Obituario: Jorge Cavelier Gaviria (1929- 2012)
José Félix Patiño Restrepo
Recorrida ya una larga vida, siempre he considerado que hay hombres de hombres. Y los he encontrado: hombres que lideran, que llevan a la innovación y el progreso, que, dueños de una capacidad multifacética, con su espíritu y su vigorosa personalidad inspiran y promueven el hacer individual y colectivo.
Tal fue Jorge Cavelier Gaviria, muy cercanocompañero y colega de toda una vida. Aquí, en el Gimnasio Moderno, se inició nuestra amistad, con apenas dos años de diferencia en nuestros grados de bachiller. Desde algún lugar, don Agustín Nieto Caballero, y Jorge a su lado, seguramente miran como nos congregamos hoy para rendir homenaje a la memoria de uno de sus más insignes alumnos.
Exponente de una ilustre dinastía médica, hijo de esa figura gigante de la medicina colombiana, el profesor Jorge E. Cavelier, Jorge se distinguió como especialista en urología, con estudios de postgrado en Bogotá y en Estados Unidos, en la Universidad de Yale y en el benemérito St. Luke´s Hospital de la ciudad de Nueva York. Dueño de esa característica muy singular de combinación del saber médico y científico con una admirable capacidad administrativa y gerencial, fue profesor de urología en la Universidad Javeriana, su alma mater; Director y Profesor Emérito del Hospital de la Samaritana, fundado y dirigido hasta su muerte por el profesor Jorge E. Cavelier, bajo cuya dirección yo tuve el privilegio de ocupar el cargo de jefe del departamento de Cirugía por unos 20 años; fue Secretario de Salud de Bogotá, representante del Presidente de la República en el Fondo Nacional Hospitalario, miembro de la Junta Directiva de la Beneficencia de Cundinamarca, director científico y luego gerente de la Clínica de Marly, institución que transformó, engrandeció y modernizó para convertirla en modelo para el país. Con hondo sentido humanitario y sensibilidad social, en la Clínica de Marly creó el Fondo de Empleados, FESME, del cual fue su muy eficiente y eficaz gerente y que es hoy una sólida y realmente vigorosa entidad que brinda oportuna y fácil ayuda financiera. Como líder y ejecutor por excelencia, fue el creador de uno de los primeros grupos de práctica profesional, el Centro Urológico, Ltda., y luego de Litomédica, SA.
Su carrera médica fue brillante. Egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad Javeriana en 1955, por concurso ganó su ingreso como interno a la Clínica Urológica del Hospital San Juan de Dios, “la Hortúa”, el escenario educativo de la Universidad Nacional. La entrada de un javeriano a San Juan de Dios era algo totalmente excepcional, y sólo lo lograron contados candidatos.
En la Academia Nacional de Medicina Jorge fue figura por demás descollante. Allí ocupó todos los cargos directivos: fue Tesorero, Vicepresidente y Presidente, cuando también fue Presidente del Colegio Máximo de las Academias Colombianas. Fue designado Miembro Honorario de la Academia de Medicina de Cartagena, ciudad donde Sylvia y Jorge poseen una bella casa colonial. Gracias a su esfuerzo personal y a su capacidad de gestor y su talento administrativo, la Academia Nacional de Medicina de Colombia posee una de las sedes más completas en el continente americano. Era el coordinador de la Comisión de Biblioteca de la Academia, y como yo soy el Director de la Biblioteca, que lleva el nombre de Jorge E. Cavelier, trabajábamos en esa tarea noble y sin igual de adquirir, clasificar y ordenar libros. Su sentido de sofisticada y elegancia histórica lo llevaba a buscar en los anticuarios de Bogotá y el exterior muebles y enseres para la Academia. Encontró así una bella caja de pistolas de duelo, y al limpiar la platina apareció el nombre de Manuel Plata Azuero, uno de los fundadores y primer presidente de la Academia, fundada el 3 de enero de 1873. Con su tradicional generosidad para con la Academia, Jorge obsequió la colección completa de las famosas caricaturas de Ricardo Rendón (1894-1931) de los médicos colombianos de la generación de su padre, el profesor Jorge E. Cavelier. Allá se exhibe como un verdadero tesoro histórico.
Jorge Cavelier recibió numerosos reconocimientos por su vida profesional y académica. Menciono apenas la Medalla de Esculapio de la Academia de Medicina de Francia, la medalla “Fundadores” de la Sociedad Colombiana de Urología, la Orden Clínica de Marly en el grado de Gran Cruz.
Jorge Cavelier Gaviria hizo numerosas publicaciones de alta calidad científica. Hay dos libros que lo caracterizan por la elegancia y pulcritud de sus ediciones: Clínica de Marly. Cien Años de Historia 1903-2003 y Proceso Evolutivo de la Vida. Son, de verdad, dos joyas bibliográficas. También debo mencionar Jorge E. Cavelier. Su biografía relatada por su hijo Jorge Cavelier Gaviria, que refleja el respeto y más que justificado amor filial.
Al lado del médico, el académico, el gerente, el gestor, había un hombre de profunda humanidad. Se refleja en su maravillosa familia. Casado con una mujer admirable, que ocupó primerísimo lugar en todas, en todas, las actividades de la vida de Jorge, Silvia Castro, con ella formaron un hogar ejemplar. No es una “frase de cajón”, lo digo con la absoluta sinceridad y conocimiento por haber vivido muy cerca de ellos. Silvia, dinámica y siempre alegre y optimista le dio unos hijos estupendos, que hoy llevan la antorcha dinástica: Jaime, Luis Eduardo, Cristina y Andrés. Luis Eduardo maneja hoy la Clínica de Marly.
Porque tuve el privilegio de la amistad de toda una vida, cumplo hoy el encargo de despedir a un gran médico, a un gran colombiano, Jorge Cavelier Gaviria, aquí, en nuestro Gimnasio Moderno, por generosa deferencia de Sylvia y la familia.
Jorge: me tocaba partir primero, pero dejas una huella imborrable en la medicina y en la nación colombianas.
Palabras pronunciadas en Memoria del Dr. Jorge Cavelier Gaviria, noviembre 30 de 2012. Capilla de los Santos Apóstoles del Gimnasio Moderno.
CLIC AQUÍ Y DÉJANOS TU COMENTARIO