero @gmail.com.
** Enfermera Universidad de la Sabana, Candidata a Magister en Enfermería Universidad de la Sabana. Coordinadora de Estudios Clínicos Grupo CISNE.
Correspondencia: paola.sarmiento7@gmail.com
pao_sar @hotmail.com.
Recibido: septiembre de 2010
Aceptado para publicación: octubre de 2010
Actual. Enferm. 2009;13(4):21-27
Roy describe a las personas como seres holísticos, con partes que funcionan como unidad con algún propósito, no en una relación causa-efecto. “Los sistemas humanos incluyen a las personas como individuos, grupos, familias, comunidades, organizaciones, y a la sociedad como un todo”.(22)
Los seres humanos se adaptan a través de procesos de aprendizaje adquiridos mucho tiempo atrás; por esta razón, la enfermera debe considerar a la persona como un ser único, digno, autónomo y libre, que forma parte de un contexto del cual no se puede separar. Este concepto está directamente relacionado con el de adaptación, de tal forma que la percepción que tiene de las situaciones a las cuales se enfrenta son individuales y diferentes para cada uno.(22)
Al realizar la valoración se destaca la necesidad de evaluar a la persona como un todo; la valoración del modo fisiológico y psicosocial constituye una oportunidad para conocer no solo su estado de salud, sino también la percepción que tiene de la situación que está viviendo en este momento, cómo la está afrontando y cuáles son sus expectativas frente al cuidado de enfermería, para promover su adaptación. Ello permite establecer las estrategias más efectivas para lograr en forma conjunta la meta de enfermería, que de acuerdo con los planteamientos del modelo, es promover la adaptación, entendida esta como un estado de bienestar del ser humano.(22)
El afrontamiento es considerado un conjunto de procesos cognitivos o conductuales innatos o adquiridos, que permiten a las personas realizar un esfuerzo para manejar o tolerar un acontecimiento o situación en la que tiene lugar la evaluación cognitiva, generando la transformación constante de la persona y de su entorno, de esta forma consiguiendo la adaptación, independientemente de los resultados de éxito o fracaso que estarán determinados por las metas de la personas, su contexto y la ocasión.(22)
El profesional en enfermería, al identificar el estímulo, relaciona sus conocimientos con la situación que está enfrentando la persona, para lograr así comprender las respuestas que se manifiestan a través de los modos fisiológico y psicosocial.(22)
El sexo femenino, afronta de manera distinta el curso de la enfermedad coronaria. De acuerdo con lo anterior el afrontamiento en la mujer con síntomas de angina, se manifiesta de las siguientes maneras: pedir ayuda profesional, que en la mayoría de los casos estaba mediada por una persona, generalmente familiar que la conduce o la induce a buscarlo, compartir la experiencia, aplicarse medidas paliativas caseras como: sobarse, tomar pastillas, tomar agua, aplicarse pañitos, respirar profundo, etc., buscar formas relacionadas con la actividad para aliviar el síntoma: suspender la actividad, cambiar la posición: sentarse, acostarse, rotarse, suspender la actividad o no hacer nada, este tipo de afrontamiento corresponde a un patrón cultural definido, construido a través de la vida de la persona, y es necesario analizar en forma articulada los hallazgos hasta ahora encontrados y que contienen una riqueza informativa e interpretativa de lo que es vivir con enfermedad coronaria.(23)
La enfermedad cardiaca es una de las principales causas de muerte en mujeres. A diferencia de los hombres, las mujeres tienen un pobre pronóstico después de un IAM.(24)
La mujer continúa teniendo mayor riesgo de padecer enfermedad arterial coronaria; la probabilidad que una mujer desarrolle enfermedad coronaria es de 46%, las mujeres antiguamente eran excluidas de los estudios relacionados con enfermedad cardiovascular, además sus signos y síntomas de IAM eran tratados con menor intensidad que a los hombres. Además nuevos estudios han demostrado que esta enfermedad se ha incrementado después de la menopausia,(25) pero se ha documentado que las mujeres jóvenes o premenopáusicas también tiene predisposición a padecer de enfermedad coronaria. La discusión de los resultados de este estudio fueron enfocados principalmente a los factores de riesgo de las participantes, principalmente la experiencia con los síntomas y el diagnóstico de la enfermedad coronaria, además como todo esto influía en su familia, el trabajo y las relaciones.(25)
Teniendo en cuenta los resultados del estudio “Experiencia del dolor torácico en la mujer con infarto agudo del miocardio”, el estudio analizó nueve mujeres cuyo promedio de edad era 52 años, evaluó las experiencias de cada una con el tema de interés; este estudio permitió identificar los elementos constitutivos de la experiencia de dolor torácico en la mujer que experimenta IAM, descrito bajo las perspectivas de cada entrevistada.(26)
Millan y Díaz(27) encontraron que mujeres que presentaron dolor torácico lo describieron como una experiencia netamente subjetiva, donde las características del evento las relacionaron con aspectos personales, el entorno y la permanencia del dolor; este estudio permitió identificar que las mujeres presentan síntomas característicos al presentar dolor torácico por IAM, entre los que se encontraron: miedo a la muerte durante el dolor torácico, sensaciones asociadas al dolor (fatiga, cansancio, desánimo, etc.), variabilidad de la expresión del dolor, consecuencias del dolor en la percepción, comunicación y el movimiento, sensaciones asociadas a un ser supremo y percepciones asociadas al estado de salud, se concluye que las mujeres que vivencian dolor torácico por IAM es transcendental en sus vidas, les cambia la perspectiva que tienen de la misma y les hizo reflexionar sobre las cargas que manejan diariamente y los múltiples roles que desempeñan.(26)
Aquí se puede observar el proceso de «valoración del síntoma» referido por de la Cuesta Benjumea; es decir, se le atribuye importancia y clasifica, lo cual define el afrontamiento que se le da: «Esperé toda la noche», «espero que se quite», etc.(28)
Según Rincón, es evidente la implicación funcional de la angina y su carácter restrictivo en cuanto a lo ocupacional y sin embargo, con esta situación limitante, las mujeres pueden durar mucho tiempo sin consultar. En cuanto a la localización de la principal sensación, se halló, como es usual, en el tórax anterior, pero en la irradiación se han encontrado frecuentemente la espalda (escapula izquierda) y la mandíbula.(29) En cuanto a calidad, la expresión más utilizada por las mujeres entrevistadas, fue “dolor” palabra inicial para consultar; esta palabra se presenta sola o acompañada o mejor explicada mediante otras expresiones las cuales en la mayoría de los estudios está representada por categorías es decir, son unidades lingüísticas que reflejan un significado, sentido, o simbolismo concreto y se sostienen a lo largo del texto recogido en las narrativas realizadas por las mujeres. Las categorías en orden de frecuencia fueron: “opresión”, “atoramiento”, “adormecimiento”, y “sensaciones térmicas.”(29)
En cuanto a la incertidumbre en mujeres que experimentan dolor precordial, se ha documentado en diferentes estudios. La incertidumbre es considerada el mayor factor que afecta la adaptación a la enfermedad, habiendo sido realizados pocos trabajos con el objetivo de comprender sus efectos prolongados frente a la llegada de la enfermedad crónica.(30) Los estudios realizados revelan sobre todo que este concepto ha sido estudiado en los contextos de economía, toma de decisión, predicción, tolerancia, control, estrés y ambigüedad. En este sentido se considera pertinente profundizar conocimientos en esta área tan poco explorada.(31)
El concepto de incertidumbre en la enfermedad viene sufriendo alteraciones a lo largo del tiempo. No obstante, se acepta que la incertidumbre en la enfermedad es un estado cognitivo, en el cual el individuo es incapaz de atribuir un significado a los acontecimientos relativos a la enfermedad.(32) Lo cual se verifica en situaciones donde aquel no tiene capacidad para atribuir valores definitivos a los objetos y acontecimientos y/o es incapaz de predecir correctamente los resultados de esta enfermedad.(33)
La incertidumbre es un aspecto que surge para muchas personas a quienes se les ha diagnosticado una enfermedad que amenaza la vida o una enfermedad crónica.(34,35) Un análisis del concepto de incertidumbre en la enfermedad desarrollado por McCormick, resalta que la incertidumbre es un componente importante, muy frecuente en la enfermedad y afecta aspectos importantes de la adaptación y aspectos psicosociales que se desarrollan a partir de una enfermedad.(36)
Mishel en su teoría de la incertidumbre en la enfermedad, define la incertidumbre como “la inhabilidad de determinar el significado de eventos relacionados con la enfermedad que ocurre en situaciones donde la toma de decisiones no es posible para asignar valores definitivos a objetos y eventos y/o predecir resultados porque la información o indicios son insuficientes”.(37) La incertidumbre en la enfermedad que resulta puede ser un factor de riesgo clave para el ajuste a la condición actual.(36)
La valoración de la incertidumbre de un individuo es única, a consecuencia de la naturaleza dinámica de ésta.(38,39) Según Dudley, el estado psicológico puede hacer impacto sobre la percepción y valoración de la incertidumbre.(36)
Con la teoría de la incertidumbre en la enfermedad, se han desarrollado numerosos estudios para enfermedades crónicas, incluyendo diabetes mellitus,(39) Enfermedad de Parkinson,(40) Esclerosis múltiple y Lupus Eritematoso Sistémico.(41) Los resultados de estos demuestran que altos niveles de incertidumbre están asociados con percepciones de estrés en eventos hospitalarios,(42) menor esperanza, otras enfermedades,(41) distrés emocional, ansiedad, tensión y depresión.(36)
La literatura revisada muestra la relación existente entre incertidumbre y alteraciones del afecto, estados de ansiedad en pacientes con enfermedad coronaria que son hospitalizados para realización de angioplastia, bypass, recuperación de un Infarto agudo del miocardio (IAM), ataque cardiaco repentino y cardioversión con desfibrilador implantable.(43,44)
Numerosos investigadores han estudiado el manejo de la incertidumbre y han encontrado que altos niveles de incertidumbre están asociados con daño y resultan en estrategias de afrontamiento focalizadas en la emoción como ilusión, evitación y fatalismo.(43) Síntomas severos como altos niveles de dolor en interacción con incertidumbre han sido reportados por reducir la habilidad personal para afrontar los síntomas.(44)
Otros reportan varias estrategias de afrontamiento para manejar la incertidumbre incluyendo estrategias cognoscitivas como construcción de un escenario personal para la enfermedad, uso de la fe o religión. Mishel (1993), ofrece una revisión de los principales métodos para manejar la incertidumbre, sin embargo existe poca evidencia acerca de cómo el uso de las estrategias de afrontamiento media la relación entre incertidumbre y distrés emocional.(45)
Merle Mishel desarrolla su concepto de incertidumbre a partir de los planteamientos de Lazarus y Folkman quienes la definen como una “confusión acerca del significado de la configuración del medio ambiente”, además Mishel también define que la incertidumbre es un estado cognitivo neutral, que puede trascender por las emociones. La incertidumbre en la enfermedad ha sido descrita como un estresor cognitivo, un sentido de pérdida del control, y una percepción acerca de la propia enfermedad que cambia a través del tiempo.(36)
La teoría de incertidumbre, explica como los pacientes procesan cognoscitivamente los estímulos relacionados con la enfermedad; puede desarrollarse si el paciente no forma un esquema cognoscitivo para los eventos de la enfermedad. Un esquema cognoscitivo es la interpretación de la enfermedad, el tratamiento y la hospitalización. El marco de los estímulos, se refiriere a la forma, composición y estructura de los estímulos que la persona percibe; tiene tres componentes: el patrón de síntomas, la familiaridad con el evento y la congruencia con el evento. Estos están influenciados por dos variables: capacidad cognoscitiva y proveedores de estructura (son autoridades confiables por su nivel educativo y apoyo social).(45)
El concepto de incertidumbre en la enfermedad viene sufriendo alteraciones a lo largo del tiempo. No obstante, se acepta que la incertidumbre en la enfermedad es un estado cognitivo, en el cual el individuo es incapaz de atribuir un significado a los acontecimientos relativos a la enfermedad. Lo cual se verifica en situaciones donde aquel no tiene capacidad para atribuir valores definitivos a los objetos y acontecimientos y/o es incapaz de predecir correctamente los resultados de esta enfermedad.(30)
Taylor & Molas, afirman en el estudio “Una exploración de las relaciones entre incertidumbre, estrés psicológico y tipo de estrategia de adaptación entre hombres chinos después de cateterismo cardiaco”, la experiencia del cateterismo cardíaco genera sentimientos como incertidumbre, tensión, miedo y ansiedad en muchos pacientes. Sin embargo, los pacientes chinos que se someten a cateterismo cardiaco pueden experimentar la angustia psicológica de un modo diferente a otras culturas a consecuencia de sus creencias tradicionales.(46) El nivel alto de incertidumbre de esta muestra de los hombres chinos pueden ser debido a las percepciones que tienen de los procedimientos invasivos, considerando que son demasiado perjudiciales para el cuerpo y pierde la capacidad de restaurar su equilibrio y armonía.(47)
McCormick también hace un estudio sobre “Incertidumbre, angustia por el síntoma, ansiedad, y estado funcional en pacientes que son sometidos a bypass coronario” cuyo objetivo era describir la relación entre la incertidumbre, la ansiedad, la experiencia del síntoma, y el estado funcional de pacientes que son sometidos a bypass coronario.(48) este estudio fue de tipo descriptivo, correlacional, en el cual se tomaron datos cuantitativos por medio de cuestionarios y utilizaron instrumentos, como: incertidumbre en la enfermedad de Mishel, frecuencia y escala del síntoma, escala de ansiedad, tomaron como marco teórico la teoría de incertidumbre de Merle Mishel.(48)
Como resultados encontraron que la incertidumbre y la ansiedad estuvieron moderadamente evidenciados en los pacientes entrevistados que fueron sometidos a bypass coronario, mientras que la caracterización del síntoma, su nivel fue mucho más bajo. Aunque la relación entre incertidumbre y ansiedad no fuera significativa, las entrevistas sugieren vistas positivas de la incertidumbre; es posible experimentar la incertidumbre como peligro o una oportunidad simultáneamente. No se evidenció ninguna relación significativa según las estadísticas entre las variables de estudio.(48)
La incertidumbre se presenta principalmente en eventos relacionados con las fases de diagnóstico, tratamiento y pronóstico de la enfermedad. La incertidumbre tiene sus propios atributos dentro de los que se incluyen probabilidad, percepción y temporalidad. Adicionalmente la incertidumbre está ligada principalmente a estados de ansiedad, estrés emocional y depresión. Se afirma que la incertidumbre es un concepto separado de la enfermedad teniendo en cuenta que uno puede sentir emocionalmente estrés por una situación, sin haber sentido incertidumbre.(36)
Para concluir, la mujer que evidencia dolor torácico, manifiesta síntomas de manera diferente que los hombres, entre los que están náuseas, vómito, fatiga, dolor en el brazo que se irradia al hombro, dolor abdominal, palpitaciones, dolor mandibular y de cuello, pérdida de apetito, mareo y cefalea; esto genera en las mujeres angustia, temor a morir y a dejar desamparados sus seres queridos lo que hace que aumente el dolor y haya mayor riesgo de complicación del evento coronario.(49)
En la actualidad la disciplina de enfermería justifica incansablemente su ausencia en los distintos escenarios en donde se desarrolla el ser humano y la oportuna identificación de fenómenos asociados a la práctica por parte de los profesionales, surge como una de las grandes alternativas de solución para dar un mayor protagonismo a los proyectos gestores de cuidado e investigativos que desarrollan los enfermeros.
En Colombia y en el mundo son muchos los estudios desarrollados para conocer el transcurso del dolor precordial en los hombres, ya que antiguamente se pensaba que las enfermedades isquémicas eran de exclusividad masculina. Al indagar paralelamente estudios de dolor torácico, se evidencia claramente una disminución en los que toman a la población femenina como muestra.(50) Es ampliamente conocido el hecho de que la Cardiopatía Isquémica se presenta más tardíamente en las mujeres, y que las características y manifestaciones clínicas de la Cardiopatía Isquémica son diferentes entre mujeres y hombres.(51,52)
La identificación de la relación entre incertidumbre, capacidad de afrontamiento y adaptación permitirá a las profesionales de enfermería formular diagnósticos oportunos para el desarrollo de intervenciones terapéuticas que faciliten el proceso de afrontamiento de las pacientes femeninas que padecen dolor torácico. Además a partir de los resultados se pueden generar proyectos de gestión y nuevas investigaciones que destaquen la investigación desarrollada por la disciplina de enfermería en pro del bienestar del ser humano.
Además, es importante tener en cuenta, que la disciplina mira desde la persona, pues es ella quien genera el conocimiento que dilucida el comportamiento y por lo tanto el cuidado será pertinente. Se busca identificar, describir, conocer, desde la perspectiva de la mujer, para comprender, interpretar y cuidar.(37,50)
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