Editorial: Acofaen 40 Años por la Excelencia en la Formación del Talento Humano de Enfermería

El mejoramiento de la calidad de la educación tiene su razón de ser en el marco de las políticas de mejoramiento de la salud y la calidad de vida. Si bien son evidentes los logros alcanzados a través del tiempo, corresponde a las nuevas generaciones continuar este trabajo con el gran compromiso de trascender los intereses particulares, engrandecer y solidificar la profesión de enfermería en Colombia.

El 27 de marzo de 1968 un grupo de enfermeras visionarias crearon la Asociación Colombiana de Facultades de Enferme-ría (Acofaen). Esta Asociación fundada con tenacidad, interés y orgullo por colegas que entendieron el papel que debía jugar frente a la salud y al desarrollo educativo de nuestro país, cumple 40 años al servicio de la comunidad académica. Han sido cuatro décadas de crecimiento y consolidación como organización científica y académica que ha logrado posicionarse con alta calidad y reconocimiento en la formación de profesionales de Enfermería en los ámbitos nacional e internacional. Con gran satisfacción podemos afirmar que se han cumplido los compromisos adquiridos gracias al esfuerzo continuo y permanente de la comunidad académica y a la búsqueda de la excelencia de los procesos de formación de los futuros profesionales de Enfermería.

Las Facultades de Enfermería son la razón de ser de Acofaen. Son las Facultades las que dan vida a la Asociación y es por la comunidad académica que se justifica todo esfuerzo. Sus docentes a través de los comités y grupos de trabajo enriquecen, apoyan y desarrollan los planes de acción con la asesoría y el acompañamiento de la Junta Directiva y la Dirección Ejecutiva.

En este sentido, son varias las situaciones que en la actualidad caracterizan el desarrollo de la formación del profesional de enfermería y frente a las cuales, debemos estar atentos para responder a las exigencias que las mismas suponen.

En primer lugar y desde el ámbito educativo varios puntos son motivo de preocupación, uno de ellos es la proliferación de programas de Enfermería en el país, ayudada en parte por la carencia de un sistema de control y vigilancia efectivo que la frene y sin estudios serios de demanda constante que justifique su existencia, hacen imperiosa la necesidad de supervisar la calidad de los programas académicos nacientes.

Por otra parte, el nivel deficiente de formación de los bachilleres y la falta de orientación profesional derivan en edades de ingreso de estudiantes a las universidades entre los 15 y 17 años, factor que se convierte en limitante para el abordaje de situaciones propias del sector salud. Los altos costos de la Educación Superior, la carencia de políticas de incentivos y apoyos para el sostenimiento de estudiantes de bajos recursos en la universidad, la alta deserción de estudiantes de los programas de pregrado, programas con perfiles de egreso que no aportan significativamente a la transformación social del país, son todos, factores que limitan el desarrollo de Enfermería como profesión social.

En Acofaen existe gran interés en la definición de las competencias a partir de los ejes fundamentales del objeto de estudio de la profesión “el cuidado a la persona, la familia y las comunidades”. La formación profesional basada en competencias constituye una propuesta que parte del aprendizaje significativo y se orienta a la formación humana integral como condición de todo proyecto pedagógico en el que juega papel fundamental la pedagogía centrada en el aprendizaje del estudiante y no en la enseñanza del profesor, ni en los métodos de enseñanza. Debe ser un trabajo conjunto de la mayor participación profesional posible, desde los sectores educativo, laboral y político, que rescate la identidad y visibilidad de la profesión y que permita una mayor concordancia entre la formación y el desempeño profesional, fundamentado en valores, liderazgo, capacidad de toma de decisiones y conocimiento disciplinar alrededor del cuidado de Enfermería como fundamento de la profesión.

El tema de créditos educativos ha sido y continúa siendo materia de discusión en diferentes espacios de Acofaen. El proceso no debe ser sólo un ejercicio numérico, sino la oportunidad para continuar con los procesos de flexibilización de los currículos, facilitar procesos de homologación y convalidación entre otros. El análisis colectivo sobre el tema ha evidenciado que los créditos deben ser una herramienta para la flexibilización curricular, la cuantificación en créditos permite la movilidad de estudiantes ínter facultades e ínter universidades para algunas asignaturas y facilita los intercambios nacionales e internacionales.

Así, la aplicación de los créditos como estrategia de flexibilización fortalece la formación integral del estudiante y la interdisciplinariedad en los proyectos institucionales. Sin embargo, se identifican vacíos conceptuales en la definición de créditos y su aplicación, especialmente cuando se trata de las prácticas con seres humanos o en laboratorios, situación que es motivo de preocupación en los procesos de formación y que debe estudiarse a profundidad para facilitar la homologación y movilidad académica.

Otro elemento importante es la tendencia existente a la formación por ciclos propedéuticos y los niveles de formación en la educación superior. Históricamente Acofaen ha cuestionado la pertinencia y las consecuencias que tiene la formación de tecnólogos para la profesión y en el marco de los ciclos propedéuticos esta política se considera una amenaza para nuestra profesión, si la implementación de la formación por ciclos propedéuticos que se contempla en la Ley 749 de 2002, inicialmente para los programas de Administración e Ingenierías, se extiende a los de Salud y específicamente a Enfermería.

En este sentido existen algunos aspectos legislativos que sustentan nuestra preocupación, dentro de los cuales cabe destacar, por ejemplo, la Ley 30 de 1992 ya que no plantea diferencias conceptuales ni curriculares entre las instituciones de carácter técnico y tecnológico. La Ley 749 de Julio 19 de 2002 “Por la cual se organiza el servicio público de la Educación Superior en las modalidades de formación técnica profesional y tecnológica, y se dictan otras disposiciones”, no es clara en su relación con las carreras de salud; aparentemente su aplicabilidad se da en el área de las ingenierías, tecnología de la información y administración, pero abre una ventana para su difusión en otras áreas de conocimiento.

Desde nuestra profesión tenemos algunos soportes para esta situación como es la Ley 266 de 1996 “Por la cual se regla-menta la Profesión de Enfermería en Colombia y se dictan otras disposiciones” en su artículo 22, califica como ejercicio ilegal toda actividad realizada dentro del campo de competencias de la Ley por quien no ostenta la calidad de profesional de Enfermería y no esté debidamente autorizada para ejercer como tal. De igual forma, la Ley 911 de 2004, “Por la cual se dictan disposiciones en materia de ontológica para el ejercicio de la Profesión de Enfermería en Colombia; se establece el régimen disciplinario correspondiente y se dictan otras disposiciones”, regula la responsabilidad de ontológica del ejercicio de la Enfermería para los profesionales nacionales y extranjeros legalmente autorizados para ejercer la profesión de acuerdo con la Ley 266 de 1996.

Por otra parte, el mercado laboral en Colombia reconoce únicamente los niveles de formación correspondiente a la auxiliar de enfermería, la enfermera y las posgraduadas (especialización, maestría y doctorado), lo que hace difícil, por no decir imposible, la ubicación laboral de estos niveles intermedios, en un sector en el cual no están contemplados esos cargos; sin embargo, esperamos que sean las condiciones académicas de formación y no las leyes del mercado las que regulen esta situación.

La movilidad académica es otro aspecto importante y de actualidad que requiere el respaldo de una política institucional y de convenios interinstitucionales operativos que garanticen mayor seguridad y mejor aprovechamiento a los estudiantes y docentes. Aún así, frente a este tema es importante hacer consideraciones como la necesidad de una mayor apertura por parte de los docentes en relación con la comprensión y alcance de los procesos de movilidad académica; por tanto, las reformas curriculares deben dar cuenta de procesos de flexibilidad, apertura y alcance de esa movilidad y ser conscientes de que los estudiantes demandan cada vez más la oportunidad de hacerlo, puesto que buscan nuevos escenarios de aprendizaje y futuros escenarios de trabajo y proyección profesional.

En este orden de ideas, el dominio de un segundo idioma le ofrece al estudiante alternativas laborales y oportunidades en otros países a través de becas y ofertas de trabajo; por esta razón y con el fin de responder a las tendencias internacionales, a las políticas del estado y por ende a las exigencias plantea-das en los Exámenes de Estado de la Calidad de la Educación Superior, Ecaes, es importante incorporar el bilingüismo en los planes de estudios de los programas de Enfermería.

La formación posgraduada es otro aspecto que requiere análisis entre el Estado y la comunidad académica organizada. Las implicaciones del decreto 1001 de 2006 “Por el cual se organiza la oferta de programas de posgrado”, genera preocupación a Acofaen, en términos generales, los programas de posgrado en el país pretenden fortalecer las bases de la capacidad nacional, mantener vigentes el conocimiento disciplinario y profesional impartido en los programas de pregrado, constituirse en espacio de renovación y actualización metodológica y científica, responder a las necesidades de formación de comunidades académicas, científicas y a las del desarrollo y bienestar universitario, propiciar la formación integral en un marco que implique: el desarrollo de competencias, la construcción de valores y conceptos, la comprensión del ser humano, la naturaleza y la sociedad, así como también, el desarrollo de las aptitudes para comunicarse. En este con-texto es conveniente preguntar ¿Cuál será el futuro de las especializaciones? ¿Qué tipo de maestrías debemos proponer y realizar?.

Acofaen reclama ser tenida en cuenta en la formulación de políticas, legislación y reglamentación de programas de pre y posgrado, pues su participación puede ayudar a definir y exigir el escalafón de profesionales de enfermería en servicio en las instituciones de salud y abogar para que cuente con tiempo y apoyo institucional para acceder a la formación de posgrado; contribuir en el proceso de replantear las metodologías de formación, cambiando la exigencia de presencialidad y utilizando los medios necesarios; definir en forma prioritaria las maestrías de profesionalización y las de carácter netamente investigativo y perseverar en la ampliación de la cobertura de formación posgraduada con medios que garanticen su acceso y permanencia.

En segundo lugar, desde el ámbito laboral son evidentes los problemas que en este sentido afronta la profesión y están relacionados con la oferta y la demanda de empleo, la cual se encuentra directamente afectada por la deslaboralización en el sector público y privado de la salud. Según datos de la Asociación Nacional de Enfermeras de Colombia, ANEC, existe un 36% de desempleo en nuestra profesión, situación preocupante, máxime cuando, las condiciones de contratación de quienes están empleadas son indignas e inadecuadas; la tercerización de los servicios y la contratación por cooperativas, son realidades que afectan aún más el desarrollo profesional.

En lo que respecta al personal docente, la crisis de relevo generacional y de liderazgo, los sistemas de contratación por tiempos parciales, los salarios bajos y la escasa estabilidad laboral, son situaciones recurrentes que preocupan y afectan la calidad de la formación; sumado a esto, la ausencia de po-líticas institucionales para sostener un programa de formación docente permanente y competitivo, así como la falta de correspondencia entre el aumento de cobertura frente a la planta docente, los recursos físicos y financieros disponibles, son procesos que ponen en tela de juicio el fortalecimiento del desarrollo profesional.

En la actualidad, las instituciones educativas especialmente las públicas se caracterizan, contadas excepciones, por el déficit presupuestal; la no reinversión de las utilidades financieras en el desarrollo de las Facultades, la precaria infraestructura física y de ayudas pedagógicas para el desarrollo de programas, la mercantilización de la educación, la rigidez curricular y programas académicos muy escolarizados, enfoques pedagógicos no integrales, dependientes, el déficit de incentivos y sistemas de reconocimiento a los docentes, las ya marca-das y crecientes dificultades en el establecimiento de convenios docente –servicio-empresa y los altos costos en la contra-prestación por los escenarios de aprendizaje de los estudiantes, son todos, aspectos que merecen ser estudiados con detenimiento, si queremos garantizar un futuro próspero para la calidad en la formación de los futuros egresados de enfermería.

Por último, la aldea global en la que se ha convertido el mundo, la situación de desempleo y subempleo, así como los bajos salarios de los profesionales de Enfermería, han creado un escenario propicio para las migraciones ante la perspectiva de una gran demanda de países que necesitan cubrir sus necesidades de enfermeras y ofrecen buenos salarios pero no muy buenas condiciones laborales. Esta problemática, el discurso de la globalización y las exigencias gubernamentales, han originado que en respuesta, algunas Facultades incorporen cambios curriculares que buscan volver competitivos a sus egresados en otros países; a su vez, también se identifica la necesidad y responsabilidad como docentes de formar profesionales más arraigados a nuestra tierra, fomentando el amor y el conocimiento de nuestra cultura, la autoestima y una actitud de orgullo e identidad profesional, dado que algunos estudiantes de Enfermería tienen características especiales por género, nivel socioeconómico y otros factores que predisponen a la sumisión y aceptación de imposiciones.

Como se observa, la variada y compleja problemática de la enfermería en Colombia, involucra además de Acofaen a las otras organizaciones de enfermería legalmente constituidas: Consejo Técnico Nacional de Enfermería, CNTE, la Asociación Nacional de Enfermeras de Colombia, ANEC, el Tribunal Nacional Ético de Enfermería, TNEE, y los colegios de enferme-ras recientemente creados. Con éstas Acofaen ha conformado un frente unido de trabajo con el propósito de emprender una serie de acciones políticas y operativas que nos permitan ser proactivos y asertivos ante los entes gubernamentales, favoreciendo el desarrollo tanto académico como asistencial de nuestra disciplina profesional.

Es momento para agradecer a todas las personas e instituciones que han colaborado en el crecimiento de Acofaen, a la Junta Directiva, a los Comités, grupos de trabajo, a las Faculta-des que hoy registramos con orgullo y que en número de 35, corresponden a más de 70% de los programas existentes en el país, a las docentes de manera individual, a los estudiantes, al equipo administrativo de la Sede y a todas las personas e instituciones de carácter nacional e internacional que han participado en el desarrollo técnico, científico y administrativo de la Asociación.

En este transitar, la Asociación ha contado con el apoyo de importantes organizaciones nacionales como el Ministerio de la Protección Social, ICFES, Secretaría Distrital de Salud y organizaciones académicas y gremiales, así como de organismos internacionales como la OPS/OMS, de la cual es Centro Colaborador, la CICAD/OEA, UNFPA, la New York University, la Universidad de California en San Francisco y la Universidad de Arizona, entre otras.

Consideramos de gran importancia esta oportunidad para presentar una síntesis sobre la problemática más relevante de Enfermería en el país, identificada desde los procesos de formación del recurso humano de Enfermería en el ámbito de la Educación Superior, y en la cual Acofaen ha estado presente brindando aportes, buscando soluciones y enfrentando con argumentos sólidos y contundentes cada una de las dificultades que empañan el desarrollo de la profesión desde la formación hasta el ejercicio.

Si bien han sido cuatro décadas de trabajo permanente entorno a temas prioritarios, acorde con la época, se espera que el camino de la esperanza por un mañana mejor para la profesión de Enfermería en Colombia, sea recorrido con paso firme y seguro como una responsabilidad que corresponde a los actuales y futuros profesionales.

Bibliografía

• República de Colombia, Ministerio de Educación, Ley 749 De 2002, Diario Oficial 44.872, de 19 de julio de 2002; Disponible https://www.mineducacion.gov.co/1621/articles-85593_archivo_pdf6.pdf.
• República de Colombia, Ministerio de Educación. Decreto 1001 De 2006, Diario Oficial 46230 de abril 03 de 2006. Disponible en: https://www.mineducacion.gov.co/1621/articles-96961_archivo_pdf.pdf
• República de Colombia. Ley 911 de 2004. Código Deontológico para el ejercicio de la profesión de la enfermería en Colombia. Disponible en: https://www.secretariasenado.gov.co/leyes/L0911004. Consultado el: 3 de febrero de 2008.

Daniel Gonzalo Eslava Albarracín, RN, M.Sc., PhD.Profesor Asociado, Facultad de Enfermería, Pontificia Universidad Javeriana. Presidente de la Acofaen Correspondencia: dgeslava@gmail.comRecibido:

febrero de 2008Aceptado para publicación: febrero de 2008

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