IBN SINA (AVICENA), El Príncipe de la Medicina el Canon de la Medicina y su Enfoque en Neurociencias

IBN SINA (AVICENNA), The Prince of Medicine. The Cannon of Medicine and its Approach to Neurosciences

George Chater Cure*, Omar Ramírez**, Germán Peña Quiñones***

Resumen

Abû ‘Alî al-Husayn ibn ‘Abd Allâh ibn Sînâ, o Ibn Sina como fue llamado en persa y en latín Avicena (980 -1037 A.D.), fue el médico y filósofo más famoso de su época. Su gran obra “Canon de la Medicina” es uno de los libros más im­portantes y famosos en la historia de esta ciencia. El Canon de la Medicina abarcaba todo el conocimiento médico de su tiempo y comprendía lo descrito en la medicina antigua hasta la medicina musulmana, en donde Avicena adicionó sus propias contribuciones. Este artículo revisa la vida de Avicena, sus obras y sus contribuciones a la neurociencia.

Palabras clave: avicena, neurociencia.

Abstract

Abû ‘Alî al-Husayn ibn ‘Abd Allâh ibn Sînâ (980-1037 A.D.), known as Ibn Sina in the Persian language and Avicenna in Latin, was the most famous physician and philosopher of its times. His major work, The Cannon of Medicine, is one of the most important and well known books in the history of medical science. The Cannon covers the entire medical kno-wledge of that time, including the description of ancient medicine up to Islamic medicine, to which Avicenna added his own contributions. This paper reviews the life of Avicen­na, his works and his contributions to neuroscience.

Key words: Avicenna, neuroscience.

Introducción

Cuando se investiga acerca de la historia de la me­dicina, no se piensa que el saber de esta ciencia ha sido el resultado del análisis de cientos de años por expertos que llegan a una conclusión determinada y lo comprueban con el actuar de la profesión. Para la gente es fácil pensar que ya está escrito y que sólo es aprender­lo, pero no se detiene a analizar todo el contexto históri­co de ese conocimiento y la forma como se llegó a la conclusión del mismo.

En la edad media, la medicina árabe por ejemplo, experi­mentó grandes avances con prestigiosos médicos como Avi­cena que además de médico, fue enciclopedista, filósofo, matemático y astrónomo, y quién escribió más de 90 libros. Su aporte a la medicina con su obra “Canon”, que es una en­ciclopedia que recopila los conocimientos existentes de la medicina de su época y que aporta sus investigaciones, para dejar con ella, un legado que perdura a través de los siglos. El libro trata sobre las enfermedades del cuerpo con una amplia descripción de los síntomas, e incluye medicaciones para todas las patologías tratadas en éste.(1) Este artículo tra­ta sobre el momento histórico, socio cultural y político del medio oriente para la época en que vivió Avicena, la in­fluencia que tuvo en su carrera como médico, y sobre las investigaciones que en medicina, astrología y matemáticas.

Avicena: Médico y Filósofo

Avicena: Médico y Filósofo

Avicena, (figura 1) Abu ‘Ali al-Husayn ibn ‘Abd Allah Joyce ibn Sina, nació en el año 980 en Afsana, una villa persa cercana a la ciudad de Bocara, que en esa época era muy importante para el comercio persa y que en la actualidad corresponde a Uzbekistán.(2,3)

Era hijo del gobernador de su pueblo natal y desde muy corta edad mostró sus grandes dotes, inteligencia y ga­nas de aprender. A la edad de 10 años ya había memorizado el Corán, libro de la religión musulmana; esta obra no sólo trata conocimientos religiosos sino también enseñanzas de vida, in­dica la forma de llevar una vida hi­giénica y una dieta; también contiene frases de Mahoma (figura 2) que ha­cen alusión a la medicina: “sólo exis­ten dos ciencias: la teología para la salvación del alma y la medicina para la salvación del cuerpo”. De ahí nace su interés por el estudio de la medi­cina y el deseo de continuar el legado de los médicos antiguos. Desde niño se embarcó en una odisea de autoedu­cación, aprendió griego y latín y se de-dicó a leer sobre la ley islámica y sobre medicina. Estudió metafísica, en los textos griegos y árabes llegando a so­brepasar a sus maestros en esta mate­ria.(4)

Figura Arábiga con el nombre del Profeta Mahoma.

Durante su adolescencia, influyó de manera importante la filosofía neo­platónica, que más adelante le servi­ría para escribir una de sus mejores obras. También lo hicieron los cono­cimientos de matemáticas, geometría y astronomía de Euclides y Ptolo­meo..

A la edad de 17 años fue consultado para tratar al rey de Bocara, Nuh ibn Mansur a quien varios médicos reco­nocidos habían diagnosticado una en­fermedad no tratable. Avicena trató y curó al rey. Como recompensa se le otorgó permiso para usar la bibliote­ca del rey que era la gran biblioteca de la dinastía Samánides, primera di­nastía persa que surgió después de la conquista Árabe.(2) (figuras 3,4)

Palacio del Rey de Bocara.

Fotografía de la gran biblioteca de los Samánides en Bocara.

Todo este conocimiento que tenía a tan corta edad le sirvió para ser con­sejero de varios gobernantes persas; lo que le permitió tener acceso a gran­des y variadas bibliotecas existentes en la época. Los textos encontrados en estas bibliotecas traducidos al len­guaje persa, su lengua natal, facilitó su aprendizaje. A la edad de 21 años gozaba de la reputación de ser un gran médico y ocupaba posiciones admi­nistrativas del gobierno local. Avicena ocupó muchos cargos gubernamen­tales y trabajó en diferentes gobiernos persas que surgieron tras la desinte­gración de la dinastía árabe de Abba­siyin que era el gobernante árabe más grande del mundo en esa época (figura 5).

La extensión del Imperio Árabe de los Abbasyin

Avicena cambió constantemente de residencia, pues como médico y con­sejero de gobernantes, tenía que via­jar con ellos, pero nunca salió de Per­sia. En la ciudad de Hamada vivió, al parecer, un tiempo considerable, abrió una escuela pública donde enseñaba no sólo medicina sino también filo­sofía, matemáticas, geometría y astro­nomía.

En este lugar comenzó a es­cribir su mayor obra conocida en las ciencias médicas: El Canon de Medi­cina o El ‘Qanun fi-l-Tibb’.(4) En Ha­mada trató al rey Shams al Dawlah de un cólico severo y convirtiéndose en el médico de la corte. Pasado algún tiempo en Hamada viajó a Isfahán don­de complementó muchos de sus fa­mosos tratados.(4)

Después de viajar por diferentes ciudades Avicena terminó en Raye, allí el rey de esa ciudad le consultó por una melancolía. Avicena lo curó de esta terrible enfermedad y escribió unos de sus libros más inte­resantes: el Tratado sobre el Estado del Alma Humana.(4,5,6) parecer, un tiempo considerable, abrió una escuela pública donde enseñaba no sólo medicina sino también filo­sofía, matemáticas, geometría y astro­nomía. En este lugar comenzó a es­cribir su mayor obra conocida en las ciencias médicas: El Canon de Medi­cina o El ‘Qanun fi-l-Tibb’.(4) En Ha­mada trató al rey Shams al Dawlah de un cólico severo y convirtiéndose en el médico de la corte. Pasado algún tiempo en Hamada viajó a Isfahán don­de complementó muchos de sus fa­mosos tratados.(4) Después de viajar por diferentes ciudades Avicena terminó en Raye, allí el rey de esa ciudad le consultó por una melancolía. Avicena lo curó de esta terrible enfermedad y escribió unos de sus libros más inte­resantes: el Tratado sobre el Estado del Alma Humana.(4,5,6)

Tumba de Avicena en Hamada.

Después de viajar por diferentes ciu­dades y trabajar en ellas como médi­co, volvió a Hamada a la corte del Rey Shams al Dawlah quien le brindó es­tabilidad económica y lo nombró mi­nistro en diferentes ocasiones. Debido a los cambios políticos de la época Avi-cena fue encarcelado por sus com­promisos políticos con el rey de Ha­mada y tuvo que exiliarse en Isfahán. En esta época completó sus libros sobre física y metafísica. Durante sus últimos viajes acompañando a sus go­bernantes, se quejó de un gran cólico abdominal, al que no le prestaba ma­yor atención y sólo tomaba medica­mentos que él hubiese descrito para el dolor, que lo mejoraban por corto tiempo, pero que volvía a presentar. Dentro de sus obras existe una frase que llama la atención: “el hombre debe llegar al fin natural de su vida, es de­cir, la muerte natural”. Este tipo de pensamiento es influencia de la vieja escuela de Hipócrates y que muy se­guramente la aplicaba también para él mismo. Finalmente, en el año 1037, a la edad de 57 años, muere en la ciu­dad de Hamada el llamado “príncipe de los médicos”. Algunos autores di­cen que murió en plena facultad inte­lectual y en el momento de convertirse en un sabio de la medicina.

Avicena escribió 99 libros, la mayoría en la lengua árabe que era la lengua oficial y religiosa de la región en esa época. Escribió muchos sobre filosofía, teología, metafísica, matemática, física, música, psicología y medicina.(4)


* Médico, Residente de Neurocirugía, Hospital Universitario Fun­dación Santa Fe de Bogotá, Universidad el Bosque. Bogotá, Colombia.

** Residente de Neurocirugía, Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá, Universidad el Bosque. Bogotá, Colom­bia.

*** Neurocirujano. Sección de Neurocirugía. Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá, Profesor Titular de Neuroci­rugía. Universidad El Bosque. Bogotá, Colombia Recibido: octubre de 2008 Aceptado para publicación: noviembre de 2008 Actual. Enferm. 2009;12(1):38-43

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