La herencia del siglo XX, un desafío para la enfermería del siglo XXI
Agradezco la oportunidad de plantear algunas inquietudes que podrían servir de motivación para emprender una serie de acciones de cooperación entre la academia, las instituciones que prestan servicios de salud y las organizaciones de enfermería, encaminadas a enfrentar las dificultades y problemas propios de la profesión en el presente siglo. La presentación tiene tres partes bien definidas: la primera se refiere a la síntesis de la salud en Colombia a fines del siglo XX, mirada desde la perspectiva de una “herencia muy negativa” para el bienestar de nuestra población y para el desarrollo de la profesión de enfermería. La segunda parte tiene que ver con los desarrollos alcanzados por enfermería en el siglo XX, resaltando sus fortalezas y debilidades, para enfrentar los desafíos en el siglo XXI y finalmente algunas consideraciones para enfrentar los retos.
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Síntesis de la salud a finales del siglo XX
En Colombia se repite la tendencia latinoamericana en la situación de salud, observándose la persistencia y el aumento de grandes inequidades por región, por edad, por género y por ingresos. Se observa con mucha preocupación la reaparición de enfermedades que en décadas anteriores se reportaban como altamente controladas, tales como el dengue hemorrágico, la malaria, la lepra, la tuberculosis y la sífilis congénita, a pesar de contar con más recursos para la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad.
La desnutrición, un indicador clave del aumento de la pobreza y miseria en el país, y las tasas de vacunación de los niños menores de 5 años han disminuido significativamente a partir de 1997. Cada vez se descuida más la detección y el control de enfermedades tan graves como la tuberculosis, las enfermedades de transmisión sexual y el SIDA. Además, hay una reemergencia de enfermedades transmisibles y prevenibles como el cólera, la diarrea aguda, la enteritis aguda y las infecciones respiratorias.
Violencia y la salud pública
La violencia aparece como el mayor problema de salud pública, generando un deterioro significativo de la salud mental de nuestra población. El mayor problema de salud mental es la ansiedad, asociada con las precarias condiciones socioeconómicas y de violencia que atraviesa la sociedad.
Este problema deriva en situaciones de alto y moderado riesgo como el desempleo, que supone una serie de agresiones y privación de recursos, modificación en las relaciones sociales, situación de inseguridad permanente y pérdida de autoestima. Todo esto genera sentimientos de angustia y variados comportamientos que conducen a la lucha social, especialmente el desplazamiento y la agresividad.
Por otro lado, la situación de pobreza está relacionada con factores como baja autoestima, falta de metas alcanzables y las altas limitaciones educativas e intelectuales. Estos factores afectan a personas residentes en el área urbana, trabajadores explotados, mujeres y niños sin educación, niños y adultos de la calle, ancianos marginados, adolescentes sin educación y sin empleo, y víctimas del desplazamiento forzoso.
Problemas y desigualdades sociales
Los jóvenes de nuestro país se ven afectados por la violencia, el desempleo y el empleo precario, asociado con el bajo nivel educativo. En este grupo, la muerte temprana por homicidio es común, así como el alto consumo de alcohol, tabaco y drogas ilícitas.
Hay pocas oportunidades educativas y abandono de estudios por presión socioeconómica, además de fecundidad temprana. Las mujeres y los pobres son los más afectados, enfrentando una mezcla de violencia, pobreza y desigualdad de oportunidades.
Las mujeres de Colombia viven más, pero con menor calidad de vida y mayor discriminación. Hay un alto desempleo, menores salarios que los hombres aun cuando realizan igual trabajo, sufren desplazamiento forzado, ha aumentado la tasa de fecundidad en adolescentes y jóvenes, sigue en aumento la mortalidad materna y hay un alto empleo en el sector de servicios, pero con una muy baja remuneración.
Además, el deterioro de las estructuras sociales, como la deslegitimación institucional, la inequidad distributiva, la ausencia de una efectiva infraestructura de los servicios de salud acorde con las demandas, la falta de oportunidades, el deterioro paulatino del medio ambiente y el flujo de personas que acuden a los grandes centros urbanos en calidad de desplazados por la violencia y que no poseen los soportes requeridos para enfrentar la situación, son componentes de la situación que viven los colombianos al comenzar este siglo.
Políticas de salud actuales
En cuanto a las políticas de salud actuales para enfrentar estos problemas, observamos que no hay claridad en los planteamientos. La reciente reforma del sector salud ha evidenciado el aumento de los costos y un modelo de intervención estatal que no es acorde con las necesidades reales.
Prima la intermediación en las entidades, hay tendencia a la uniformidad, entre otras cosas, se pretende tener una máxima producción al menor costo posible. Aplicar la lógica de la oferta y la demanda en salud es un error, hoy lo vivimos y lo interpretamos como un modelo sin capacidad resolutiva.
Situación de enfermería a finales del siglo XX
La enfermera colombiana no está ajena a las repercusiones de los cambios acelerados socioeconómicos y políticos, a las reformas del sector salud y de educación. Estas afecciones están ligadas al hecho de que enfermería es uno de los actores principales del sector salud en el país.
Enfermería recibe el siglo XXI con algunos avances y fortalezas que le permitirán abordar la situación de salud anteriormente descrita, aunque también enfrenta debilidades y amenazas que pueden afectar su desarrollo o limitar la sostenibilidad de lo alcanzado.
Avances y fortalezas de la enfermería
Los avances y las fortalezas incluyen:
- La formación de enfermeras a nivel universitario.
- Desarrollo de programas de posgrado a nivel de maestría y especializaciones.
- Aprobación de un programa de doctorado en Enfermería en el país.
- Clara absorción de la fuerza laboral en Enfermería en el sector y sistema de salud.
- Avances en la comprensión de la práctica profesional.
- Mayor claridad del objeto de estudio de enfermería y del tipo de conocimiento necesario para su formación.
- Alta demanda de los jóvenes para estudiar enfermería.
- La profesión está reglamentada y funciona el Consejo Técnico Nacional de Enfermería como ente rector.
- Operación de cinco Consejos Técnicos Departamentales y el Tribunal Nacional de Ética, junto con varios Tribunales Departamentales de Ética.
- Ajustes en los planes de estudio de casi todos los programas de enfermería aprobados.
- Definición de requisitos mínimos para la profesión en el país y un alto número de egresados por año.
Debilidades y amenazas de la enfermería
Las debilidades que amenazan o limitan el enfrentamiento de una crisis de salud incluyen:
- Distanciamiento real de los entes decisorios de las políticas de salud.
- Falta de políticas de planeación del recurso humano de Enfermería.
- Concentración geográfica del personal de enfermería a nivel urbano y en servicios hospitalarios.
- Pocos cambios significativos en el enfoque de la formación profesional y modelos pedagógicos.
- Escaso cumplimiento de la ley de enfermería en la práctica profesional.
- Trabajo en red y en equipo incipiente.
- Relación docente-asistencial débil.
- Impacto limitado de la formación de posgrado en cuanto a líderes y transformación profesional.
- Poca investigación y publicación.
- Perfiles de formación y ocupacionales reducidos y ligados al mercado laboral hospitalario.
- Bajo liderazgo del personal académico.
- Desarticulación del ejercicio docente de la práctica profesional.
- Problemas salariales y de condiciones laborales, inestabilidad laboral y pérdida de ingresos.
- Deterioro de las condiciones de trabajo y desvalorización de la profesión con bajo reconocimiento social.
Consideraciones para enfrentar retos
Si tomamos la misión de Enfermería de “prestar atención de salud a individuos y colectividades utilizando diversos enfoques…”, el panorama descrito motiva a reflexionar sobre nuestras fortalezas, debilidades y amenazas para generar estrategias que permitan fortalecer los procesos de formación y práctica profesional. Algunas estrategias propuestas incluyen:
1. Recuperar el liderazgo en el sector salud.
2. Transformar profundamente los currículos de Enfermería para que los nuevos profesionales puedan asumir de manera competente y responsable los compromisos que demanda la construcción de una nueva sociedad. Esto implica cambios en el enfoque, contenido de los cursos y métodos pedagógicos, centrando la enseñanza en los fundamentos del saber de Enfermería y no solo en procedimientos y técnicas.
3. Fomentar un trabajo cooperativo en las organizaciones de enfermería tanto académicas como gremiales, con el objetivo de buscar alternativas que solucionen los problemas más significativos de la profesión y garantizar las mejores condiciones laborales.
4. Facilitar el acercamiento a los entes gubernamentales para participar en la definición de políticas y la prestación de servicios de enfermería.
5. Desarrollar y aplicar nuevos modelos para la práctica que logren el máximo bienestar de la población.
6. Ampliar el papel de enfermería desde la formación y la práctica.
7. Utilizar la reglamentación de enfermería como fuente principal del desarrollo de la profesión y protección del campo de acción.
8. Participar en el desarrollo científico y tecnológico, fomentar la investigación y fortalecer la cultura de la publicación.
9. Dirigir la práctica a resolver los mayores problemas de salud: niñez, juventud, adultos, ancianos, ecosistema y salud ocupacional.
10. Alcanzar un enfoque interdisciplinario, comportamiento multiprofesional y trabajo en equipo en el ejercicio profesional.
Myriam Parra Vargas**
*Intervención en el panel El futuro de la enfermería en Colombia.
** Profesora Asociada de la Facultad de Enfermería, Universidad Nacional de Colombia.
Referencias bibliográficas
1. Hacia la construcción del área de la salud, Universidad Nacional de Colombia. Sede Bogotá. Grupo Red Salud, Octubre de 2001.
2. Prieto Rodríguez A. Salud Mental, Situaciones y Tendencias. Revista de Salud Pública. Universidad Nacional de Colombia. 2002;4(1).
3. Echeverri López ME. La salud en Colombia de Cara al Siglo XXI: entre la Desigualdad y la Violencia. I Congreso Nacional de Salud. Octubre 2001. Medellín.
4. OPS 1999, Serie No. 16.
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