Cuidado de Enfermería en Urgencias Psiquiátricas, Parte I

Maribel Pinilla Alarcón∗
* Enfermera, Profesora Facultad de Enfermería Pontifi cia Universidad
Javeriana
Correspondencia: mpinilla_alar@etb.net.co
Recibido: Noviembre de 2005
Aceptado para publicación: Diciembre de 2005
Actual. Enferm. 2005;8(4):23-29

Resumen

La distribución mundial de las enfermedades muestra un aumento de los padecimientos psíquicos y de los asociados con el comportamiento humano. Los problemas de Salud Mental representan el 8,1% en la distribución global de las cargas de enfermedad para 1990, correspondiente al tercer lugar después de las enfermedades materno perinatales (9,5%) y enfermedades respiratorias 9,0%. La enfermedad mental en Colombia se impone como un gran reto para la Salud Pública moderna debido a su alta incidencia y prevalencia, su potencial cronicidad y severidad, y las consecuencias para la familia y la sociedad en general.

El personal de enfermería necesita habilidad para realizar una valoración rápida del paciente. Adoptar una actitud conservadora con el fin de descubrir cualquier trastorno orgánico potencial o un trastorno psiquiátrico mayor e intervenir oportunamente, en los diferentes contextos, ya sea en el hospital general o en el hospital psiquiátrico a pe sar de que el paciente esté aparentemente estable.

Palabras clave: urgencias psiquiátricas, cuidado.

Abstract

World distribution o diseases show an increase of mental illnesses and of those associated with human behavior. Problems of mental health represented 8.1% in the global distribution of disease load in 1990, corresponding to the third place following perinatal maternal problems (9.5%), and respiratory diseases (9.0%). Mental health poses a major health care challenge in Colombia because of its high incidence and prevalence, its potential chronicity and severity, as well as the consequences on the family and society in general. Nursing personnel requires the ability to perform a rapid evaluation of the patient. A conservative attitude is indicated so as to unveil any potential organic or psychiatric disorder, or a major psychiatric disorder, and to intervene promptly in the different contexts, be it in a general hospital or in a psychiatric hospital, even when the patient appears to be stable.

Key words: Psychiatric emergencies, nursing care.

Introducción

EL aumento en los datos epidemiológicos debido a diversos cambios sociales obliga a los entes oficiales, de acuerdo con el marco actual legal del Sistema de Seguridad Social a establecer políticas tendientes a mejorar la toma de decisiones y orientar los tratamientos de forma pertinente y oportuna.

Las situaciones de urgencia exigen una rápida valoración clínica e intervención, aunque es frecuente que el paciente no esté dispuesto a acceder ni a la evaluación, ni al tratamiento.

En el momento de la urgencia, el factor tiempo, la naturaleza de la toma de decisiones, las expectativas del personal y de los pacientes, se combinan para plantear unos retos poco comunes. Los problemas clínicos, están llenos de ambigüedades y a menudo no hay un método obvio para abordarlos.

Casa de Locos

Figura 1. Casa de Locos. Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Madrid. Tomado de: www.fi sterra.com/human/3arte/pintura/ternas/locos

“Las urgencias siquiátricas son situaciones en donde la persona presenta una alteración del afecto, del pensamiento o de la conciencia que alteran de manera aguda y notable su comportamiento, poniendo en riesgo su integridad y la de otros”.(1) Algunas de las entidades psiquiátricas, que generan mo mentos de urgencias son: el paciente suicida, el paciente depresivo, el paciente en crisis de ansiedad, el abusador de sustancias y todos los episodios sicóticos agudos que puedan aparecer por desequilibrios emo – cionales en otros trastornos de personalidad límite, explosiva, etc.

El Paciente Suicida

El suicidio, problema mundial, nacional, local y familiar, es un fenómeno especialmente trágico porque es una de las principales causas de muerte en cualquier edad y en grupos de menor edad y porque es casi completamente previsible. Se define como “el acto consciente de aniqui lación autoinducida, como consecuencia de un sufrimiento multidimensional en una persona vulnerable, que percibe este acto como la mejor solución a sus problemas”.(2) En nuestro país para el año 1994 el gran volumen de homi ci dios (33.753), minimizó la atención dirigida hacia el relativo problema menor del suicidio (1.500 en el mismo año). Según datos estadísticos del Ministerio de Salud en su Infor me Situación de Salud en Colombia, los Indicadores Básicos para el 2002, reportó que la tasa de mortalidad específica en 1999 por suicidios y lesiones auto inflingidas fue de 5,2 por 100.000 habitantes y de homicidios de 62,8 por 100.000 ha bitantes.

De otra parte, se ha encontrado una asociación muy alta en pacientes que intentan suicidarse y que padecen tras tornos depresivos y en personas que han tenido pérdidas significativas, desempleo u otras situaciones asociadas con el estrés psicológico. Los niños y los ancianos se han conside rado grupos de edad muy especiales en es ta patología, ya que la frecuencia es alta. Además ciertas enfermedades médicas generales y enfermedades mentales, tiene un fuerte vínculo con los intentos suicidas.

El interés en el estudio de los suicidios se incrementa si tenemos en cuenta que los factores etiológicos de la violencia auto inflingida pueden ser los mismos de la violencia dirigida hacia el otro, violencia que se difunde y que afecta todo estrato social, género y edad.

Caso 1

Esta paciente de 39 años, ingresa en contra de su voluntad a hospitalizarse, después de consultar porque “no estoy durmiendo y eso me está afectando afectando los nervios”. Una vez en el servicio pide entrar al baño a eliminar, sin embargo, impulsivamente saca un frasco de perfume y lo alcanza a consumir, sólo, hasta la mitad, cuando el personal de enfermería se lo retira. Realmente se trata de una paciente alcohólica, en una etapa de recaída, quien el fin de semana había ingerido varsol y alcohol antiséptico, había estado agresiva verbalmente e irritable. Este ejemplo, permite mostrar cómo pesar del conocimiento de la paciente de algunos síntomas, omitió información por desconocimiento o simplemente por voluntad, de aspectos relevantes de su problema que poste riormente generaron conductas de riesgo, en este caso por la abstinencia y su necesidad de consumo, indirectamente hace un intento de suicidio, dentro de la institución.

Es de anotar que al momento del ingreso de un paciente es vital el acompañamiento y la observación permanente por parte de enfermería, con el fin de contener, aliviar y estabilizar emocionalmente al paciente, mediante las intervenciones que sean necesarias.

Las enfermeras tienen que estar preparadas para hacer valoraciones de intento de suicidio en personas que están en el centro clínico o la comunidad.

Tie nen que actuar rápida y eficazmente, y cuando el riesgo de suicidio se iden tifica, tienen la res pon sabilidad de ser competentes en la actuación sobre el suicidio, y evitar asumir una actitud punitiva o irónica, que es antitera péu tica. El uso de la con tención verbal, física y farmacológica son los manejos imprescindibles en estos casos.

Frente a un intento de suicidio tenga en cuenta las siguientes consideraciones:

• Que existen aproximaciones clínicas que sugieren que el propósito de una persona que se suicida no es primariamente morir sino resolver sus problemas vitales, problemas que le causan dolor. En este sentido, en quienes consideran el suicidio como “usar la propia muerte ara resolver los problemas de la vida”.

• Que algunos de los rasgos de personalidad predominantes en los suicidas son: agresividad, irritabilidad, baja tolerancia a la frustración, aislamiento social, desesperanza e impotencia, pobre concepto de sí mismo y escasa capacidad para resolver problemas, resentimiento y necesidad de control externo.

• Que el suicidio se encuentra asocia do con los trastornos bordeline o límite, narcisista y antisocial de la persona.

• Que hay factores que incrementan el riesgo de suicidio como: la edad avanzada, la viudez, la separación y la soltería. La pérdida de un ser querido o fracaso en una relación de pareja en el último año, el desempleo, y la disfunción familiar.

Los antecedentes de dolores crónicos incurables, una intervención quirúrgica reciente o una en fer medad somática crónica de mal pronóstico, el abuso de alcohol y drogas, historia familiar de suici dio.

Antecedentes de enfermedad psiquiátrica con desesperanza, an hedonia, desamparo, alucina ción auditiva o fenómenos de imposición y robo del pen sa miento, lo cual implica la presen cia de un cuadro afectivo agudo, brote de esquizofrenia o un trastor no de lirante.

La presencia de ideas elaboradas de suicidio tiene mayor riesgo, la autoculpa, los intentos previos de suicidio, y el rechazo a la ayuda profesional.

• Que desde el aspecto comporta mental las personas que contem plan el suicidio pueden hacer co mentarios sutiles o abiertos que lo indican. Pue den mencionar toda la presión y el estrés que experi mentan y lo desamparados que se sienten. Algunos pueden hacer comentarios de lo que ocurrirá después de la muerte.

Pueden su gerir: “no me im portará mucho más tiempo”, ¿me echarás de me nos cuándo me haya ido?, “tú lo lamentarás”, “no puedo aguan tar esto mucho más tiempo”, “sé que el dolor pasará pronto”, “no estaré aquí cuando vengas el lunes”, “no tendrás que preocuparte por pro blemas de dinero mucho más tiem po”, “las voces me dicen que me hiera”. La obtención de un arma, una uerda fuerte o coleccionar píldoras es un indicador de suicidio.

Las personas empiezan a huir de las interacciones personales y se aíslan. Pueden sufrir cambios en sus papeles y desarrollar una tendencia a los accidentes. Pue den manifestar un interés repentino por los seguros de vida, otros pue den cambiar su testamento y ceder sus posesiones.

• Que desde características afectivas, se incluyen sentimientos de desolación, culpa, disminución de la gratificación, pérdida de vínculos emocionales y sentimiento de fracaso y vergüenza. Las personas son incapaces de demostrar su enojo hacia los demás y lo vuelven hacia dentro autodestruyéndose. Otros lo pueden ver como una forma de alcanzar la venganza por las heridas que han sufrido. La vida se ve intolerable y no se ve esperanza de cambio o mejoría. Las personas pueden tener un alto grado de ambivalencia entre el deseo de morir y el deseo de vivir antes de tomar la decisión final. Pero si se ha tomado la decisión de cometer suicidio, el conflicto y la ansiedad cesan y la persona puede parecer tranquila y sin problema; no se de be interpretar este cambio como una mejoría. Otras personas paranoides y que son propensas a la violencia pueden combinar el suicidio con el homicidio.

• Que desde las características cognitivas el suicidio implica el proceso de toma de decisiones frente a la solución de un problema. Hay en algunos casos de fantasías sobre la continuación de la vida. Otros pue den hablar sobre ser capaces de ver cómo las personas reaccionarán a su muerte o cómo crecerán sus hijos. Otros fantasean sobre encon trar a personas amadas después de la muerte o encontrarse encontrarse mejor después de que estén muer tos; de hecho deben morir como una for ma de tener una vida mejor. Para algunos, es un grito para que al guien los ayude, pero en otros ca sos es una forma de ma ni pulación. Las personas con delirios de con trol o de persecución también es tán en riesgo de suicidio, es necesa rio controlar estos síntomas.

• Que desde el aspecto socio-cultural las personas que cometen suicidio están a menudo en periodos de alto estrés en sus vidas. Los medios de comunicación al divulgar los suicidios, inspiran a los adolescentes al suicidio (suicidios de copia). Cualquiera que sea el acto suicida, tiene un efecto traumático en la familia y amigos de la víctima.

Además del duelo, esas personas deben afrontar los tabúes culturales y el estigma social. Si la familia no se dio cuenta del peli gro al suceder el hecho, responden con shock y perplejidad, otras con enojo hacia la víctima y el suceso. Los miedos pueden abundar con respecto a la enfermedad mental o el suicido de los demás miem bros de la familia. Otros supervi vientes experimentan culpa des tructiva “si yo hubiera hecho…”, entran en la categoría de alto ries go suicida.(3)

Manejo Inicial de una Persona Suicida

Para determinar si una persona realmente está pensando en suicidarse, hay que comunicarse con ella, y tener en cuenta la empatía poniéndose en la situación del otro, permanecer calmado y acrítico, proceder de lo general a lo específico. También se debe considerar la privacidad y la como didad, y valorar los antecedentes de conducta violenta y los signos preco ces de ira, hostilidad o conducta agresiva.

• Reducir los estímulos ambientales manteniendo poca iluminación y ruidos bajos en una zona con pocas personas.

• Retirar los objetos potencialmente peligrosos (objetos afilados, cinturones, artículos de vidrio y fármacos)

• Trasmitir una actitud de dedicación y preocupación por el paciente

• Aproximarse al paciente con tranquilidad, de un modo no amenazador, y hablar en un tono de voz suave y uniforme

• Comentar las expectativas y consecuencias de su conducta. Realizar con el paciente el pacto conductual que no se hará daño ni a los demás.

• Dar al paciente la oportunidad de expresar sus preocupaciones y hablar sobre los sucesos, pensamientos y sentimientos (sobre todo la ira) que puedan haber desencadenado su reacción actual.

• Informar al paciente que el personal intervendrá si se necesitan medidas de seguridad adicionales pa ra protegerlo a él y a los demás: aislamiento, sujeciones, tranquilizantes.

Contención Física

Consiste en el empleo de sistemas de inmovilización mecánicos para el tórax, las muñecas, los tobillos, etc., las sujeciones mecánicas o el aisla miento deben aplicarse con suma dis creción y las máximas garantías de seguridad. La principal acción de en fermería es desestimular el uso de la sujeción mecánica, utilizando otro ti po de abordaje, por ello es importante la capacidad de la enfermera para anticiparse a las situaciones de riesgo; sin embargo, cuando es necesaria su utilización debe velar porque se cum plan con las condiciones éticas exis tentes para proteger de esta manera a los pacientes.

Principios Generales

Distraer al paciente: se intervendrá cuando exista un número suficiente e personas, cuatro o cinco, se informará al resto de compañeros a través del teléfono o la alarma. Mientras tanto, se deberá vigilar y distraer la atención del paciente. Nos ubicaremos a una distancia adecuada, más o menos a un metro de distancia. Se le informa rá que está perdiendo el control pero que se le va ayudar si él lo desea. Todo ello en un tono firme, pero comprensivo.

Debe existir un protocolo de actuación propio de cada institución.

Preparación del personal: debe despojarse de todo objeto peligroso para su integridad física y también la nuestra (gafas, relojes, pulseras, pendientes, etc.)

Evitar público: ya que el paciente va a adoptar una posición más manipulativa que la que tendría si estuviera solo. Además servirá para aumentarla ansiedad en los demás pacientes y familiares (especialmente en pacientes paranoides).

Momento de la intervención: en el momento que muestra signos de violencia inmediata: ejecuta actos vio lentos contra objetos, si observa personas cerca, actuará contra ellas. Se hará antes de que destruya objetos o agreda a alguien.

Número de personas: de cuatro o cinco, es importante que el grupo sea lo más numeroso posible, porque una demostración de fuerza puede ser suficiente para interrumpir la acción.

Ca da una de las extremidades será sujetada por un miembro del equipo.

Actitud del personal: entender que se va a contener a un paciente con intención terapéutica, no utizarlo como un castigo. El personal será en to do momento profesional, no mostrará cólera, ni afán de castigo, actitud enérgica pero amable, respetuoso, evi tando golpearle o someterlo a posturas humillantes, se actuará impidiéndole el movimiento, evitar insultos, blasfemias.

Sujeción: cada miembro del equipo tiene asignada una extremidad. Se sujetarán las extremidades en la zona más distal. Debe estar autorizada por el médico, en forma de orden médica.

Registrar minuciosamente la razón de la contención, la duración, la modalidad, otras conductas concomitantes, los signos vitales y la respuesta del paciente mientras esté sujeto.

Este registro se realizará cada 30 minutos hasta que se retire la inmovilización al paciente. Emplear exclusivamente sistemas seguros de sujeción física, como tela, cueros etc.

Indicaciones

1. Conducta violenta del paciente que resulte peligrosa para él mismo o para los demás.
2. Agitación no controlable con medicamentos
3. Cuando hay negación del paciente a descansar y/o dormir
4. En otras situaciones de riesgo que no puede ser controlado de ninguna otra manera, pueden contenerse temporalmente, para recibir la medicación, o durante largos periodos, si no se pueden administrar los fármacos o no le hacen el efecto esperado y continúan siendo peligrosos.
5. En estados de agitación, confusión, estado de auto y hetero agresi vidad
6. En pacientes geriátricos para prevenir posibles caídas.

Contraindicaciones

Está contraindicada en los trastornos de la coagulación, enfermedad ulcerosa péptica, hipertensión y hepatopatías severas.

El Paciente Depresivo

El síndrome depresivo es uno de los problemas de más común ocurrencia en los hospitales, sin embargo, se considera urgencia, sólo cuando la severidad de la depresión es muy grande o cuan do hay depresión agitada o cuan do está asociada con ideas suicidas o, cuan do se presenta en la etapa involutiva de la vida.

Según la OMS la depresión afecta cerca de 121 millones de personas en todo el mundo. Es la segunda causa de inca pacidad después de las enfermedades cardiovasculares y se convertirá en el 2020 en la segunda causa de carga de enfermedad en el mundo medida en años de vida ajustados por discapacidad, después de la enfermedad isquémica cardiaca. En Colombia siete millones de personas padecen de depresión, es decir uno de cada cuatro colom bia nos.

Algunos opinan como causa una predisposición genética. Indican un nexo trastorno bipolar y anormalidad en cromosoma 11.(4) La hipótesis de las ami nas se ocupa específicamente de los niveles de norepineprina, serotoni na y dopamina en el sistema nervioso central. De otra parte la enzima mono aminooxidasa encargada de inactivar las aminas, puede estar au mentada, lo que explicaría el mayor factor de riesgo para la depresión sobre todo en las mu jeres ancianas, y la hiperactividad del eje hipotálamo-hipofisiario, entre otras.

Caso 2

Paciente de 60 años, quien venía presentando un afecto depresivo, no mejoraba con el tratamiento establecido en su tierra natal. Al llegar a Bogotá, después de una visita al psiquiatra, iniciarle medicación, ve un carro repartidor de bebidas parqueado y refiere que viene por él. En su casa desconoce a su esposa y a su suegra quien empu ja, al día siguiente presenta otro episo dio de agresividad donde arremete con tra sus hijas”.

La depresión es un síndrome caracterizado fundamentalmente por un estado de ánimo muy bajo (similar a triste za) y por una pérdida del interés en las actividades de la vida diaria.

Como síntomas accesorios, suelen presentarse alteraciones del apetito (ya sea aumen to o disminución, que es lo más fre cuente) y que pasados varios días se reflejan en el peso. También se com pro mete el sueño (especialmente in som nio, más frecuentemente mati nal). Aparecen sentimientos de minus valía, de culpa usualmente exagerados o inapropiados, fatiga fácil y dificultad para concentrarse, en la memoria re ciente o para pensar.

La alteración del pensamiento es muy típica dentro de las variaciones individuales. Existe una visión negativa y difícil de modificar en cuanto a sí mismo, al futuro y al entorno.

El riesgo de suicidio en los pacientes que sufren depresión grave es de 15%. Se puede presentar a cualquier edad, pero tiene una mayor incidencia entre la quinta y séptima década de la vida.

Las alteraciones depresivas pueden ser primarias, originadas sin causa aparen te, o secundarias derivadas de otras afecciones, como traumatismos, intervenciones quirúrgicas o enfer me dades debilitadoras. Tanto si son las unas o las otras, el cuadro sintomático y el trata miento son similares. La afec ción depresiva se clasifica en los ser vicios de urgencias como una reacción situa cional, una depresión crónica o una depresión grave. Lo principal es determinar el tipo y grado de gravedad de la depresión, evaluar las variables individuales, co mo la situación familiar, para poder re currir al procedimiento más ade cua do. El punto central de la atención de urgencias, es dejar claro para el paciente y para su familia, que la depresión no es una “debilidad moral” o “falta de carácter” sino una enfermedad seria, potencialmente mortal y susceptible de respuesta al tratamiento pertinente.

Por el contrario, si durante la entre vista deja entrever ideas suicidas o de mi nusvalía se debe considerar la hospita lización.

El personal de enfermería además de una minuciosa anamnesis, valoración física y mental debe tener en cuenta lo siguiente:

• Adoptar una actitud de aceptación
• Animar al paciente a que identifique sus sentimientos, ya que los pacien tes depresivos suelen hablar poco, pero aun así es importante que se sientan escuchados
• Ayudar al paciente a reconocer las causas y los efectos de la depresión
• Situar al paciente en un área segura y de observación
• Es imprescindible determinar si se ha producido ingesta de tóxicos y tratarla con lavado gástrico y carbón activado.
• Ante un deterioro general de la salud, se ayudará al paciente a iden tificar el tipo de deterioro y las modificaciones necesarias en su estilo de vida.
• Valorar el estado hidroelectrolítico y nutricional e iniciar el tratamiento cuando sea conveniente
• Proporcionar psicoeducación sobre los déficit de conocimientos
• Remitir a grupos de apoyo y otras redes sociales
• Enseñará al paciente el uso de los medicamentos
• Investigar sobre los sistemas de apo yo ya que pueden servir para in fluir en sus sentimientos
• Centrar al paciente en la realidad si los procesos de pensamientos es tán alterados
• Trabajar en equipo multidis ci plinario para tomar decisiones con relación al tratamiento del paciente
• Es importante no dramatizar la situación, y la labor del auxiliar no debe incluir la investigación del caso así como hacerle preguntas rela cionadas con sus ideas
• Por lo demás, es importante entablar una relación normal, mostrándonos comunicativos, y dando la sensación de que estamos siempre dispuestos a escucharlos
• La prevención de lesiones es una de nuestras funciones más im portantes controlando todo lo que pueda resultar nocivo (objetos cor tantes: cubiertos, cristales de ga fas, va sos, muelles de camas; productos cáusticos: lejías, jabones, antisépticos; y otros: ventanas, to mas de corriente, cinturones, etc.)
• El paciente debe entender nuestro respeto por su estado, pero también por la vida y estas medidas están destinadas a preservarla
• La habitación del paciente no debe presentar riesgos donde el paciente pueda cortarse o colgarse
• Hay muchas más formas de suicidio que las medidas que podamos tomar, por lo que la medida más eficaz es nuestra presencia a su lado
• A veces está indicado que el paciente duerma en una habitación compartida, ya que la soledad en muchas ocasiones puede potenciar el suicidio.
• Es importante recalcar al paciente, que aunque no está en condiciones de entenderlo esto es una etapa pasajera de su vida
• No es conveniente el exceso de visitas, pero sí ayuda la presencia de las personas más allegadas al paciente siempre con su consentimiento
• Controlar la ingesta y potenciar los hábitos higiénicos del paciente ya que de alguna manera van a estar mermados o anulados.
• Una excesiva demostración de vitalidad por nuestra parte sólo empeora las cosas, comentarios como “pero si la vida es bella” “es una cobardía matarse” no ayudan en absoluto
• Es importante potenciar los pequeños logros del paciente, haciéndole darse cuenta de sus progresos.(5)

Pacientes con Crisis de Ansiedad

Una crisis aguda de angustia es un síndrome polimorfo susceptible de aso – ciarse con el componente psicológi co característico de una sintomatología somática intensa. La urgencia y el tipo de respuesta médica dada están en función de la intensidad de los síntomas y del contexto clínico. La crisis puede crear pánico en el paciente y preocupación en su familia.

La ansiedad se produce como una amenaza al yo, a la autoestima o a la identidad.

Los niveles de ansiedad oscilan de leves a intensos, incluida la reacción de pánico, y los síntomas correspon dien tes oscilan desde un leve malestar has ta la pérdida de capacidad fun cio nal.(6)

Algunos estudios sugieren que en el 35% de la población se producen ataques de pánico ocasionales. Esos episodios se asocian más frecuen te mente con hablar en público, conflic tos interpersonales, exámenes u otras situaciones de elevado estrés. Además, los ataques de pánico pueden acompañar una amplia variedad de trastornos afectivos y de ansiedad. (7)

Suelen producirse en forma espontánea, generalmente precedidos por una sensación de opresión torácica o incapacidad para respirar. El temor es de progresión rápida, se acompaña de ideas de muerte (por infarto o enfermedad cerebrovascular), de pérdida de control (“deseos de salir corriendo”) o de “pérdida de la razón”. Los síntomas somáticos incluyen taquicardia, a veces severa, opresión precordial, quejas inespecíficas de vacío epigástrico, sensación de alteración de la temperatura corporal, sudor palmoplantar y frecuentemente temblor fino distal.

Alteración de las funciones cognoscitivas (pérdida de concentración y memoria); hiperactividad neurovegetativa con síntomas somáticos: el paciente experimenta taquicardia, sensación de asfixia, incapacidad para introducir aire en los pulmones, dolor torácico y sudoración lo que le produce mayor ansiedad y convencimiento de sufrir un infarto de miocardio, hasta caer en estado de pánico.

El tratamiento de la crisis aguda de angustia se inicia con la actitud del personal, que ha de ser de calma, de comprensión y además tranquiliza dora.

Muchas veces el paciente empieza a calmarse mientras cuenta cómo se produjo el ataque de pánico.

Si el paciente hiperventila se hace respirar en una bolsa de reinhalación o de plástico, con el fin de aumentar el CO2 arterial. Esto además permite disminuir los signos somáticos secunda rios, espasmos musculares, entumecimientos, hormigueo en las extremidades producto de la alcalosis respiratoria. Si la angustia no cede es aconsejable la utilización de ansiolíticos.

Intervención Específica de Enfermería

Es necesario descartar las causas orgánicas de los signos y síntomas.

• Construir una relación de con fianza: se presentará y explicará su papel al paciente, se fomentará la aceptación y la autoestima admitiendo la ansiedad del paciente y ofreciéndole consuelo, se proporcionará seguridad con las medidas pertinentes
• Ha de comunicarse de forma tranquila: explicándole todos los procedimientos de forma simple y comprensible
• Adoptar una actitud de aceptación
• Ayudar al paciente a reconocer las causas y los efectos de la ansie dad
• Orientar al paciente para que comience el proceso de resolución de problemas, facilitándole la expre sión se sentimientos y haciendo hin capié en las percepciones realistas.
• Ayudar a identificar el acontecimiento desencadenante, se determinan las medidas ya adoptadas para resolver el problema y se determinan las medidas habituales de afrontamiento
• Una vez identificadas las opciones disponibles, se selecciona la más deseable y se le ofrece ayuda directa
• Si el paciente está hiperventilando, se le animará a que respire con una bolsa de papel sobre la boca y la nariz, y se emplearán técnicas de control de la respiración y ejercicios de relajación
• Suministrar ansiolíticos
• Si el paciente muestra una alteración en el mantenimiento de la salud, se identificará el tipo de deterioro y se remitirá para los cuidados de seguimiento adecuado
• Si existe riesgo de lesión relacionado con intoxicación o traumatismo, se le remitirá para evaluación de crisis y evaluación del riesgo del suicidio
• Situar al paciente en una zona donde se le pueda observar de cerca
• Averiguar el grado de déficit de co nocimientos y se proporcionará información actualizada
• Remitir a grupos de apoyo, redes sociales existentes
• Si hay trastornos de sueño se le enseñarán medidas de higiene relacionadas con el sueño
• Enseñar al paciente el uso ade cuado de los medicamentos descritos
• Si los procesos del pensamiento están alterados se orientará en la realidad.

Referencias Bibliográficas

1. Aponte R, Donoso I. Manual de urgencias. En: Psiquiatría para médicos generales Evaluación de Urgencias Vol 2. Citado por Santacruz H. Urgencias en Psiquiatría. Psi pharma Bogotá. 2004. P 11.
2. Aponte R, Donoso I. Manuel de urgencias en Psiquiatría para médicos generales Suicidio Vol 6. Citado por Kaplan H. Sadock B. Grebb J. Sinopsis de Psiquiatría. Psipharma Bogotá. 2004. P. 35.
3. Cook JS, Fontaine KL. Fundamentos esenciales en Enfermería en Salud Mental. Segunda Edición. Madrid: Interamenricana McGraw-Hill 1993. P. 653-9.
4. Flaherty J, Channon R, Davis J. Psiquiatría, Diagnóstico y Tratamiento Argentina: Editorial Interamericana. 1991. P. 36.
5. Polli G, Engman S. Urgencias en Salud Mental. Citado en Enfermería de Urgencias. Quinta Edición. Madrid: MacGraw- Hill 2001. p. 282-3.
6. Polli G. Engman S. Urgencias en Salud Mental Capitulo 10 Citado en Enfermeria de Urgencias. Quinta Edición. Madrid: MacGraw-Hill 2001 Pag 275.
7. Flaherty J. Channon R. Davis J. Psiquiatría, Diagnóstico y Tratamiento Argentina: Editorial Interamericana. 1991. P. 121.

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